Comentario 25/09/2023
LOS
COMBUSTIBLES FÓSILES
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
El
G77+China es un grupo de países en desarrollo que busca promover sus intereses
económicos y políticos colectivos, así como fortalecer su cooperación SUR-SUR.
El grupo se formó en 1964 con 77 países miembros, pero ahora cuenta con 134,
incluyendo a China como socio estratégico. Como punto de partida hay que
entender que los países del SUR, en la geografía del mundo, son sociedades
menos desarrolladas y económicamente pobres frente a los países del NORTE.
El
G77+China es el mayor bloque de negociación dentro de las Naciones Unidas y
aborda temas como el desarrollo, el comercio, el cambio climático, la deuda
externa y el sistema financiero internacional, el uso de las tecnologías, el
mundo digital, el acceso a las nuevas energías, entre otros. Justamente, el 15
y 16 de septiembre de 2023 se celebró esta cumbre de jefes de Estado y de
Gobierno en La Habana, Cuba. Algunos hechos de este G77+China quedaron en su
declaración final, en la cual el grupo exigió una nueva estructura financiera
internacional que sea más inclusiva, democrática y transparente, que respete la
soberanía y la diversidad de los países en desarrollo y el hecho de pertenecer
a un mundo multilateral. Además, la necesidad del acceso a nuevas tecnologías
digitales y a las energías no contaminantes.
Por
su parte, el presidente Petro, en esta cumbre, como en muchas otras anteriores
sobre cambio climático, de nuevo se refirió a la necesidad de transitar hacia
economías descarbonizadas, para lo cual indica que el camino es disminuir la
deuda de los países en desarrollo haciendo una modificación estructural en los
organismos de crédito multilaterales, para que, a través de una emisión
universal de derechos especiales de giro suscrita por las potencias del NORTE,
se cancelen las deudas de los países de menor desarrollo, los del SUR, de tal
manera que éstos puedan tener espacio en sus recursos económicos para
dedicarlos al cambio climático. Sin embargo, estas propuestas no formaron parte
de la declaración final del G77+China, ¿por qué?
En
otras intervenciones del mismo presidente Petro relacionadas con este tema, se
insiste en la necesidad de transitar desde el escenario del uso de combustibles
y gas de origen fósil y fuentes de energías contaminantes como los derivados
del carbón y del petróleo, hacia combustibles y energías limpias como las
eólicas, solares, plantas nucleares, hidrógeno verde, geotérmica, etc., lo más
pronto posible. Inclusive, propone Petro, con su marco ideológico de extrema
izquierda, el desestimulo o el rechazo de la exploración y explotación de estos
recursos o el limitar su desarrollo futuro, con marcos impositivos elevados,
restricción de operaciones, licencias y permisos o consultas previas, como
acaba de ocurrir con la firma Enel quien tuvo que suspender la construcción del
parque eólico en la Guajira por falta de garantías para su desarrollo y por
exigencias económicas de la población Wayuú. Tampoco estas propuestas fueron
acogidas por el G77+China, de nuevo, ¿por qué?
Las
preguntas en estos foros, son sobre el tiempo o el período de transición a
economías con combustibles y energéticos limpios y no contaminantes del medio
ambiente, el acceso a las tecnologías y conocimientos necesarios para esta
transformación y el altísimo costo de su financiación, comenzado porque las
fuentes de energía y combustión no contaminantes son tan costosas en su
producción actual que algunas son inaccesibles para países en desarrollo,
además, se sabe que muchos de los desechos que producen son también
contaminantes y requieren largos períodos de reciclaje y descontaminación para
poder volver a la naturaleza, lo cual, también, significa altos costos y
grandes riesgos ambientales.
Está
de por medio las reflexiones del presidente Lula del Brasil en la reciente
reunión en la Amazonía con el presidente Petro, y ante la propuesta de este
último de abocar la sustitución de combustibles fósiles lo más pronto posible,
frente a lo cual Lula afirmó: “No se trata de abandonar el petróleo y el gas de
un día para otro, sino de hacerlo de forma progresiva y justa, garantizando la
protección social y la reconversión laboral de los trabajadores y las regiones
afectadas". Específicamente, Lula ha defendido la necesidad de avanzar en
la transición energética hacia las fuentes renovables, con énfasis en la
energía solar y la eólica, para reducir las emisiones de gases de efecto
invernadero y cumplir con el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Sin
embargo, también ha reconocido que Brasil aún depende en gran medida del
petróleo y el gas para su economía y su seguridad energética, por lo que ha
propuesto una transición paulatina que no deje atrás a los trabajadores y las
comunidades afectadas por el cambio.
Estamos
llegando a una especie de encrucijada:
- Necesitamos las energías y combustibles de origen fósil para mantener la estabilidad y la buena marcha de nuestras economías.
- Así mismo, necesitamos llegar a energías y combustibles limpios, para lo cual requerimos los recursos generados por las primeras
- Necesitamos conocimientos, tecnologías que no disponemos y el apoyo financiero de las economías desarrolladas.
- Hay que contar con recursos económicos para financiar la acción climática que proteja el medio ambiente
- Por consiguiente, no podemos dar estos pasos solos, debería ser una acción concertada entre NORTE y SUR.
Al
comentar sobre estos temas el analista senior de EL TIEMPO, Ricardo Ávila
Pinto, cuando compara la posición de otros países y la de Colombia, afirma: (EL
Tiempo 17 sept 2023, página 1.29): “En cambio los colombianos se asoman a una
verdadera pesadilla: De seguir las cosas como van, gana fuerza el escenario de
mayores costos y oportunidades perdidas en Colombia, la cual se expone a
convertirse en espectadora impotente de un planeta que no dejará del todo el
petróleo, mientras se acostumbra a producir y a usar la electricidad de manera
sostenible”.
Vamos
para el peor de los mundos, con recursos energéticos provenientes de los
hidrocarburos propios y disponibles, necesarios para el país, sin poder
explotarlos ni emplearlos, pero sí tener que importarlos para usarlos, para, de
todas maneras, afectar el medio ambiente con su necesaria utilización, mientras
invertimos ingentes sumas de dinero en su sustitución. Y Petro repitió su
propuesta en la ONU el 19 de septiembre, frente a oídos de los asistentes
“generalmente sordos”.
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