sábado, 2 de abril de 2022

LA CUESTIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

 Comentario 04/04/2022

 

LA CUESTIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Para los socialistas la propiedad de los medios de producción es o debe ser colectiva y para los comunistas es o debe ser del Estado, ambos fomentan, además, las decisiones centralizadas y estatizadas de lo relativo al funcionamiento de los mercados. Dichos modelos políticos y económicos consideran al capitalismo como un sistema injusto en el que el poder y la riqueza recaen supuestamente en una minoría, dado que el capitalismo, que defiende a la propiedad privada de los medios de producción, permite las decisiones individuales en el mercado. De alguna manera los tres modelos dicen buscar o buscan el progreso y el bienestar de la comunidad donde actúan, a través de programas de tipo social (educación, salud, vivienda, bienestar, seguridad, vejez, recreación y cultura, por ejemplo), si bien en todas las geografías donde actúan existen niveles de pobreza o desigualdad. Algunos teóricos políticos consideran el socialismo como una etapa previa al comunismo, bajo consideraciones tales como las contradicciones entre la burguesía (clase dueña de los medios de producción) y el proletariado (clase obrera y campesina dueños de la fuerza de trabajo), es decir, la lucha de clases.

Los países comunistas benefician a camarillas políticas de sus partidos únicos y a los magnates con influencia en los gobiernos por su poder económico, de alguna manera tienen castas y privilegios para quienes ejercen el poder, tal es el caso de Rusia, China, Corea del Norte, por ejemplo, si bien algunos de ellos han tenido apertura a la inversión privada y extranjera. En los países socialistas debemos distinguir las figuras más socialdemócratas que defienden la democracia, las libertades individuales y la propiedad privada, pero propenden activamente por condiciones de mayor equidad a través de programas de bienestar financiados por el Estado, como ocurre, por ejemplo, en algunos países del norte de Europa, tales como Noruega, Suecia o Dinamarca. Existen otros países más de tipo totalitario y antidemocrático, que limitan las condiciones de bienestar individuales y afectan las libertades privadas, entre ellos: Cuba, Nicaragua o Venezuela. En el último capítulo, el del capitalismo, tenemos las sociedades democráticas capitalistas como Canadá, USA, Francia, Alemania, España, Inglaterra, Colombia, etc.

El socialismo pretende que todos los ciudadanos, supuestamente, se involucren en la administración de los medios de producción, mediante la representación del Estado. El comunismo no permite la participación ciudadana ni las opiniones disidentes. Y el capitalismo, indica con claridad que los medios de producción pueden ser de propiedad individual, con la existencia de la libre competencia y con la regulación natural de la oferta y la demanda para la fijación de los precios en el mercado, o con la intervención estatal, cuando se requiere, para evitar abuso de poderes dominantes, que afecten el interés colectivo.

Ahora, el problema entre estos modelos socioeconómicos y políticos es mayúsculo cuando introducimos el concepto de propiedad privada de los medios de producción o de los bienes o valores de propiedad individual, más allá de los corrientes necesarios para la vida normal de las familias. Veamos:

En el socialismo puro y el comunismo se contempla que todas las personas son iguales, con la necesidad de acceder a los mismos bienes y recursos naturales de un país. Por eso proponen que el control social sea la base para la prosperidad y para garantizar la igualdad y la libertad. La sociedad es igualitaria. En el sistema socialista la riqueza, supuestamente, es distribuida de manera igualitaria entre los ciudadanos para que no recaiga en manos de una minoría. De esta manera, pretende desintegrar las clases sociales y equiparar el acceso a los bienes y servicios para toda la sociedad. En estos países se pretende que no exista la competencia dado que el Estado es el único emprendedor y quien controla los precios. No existe la elección libre del consumidor, solo puede comprar lo que el Estado provee o permite. Este tipo de intervención, teóricamente, pretende evitar la explotación laboral y el monopolio del mercado. En las sociedades capitalistas, por el contrario, cada persona puede competir por la propiedad de los medios de producción y decidir sobre los bienes para su vida, con libertad e iniciativa individual y también puede poseer dichos medios como fruto de su inventiva, esfuerzo y trabajo.

Visto desde la perspectiva histórica, la caída de la Unión Soviética y de muchos otros experimentos del tipo comunista, que condujeron a situaciones de extrema pobreza y verdaderas hambrunas, cuestiona, desde la raíz, el modelo económico, político y social del socialismo o el comunismo puros. Sociedades como China y muchas exrepúblicas socialistas soviéticas adoptaron un modelo híbrido entre la injerencia del Estado y la apertura a la inversión y la propiedad privada de los medios de producción. “No importa que el gato sea blanco o sea negro. Mientras cace ratones, es un buen gato.", decía Deng Xiao Ping al ascender al poder en 1978. El ya anciano Deng, ridiculizó el eslogan promovido por la Revolución Cultural de los años 60 que señalaba que “es mejor ser pobres bajo el socialismo, que ricos bajo el capitalismo”. Por su parte, él señaló de una manera clara y directa que “la pobreza no es socialismo”. Es parte de la historia que Deng Xiao Ping lideró la transformación de la China agraria y atrasada, casi feudal, hacia la economía de mercado y a la creación de empresas de corte capitalista. En la década de los 90, las reformas económicas ya habían logrado que millones de campesinos salieran de la pobreza. Sin embargo, el líder chino continuó con el control político de la sociedad china por parte del partido comunista, como sigue siendo hoy.

Es hora de que aprendamos estas lecciones para Colombia, ahora que en el período electoral hay candidatos, como Gustavo Petro y Francia Márquez, reconocidos socialistas radicales, que hablan de expropiar dinero de los particulares, reformas tributarias más progresivas y sin beneficios para los ricos, acabar con la economía petrolera, con el sistema de las EPS, dar trabajo a todo el mundo por cuenta del estado, pensiones por cuenta del mismo estado, etc. Todo lo cual, como está visto, no es posible y acarrearía un profundo daño económico, político y social, aunque parezcan, cuando se oyen, cantos melodiosos y, como dice, Francia Márquez, Colombia debe “Vivir sabroso”, sí, pero no así.

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