lunes, 10 de junio de 2019

NO TE LO PUEDO CREER…


Comentario 10/06/2019
NO TE LO PUEDO CREER…
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                               Http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Todos los días en Colombia aparecen nuevos temas de confrontación política, entre los del Si[1], por un lado (Santistas, Petristas, algunos partidos de centro izquierda y los más a la izquierda como el Polo Democrático, la Alianza Verde y el partido FARC) y, por el otro, los llamados del No (el Centro Democrático, el partido Conservador, algunos partidos de centro o de centro derecha y los movimientos Cristianos y Evangélicos). Esta confrontación también ha contagiado a los ciudadanos, sin embargo, las inclinaciones no son así de nítidas en el pensamiento de la ciudadanía en general, ya que, desde hace muchos años, las personas en Colombia aprecian más al personaje que les gusta que al partido que representa. De hecho, el público está saturado de los hechos de confrontación política y ya poco cree en la clase política, en el Congreso, en las Cortes que administran “justicia”, en el Estado en general y en muchas de las ONG que dicen defender los derechos humanos, ocultando un interés puramente ideológico de izquierda radical.

La confrontación entre los del Sí que defienden el acuerdo de paz como fue concebido y los del No que lo atacan por diversas razones, entre ellas por  el plebiscito no respetado, las concesiones hechas a las FARC (incluida la extensión de los narcocultivos como delito político y la ausencia de erradicación en los años anteriores) y su camino a la impunidad a través de la JEP (sin verdad, ni justicia eficaz, ni reparaciones efectivas y tampoco la garantía de no repetición). También, está saturando la mente de los colombianos el caso Santrich que poco le ha ayudado al proceso de paz y ha acabado por agudizar las contradicciones sobre su verdadero contenido, alcance y logros, y por el condicionamiento del país hacia el futuro determinado en el propio acuerdo. Está por verse, además, la reacción de USA frente a los narcocultivos.

Así mismo, agudizan la polarización y las contradicciones la gobernabilidad y la ejecución del plan de gobierno del Presidente Duque, el cual se percibe como bien intencionado, con mesura para  evitar la polarización, pero sin contundencia en los logros y con gran confrontación política en el Congreso (sin mermelada) y frente a las Cortes. Tiene en sus manos un complejo problema de déficit fiscal y de endeudamiento externo, ante las exigentes demandas por soluciones sociales y de desarrollo que el país requiere.

Todo lo anterior, a más de otros temas ocasionales o recurrentes, que no alcanzamos a mencionar en este breve espacio, mantienen la opinión pública en un estado de poco optimismo y mucho desgano con los temas políticos los cuales, o bien no los entienden, o bien no les gustan - por su contenido-, como también por su efecto negativo y de confrontación.

Sin embargo, el país es mucho más que su polarización política y tiene un variado conjunto de temas positivos que en la cotidianidad le permiten al ciudadano, al empleado, al empresario y a diferentes organizaciones gremiales, sociales, religiosas y comunitarias tener una mirada distinta sobre el acontecer nacional. Estos son los que yo llamaría o catalogaría en ese “No te lo puedo creer”, que forman parte del diario vivir y que evitan que la confrontación política nos “derrote”, centrando la atención en lo constructivo, en lo que somos y lo que tenemos, más que en lo negativo que nos acompaña. Veamos algunas de ellas con un breve comentario. Estos, por ejemplo, son muchos de los “no te lo puedo creer” que el país está viviendo. Veamos:

·         El crecimiento económico.
Si bien el contexto internacional es desfavorable por la guerra comercial entre las grandes potencias, los focos de confrontación política y de guerra entre diferentes modelos políticos o religiosos, Colombia ha seguido creciendo en su economía y logrando que el PIB per cápita aumente poco a poco entre los años. Esto se debe a que la economía colombiana depende más del mercado interno que del externo para su crecimiento, la buena noticia es que, por ejemplo, en el 2018, todos los sectores de la economía crecieron positivamente, salvo el de la construcción que tuvo un bache, que se espera sea transitorio. En el primer trimestre de este año, se confirma la tendencia al crecimiento, pero es aún moderado para lo requerido por el país.
·          La clase media.
Cerca de 22 o 23 millones de ciudadanos colombianos hoy forman parte de la clase media, lo cual ha permitido disminuir los niveles de pobreza y aunque los índices de distribución de la riqueza aún están muy concentrados, poco a poco ha crecido una clase media educada, cívica, que mueve la demanda agregada y que piensa en el progreso, no sólo en la confrontación política. Este es quizás el mayor y mejor activo que tiene Colombia.
·         El mejoramiento en la calidad de vida.
No cabe duda que los colombianos vivimos mejor hoy que ayer, con destacables condiciones de educación, salud, vivienda y esparcimiento, todo lo cual ha conducido a que la esperanza de vida hoy sea de 77 años, prueba inequívoca del mejoramiento en el progreso y bienestar de las familias. El contraste de nuestras condiciones de vida versus la de algunos de los países vecinos es notorio y notable.
·         La inversión extranjera directa y el turismo.
Fuera del crecimiento de los sectores de la economía ya mencionados, el crecimiento de la inversión extranjera directa y la dinámica del renglón del turismo en los últimos años han sido crecientes y significativamente importantes, especialmente en algunas regiones, todo lo cual apunta a mejores niveles de empleo, ocupación y bienestar.
·         La clase empresarial
El empresario colombiano es reconocido por su visión y su tesón, y no nos referimos sólo a los grandes empresarios, aún los pequeños y medianos, tienen constancia y empuje para sobrellevar los malos momentos de la economía o de la política y continuar creciendo y desarrollando sus actividades de negocios. Para muchos extranjeros, la clase empresarial colombiana es de lo mejor en Latinoamérica.
·         La felicidad de los colombianos.
En todas las encuestas sobre satisfacción y expectativas de las personas que se hacen a nivel latinoamericano, Colombia siempre se destaca por dos cosas: por un lado, su preocupación por la carga de ineficiencia que le crean al país la clase política y las instituciones del Estado, llenas de corrupción, y, por el otro lado, por su alto índice de felicidad. A pesar de las adversidades, el pueblo colombiano se siente feliz y orgulloso de su patria.

Como los anteriores, hay una buena gama de “no te lo puedo creer” muy positivos, que el espacio no nos permite analizar, pero la invitación es a pensar que en Colombia sí los hay, son significativos y son baluartes para su desarrollo, crecimiento y felicidad.


[1] Se refiere a las posiciones del Sí y el No en el plebiscito del año 2016, el cual se citó para afianzar el proceso de paz, si bien ganó el No, se aplicó el Sí.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...