Comentario 30/03/2023
LA AGENDA
DE DIÁLOGO ENTRE EL GOBIERNO Y ELN
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
El
Ejército de Liberación Nacional (ELN), es una organización guerrillera
insurgente, narcotraficante y terrorista colombiana de extrema izquierda que
opera en Colombia y Venezuela. Se define como de orientación marxista-leninista
y pro-revolución cubana. El ELN se formó al mismo tiempo que las FARC, en 1964,
y en el mismo contexto: un Estado cogobernado, en el llamado frente nacional,
por dos partidos políticos que excluyeron cualquier propuesta alternativa, y en
medio de la euforia que generó la revolución cubana en la región. Sin
embargo, el ELN no es una guerrilla campesina como las FARC. Sus fundadores
fueron intelectuales urbanos y sacerdotes, inspirados por la ideología
marxista, que fueron a entrenarse a Cuba y desde un principio recibieron financiación
de Fidel Castro. Además, a diferencia de la estructura vertical de las FARC, el
ELN opera como una federación: sus frentes a lo largo del país tienen autonomía
y las decisiones pasan por complejos procesos de conciliación.
Hoy
en día, el ELN está conformado por algo más de cinco mil integrantes,
incluyendo redes de milicianos infiltrados en la población civil. Esa fuerza se
distribuye entre Colombia y Venezuela, pero sus objetivos en cada país son muy
distintos. En Colombia actúan como guerrilla desafiando al Estado, pero en
Venezuela actúan como paramilitares al servicio del gobierno de Maduro, según
se afirma, régimen del cual reciben apoyo y favorecimiento para su libre
movilización.
Todos
los gobiernos de Colombia, desde los años 60, han intentado, de una forma u
otra, negociar la desmovilización del Ejército de Liberación Nacional, pero
esos procesos de paz han fracasado sucesivamente, por ser una guerrilla sinuosa
y de difícil concreción, dado su mando disperso y su interés en tomar el
control del Estado. El último intento de paz fue en el gobierno de Iván Duque,
quien tuvo que suspenderlo luego del atentado terrorista en la Escuela de
Policía General Santander en Bogotá donde fallecieron 23 de sus integrantes.
Ahora el presidente Gustavo Petro, quien militó en la guerrilla del M19 hasta
su desmovilización en 1989, volverá a intentarlo con su Paz Total, si bien los
atentados a civiles y militares, los secuestros, la afectación a la
infraestructura, el narcotráfico, el lavado de activos y las extorsiones del
ELN surgen todos los días en muchas regiones de la geografía nacional. Ya se ha
pactado una agenda de conversaciones con los más diversos temas, incluyendo los
siguientes:
- Participación de la sociedad en la construcción de la Paz.
- Democracia para la Paz.
- Transformaciones para la Paz.
- Víctimas.
- Fin del conflicto armado.
- Plan General de Ejecución de los acuerdos entre el gobierno nacional y el Ejército de Liberación Nacional – ELN. El documento también habla explícitamente de un cese al fuego y hostilidades de carácter bilateral para la superación del conflicto armado, pero esto no está garantizado hasta ahora.
Vamos
a referirnos en este comentario a los dos primeros temas por considerar que son
de una gran preocupación para la constitución, las Instituciones, el modelo
económico y democrático, la libertad de empresa, de la propiedad privada y del
funcionamiento de los mercados en Colombia. Por supuesto, en los demás
temas también hay elementos de preocupación, pero veamos los dos primeros en
detalle (tomado del El Espectador 10 mar. 2023). Esta es la agenda definitiva,
que llamaron el ‘Acuerdo de México’:
I. PARTICIPACIÓN
DE LA SOCIEDAD EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA PAZ
La
Participación de la Sociedad en la Construcción de la Paz será ejercida en los
siguientes términos:
- Un camino para la construcción de una alianza política y social hacia un gran acuerdo nacional.
- En función de identificar las causas de los problemas fundamentales del país, y de proponer iniciativas y procesos que conduzcan a las transformaciones para la paz.
- Un ejercicio democrático de movilización de la sociedad en torno a la planeación, decisión e implementación eficaz de los acuerdos en las regiones y la nación.
- Un ejercicio dinámico y activo, incluyente, pluralista y vinculante que permita construir una visión común de paz que propicie las transformaciones para la nación y las regiones.
- Una forma de fortalecer la participación efectiva y eficaz de las mujeres y las poblaciones históricamente excluidas, discriminadas y precarizadas -niños, niñas, adolescentes, juventudes, adultos mayores, pueblos étnicos, campesinado, trabajadores, privados de la libertad, la diáspora, población LGBTIQ+ y en condición de discapacidad-, en la construcción de la democracia para la paz.
II. DEMOCRACIA
PARA LA PAZ
Este
punto de la agenda conduce a las siguientes acciones:
- Revisar y fomentar la participación y las decisiones de la sociedad en los problemas que la afectan, y que puedan materializarse en instrumentos de política pública eficaces en los territorios urbanos y rurales.
- Examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico, el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación nacional.
- Evaluar el tratamiento que se le da a los conflictos políticos, sociales y ambientales en función de la construcción de la paz.
- Revisar el marco normativo y garantías para la manifestación pública, tratamiento de la situación jurídica de los sindicados y condenados en desarrollo de la movilización y la protesta social.
- Incentivar la participación de la sociedad en la construcción del poder ciudadano.
El
punto que resulta más inquietante es el que en la agenda quedó como el 2.2, que
propone “Examinar, desde una perspectiva democrática, el modelo económico,
el régimen político y las doctrinas que impiden la unidad y la reconciliación
nacional”. Ello representa un cambio radical frente a lo que fueron las
negociaciones con las antiguas Farc en La Habana, en las que para el Estado
colombiano esa fue una línea roja: no negociar el modelo económico. En ese
segundo punto, que de manera genérica se denomina Democracia para la paz,
también se incluyó el tratamiento de la situación jurídica de los sindicados y
condenados en desarrollo de la movilización y la protesta social.
Nuestras
inquietudes son muchas, pero especialmente: ¿esta es la agenda para discutir
con 5.000 guerrilleros y para ser impuesta a todo el país?, ¿no debería ser
esta la agenda de temas a debatir en el Congreso con todas las fuerzas
políticas y vivas de la nación? Y, además, con estas complejas y diversas
temáticas, ¿cuánto van a durar las nuevas negociaciones con el ELN?, ¿de nuevo
serán eternas y nada concluirán?, al mejor estilo de lo que ellos saben hacer.
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