Comentario 27/03/2023
REFORMA
LABORAL FUERA DE CONTEXTO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Como
fue anunciado desde la campaña presidencial, el gobierno de Petro ha presentado
una reforma adicional, en este caso la laboral, a la consideración del país y
por supuesto del Congreso de la república que es el órgano encargado de su
revisión, modificación y aprobación, y al posterior control constitucional,
cuyas consecuencias vamos a comentar brevemente.
Partamos
primero de evidencias tales como que somos un país madrugador, ya que en
promedio nos levantamos a las 6:30 am, más temprano que en otros países, pero
nos rinde muy poquito, ya que somos el último en producción por hora en el
concierto de las economías de la OCDE: hoy tenemos US 19,50 por hora, cuando la
media de los países allí asociados es de más o menos US 60 por hora, o sea,
producen prácticamente 3 veces más que nosotros por hora. Ni hablar de países
muy desarrollados donde la comparación es de 5 o 6 veces más que nosotros en el
mismo lapso. Ver informe La República del 20 de marzo de 2023. Por otro lado,
sumado al fenómeno de la baja productividad, en Colombia se presenta el hecho
de la desocupación cercana al 13% y de la informalidad de cerca del 60% de la
población productiva, las cuales son características de larga duración en
Colombia y que deberían formar parte del análisis necesario en los planes de
gobierno.
Además,
afirmemos de entrada que la intención de mejorar las condiciones remuneratorias
y de bienestar para las personas que laboran es una deseable aspiración, sin
embargo, la intensidad y oportunidad de esos mejoramientos no siempre es la
mejor. También, reconozcamos, de antemano, que en el sector laboral en materia
remuneratoria siempre existe y existirá una bipolaridad de intereses entre
trabajadores y empleadores, la cual no es ajena ni a los sindicatos que obran
en favor de la defensa de los trabajadores, ni del gobierno el cual, según su
ideología o sus intereses políticos no siempre actúa como fiel de la balanza, y
continuamente la inclina hacia el lado de la fuerza laboral y no de la
empresarial. El gobierno de Gustavo Petro ha estado caracterizado por su
marcado tono socialista, estatizador e interventor y su política ha sido
esencialmente la redistribución del ingreso, más que del crecimiento económico.
En ese contexto veamos los siguientes comentarios sobre la reforma laboral:
La
reforma trae una serie de beneficios sociales en la relación laboral a favor
del trabajador y otros en favor de los sindicatos y sus sindicalizados, como
son (mencionamos solo algunos porque son muchos temas):
- Jornada laboral que llegará paulatinamente en varios años a ser de 42 horas a la semana, para este año de 47 horas, que podrá acordarse su cumplimiento en menos días de labor a la semana.
- Horas extras desde las 6 pm, antes desde las 9 pm.
- Pago salarial por recargo dominical del 100% del pago, antes del 75%.
- Estabilidad laboral reforzada: será difícil y costoso prescindir de un trabajador aún por mejoras y avances tecnológicos.
- Desestimulo o prohibición a la tercerización y los contratos a término o por horas.
- Garantías a la asociación sindical y preeminencia de los sindicatos.
- Vinculación laboral de trabajadores de plataformas tecnológicas con prestacionales y parafiscales plenos, tipo Rappi.
- Otras y diversas normas garantistas de la vinculación laboral o de la tarea sindical.
Pues
bien, independientemente de las razones de equidad que pudieran argumentarse,
lo que a todas luces sucede, desde el punto de vista empresarial, es un
encarecimiento de los costos laborales, vemos algunos conceptos apoyados en los
estudios, hechos por FENALCO, publicados por el periódico EL TIEMPO el 19 de
marzo:
- La rebaja paulatina de la semana laboral hasta 42 horas ocasionará un incremento de los pagos laborales, en este año del 2% adicional en el costo laboral.
- El incremento del salario mínimo fue del 16 % originado en la mayor inflación soportada durante el 2022.
- Las nuevas cargas laborales consagradas en la reforma tomarán un rango de incremento en los costos laborales del 12% al 17% según el tipo de empresas, especialmente duro para establecimientos que tiene jornadas de actividad comercial o en el tránsito día-noche, desde las 6 pm, y en los dominicales, como son muchos comercios y servicios.
- En síntesis, una elevación de costos laborales, sin las consideraciones que favorecen a los sindicatos, de 30% como mínimo, con igual productividad y sin un logro significativo en el descenso de la inflación o en la moderación de algunos insumos productivos. Este mayor costo será difícil de trasladar a los precios de venta en un ambiente recesivo y de alta inflación. Es decir, el efecto final será en el margen neto de las empresas, especialmente las de comercio y servicios, que suele ser alrededor del 5%.
Pues
bien, concluyamos con decir que la reforma laboral es garantista hacia el
trabajador y los sindicatos, poco equilibrada para el empleador, no fomenta la
creación de empleo o la formalización de los informales ni crea mecanismos para
fomentar el elevamiento de la productividad. De todas las complejas variables
que caracterizan nuestra realidad productiva, sólo se le dio importancia a
elevar los costos laborales. Ni hablar si la reforma es, además, oportuna, en
un entorno nacional e internacional recesivo y volátil, con incertidumbre y
desconfianza, como el que hoy tenemos. Para superar esa desconexión entre
horas laboradas y su costo versus la baja productividad mencionada, hay que
trabajar en incorporar nuevos conocimientos, mejor tecnología y fortalecer el
capital humano y empresarial. Una economía progresa si su productividad mejora,
no si sus costos laborales se elevan, sin consideración a los demás factores
productivos. Mal camino en mal momento, estamos haciendo populismo y demagogia,
no buen gobierno.
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