Comentario 05/10/2020
EL
EXPERIMENTO FRACASADO
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
Nuestro vecino Venezuela está
llegando a los niveles de pobreza más impactantes del mundo, luego de haberse
considerado una potencia petrolera y minera mundial por la diversidad de sus
ricos territorios en diferentes tipos de minerales, además, en algún momento de
su historia también apreciada como despensa alimentaria por su extensa y
diversa ganadería, la variedad de sus tierras para diferentes cultivos, su
excelente orografía y su abundante hidrografía.
Pues bien, la revolución bolivariana
impulsada por Hugo Chávez, primero, y luego por Nicolás Maduro y sus camarillas,
han llevado a este incomparable país a una verdadera catástrofe económica,
social, humanitaria y a la más dramática desesperanza. Ya no hay petróleo, se inutilizaron
las refinerías por falta de conocimiento y mantenimiento, la producción
agropecuaria se acabó, la minería se esfumó, el comercio y las industrias
desaparecieron, el éxodo de venezolanos se ve por toda Latinoamérica buscando
una oportunidad para su vidas y, mientras tanto las camarillas políticas del
país se enriquecen cada vez más a costa de la hambruna y la pobreza de su
pueblo.
¿Cómo puede ser posible que
actualmente la hija de Hugo Chávez sea considerada como una de las personas más
ricas de Latinoamérica, distinto al saqueo de su país? ¿Quiénes lo saquearon?
El socialismo del siglo XXI proclamado por Chávez, como modelo económico,
político y social para el país, acompañado de los hermanos Castro de Cuba y de
toda la izquierda radical latinoamericana, quienes obtuvieron grandes
beneficios económicos al declarar su simpatía por la revolución bolivariana,
como fueron, por ejemplo, los señores Kirchner en Argentina, entre otros
frecuentes aliados suyos en el llamado movimiento de UNASUR. La realidad de
Argentina, por cierto, es otra que da lástima, por los niveles de pobreza a que
ha llegado. Un hijo de los Kirchner también está siendo señalado de
enriquecimiento ilícito originado en el saqueo del Estado.
Los empresarios del Venezuela
tuvieron que salir de huida para proteger su vida, su capacidad de trabajo y su
dignidad, pues fueron perseguidos y saqueados, con el famoso “exprópiese” que
gritaba a voz en cuello el indescifrable Hugo Chávez. Muchos se situaron en
Estados Unidos, otros en Centroamérica y otros más en España, y allí han hecho
florecer sus iniciativas productivas, de inversión y de negocios, generando
progreso en otras latitudes, el progreso que hoy reclaman los venezolanos. Esto
también es lamentable, porque se fue el conocimiento, la experiencia, el
criterio y la visión empresarial.
Recientemente,
la Universidad Católica Andrés Bello y el Instituto de Estudios de
Investigaciones Económicas y Sociales, publicaron los resultados de la Encuesta
Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana (Encovi):
Los datos son alarmantes. Entre 2005
y 2019, la incidencia de la pobreza monetaria pasó de 34,4% a 96,2%. Y los
porcentajes correspondientes a la pobreza extrema aumentaron de 10,7% a 79,3%.
Casi 80% de los venezolanos no tienen los recursos necesarios para adquirir los
alimentos básicos. Recordemos que en el PIB per cápita, Venezuela era el número
1 en latinoamérica en 1989, ¡que contraste con lo que es hoy!.
En la práctica lo que se instaló en
Venezuela es una plutocracia (gobierno de los más ricos) y una cleptocracia
(gobierno de los más ladrones), porque sus gobernantes son hoy hombres
poderosos y ricos con el saqueo de su país, pregonando la filosofía política
del socialismo del siglo XXI, pero actuando como verdaderos ladrones, en
connivencia con las mafias internacionales de narcotráfico, del lavado de
dinero, del tráfico de armas y de personas, y sede oficial de las guerrillas
colombianas, todas estimuladas y financiadas por el gobierno bolivariano.
Es muy triste
ver la situación de Venezuela, se les prometió progreso y bienestar, la defensa
del trabajo y el crecimiento económico, y lo que se logró fue pobreza y
desigualdad. Además, con la destrucción de los principios democráticos porque
sus gobernantes se han perpetuado y atornillado en el poder y no hay quien los
saque de allí. La persecución a la oposición ha sido implacable y sangrienta.
Uno de los
grandes ideales del pensamiento bolivariano fue la reducción de las
desigualdades, y este propósito no se consiguió. La revolución bolivariana no
mejoró las condiciones de vida y tampoco disminuyó la desigualdad. Estas cifras
dan pie para varias reflexiones:
·
Las
sociedades democráticas deben mantenerse alertas por el continuo asecho de los
movimientos de izquierda radical, los cuales adulan las veleidades de los
socialistas, quienes, con palabras melosas, que al oído suenan bien, van
conquistando poco a poco posiciones de mando y decisión, en la educación, en el
sector público en sus mandos medios, en varias ONGs, en la justicia, y aún en
algunos casos en el sector privado.
·
Pasar
de un estado democrático a un estado socialista puede ser una cuestión de
tiempo, y será poco el tiempo si los ciudadanos con pensamiento democrático nos
dejamos envolver por los “cantos de sirena” de la llamada justicia y equidad
que pregonan y nos halagan a todos, pero nos distraen de su verdadero fin, la
toma del poder y el socialismo de Estado. “El pueblo debe ser pobre para poder gobernarlo”,
es una de su máximas.
·
Ellos,
los socialistas de Estado, en su llamada “defensa del pueblo” trabajan en todos
los medios y con todas las argucias para ir cimentando su visión del mundo,
hasta llegar a las “cubas y las venezuelas” de hoy.
·
La
defensa del estado democrático y de la iniciativa privada y la libre
competencia, debe ser un imperativo ante las amenazas que se ven en Colombia de
un nuevo socialismo del siglo XXI al estilo Chávez- Maduro.