lunes, 7 de abril de 2025

LOS FRUTOS DE UN GOBIERNO PROGRESISTA

 Comentario 07/04/2025

 

LOS FRUTOS DE UN GOBIERNO PROGRESISTA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

El progresismo político se autodefine como una corriente ideológica que promueve el avance y el cambio social hacia una mayor igualdad, justicia social y bienestar colectivo. A menudo se asocia con políticas y movimientos que buscan reformas en áreas como los derechos civiles, el medio ambiente, la economía, la educación y la salud pública. Esta descripción suena muy atractiva y es aplicable a muchos partidos y movimientos políticos, no solo a los llamados progresistas. El progresismo varía en sus expresiones y aplicaciones, ya que puede adaptarse a diferentes contextos culturales y nacionales. Cuando el progresismo es acogido por la izquierda radical, se enfatiza aún más el papel del Estado como el principal promotor y gestor de la economía, en detrimento del sector privado, al que se menosprecia como realizador de progreso y bienestar.

Pues bien, en Colombia tenemos un gobierno progresista de izquierda radical a través del movimiento político del Pacto Histórico, con su presidente Gustavo Petro a la cabeza, quien en cada intervención y arenga fustiga al sector privado, tratándolo de fascista, capitalista, oligarca, capataz y opresor. Durante todo el gobierno se ha buscado, por todos los medios, cambiar el funcionamiento tradicional de muchos servicios, adecuadamente manejados y con buenos resultados en su historia, para transformarlos en servicios que el Estado controle y rija. Veamos algunos ejemplos y sus resultados:

* El sistema de salud ha estado basado en un modelo de aseguramiento donde las EPS reciben un pago por persona vinculada (UPC) y con estos recursos administran los servicios de salud que prestan directamente o a través de clínicas, hospitales, laboratorios y farmacias. Este sistema ha generado una cobertura superior al 90% de la población, medicina de buena calidad y con un bajo gasto de bolsillo para las familias. Sin embargo, su cobertura en áreas alejadas o periféricas deja que desear y debe mejorar. Ahora se pretende centralizar los pagos en un organismo del gobierno – la Adres – y crear centros de atención primaria del Estado en zonas alejadas, convirtiendo a las EPS en gestores de salud que coordinen los servicios de las IPS, pero sin administrar los recursos de la salud. Esta reforma fue negada por el Congreso por inviable y ahora pretende ser aprobada de nuevo, con lo cual durante todo el mandato del presidente Petro se ha tenido la amenaza del cambio de sistema, con el concepto negativo de gremios y asociaciones médicas. La incertidumbre es tal que 8 EPS ya tuvieron que ser intervenidas y dos más solicitaron autorización para su desmonte. Las deudas del sistema con todos los actores crecen en sumas billonarias, el deterioro del servicio es evidente y cada día se acumulan las solicitudes de servicios no atendidas. Es claro que la propuesta del gobierno no resolverá estos problemas. Está a la vista una crisis masiva del sistema sanitario del país, evidenciándose la incapacidad de atender las demandas de servicios, los impagos, los mayores gastos de bolsillo de las familias, etc.; una crisis inducida por el propio gobierno, el “chu, chu, chu” pregonado por Petro.

* La reforma pensional fue aprobada y concentrará en Colpensiones (de propiedad del Estado) el grueso de las contribuciones de pensiones de los colombianos. Con lo cual, en el tiempo, dada la insuficiencia del método de prima media para formar una pensión, que es el que maneja el Estado, Colpensiones terminará demandando más y más recursos del mismo Estado, cuando la población de adultos mayores crece y se pensiona, y la población de jóvenes decrece y no alcanza a sufragar con sus aportes el gasto de las pensiones de los mayores. El aporte de las pensiones al acumulado del déficit fiscal del gobierno será cada vez mayor y más demandante, tal que a futuro el Estado no tendrá los recursos suficientes para sufragarlo, con las demás exigencias de gasto que de manera inflexible debe atender. Crónica de un desastre económico anunciado, cuando los demás países han cambiado el régimen de prima media por el de ahorro individual con solidaridad, como el que administran los Fondos de Pensiones en Colombia. Para favorecer supuestamente la ideología y el sistema liderado por el Estado en Colombia, primó la voluntad de “marchitar” el sistema de pensiones obligatorias privadas, que solo administrará pensiones provenientes de ingresos en exceso de 2.3 salarios mínimos, menos del 5% de los cotizantes.

* Al gastar más en pensiones y en otros subsidios del Estado para poblaciones vulnerables, otras instituciones como el ICETEX o la Vivienda de Interés Social (VIS) verán disminuidas sus disponibilidades y, por esa vía, se afectará la continuidad en los beneficios y subsidios para muchas familias. Esto afectará la estabilidad educativa de los estudiantes y de las propias universidades, por un lado, o el ecosistema de vivienda, por el otro.

* En el sector energético, la intervención del Estado al tratar de regular y controlar las tarifas y los agentes del mercado, en un momento de estrechez entre la oferta y la demanda, ha traído como consecuencia grandes distorsiones. Las inversiones que se manejan en este sector son multimillonarias, ampliamente planificadas y de largo plazo, pero los agentes privados no están dispuestos a invertir si ven amenazados sus retornos por la regulación estatal. Como resultado, hay retrasos de muchos tipos en decisiones y acciones que a la altura de estas vigencias deberían haber sido tomadas y cuyas consecuencias se verán unos años más tarde. Los impactos son, como es obvio, no recuperables en los próximos años y se requerirán muchos calendarios para superarlos. Por supuesto, con escasez de oferta, los apagones son una amenaza cada vez más cercana.

* Adicionalmente, la incertidumbre y la desconfianza con las políticas y la intervención del gobierno en el sector minero energético y de hidrocarburos son un “cortocircuito” para la inversión y la correcta gestión de estos ramos de la actividad económica. Ni hablar de lo que está pasando en el sector de energías renovables, como la eólica o la solar, donde las compañías abandonan los proyectos y dejan al país, por falta de sindéresis del Estado en estos sectores o por reacciones populares demandando compensaciones económicas para dejar realizar los proyectos.

* Las reformas que están en trámite se avizoran como nuevos elementos de inestabilidad en la actividad económica privada, una nueva intervención negativa del Estado regulador e interventor que ocasionará retrasos o verdaderos frenos en la actividad económica.

Estos son solo algunos ejemplos de los muchos que día a día saltan a la opinión pública y que demuestran lo inconveniente que resulta para el país el progresismo petrista de izquierda radical. Son sus frutos en el campo económico, sin mencionar la situación de violencia o el deterioro fiscal. En síntesis, requerimos más impulso al sector privado con reglas claras, pero en libre competencia, y un Estado que intervenga solo para regular los mercados con criterios de legalidad, justicia y equidad, favorecer a los menos pudientes y evitar los excesos del sector privado.

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