Comentario 28/01/2025
MÁS
SOLUCIONES, MENOS IDEOLOGÍA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Estamos
al frente de un gobierno estatista y totalitario, es decir, un régimen que
pretende que el Estado direccione, intervenga y decida sobre todo tipo de
asuntos de la comunidad a nivel nacional, regional y local. Además, con su
ideología de corte socialista y autocrático, alardea con tener la opinión
correcta y única para cada uno de los temas del país.
Son
pocas en realidad las soluciones y realizaciones del gobierno de Gustavo Petro
en los más de dos años de su mandato. Por andar en polémicas y amenazas a sus
contradictores, se enfrasca en la discusión y no en la solución. Demasiados
intentos y proyectos de reformas en todos los campos, tales como la pensional,
la laboral, los servicios públicos, la salud, la composición de órganos
técnicos, sindicatos y juntas en muchos organismos y cámaras de comercio, la
educación, el sistema general de participaciones, etc., son el día a día de sus
planteamientos. Su injerencia en partidos políticos, grupos sociales y
comunitarios es una constante; quiere tener presencia, mando y decisión sobre
todo y sobre todos.
Pero
las realizaciones en cuanto a la salud, la educación, la pacificación del país,
su progreso, su desarrollo, su crecimiento, el saneamiento de las cuentas
fiscales del gobierno, los ingentes problemas de desempleo e informalidad, el
avance de la infraestructura rural y urbana, el apoyo a sectores productivos, a
empresas agrícolas, agroindustriales, industriales, mineras y de servicios,
entre muchos otros temas, no se ven por ningún lado. Demasiada ideología y poco
gobierno con soluciones reales. Si complementando su discurso se vieran sus
realizaciones, el asunto sería diferente, pero “mucho tilín, tilín y nada de
paletas”.
En
realidad, el problema no es solo con su ideología, es querer imponerla por
encima del pensamiento de los demás y apuntarse como suyas realizaciones que no
lo son. Independientemente de su ideología, un gobierno que sea proactivo, que
ejecute y transforme y en el que se vea el progreso y el mejoramiento en
distintos campos de la actividad del país, sería ampliamente respetado y aún
acatado, pero la sola imposición de su ideología y de su injerencismo
desbordado no deja espacio para la concordia y la armonía con los diferentes
estamentos de la sociedad.
Por
imponer su ideología a rajatabla, está creando problemas complejos en temas tan
sensibles como el sector energético (carbón, petróleo, gas, energías eólicas,
hidráulicas y solares), algunos por poner trabas para su desarrollo y otros por
no avanzar y ser fuente de verdaderas soluciones. Ni hablar del caos en que
tiene el sector salud y la controversial unidad de pago por capitación (UPC),
la cual es insuficiente a todas luces para sufragar la operación del sistema de
salud. Y como estos, hay otros sectores de la actividad nacional que
experimentan obstáculos, pocos avances o verdaderos retrocesos. Por cierto,
está ahuyentando la inversión extranjera, quienes no ven con buenos ojos la
orientación de su gobierno y, por el contrario, observan cómo se eleva el
riesgo país.
Los
problemas de las cuentas de gobierno, como el déficit fiscal, el presupuesto
público, el endeudamiento interno y externo, cada vez tienen un peor “color” y
más lejana solución. También están contagiados por un manejo ideológico y no de
prudencia fiscal.
Si
se suman a la poca acción y ejecución eficiente y eficaz de su gobierno en
todos los campos, los problemas de corrupción o fraude que acusan su campaña y
algunas de sus dependencias de gobierno, como la Unidad de Riesgo de Desastres,
en realidad estamos en un escenario complicado.
Gustavo
Petro, cuando no está peleando o imponiendo a otros su ideología y sus
criterios, está defendiéndose del supuesto “golpe blando” que le quieren dar,
según su opinión, y como respuesta a las actuaciones de organismos de decisión
y control del Estado colombiano. No hay tal persecución ni golpe blando como
afirma el presidente y, por el llamado fuero integral que lo inviste, no puede
pretender estar exento de investigaciones y acusaciones de hechos ocurridos
durante su campaña electoral o durante su gobierno del “cambio”, como lo han
corroborado organismos de justicia nacionales e internacionales.
Compartimos
con el expresidente César Gaviria Trujillo, en entrevista para la Revista
Semana, su comentario (domingo 3 de noviembre de 2024): “Gaviria fue enfático
en afirmar que Petro, más allá de haber salido electo como presidente de
Colombia, piensa que “fue elegido una especie de rey”, ya que quiere
darle instrucciones y órdenes a la Fiscal, a las Cortes, al Consejo de Estado,
al Consejo Nacional Electoral, a las Cámaras de Comercio, a las Comisiones
Reguladoras, etc.
Se
necesitan más soluciones con menos ideología y, por supuesto, con el
cumplimiento de la ley que es para todos los colombianos. De hecho, coincidimos
también con el expresidente César Gaviria Trujillo, actual director del Partido
Liberal Colombiano, cuando afirma, al hablar del presidente que necesita
Colombia para el 2026:
“Uno
que trabaje por todos los colombianos todos los días, que erradique la pobreza,
que construya la paz, que no venga a imponer, sino a concertar, a construir
sobre lo construido, no a arrasar lo que por años se ha construido con tanto
esfuerzo, que trabaje todos los días, que genere confianza, que tenga ideas
claras y modernas, que ayude a la gente. A la gente hay que devolverle la
esperanza de vivir en Colombia, y, entre otras, que no se crea un mesías” (EL
TIEMPO, 3 de noviembre de 2024).
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