viernes, 16 de noviembre de 2018

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LA CORRUPCIÓN?


Comentario 17/09/2018



Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo



No es simplemente un tema que se ha vuelto recurrente en las conversaciones de todo tipo de personas, el problema de la corrupción, por su poder destructor de las economías, los gobiernos, las instituciones, las empresas y la sociedad misma, afecta la estabilidad y las costumbres empresariales, gubernamentales y ciudadanas y su nefasta influencia en las ramas del poder público, compromete en forma severa la credibilidad y la confianza de la comunidad en las posibilidades reales del país para el crecimiento, el desarrollo y el progreso, con equidad y sostenibilidad.

A diario escuchamos sobre los hechos, las críticas, las capturas y las iniciativas para combatirla. No más acabamos de tener la exitosa consulta ciudadana anticorrupción, la cual casi logra superar el umbral de los 12 millones de votos para ser aprobada, sin embargo, es tan contundente la manifestación de la ciudadanía que se convierte en un verdadero imperativo nacional en todos los ordenes de su funcionamiento. Esa fue, en mi opinión, una clara manifestación de rechazo, rabia, desespero e impotencia de la ciudadanía frente a la corrupción y una señal de auxilio para lo que ya parece ser un naufragio de las costumbres, la ética y la moral, especialmente en lo público, pero también en lo privado (empresas, ONG, Cooperativas, Fundaciones, Asociaciones, etc.).

En consecuencia, con tan grave problema, es conveniente reflexionar sobre sus causas principales, para prevenir sus efectos y superar lo más pronto posible sus orígenes o al menos el mayor número de casos que pudieran presentarse.

SITUACIONES QUE PROMUEVEN LA CORRUPCIÓN: Algunos autores que han estudiado esta temática enuncian como potenciales factores que pueden desencadenar la corrupción, los siguientes[1]:

  • ·        Presidencialismo y Centralismo: por la concentración de poder.
  • ·         Descentralización de las funciones de control: tienden a volverse venales.
  • ·         Imbricación de las ramas del poder público con el “te nombro, me nombras”, las puertas giratorias, los “favores” políticos, etc.
  • ·         Falta de transparencia en la contratación o los nombramientos.
  • ·         Mafias y carteles que viven del presupuesto público.
  • ·         Partidos políticos, organismos del Estado y Congreso corruptos, ineficaces y ávidos de “mermelada”.
  • ·         Connivencia entre funcionarios del sector privado y del estado en contratos y licitaciones, con una actitud laxa frente a la ley y los procedimientos.
  • ·         Sistemas de contratación enredados, cerrados o poco transparentes.
  • ·         Sistemas de elección popular viciados, tales que conduzcan a campañas políticas costosísimas y a la tendencia de la compra de votos.
  • ·         Trabas administrativas para el otorgamiento de licencias o permisos.
  • ·         Funcionarios que emplean el famoso “cvy” (¿cómo voy yo?) para hacer lo que está a su cargo de acuerdo con sus funciones.
  • ·         Monopolios o carteles de la contratación: educación, pensiones, hemofilia, plan de alimentación escolar (PAE), etc.
  • ·         Organismos de vigilancia y control débiles y/o politizados.
  • ·         Falta de leyes verdaderamente sancionatorias.
  • ·         Un sistema judicial corrupto, permisivo o ineficaz.
La lista no es exhaustiva, pero su sola enunciación perturba la mente y el ánimo de la ciudadanía. Sin embargo, no todo está perdido, puede haber soluciones y, cuando las cosas van más mal es cuando se reacciona, como lo está haciendo el país en este momento y es el propósito del Presidente Duque, que impere la legalidad y que “el que la hace la pague”.

SOLUCIONES PARA COMBATIR LA CORRUPCIÓN: Se mencionan como posibles soluciones, entre otras, las siguientes:

  • ·        Justicia eficaz: todo se investiga y se juzga por poderes independientes.
  • ·         Cárcel efectiva para los corruptos sin miramientos, beneficios o rebajas.
  • ·         Extinción de dominio exprés.
  • ·         Inhabilidades o muerte política para ocupar cargos o ejecutar contratos.
  • ·         Fuertes sanciones económicas no sustituibles por otro tipo de penas.
  • ·         Evitar la “corrupción moral”, esto es, la pérdida de vigencia de los valores que deben orientar el comportamiento personal (integridad, responsabilidad, honestidad), a partir de campañas de educación que se vuelvan cultura frente a la corrupción.
  • ·         Fuerte sanción social: Incluyendo el mantenimiento de una memoria viva, actualizada y divulgada por todos los medios, en forma periódica, sobre quiénes son los corruptos. Desafortunadamente nuestra característica cultural es olvidar muy rápido y ser permisivos. Los hechos de corrupción deben formar parte de la memoria histórica y no se deben olvidar.
Según algunos autores ninguna medida es más eficaz que la sanción social y sus correspondientes inhabilidades. ¿Será que debemos iniciar con el pabellón de los corruptos?


[1] Algunas corresponden al sector público, pero otras, a ambos sectores, público y privado, indistintamente.

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