domingo, 15 de enero de 2023

EL INSONDABLE GOBIERNO DE GUSTAVO PETRO

 Comentario 16/01/2023

 

EL INSONDABLE GOBIERNO DE GUSTAVO PETRO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

La conducta del presidente Petro y sus ministros, de acuerdo con la evidencia de lo ocurrido durante su campaña y los primeros meses de su gobierno, podríamos calificarla como insondable (poco se entiende) e inestable (cambia continuamente). Veamos:

Aún no tiene un plan de desarrollo que oriente el curso de su acción presente y futura, de hecho, según afirma, lo está supuestamente preparando a través de unas asambleas populares vinculantes, donde cualquier mezcla de demandas de la ciudadanía puede surgir, entre sueños, aspiraciones, necesidades y prioridades locales, las cuales pueden entrar a competir frente a otras demandas locales o regionales diferentes, frente al hecho incontestable de recursos esencialmente escasos. Con ello, no hay unas líneas estratégicas de país, es decir, de largo plazo, que le den un verdadero norte a la nación como un todo y a sus regiones, a sus comunidades e instituciones sobre lo que se debe lograr en forma prioritaria. Tratar de complacerlos a todos es imposible y populista, por el hecho de prometer y no cumplir. Son demasiadas las promesas hechas hasta ahora, en muchos frentes y con muchos subsidios. Vamos a tener un Estado proveedor de subsidios, no de ejecuciones.

Los países que, dentro de un modelo de libre mercado y propiedad privada, han logrado mayor desarrollo, a partir de condiciones de subdesarrollo como las nuestra, tales como los llamados tigres asiáticos, trazaron unas prioridades y dedicaron su mayores y mejores esfuerzos a construirlas. Citemos no más a un Corea del Sur con su avance actual en campos como el tecnológico, el automotriz, el naviero, el agrícola y su comercio exterior abierto al mundo. Allí participamos los colombianos como combatientes en la guerra entre las dos Coreas (1951-1954) y en ese país nos recuerdan con cariño, pero se extrañan de cómo a ellos les ha “rendido” la labor del crecimiento y el desarrollo y a nosotros no. La politiquería, el populismo, la corrupción y la ausencia de prioridades nacionales son buena parte de la explicación de lo que nos sucede.

La reforma tributaria que recaudará 20 billones de pesos adicionales, aún no se sabe, a ciencia cierta, en qué y cómo se va a aplicar, fue defendida en la sustentación en el congreso, como urgente y necesaria para apalancar el gasto social y el déficit fiscal, pero su aplicación no está determinada todavía. Al parecer su utilización es a punta de casuística. A última hora apareció, con cargo a esos recursos, el subsidio al SOAT, que era un “incendio con gasolina” que estaba oculto detrás de la falta de amparos con SOAT por los conductores del país en su gran mayoría, y ante los continuos incidentes de tránsito, principalmente de las motos, como vehículos de alto peligro y poco control, con ausencia de educación para su correcto y prudente uso. Está en ciernes, también, la congelación de las tarifas de peajes y la moderación de precios de energéticos y de combustibles. Ya aparece la tragedia en el Cauca (Rosas) que también demandará ingentes recursos y no se sabe cuántas más urgencias irán surgiendo por necesidades o por prioridades políticas.

El programa del cambio del gobierno Petro es un bulto de anzuelos, difíciles de desenmarañar, porque, primero, según el gobierno, todo hay que cambiarlo, lo cual no es una buena idea por aglomeración de prioridades y escasez de recursos humanos, técnicos y presupuestales, todos terminarán jalando para su lado y nada tendrá cabal ejecución en el año 2023 que se espera sea especialmente difícil en lo económico y lo social. Segundo, cada ministro trae su reforma y para cada uno de ellos es natural que la suya sea la más importante y necesaria, y todas van a tramitarse conjuntamente: las reformas, rural, la política, la de pensiones, la de salud, la de minas y energía, la de educación, las laborales, las regionales, las del nuevo ministerio de la igualdad, la reestructuración de las fuerzas militares y de policía, las de la justicia, las de combate al narcotráfico y la no extradición, y muchas otras, etc., etc.

Aún no conocemos muchos detalles sobre el texto de esas reformas, lo conocido, hasta ahora, como intención de cambio en todas esas materias, es una transformación radical y traumática para el país, tiene mucho de ideología social, pero no consulta otros criterios de viabilidad, financiación, oportunidad y conveniencia. Son una verdadera contravía con el statu quo en cada una de esas actividades sensibles. Como en cualquier decisión política y legal que produce profundas modificaciones y que implica nuevos riesgos, la aplicación debería ser muy moderada y paulatina. Pero baste ver las afirmaciones y declaraciones de los funcionarios del gobierno relacionados con cada uno de los temas, están llenas de “ires y venires”, controversias y contradicciones, imposiciones (verdad revelada), lo cual, en vez de orientar, confunde, genera incertidumbre y, en algunos casos, miedo a lo que sigue y lo que va a pasar.

La paz total, con “negociaciones, sometimientos y acogimientos” con delincuentes de muchos tipos, con narcotraficantes, con disidencias y con quienes dicen tener convicciones políticas contrarias al Estado de derecho, si bien tenemos un gobierno de izquierda cercano a ellas y el supuesto “acuerdo” de cese al fuego bilateral con cinco grupos delincuenciales, cada uno de ellos con las más disímiles conductas y motivaciones, es un potencial fracaso y va a terminar por ralentizar la anhelada paz; la cual, en esos términos, como concepto es loable, pero como ejecución, es compleja, de difícil financiación, verificación y aplicación, y en forma simultánea todos esos “sabores” juntos, peor, como dijera el propio Roy Barreras, presidente del Senado y miembro notable del partido de gobierno, es un “salpicón” difícil de “tragar”.

Frente al nuevo ministerio de la igualdad, ¿se requiere un nuevo y costoso ministerio para garantizar el cumplimiento de la ley, cuando existe todo un aparato estatal para hacerla cumplir. El derecho de igualdad y equidad es parte de nuestra constitución nacional y debe ser respetado y acatado por todo tipo de organismos, instituciones y personas, como rezan los artículos de la constitución que se mencionan, así:

Artículo 5. El Estado reconoce, sin discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona y ampara a la familia como institución básica de la sociedad. Artículo 7. El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana. Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptara medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que, por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.

Todo eso y mucho más forma parte del insondable e inestable gobierno de Gustavo Petro.

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