domingo, 7 de abril de 2024

CRECE LA INCERTIDUMBRE

 Comentario 08/04/2024

 

CRECE LA INCERTIDUMBRE

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Cuando no tenemos certeza sobre lo que ocurrirá en un futuro con un acontecimiento esperado, sea de ocurrencia cierta o incierta, hablamos de incertidumbre, es decir, la falta de certidumbre sobre lo que va o puede suceder. Las decisiones empresariales, privadas y gubernamentales, pasan siempre por reflexionar sobre el grado de incertidumbre que rodea la respectiva decisión, sea para expedir una resolución o una norma, ejecutar una acción, para realizar un proyecto o para ejecutar un programa. La incertidumbre en un país surge de diferentes factores como son y específicamente en el caso de Colombia:

·         El entorno político y social

En este caso está en cuestionamiento la estabilidad regulatoria y la sindéresis de las decisiones políticas del gobierno nacional o regional, quien debe obrar primero dentro de la constitución y segundo con miras al logro del bien común. Las tendencias ideológicas tanto como las programáticas, influyen decididamente en la incertidumbre, o sea, el tono, el discurso y la orientación de cada gobierno si es de corte totalitario, estatista o autocrático, por un lado, o liberal, respetuoso de la propiedad y el ejercicio privado y con decisiones que consultan la división de poderes y las instituciones del país, por el otro. El primer escenario genera grandes temores por el estatismo y el intervencionismo de Estado, las segundas, generan mayores niveles de confianza y certidumbre, por el respeto a la actividad privada. Pues bien, en Colombia el entorno político está enrarecido pues se tiene un gobierno de corte totalitario, estatista y autocrático, el de Gustavo Petro, que no ha querido gobernar con una buena gestión y en colaboración con otros partidos y con el sector privado, por el contrario, su enfoque es de formas dogmáticas e ideológicas, lo cual ha contribuido a la polarización política tan acendrada que jamás la ha tenido el país.

El gobierno no ha hecho buenas relaciones ni con el congreso y las demás instituciones del Estado, ni con los demás partidos políticos, como tampoco con Cámaras de Comercio, ONGs, asociaciones y corporaciones ni con los gremios. Su talante autoritario y sectario se han impuesto frente a la potencial armonía y colaboración.

El destino de las reformas sociales del gobierno, sometidas a la consideración del Congreso, está por verse y muchos otros proyectos y programas aún no cogen vuelo, no por su oportunidad sino por su agresivo y desafiante contenido; el lema de “el gobierno del Cambio” se ha llevado a un desafiante extremo.

El gobierno en sí mismo es un caos, es como si a propósito se fomentara el desorden, la falta de decisión, de acción y de oportunidad en la gestión, frecuentemente llega tarde. Es extraño cómo aún con un abultado presupuesto no se gestiona una acción de gobierno llena de obras y realizaciones. Es un gobierno que tiende a la confrontación, al desafío y a la pendencia, con expresiones insultantes, desafiantes y ofensivas. La estabilidad de sus ministros y funcionarios se caracteriza por una acelerada rotación e improvisación. Los cargos no se nombran por merecimiento e idoneidad sino por amiguismos y preferencias, muchos favores políticos por obras, acciones o decisiones del pasado a favor de su actividad política se saldan por parte del gobierno Petro con uso del presupuesto público, especialmente en la carrera diplomática. La agitación social ha sido una constante, aún promovida por el propio gobierno que trata de sacar sus “huestes” a la calle para movilizar la ciudadanía con consignas sociales y programáticas, de un corte ideológico que favorece el odio de clases y la confrontación de sectores diversos de la comunidad que tienen diferentes enfoques políticos y estilos de vida. Además, la paz total es un proceso que no ha cuajado y por el contrario son cada día más y mayores los frentes de violencia en la geografía nacional.

Para todos los sectores de la economía, sus ONG, sus organizaciones y sus gremios lo que todo esto significa es mayor incertidumbre política y, por supuesto, con sus implicaciones económicas, porque como se dice popularmente “nadie sabe dónde va a parar ese globo (el gobierno)”

·         El entorno macroeconómico.

Como es obvio, las buenas condiciones macroeconómicas prevalecientes, presentes o esperadas, favorecen el desenvolvimiento de los niveles de incertidumbre a la baja y en contrario sentido, cuando la macroeconomía se deteriora la incertidumbre se exacerba ante la percepción de mayores niveles de riesgo. Pues bien, la economía colombiana está atravesando un escenario de desaceleración económica con caída de la inversión privada e insuficiente inversión pública. Ya hay varios sectores decrecientes como la industria, el comercio, los bienes de consumo durable, la construcción de obras civiles, la vivienda, y algunos sectores agropecuarios, entre otras actividades económicas también golpeadas.

De hecho, la inversión interna privada bruta pasó del 19.1% del PIB en el 2020 al 12.9 % esperado para el 2024 (o menos), esta abultada caída será la causante de mayores niveles de pobreza y falta de actividades productivas que alivien la cifra de desempleo que ya se eleva al 10.7%. El efecto contra cíclico de mayores inversiones del Estado no se ha dejado sentir, no se sabe estructural o ideológicamente qué sucede con la decisión de inversión del Gobierno Nacional.

Como afirma el FMI en reciente artículo publicada en EL Tiempo, 2 de abril de 2024, al referirse a la caída de la inversión en Colombia y en otros países de Latinoamérica:

§  Por un lado, destaca que en Colombia la caída de la inversión ha sido mayor que lo que ha ocurrido en Chile, México, Brasil y Perú, puesto que todos los países han sentido el rigor de las condiciones adversas de la macroeconomía y la geopolítica mundiales.

§  Por el otro, al referirse específicamente a Colombia, afirma: “Si bien los resultados confirman el impacto negativo en la inversión del país del endurecimiento de las políticas monetarias para control de la inflación, también sugieren que la incertidumbre política ha jugado un papel importante en el caso de Colombia”.

En síntesis, los dos tipos de impactos, el político y social, por un lado, y el macroeconómico, por el otro, están afectando los niveles de incertidumbre en Colombia y por consiguiente la inversión privada, con sus consecuencias en el empleo, el desarrollo y el crecimiento del país. La dinámica de la economía es muy sensible a las percepciones de las personas y de los empresarios, frecuentemente decimos que “cada cual es dueño de su miedo”, cuando las señales muestran nubarrones, los mecanismos racionales y emocionales de conducta humanas llevan a reacciones de prudencia o abandono de la decisión o la inversión, para no elevar aún más los niveles de riesgo e incertidumbre. Gobierno Petro “póngase las pilas”, hay que crear condiciones para la certidumbre y para facilitar las decisiones de inversión, no alejar a los inversores con actitudes y acciones que afectan sus intereses privados desde el punto de vista de la ideología radical de izquierda del gobierno nacional.

 

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