Comentario 25/03/2025
LOS 7
SALVAVIDAS POLÍTICOS DE PETRO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Las
declaraciones del presidente Petro al diario madrileño *El País*, donde se
declara absolutamente infeliz y muy cansado, y en las cuales acepta que se
equivocó al creer en la gente que lo rodea, lo hacen ver como un presidente en
retirada, ya en los estertores de su gobierno (Mauricio Vargas, El Tiempo, 2 de
marzo de 2025).
Por
el contrario, Petro será un mal gobernante, pero no un mal combatiente. Tiene
siete salvavidas políticos con los cuales intenta resucitar sus opciones
políticas y el estatus de su gobierno, y casi lo logra cada vez que las cosas
no le funcionan. Sin embargo, rápidamente cambia su fórmula cuando ve que no le
va a salir airoso todo su planteamiento. Veamos los salvavidas políticos:
1.
El llamado a las calles, al activismo y a la movilización: cuando las
circunstancias están difíciles, llama a la movilización. De hecho, su consigna
política para el equipo de ministros es movilización en las calles más que
ejecución u obras de gobierno.
2.
La citación a una constituyente: en un momento determinado le salió al país con
la idea compleja de citar a una constituyente, dado que no lo dejaban gobernar,
según su opinión.
3.
Los proyectos de reformas: ha sido prolífico en plantear cambios, nuevas leyes,
reformas o nuevos procedimientos como elemento distractor de los bajos
resultados de la acción de su gobierno.
4.
Los decretos de emergencia y los decretos anticipados sobre temas de sus
reformas: la respuesta preferida a circunstancias que considera sobrevinientes,
cuando en realidad son estructurales, es emitir decretos de emergencia
económica, política o social.
5.
El lanzamiento de las asambleas populares: a menudo, tanto como el grito de “a
las calles”, ha usado la idea de asambleas populares para agitar los temas y
que sea el pueblo quien plantee las soluciones en aspectos muy complejos y
delicados.
6.
La conmoción interior: es el tema actual, supuestamente para combatir los
hechos violentos de la zona del Catatumbo, en Norte de Santander. Sin embargo,
el mismo argumento valdría para inmensas y diversas zonas del país.
7.
La consulta popular[1]
para impulsar las autodenominadas reformas sociales en el autoproclamado
“gobierno del cambio”: también es lo actual y su último “grito” de campaña ante
la tragedia de las llamadas reformas sociales que no le pasan en el Congreso.
En este caso, con consecuencias de agitación política popular que pueden
trascender el gobierno y proyectarse a las elecciones del próximo año con
consecuencias electorales.
Estas
opciones las ha planteado o empleado el gobierno de Petro para sortear
diferentes situaciones de la vida del país, las cuales, todas sin discusión,
tienen implicaciones funcionales frente al tema tratado, pero políticas frente
al gobierno, sus seguidores y sus opositores, así como con las demás ramas del
poder público.
El
gobierno, desde sus inicios, se victimiza y dice que no lo dejan gobernar, que
le están dando un golpe blando, que hay un bloqueo institucional, que: “Quiero
transformar el país para mejorar las condiciones socioeconómicas de los
ciudadanos, pero la oligarquía, las mafias y la corrupción no me dejan”.
Todos
los gobiernos sufren de las inflexibilidades y rigideces de nuestra
constitución e instituciones y, sin embargo, han podido llevar a cabo una obra
de gobierno. El actual gobierno presenta el registro más bajo en la ejecución
de sus planes, proyectos y programas y en el cumplimiento presupuestal, el
cual, además, se ve agobiado por el bajo recaudo de impuestos y contribuciones.
¿Será
que las personas que él denomina oligarquías o los opositores políticos son los
que no lo dejan gobernar, o es su estilo que no concluye y no “mete goles” por
andar más en campañas de proselitismo o activismo político que en ejecución de
gobierno?
Las
mafias y la corrupción son otro tema. En el gobierno de Gustavo Petro son
demasiadas las sombras, las acusaciones y los hechos probados o en
investigación relacionados con este tipo de fenómenos. Parten de hechos de la
campaña y la violación de topes y normas electorales, de graves hechos de
corrupción en dependencias de su gobierno, por sus funcionarios más cercanos y
de mayor rango, de vínculos con aportantes o financiadores non sanctos, de
compra de conciencias de políticos para favorecer trámites en el Congreso,
etc., etc., etc. El etcétera es muy largo y frondoso.
Lo
malo es que, extrañamente, las investigaciones no prosperan con la celeridad y
la contundencia necesarias. Tanto en el Consejo Nacional Electoral como en la
Fiscalía, la Procuraduría o la Contraloría, así como en la Comisión de
Acusaciones de la Cámara de Representantes, todo parece avanzar con la
velocidad de las tortugas y, a veces, no avanza, sino que retrocede.
Los recientes hechos sobre denuncias del connotado contrabandista Diego Marín, alias papá pitufo, así como los tráficos de influencias para cargos en las aduanas, denunciados por el exministro de comercio Luis Carlos Reyes, son la cereza del pastel de todo el entramado de corrupción y mafia en el gobierno Petro.
Como
un camaleón que muda el color de su piel frente al peligro, el presidente Petro
hábilmente muda los temas de su gobierno y se camufla en los siete salvavidas
políticos mencionados para sobrellevar su mala gestión, defendiendo sus
banderas políticas. Esto es que, de aquí a elecciones, no instrumente nuevos
salvavidas para llevar a su movimiento político de izquierda radical
fortalecido a las votaciones del 2026, aunque ahora quiere hablar de un frente
amplio para agregar a la votación de las futuras elecciones algunos de los
incautos que votaron por él en el 2022.
[1] Con
el plebiscito, el referendo y la consulta popular se integran los mecanismos de
participación ciudadana directa que contempla la democracia colombiana en su
constitución, para ejercer sus derechos políticos frente a los poderes
públicos.
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