Comentario 22/08/2022
SE
OBSCURECE EL PANORAMA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Luego
de la superación de la pandemia del covid 19, la recuperación macroeconómica y
social del país ha sido notable, hecho reconocido por organismos nacionales,
tales como el ministerio de hacienda y planeación nacional, por organismos
internacionales como la OCDE (organización para la cooperación y el desarrollo
económico), por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y por las agencias de
investigación económica tales como Fedesarrollo. Sin embargo, hay que entender
que el país sufrió una parálisis económica sin antecedentes en su historia y
con graves consecuencias para las finanzas públicas en su déficit fiscal y en
su endeudamiento interno y externo, como resultado del tren de gastos y
subsidios públicos creados para favorecer a la población vulnerable, al empleo
y las actividades productivas durante la contingencia.
A
su vez, y como consecuencia, se presentó un importante deterioro de la
ocupación informal y formal, por la parálisis acaecida y su lento proceso de
recuperación. Hay que reflexionar, también, que no han sido buenos los
“vientos” que provienen del resto de la economía mundial, golpeada igualmente
por el mismo fenómeno de salubridad pública y sus consecuencias, lo cual
afectó, sin distinción, a todas las economías en la geografía universal.
También afloran, como complemento, los problemas causados por algunos
conflictos geopolíticos conducentes a la menor dinámica económica.
Veamos
algunas cifras destacadas que se esperan en Colombia para el cierre del
presente año 2022, entre muchas que podrían ser significativas:
- Crecimiento del PIB alrededor del 5.5 al 6.5%, considerado uno de los mejores a nivel mundial. Prácticamente todos los sectores económicos están en crecimiento.
- Desempleo inferior al 11%. Ya se recuperaron los empleos perdidos durante la pandemia.
- Gran avance en infraestructura de vías terciarias y vías 4G.
- Avance significativo en la matriz energética hacia energías limpias.
- La tasa de pobreza multidimensional bajo a nivel nacional y en especial en las ciudades.
- Gran crecimiento del consumo y la inversión privadas, de hecho, esto es lo que ha dinamizado el crecimiento económico, al no depender tanto del sector externo.
- Buen ritmo en la inversión extranjera directa.
- Buenos precios de las materias primas de exportación como petróleo, carbón y otros minerales o en productos agrícolas como el café, las flores y las frutas.
- Mejoramiento en los índices de confianza del público en general.
Sin
embargo, no todo es tan bueno, hemos presentado algunas cifras de debilidad
como son:
- La elevada inflación, ya cercana al 10%, registro muy lejano de la meta del 3% al 4% propuesta para el país por el Banco de la República. De hecho, el propio Banco ha elevado su tasa de intervención al 9% para combatir y paliar la insospechada inflación.
- Elevadas tasas de interés en todo tipo de créditos y captaciones, con un alza notable frente al año 2021, donde fueron realmente bajas.
- Los déficits en el endeudamiento externo del sector público cercano al 60% del PIB y del déficit fiscal, alrededor del 6% del PIB. Perdimos el grado de inversión debido a estos elementos, si bien van por mejor camino. Aunque ahora se plantea la necesidad de una nueva reforma tributaria para ayudar al gasto social y a las debilidades públicas.
- Déficit en el sector externo de la economía, especialmente, porque es más lo que importamos que lo que exportamos.
- La elevada devaluación del peso frente al dólar americano, una de las más notorias en Latinoamérica.
Los
factores negativos se explican, entre otras razones, por los fenómenos de
desabastecimiento a nivel mundial combinados con los serios problemas
presentados en la logística internacional, realidades exacerbadas por los
conflictos políticos como la guerra en Ucrania y por el grave hecho de
hambrunas y desplazamientos humanos por diversas causas. Además, en el caso
interno de Colombia, las problemáticas ocasionadas en la producción de algunos
sectores que aún están pendientes de recuperarse completamente debido a los
paros y bloqueos que padecimos por las manifestaciones sociales de los dos
últimos años.
De
otro lado, hay signos de recesión o de debilitamiento de las “locomotoras
mundiales” como China, USA y Europa y en algunos de los países del sudeste
asiático. Esto puede afectar la dinámica de la economía mundial como un todo, y
en particular a cada uno de esos países, dependiendo de sus propias condiciones
de desenvolvimiento, y, por lo tanto, obscurecer el panorama futuro para el
mundo entero. De hecho, es posible esperar que, en Colombia, dadas las
condiciones negativas ya mencionadas y al entorno mundial menos dinámico, se
presten tres fenómenos que harán ver el horizonte más gris, como son:
- El consumo, la demanda de crédito y la inversión se resienten y debilitan ante la alta inflación y las elevadas tasas de interés, efecto, este último debido en parte a la necesidad de suavizar o aminorar el alza de los precios, aunque su elevación es ocasionada más por la insuficiencia en la oferta de los bienes y los servicios que por exceso de demanda por parte de los consumidores, la cual empieza a moderarse luego del rebote de la pandemia.
- La situación de inflación, las altas tasas de interés y la fuerte devaluación también podrán en aprietos las finanzas públicas, ya debilitadas por los fenómenos narrados. Además, con la inflexibilidad del presupuesto público y la expectativa de mayor gasto dado el plan de gobierno de Gustavo Petro, no se ven como una buena combinación.
- La necesaria contención de la devaluación del peso colombiano frente al alza de las tasas de interés en los Estados Unidos y la debilidad de nuestro sector externo, aumentarán la expectativa de nubarrones en los ejercicios próximos.
Vamos
a entrar en un período de menor crecimiento, sin llegar a una recesión. Estemos
atentos para que “guerra avisada no mata soldado”.
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