Comentario 23/01/2023
EL
PROBLEMA DE LAS PENSIONES
“Primero renuncio antes de subir la edad
pensional”, presidente Gustavo Petro.
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Una
pensión de jubilación corresponde al pago que se recibe al concluir la vida
laboral, como resultado del ahorro acumulado durante la etapa productiva
(son los aportes más los rendimientos generados), el cual es depositado en una
“cuenta individual” a nombre del titular donde se registra toda su historia
como cotizante, es decir el valor cotizado en cada período y el número de
semanas cotizadas, con la fecha de su pago. Los aportes pueden ser del propio
trabajador o del trabajador en conjunción con su empleador, si se trata de
contratos formales. La persona puede solicitar la pensión después de cumplir 57
años las mujeres y 62 los hombres, siempre y cuando se cuente con el capital
suficiente para la financiación de una mesada pensional que sea igual al 110%
del salario mínimo legal vigente y se haya cotizado el mínimo de semanas
requeridas por la ley, como caso general. En caso contrario, recibe la
devolución de su dinero y sus rendimientos u otras formas de pago especializadas.
En
Colombia coexisten dos regímenes con características diferentes, si bien ambos
pretenden facilitar el ahorro para formar la pensión del jubilado. El primero
son los Fondos privados (AFP Porvenir, Colfondos, Protección y Skandia creados
a partir de 1993 con la ley 100) en los cuales los beneficiarios se pueden
pensionar con 1150 semanas, más o menos 23 años de cotización, a través del
Fondo de Garantía de Pensión Mínima o por su capital ahorrado. En un fondo de
pensiones no hay una edad mínima para pensionarse, se pueden pensionar cuando
se disponga de un capital suficiente para financiar la pensión,
independientemente de la edad. En Colpensiones, fondo público creado en 1946
como el Instituto de los Seguros Sociales (ISS) y luego transformado en el 2007
en Colpensiones, en el cual se requieren 1300 semanas de cotizaciones, más o
menos 26 años de contribución a la pensión, o sea tres años más para
pensionarse con un salario mínimo, con el lleno de los requisitos de edad.
Colpensiones
es un sistema con importantes subsidios del Estado, por lo cual las personas de
altos ingresos buscan dicho fondo, dado que entre más se gana más alto será el
subsidio. En cambio, las personas con pocas probabilidades de conseguir una
pensión en Colpensiones se van más por el régimen de ahorro individual, porque
ofrece más rendimientos, son menos semanas y, en caso de no pensionarse, la
devolución de saldos es 10 veces mayor que la devolución que les daría
Colpensiones. Los faltantes de Colpensiones en el pago de las mesadas pensionales
por insuficiencia en los ahorros del individuo o los subsidios que se otorgan a
las pensiones y a la población vulnerable son financiados por el Estado como
parte del presupuesto nacional, esta es una obligación del Estado, no es un
beneficio discrecional.
El
problema es que el número de pensionados en Colombia es muy bajo frente al
potencial actual y futuro de “jubilables”. De acuerdo con la Superintendencia
Financiera, con corte al 27 de octubre (2022), en el país hay 25,3 millones de
colombianos vinculados al mercado laboral que están afiliados al sistema
pensional. De este total, 18,5 millones (73%) están inscritos en alguna de las
cuatro Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), y 6,78 millones están en
Colpensiones. Sin embargo, el número de pensionados es mayor en Colpensiones,
con 1,56 millones de personas a noviembre de 2022; frente a las AFP, que
acumulan 270 mil personas. Esta diferencia es explicable al considerar la
antigüedad de operación de Colpensiones frente a los Fondos. Sin embargo,
algunos especialistas afirman que, al ritmo de crecimiento de los Fondos
privados versus el público, el número de afiliados pensionados se igualará en
unos 15 años. Los fondos privados administran actualmente cerca de $320
billones en inversiones que favorecen el desarrollo nacional público y privado.
Los Fondos realizan inversiones permitidas por un marco prudencial de
rentabilidad, plazos, diversificación y riesgos apropiados, en montos con
límites especificados; estas instituciones son vigiladas con gran rigor por la
Superintendencia Financiera.
Colpensiones
debería seguir la misma línea de inversiones que los fondos privados para tener
siempre disponibilidad para los pagos pensionales, porque si sus recursos se
emplean con fines diferentes a las pensiones y en el beneficio pensional de sus
acreditados beneficiarios, se acumularán faltantes cuantiosos que deben ser
cubiertos por el Estado con los impuestos de los ciudadanos, es decir, con pago
por parte de la comunidad.
En
Colombia, solo el 24,8% de la población en edad de jubilación recibe una
pensión contributiva. 30,6% de los hombres en edad de jubilación están
pensionados, mientras que solo el 21,3% de las mujeres recibe este beneficio.
¿Cuál o cuáles son la razón o las razones? Evidentemente, la precariedad en el
empleo, la informalidad, la falta de oportunidad de mayor empleo, pero, además,
los problemas de cultura de ahorro y consciencia sobre la vejez.
Lamentablemente, para muchos colombianos la vejez y sus limitaciones no son una
prioridad, además, también tienen la reflexión que las cotizaciones para la
pensión son una contribución que no se requiere, absurdo, pero es así.
Como
se observa, las pensiones son un tema muy sensible en lo social y con gran
impacto económico, máxime al considerar algunos hechos relevantes presentes y
futuros:
- Pocas personas acumulan durante su vida activa productiva las suficientes cotizaciones y semanas para formar una pensión. Aún trabajadores formales que rotan sus trabajos, frecuentemente, terminan por limitar el número de semanas cotizadas por períodos de inactividad entre los oficios que desempeñan.
- Son demasiados los trabajadores informales, los cuales, o bien no cotizan, o sus cotizaciones son muy bajas y ocasionales (aproximadamente 60% de la población ocupada es informal).
- También, las profesiones liberales (abogados, contadores, ingenieros, etc.) que no tienen un empleador a cargo, deben cotizar en forma independiente por el 100% del valor de la cotización.
- La esperanza de vida de los colombianos se ha extendido a través de los años y hoy, en promedio, es de 78 años, pues se dispone de mejor calidad de vida. Esto significa mayor período de uso del beneficio de la pensión si se goza de él, además, si en el caso de muerte del titular de la pensión, se extiende el derecho a cónyuges y sobrevivientes menores, mucho más prolongado es el período de duración del beneficio pensional.
- La pirámide poblacional en Colombia, como en todo el mundo, está cambiando para que cada vez tengamos más población de adultos mayores y menos de jóvenes, dado que las tendencias de fecundidad, esperanza de vida y mortalidad se han modificado a través de los años. El esquema de prima media que administra Colpensiones, basado en la supuesta existencia de menos adultos y más jóvenes cotizantes que aporten para financiar la carga pensional de los mayores, se verá, finalmente, comprometido en su estabilidad y capacidad financiera, por estas y otras razones como por ejemplo el cambio de los oficios debido a la tecnología, salvo que el Estado asuma la totalidad de estas obligaciones, lo cual se traducirá en mayor déficit fiscal y una carga impositiva adicional para todos los ciudadanos.
- Como se observa, los ahorros pensionales no son fondos públicos, son ahorro privado formado por los cotizantes a través de su vida activa productiva, por lo tanto, no están sometidos a las veleidades del poder autoritario de algunos de los gobernantes, quienes quieren emplearlos en gastos públicos o sociales o en la financiación de inversiones realizadas con criterio político, lo cual, si así fuere, sería una expropiación, un abuso de poder y un hecho contrario a la ley y a la propiedad privada.
- El costo del gasto en pensiones le cuesta al Estado la cuarta parte de sus ingresos actualmente (equivalentes a 4.1% del PIB), y viene el crecimiento en el número de adultos mayores para los próximos años. Ni hablar de lo que significaría, en términos presupuestales y de gasto público, una extensión de la cobertura de pensión a no cotizantes e informales como ofrece el gobierno de Petro, todo pagado por cuenta del Estado, es decir, de todos los ciudadanos que pagan impuestos y contribuciones.
- Temas como el número de cotizaciones, su valor, la edad de jubilación y los beneficios pensionales, a más de la baja cobertura de esta previsión, son materia obligada para los gobiernos, los sindicatos, los partidos, el Congreso, las demás instituciones, las empresas y las ONG, para su revisión y actualización en forma realista y no populista, para poder ser viables y financieramente sostenibles. Estos temas no se deben manejar con ideología o controversia política, son temas esencialmente técnicos con enorme impacto social.
Los
problemas de las pensiones son lo suficientemente complejos como para
someterlos, adicionalmente, a una carga de ideología de izquierda que pretende
menospreciar los fondos de pensiones privados y ensalzar el fondo de
Colpensiones. La reforma pensional del Gobierno Petro está enderezada en esta
dirección, con los famosos pilares de ahorro hasta cuatro salarios mínimos
legales en el Fondo público, pero sabemos que menos del 3% de la población
ocupada (asalariados e independientes) ganan más de ese salario. Por esa vía,
en el tiempo desaparecerán los fondos de pensiones privados y sólo quedará el
fondo del Estado, es decir, Colpensiones.
De
nuevo, con Petro, siguiendo su ideología, se busca más Estado y menos privado,
como es la máxima de gobierno de la izquierda radical. Hay que mirar lo que ha
pasado en otros países Latinoamericanos (Argentina, Chile, por ejemplo, etc.)
con los Fondos de pensiones privados, con el modelo que quiere implantar Petro,
para que veamos cómo ha terminado la estatización del ahorro privado pensional
y en qué han parado las pensiones de los jubilados. Hay que evitar que Petro
haga lo que se propone con las pensiones a toda costa. Es perjudicial para el
país, aunque parezca conveniente para su ideología.
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