Comentario 13/01/2025
EL
ESCENARIO DEL 2025
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Mirado
globalmente, y en una síntesis muy apretada, el 2024 terminó mejor de lo
originalmente esperado, con una inflación cercana al 5.2%, un crecimiento del
PIB de más o menos el 1.8% y un desempleo por debajo del 9%. Hubo factores muy
favorables como el desenvolvimiento del sector agrícola, especialmente el café,
la dinámica del sector público y otros como el sector turístico, que resultaron
muy propicios, así como también las remesas de ciudadanos colombianos desde el
exterior, las cuales ascienden a cerca de US $12,000 millones en ese año.
Otros
sectores como la construcción, la vivienda, la industria, y la infraestructura
dejaron saldos negativos o de muy baja contribución. La inversión extranjera
directa (IED) se retrajo como consecuencia de la percepción de elevado riesgo
político y de país que las calificadoras de riesgo asignan a Colombia. Para el
cierre del año, además, ya se experimentaba el problema de insuficientes
recaudos en el gobierno central y la desfinanciación de las cuentas públicas,
la cual se acentuará en el 2025.
El
entorno mundial fue desafiante en medio de guerras como la de Ucrania y Rusia,
y las del Medio Oriente, Israel y Gaza y sus vecinos, entre otras de menor
resonancia, las cuales agudizaron los problemas geopolíticos, a los que se
sumaron las diferencias ideológicas sobre el medio ambiente y el cambio
climático.
En
Colombia, el año se caracterizó por tensiones políticas y por relaciones
deterioradas entre el gobierno, el Congreso y la rama de la justicia, lo cual
condujo a un clima de inversión bastante negativo.
Hay
problemas graves como el estado del sector salud, y todo el ecosistema de
entidades y personas participantes del mismo, debido a la desfinanciación de la
UPC (Unidad de Pago por Capitación), la cual resulta insuficiente frente al
costo de la prestación de los servicios, induciendo a problemas de mal
servicio, inatención o desatención, y quiebra de instituciones, lo que se
traducirá en niveles de salud deteriorados y mayor gasto de bolsillo de los
colombianos para sufragar esta necesidad inaplazable.
El
lunar más oscuro estuvo en el campo de la inseguridad y la violencia,
generalizada por todas partes del país y enconada en zonas como la costa
pacífica y el sur del país, el Catatumbo, el Cauca, el Chocó, el norte de
Antioquia, Córdoba y el medio Magdalena. La extorsión se enseñorea en el país,
principalmente a todo tipo de personas y comerciantes, y las autoridades no
imponen medidas eficaces.
"Vistos
estos hechos, ¿cómo se avizora el 2025? En líneas generales, veamos:
La
situación de violencia e inseguridad parece que continuará. No se ven planes de
acción eficaces para solucionarlos, y las autoridades del ejército y la policía
parecen tener las manos atadas para combatir con fuerza y decisión estos
fenómenos, tanto como el de los cultivos ilícitos.
Hay
tres grandes amenazas:
En
la economía interna, las consecuencias del abultado desfinanciamiento del
Estado y el déficit fiscal restringirán el consumo y la inversión pública, que
son fuertes dinamizadores de la demanda agregada. ¿Cómo sorteará un gobierno
que ha tenido los mayores presupuestos de gasto, ahora en un momento de
estrechez, para seguir ofreciendo subsidios y beneficios a troche y moche? ¿Con
cuáles recursos? ¿Cuáles serán sus prioridades y cómo será la asignación
eficiente y eficaz en su aplicación? Los subsidios son parte de la ideología de
su corriente del progresismo político y del interés de defender su preeminencia
para tener un lugar de realce en las elecciones del 2026, independientemente
del candidato que presenten.
¿Podrán
el consumo y la inversión privadas suplir la dinámica de la actividad del
sector oficial? Es muy difícil que sea así, pero es una gran pregunta que solo
el correr del año 2025 nos confirmará. El riesgo país seguirá siendo alto, como
para animar una mayor Inversión Extranjera Directa (IED), y el sector externo
dependerá del segundo de los factores que comentaremos a continuación.
El
impacto en la economía mundial de la elección de Donald Trump en EE. UU. y su
amenaza de una política de altos aranceles, protección del mercado
norteamericano, poca participación en organismos como la OTAN o en suministrar
armas o financiamiento a Ucrania en su guerra con Rusia, la solución “a lo
supermán” que tiene prevista para este conflicto, las trabas a la inmigración,
la persecución de las drogas, las restricciones prometidas a países de
Latinoamérica por sus políticas favorables frente a dictaduras como Venezuela
y, entre ellos, a Colombia, México y Brasil como sus “soportes” diplomáticos y
comerciales. Su posición en los conflictos geopolíticos con China, Irán, Rusia,
Medio Oriente y con Taiwán frente a una eventual invasión china, entre muchos
otros. Y, por supuesto, los propios retos de la economía norteamericana, en el
empleo, el crecimiento y en el progreso de su país, así como los modernos
desafíos de la inteligencia artificial para todo el mundo.
El
tercer problema es lo que suceda en la Venezuela de Nicolás Maduro, ahora y en
el futuro, con la sucesión presidencial de Edmundo González Urrutia, ganador de
las elecciones, en materia de polarización, violencia, economía, relaciones
exteriores y sus consecuencias en el progreso y el desarrollo de esa nación.
Los 2.219 km que Colombia tiene como frontera con ese país y el flujo continuo
de migrantes venezolanos buscando nuevos horizontes son motivos suficientes
para pensar que todo lo que suceda allá repercutirá aquí.
Año
desafiante el 2025, pero según la milenaria cultura china, será el año de la
serpiente que muda de piel, que traerá progreso y bienestar. Esperemos que la
serpiente china nos ayude a sobrellevar tan exigente año. Salud, ocupación,
progreso y bienestar es lo que todos necesitamos.
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