Comentario 20/01/2020
CHILE, COLOMBIA Y LA JUSTICIA SOCIAL
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
Http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
Con mucho asombro y
sorpresa hemos visto la alteración del orden público y de la tranquilidad ciudadana
en Chile, país que es considerado como modelo de progreso, crecimiento, bienestar
y calidad de vida de sus habitantes, dado el enorme avance económico, político
y social logrado en los últimos años, bajo una estructura democrática, con
libre mercado, apertura a la inversión extranjera, tratados de libre comercio
amplios y con la superación de los conflictos políticos del pasado, al menos
hasta ahora.
Este país se ha
caracterizado por un gran avance en su vida económica y en su bienestar social,
pues ha elevado su nivel de vida notablemente, especialmente para su clase
media quienes conforman el conjunto más importante de la sociedad, con un fuerte
énfasis en la educación como el gran promotor del desarrollo individual y
colectivo.
Sin embargo, la
explosión social de los últimos meses ha sido intensa, violenta y bastante
masiva, por una comunidad que ha pedido una sociedad más justa y con mayor
equidad, llegando, inclusive, a pactarse un cambio de su constitución, si las
consultas populares que van a realizarse por mecanismos democráticos así lo
indican.
¿Qué está pasando en Chile? ¿Qué se pretende ahora? ¿Cómo
explicarlo? ¿Qué ocurrió recientemente con los hechos de violencia?
En palabras del
presidente de Chile, Sebastián Piñera:
“Son dos fenómenos diferentes, por un lado, nos olvidamos y
descuidamos que la igualdad de oportunidades si fuera para todos, que la
igualdad ante la ley si sea eficaz para todos y que la igualdad de derechos si
cobije a todos los ciudadanos. Esto creó un acumulado de malestar social que
ahora explotó.
Pero, por el otro lado, eso es diferente a los actos de
violencia destructiva que amenazaron la ciudad, la infraestructura de
transporte público, los supermercados, los establecimientos públicos, etc.
querían incendiarlos y destruirlos. En todo lo cual se verificó la influencia
de Rusia y Venezuela con las fake news, que invitaban al caos y creaban imágenes
que incitaban a la violencia y que no eran ciertas.
¿Y qué quiere Chile hacia el futuro?
El mismo Piñera
explica: “Chile quiere ser una sociedad
más justa, donde todos puedan desarrollar sus competencias, iniciativas y
oportunidades, no solamente una sociedad exitosa económicamente”
¿Y cómo puede lograr esto la nueva Constitución?
Así mismo dice Piñera: “La nueva constitución debe contener tres pilares:
1.
Defensa
de la democracia, las instituciones, la división de poderes, elecciones libres
y votaciones democráticas, respeto por la oposición, libertad personal sin
restricción de inclinación política, religiosa, étnica, etc.
2.
Libre
mercado, inversión y decisión de los ciudadanos en sus actividades económicas,
con amplia relación con el mundo, con relaciones supervisadas por el Estado.
3. Justicia social: Con igualdad
y oportunidad real para todos”.
Veamos ahora el
contraste con lo que está ocurriendo en Colombia donde, como concepto
general, las manifestaciones sociales
recientes reclaman también mayor justicia y equidad, mejores oportunidades, más
empleo, especialmente para los jóvenes y un mayor bienestar social (salud,
educación, vivienda, pensiones, recreación y cultura, etc.). El Presidente
Duque ha propuesto unas mesas de diálogo con los marchantes para examinar cada
uno de los 104 puntos planteados, y preparar propuestas hasta el mes de marzo,
las cuales serían sometidas a la aprobación del Congreso. Dado que estas
demandas ciudadanas no son protestas contra el Gobierno ni pueden ser
entendidas de esta manera, son cambios socioeconómicos, culturales, políticos y
legales que comprometen a toda la comunidad, especialmente a su clase política,
quien debe obrar en conformidad.
Las peticiones de los
marchantes se clasifican en tres tipos de decisiones y acciones:
1. De
acción inmediata por parte del gobierno: de este tipo son pocas las peticiones
y dependen de las políticas del Gobierno, de las disponibilidades y destinaciones
presupuestales y del plan de desarrollo que ya han sido aprobados, lo cual fue el
compromisos del Presidente al ganar las
elecciones con más de 10 millones de votos.
2. Las
decisiones y acciones que requieren debate, trámite y aprobación por parte del Congreso,
que son la gran mayoría de las peticiones, pero frente a las cuales el Congreso
aún no se hace parte de su análisis y la discusión.
3. Las
que requieren modificación de la Constitución: altamente complejas en su trámite
y demoradas en su concepción, aprobación y puesta en marcha.
Conocer más del caso
Chileno, como también el Colombiano, en sus conceptos y sus aplicaciones, pueden ser una guía y una
fuente de inspiración para generar nuestras propias soluciones, en condiciones
colombianas, para los colombianos. Sin embargo los tres pilares que menciona el
Presidente Piñera son los mismos que debemos preservar para la democracia
colombiana y su estado social de derecho, con mayor equidad sí, pero sin
convertir al Estado Colombiano en una fuente de subsidios en todas las
direcciones, pero sí en un generador de oportunidades para todos y que cada
cual saque el máximo provecho, según su esfuerzo, dedicación y voluntad.