martes, 9 de marzo de 2021

EL ESTALLIDO SOCIAL

 Comentario 09/03/2021

 

EL ESTALLIDO SOCIAL

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Al comentar un reciente estudio del FMI sobre las consecuencias de la pandemia, Antonio Albiñana, periodista y comentarista político español, prevé un estallido de desórdenes sociales tras la crisis sanitaria, hacia mediados de 2022: “Una pandemia pone de manifiesto las fracturas ya existentes en la sociedad, la falta de protección social, la desconfianza en las instituciones, la percepción de incompetencias o de corrupción en los gobiernos, tras lo que sube el riesgo de graves crisis políticas. Calderos de descontento social en lo que echarán sus redes populismos y fascismos de todo tipo”. El Tiempo, 28 de febrero de 2021.

Para nadie es un secreto los graves problemas de pobreza y falta de oportunidades que por décadas han tenido diferentes países en Latinoamérica, más notorios aún en época de pandemia donde buena parte de la clase media se ha rodado hacia condiciones vulnerables y aún de pobreza vergonzante. La razón no es otra que la consecuencia fundamental del bajo dinamismo y por ende el menguado crecimiento económico. En épocas de recesión desaparecen muchos empleos y oficios y, por consiguiente, los ingresos familiares disminuyen, es una clara evidencia de que la demanda agregada de bienes y servicios ha disminuido y en algunos casos ha caído en forma dramática, lo cual afecta negativamente también a las empresas y empresarios generadores de empleo.

¿Qué hay que hacer, entonces?, la respuesta es obvia, restablecer la demanda a través de la recuperación de la dinámica económica, para que ésta requiera de nuevo los empleos y las empresas que se perdieron u otras sustitutivas, retornando al nivel inicial o superior de ingreso de las familias y de mejor bienestar económico cada vez. Esta es la única fórmula válida, factible y posible.

Desafortunadamente otros piensan que no es ese el camino, que todo se soluciona si el Estado asume las riendas de la economía y se convierte en un generador formidable de subsidios a las familias que tienen fragilidad. Este es un hecho que requiere darse en forma temporal y claramente focalizada, no cabe duda de que muchas familias, tanto como muchas empresas, requieren un empujón del Estado para restablecer su actividad productiva y lucrativa luego de la pandemia. Pero, sólo con poblaciones totalmente en línea de pobreza, dichos subsidios deben prolongarse.

La pregunta clave para todos es: ¿De dónde sacará el estado dinero a “chorros” para subsidiar a todo el que tenga dificultades? Y la respuesta es contundente, el Estado no tiene más dinero que el que los propios, honestos y cumplidores de su deber, empresarios o personas naturales, le contribuyan en materia de impuestos. El Estado puede temporalmente endeudarse, pero como dice el refrán popular “no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se venza”. Finalmente, el Estado también tiene que honrar sus obligaciones pagándolas, para lo cual requerirá fatalmente más impuestos.

¿Es fácil decir “que los ricos paguen más impuestos”, pero a ver dónde están esos ricos con capacidad de darle al Estado los impuestos necesarios para que se subsidie a toda una sociedad en condiciones de progreso, bienestar y libertad? Esas personas y empresas terminarían por considerar que sus actividades productivas no valen la pena si el Estado ejerce una exacción de sus negocios o su labor productiva sobre la base de impuestos confiscatorios y, como es obvio, finalmente dejarían su actividad o la trasladarían a un país que sí les ofrezca garantías para ejercer su labor con impuestos razonables. Los países latinoamericanos se caracterizan por altas tasas impositivas, porque han buscado en los impuestos las soluciones, sin embargo, sus niveles de pobreza no han mejorado, en muchos casos con fórmulas de gobierno estatistas y populistas, han desmejorado gravemente.

En consecuencia, la única solución para los problemas económicos y sociales de una comunidad es crecer la economía, por un lado, para que más personas y familias tengan oportunidades productivas y, por el otro, para que el Estado recaude más impuestos por la mayor actividad económica, con tarifas moderadas y crecientes según ingreso, por supuesto, pero nunca confiscatorios, los cuales que se traduzcan en labor social y de desarrollo y no en clientelismo, politiquería y corrupción. No existen más soluciones.

En algunas sociedades se han ensayado cambios en los modelos políticos, económicos o sociales, sin embargo, todas han tenido que reconocer que, sin crecimiento económico, libertad empresarial y lealtad del Estado con las actividades privadas, no hay condiciones para el desarrollo económico y social.

Para no ir muy lejos, el Caso de Chile es sobrecogedor, dado que perdió su estabilidad económica y su liderazgo empresarial, con grave daño a la democracia, ahora amenazada por una reforma constitucional, donde no se sabe a qué lugar se llevará a esa nación que venía siendo ejemplar. Sinceramente no creemos que un cambio en la constitución pueda sustituir la fórmula del crecimiento económico para favorecer mayor equidad y mejores oportunidades. Como afirma Axel Kaiser, director ejecutivo de la Fundación para el Progreso en Chile, en un interesante artículo que tituló “CAOS”, publicado en La República del jueves 4 de marzo de 2021: “Y así estamos, meses después del referéndum con el caos desatado, dando cuenta de la total incompetencia de nuestra élite y con la democracia en riesgo vital”.

Debemos prepararnos para el estallido social, reforzando nuestra democracia, las instituciones, la constitución, nuestro modelo económico, político y social y no hacer oídos blandos a las ilusiones y veleidades de los socialismos populistas y nacionalistas que ya se anuncian por ahí como la mejor opción. No hay solución distinta contra la pobreza que el crecimiento económico con un enfoque de bienestar.

No hay comentarios.:

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...