Comentario 28/04/2025
LA
PERSONALIDAD DE GUSTAVO PETRO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
La
personalidad es el conjunto de características, rasgos y patrones de
comportamiento, pensamiento y emociones que hacen a cada persona única. Es como
una huella psicológica que distingue a cada individuo y que se desarrolla a lo
largo de la vida, influenciada por la genética, el entorno familiar y social,
la educación, la cultura, las experiencias y las interacciones sociales.
Se
podría decir que la personalidad es lo que define cómo actuamos, cómo nos
relacionamos con los demás y cómo percibimos el mundo. Algunos enfoques
científicos dividen la personalidad en rasgos básicos, como la extroversión, la
apertura a nuevas experiencias, la amabilidad, la responsabilidad y la
estabilidad emocional. Es fascinante pensar en cómo cada personalidad lleva
consigo una historia y una combinación única de factores.
Sin
embargo, hay personalidades como la de Gustavo Petro, el actual presidente de
Colombia, que es en esencia *revesada*, es decir, contraria a lo que cabría
esperar de un presidente en cuanto a su ponderación, su sindéresis y su
adecuada interacción con los medios, los ciudadanos y las instituciones.
Veamos:
*
Ideologizado: Es, ante todo, un hombre con una marcada ideología de izquierda
radical, que se traduce en la defensa del Estado y el ataque continuo al sector
privado, en quienes no reconoce su contribución al crecimiento y al desarrollo
del país. Para él, las acciones de gobierno son únicas e irremplazables y no
son susceptibles de ser desarrolladas con éxito, eficiencia y eficacia por el
sector privado o por otras ramas del poder público. Buena parte de su gobierno
se ha dirigido al ataque continuo a lo privado, incluidos los medios de
comunicación.
*
Sectario: El sectarismo es una forma de pensamiento o comportamiento que
implica una lealtad extrema a un grupo, comunidad, ideología o religión
específica, acompañado del rechazo, la intolerancia o el prejuicio hacia otros
grupos o perspectivas. Tal como actúa Gustavo Petro, complaciente con los de su
grupo político e intolerante con los demás, cuando su mandato como presidente
es gobernar para todos. El sectarismo se manifiesta cuando las personas
priorizan las diferencias y crean divisiones, a menudo causando conflictos y
aislamiento entre comunidades. El sectarismo tiende a fomentar una mentalidad
de "nosotros contra ellos" y de "quien no está conmigo, está
contra mí". Este enfoque limita el entendimiento mutuo y puede impedir la
cooperación o el respeto entre diferentes grupos. Combatir el sectarismo
requiere diálogo abierto, empatía y una disposición para reconocer y respetar
la diversidad, lo cual no parece estar en la mente de Gustavo Petro.
*
Búsqueda de culpables: Cuando las acciones de su gobierno no están dando
resultados, busca culpables de alguna naturaleza, en sus opositores, por
supuesto, y en los gobiernos anteriores, siendo el de Iván Duque, su antecesor,
el favorito y la causa de todos los males, según su opinión. En vez de
reconocer sus errores, hacer los replanteamientos necesarios y buscar nuevas
opciones de solución, Petro se enfrasca en señalar a otros como culpables.
*
Omnímodo: Es decir, totalitario, autocrático e impositivo, con lo cual pretende
tener la razón en todo y, además, invadir campos que no le competen, como los
del Congreso, las Cortes, los medios de comunicación, los partidos políticos,
los gremios, los organismos sociales y los grupos de opinión. Con esto, su
gobierno funge como injerencista y autoritario frente a las demás ramas del
poder o frente al sector privado. Ni hablar de cuando un estamento
independiente entra en contradicción con él; entonces lo quiere desacreditar
frente a la opinión pública, con un ataque feroz y despiadado, utilizando para
ello todas las capacidades que le brinda el Estado y el presupuesto público, a
los cuales no tienen acceso sus contradictores.
*
Extrañamente temperamental: No se sabe si como fruto de supuestas adicciones o
de su propia personalidad, es temperamental en grado superlativo, pasando de
estados de euforia a escenarios de aislamiento, según narran sus más cercanos
colaboradores que están o que han pasado por el gobierno, quienes lo califican
como una persona con la cual es difícil dialogar.
*
Explosivo y agresivo: Reacciona con fuerte irritación usando para ello las
redes sociales o los medios de comunicación, no para buscar consensos, sino
para destruir a sus contrarios. La sindéresis y la ponderación no lo engalanan,
parece que le son contrarias, cuando son las facultades más necesarias para un
buen gobernante, virtudes esenciales para quienes toman decisiones importantes,
como los líderes en cualquier actividad humana, ya que fomentan la reflexión y
la inteligencia en las actuaciones.
*
Bueno para el discurso y malo para la ejecución: El presidente Petro es un buen
orador y él lo sabe, así que se engolosina haciendo discursos sobre lo divino y
lo humano, pero parece que solo se escucha; luego no pone en práctica lo que
promete o sobre lo que reflexiona. De hecho, su gobierno adolece de la más baja
ejecución de su plan de desarrollo, de sus presupuestos y de sus programas:
“mucho tilín, tilín y nada de paletas”.
El
espacio se queda corto para enunciar la abundante gama de características poco
amables y amigables de la personalidad de Gustavo Petro; baste con la
descripción de las anteriores peculiaridades para darse cuenta de que este es
un personaje complejo y difícil de entender y sobrellevar. Aún sin hablar de lo
poco coherente que han sido sus programas de gobierno, como la paz total, por
ejemplo.
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