lunes, 26 de agosto de 2019

ALTERACIONES EN LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL


Comentario 26/08/2019

ALTERACIONES EN LA GEOPOLÍTICA MUNDIAL

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                Http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Entendemos por geopolítica el estudio de las distintas formas de pensamiento político que se presentan en diferentes áreas geográficas del mundo. La geopolítica se centra, entonces, en el análisis del poder político en relación con el espacio geográfico. El mundo está dividido en diferentes corrientes políticas cuyo enfoque se deriva principalmente de la concepción sobre el papel del Estado y su intervención frente a la economía y con los particulares, así como la intervención de los ciudadanos en la conformación de sus gobiernos y de los partidos políticos o grupos de representación política.

Claramente estamos frente a diferentes tipos de modelos políticos, determinados por ser autocráticos, con un partido político único,  o democráticos, con múltiples partidos políticos y, entre ambos extremos, con muchos matices. Por autocrático entendemos modelos de gobierno totalitarios quienes concentran todo el poder en una camarilla (en ocasiones una sola persona quien actúa como dictador) y frecuentemente, también, con los poderes públicos sin independencia (ejecutivo, legislativo y judicial) por estar concentrados en el mismo gobernante. Las autocracias actuales no son del tipo monárquico como en la edad media, pero sí están determinadas por una sola corriente política como la determinante. Por otra parte, los modelos democráticos se caracterizan por gobiernos elegidos popularmente, con varios partidos políticos en contienda, con diferencias manifiestas en su pensamiento sobre el Estado, el modelo de Gobierno, además, en lo económico y lo social.

En el pasado la confrontación entre las potencias representantes de cada modelo de Estado y de Gobierno se llegó a denominar como la “guerra fría”, pues los países tenían intereses expansionistas, con esquemas económicos, políticos y sociales diferentes y cada uno de esos países ambicionaba mayor posesión de recursos naturales (agro alimentarios y mineros) o de ubicaciones geográficas estratégicas para disponer de posiciones ofensivas o defensivas privilegiadas en caso de guerra. El poder militar también ha sido sinónimo de la vigencia de cada modelo político y factor determinante de la geopolítica mundial.

Luego de la segunda guerra mundial se crearon mecanismos globales de entendimiento de las distintas modalidades y enfoques de los países (ONU, OEA, FMI, Banco Mundial, etc.) y acuerdos y tratados para evitar nuevas confrontaciones (No uso de armamentos nucleares, OTAN, Pacto de Varsovia, acuerdos de no agresión, etc.), sin embargo, el mundo ha soportado y sigue soportando todo tipo de confrontaciones bélicas, ya no mundiales, pero sí regionales, las cuales afectan los intereses mundiales. A pesar de todo no hemos estado, de nuevo, en el escenario catastrófico de una nueva guerra mundial. Pero, la “chispa” puede encenderse rápidamente con los actos bélicos de Korea del Norte o Irán, por ejemplo.

Ahora, también en los últimos años el equilibrio geopolítico del mundo se ha venido resquebrajando por diferentes razones, cuya confluencia crea un escenario altamente inestable, muy vulnerable y de gran incertidumbre para toda la economía mundial, el cual, eventualmente puede derivar en condiciones de confrontación no sólo políticas sino también bélicas. Veamos algunas de sus causas:

·         América primero y para los americanos.
Este es el principio con el cual se hizo elegir Donald Trump en los Estados Unidos, y a fe que lo está cumpliendo, generando una ola de progreso en la economía norteamericana que tiene felices a sus ciudadanos, pero alterada toda la economía mundial, con su rechazo al libre comercio y la globalización, con el retiro de los acuerdos de cambio climático, de los acuerdos de inmigración, etc. Con el “muro” ha declarado una guerra frontal contra la inmigración de los centroamericanos y el replanteamiento de la ayuda norteamericana a los países en desarrollo, etc. Trump, además, caza peleas continuamente, parece un “matón de barrio”, hasta sus antiguos aliados ya no lo sienten conveniente.

·         Acuerdos mundiales de comercio.
La salida de USA de los acuerdos mundiales de comercio (OMC) y su guerra comercial reciente con China, a través de aranceles y restricciones, está distorsionando la economía mundial, causando, por un lado, recesiones o decrecimientos económicos y por el otro, desviación del comercio mundial con efectos desestabilizadores en las tasas de cambio de los países o de los precios de los commodities (productos primarios), especialmente, en el caso de los países emergentes. Lo cual ocasionará mayor pobreza y menor bienestar. Esto mismo está haciendo con otras latitudes como con la Comunidad Económica Europea, sin embargo está dispuesto a establecer un acuerdo de comercio con Inglaterra, luego de su salida de la Unión Europea con el Brexit.

·         Tendencias expansionistas.
Hay algunas tendencias expansionistas en el mundo, también fuertemente perturbadoras como la toma Rusa de Crimea, la eterna rivalidad entre Pakistán e India por la región de Cachemira, los problemas territoriales entre árabes y judíos, los problemas migratorios de los países Africanos hacia Europa, y más recientemente la confrontación de Israel con Irán por razones políticas y religiosas, etc.

·         Polarización y radicalización.
La polarización política se ha vuelto una enfermedad casi que universal, las posiciones se vuelven cada vez más radicales y agresivas y pueden causar alteraciones a nivel de los respectivos países, como también a nivel de las regiones, No más ver el caso de las posiciones asumidas por los países latinoamericanos sobre le gobierno y el éxodo de los Venezolanos.

·         Cambio climático.
El cambio climático es cada vez más un serio problema del escenario mundial, con consecuencias catastróficas para la humanidad, sin embargo el mundo no encuentra una línea de conducta uniforme y sólida, con compromiso y acción conjuntas, para abordar el fenómeno y mitigar sus impactantes trasformaciones del medio ambiente, la producción agrícola y animal y la vida en la tierra.

·         El ciberespacio.
El ciberespacio es un nuevo elemento de confrontación por la capacidad de los países de influir en la conducta de otros gobiernos, en sus ciudadanos y en sus entidades, cambiando su destino, como ocurrió con la injerencia rusa en las elecciones norteamericanas o la influencia en los focos de opinión de distintos países manipulados por Hackers, para citar, solo dos de los muchísimos casos.

Sin ir más lejos, entonces, cómo se observa en la breve descripción presentada, hay una gran cantidad de razones de mucho peso para afirma que la geopolítica mundial está alterada, con consecuencias insospechadas.

martes, 20 de agosto de 2019

LA CULTURA CIUDADANA Y LA MUNICIPALIDAD


Comentario 20 de Agosto de 2019

LA CULTURA CIUDADANA Y LA MUNICIPALIDAD

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo.

En muchas de nuestras ciudades colombianas esta cambiando la cultura y las costumbres ciudadanas para adaptarse a las nuevas formas de desenvolvimiento de la cotidianidad, tales como los nuevos sistemas de transporte, las formas alternativas de comunicaciones telefónicas, los ordenamientos legales recientes, los avances tecnológicos (por ejemplo los celulares con sus potentes y diversas capacidades), la conciencia ambiental, los problemas cotidianos de largas filas de espera en sitios de amplia circulación o en sitios de atención especilizada, etc.

La cultura ciudadana está formada por los principios, valores y normas que acatan y respetan los ciudadanos de una municipalidad para el buen funcionamiento de la sociedad y para disponer de mayor bienestar en su vida cotidiana. No cabe duda que la cultura ciudadana ha mejorado en los últimos años y que en muchas ciudades hay pruebas evidentes. Esta cultura surge a través del tiempo, con la experiencia repetida por los habitantes frente a un hecho o situación, por lo cual, paulatinamente, se vuelve una introspección para cada ciudadano y se incorpora a la conducta de su comunidad.

Por supuesto, la cultura de cada municipalidad es diferente y en buena medida es influida por las propias condiciones de vida y, viceversa, la cultura influye en las condiciones de vida. No es lo mismo, por ejemplo, la cultura antioqueña que la costeña, la llanera o la valluna, como es apenas obvio. Cada una está imbuida por el ambiente, las costumbres, la geografía, la historia, la educación, el desarrollo y las maneras de ser y de pensar de sus habitantes.

Quiero resaltar en este comentario algunas culturas que han cambiado para bien y otras para mal, veamos:

PARA BIEN

·         El uso de transportes alternativos.
Es magnífico el hecho de que cada vez más ciudadanos, especialmente, pero no únicamente, las poblaciones jóvenes, estén usando medios de transporte alternativos como la bicicleta, las patinetas y diversas infraestructuras de transporte público, evitando con esto el uso de vehículos particulares, que tanto demandan en infraestructura de vías, en consumo de combustibles, en efecto ambiental y en enormes congestiones. Las autoridades favorecen y han creado facilidades urbanas de señalización en las vías para dejar carriles exclusivos para el uso de estos vehículos alternativos. Desafortunadamente estos carriles están siendo invadidos por conductores de motos irresponsables, carretillas o por peatones descuidados. Los peatones al andén y las motos y carretillas a las vías, esta es una parte de la cultura ciudadana que aún se debe afianzar.

Frecuentemente, y como consecuencia de lo anterior, lo que se está creando es una insuficiencia de sitios de parqueo de los vehículos y, lamentablemente, más calles no vamos a tener, tampoco es frecuente disponer de sitios que puedan habilitarse como parqueaderos y el número de vehículos crece todos los días. Además, soluciones alternativas como los pasos elevados o los deprimidos son tan costosas y de tanto tiempo en su construcción que no son una solución viable para cada lugar de congestión. También, y paulatinamente, la congestión, la polución, el costo de los combustibles, los seguros (Soat y daños), los impuestos al transporte vehicular, el costo de los automóviles están obligando a que usemos la movilidad alternativa y no los automóviles.

·         La conciencia ambiental.
Qué bueno ver a las personas preocupadas por el reciclaje, por evitar basuras en el andén o escombros mal dispuestos, así como por el cuidado de las fuentes de agua o el uso prudente de factores escasos como el agua o la energía o de evitar el empleo de elementos contaminantes. Sin embargo hay que hacer más exigentes las normas de revisión técnica de los vehículos, ya que se ven por la calle, verdaderas carros-chimenea, de alta contaminación.

·         Dar paso al peatón y las normas de tránsito.
Es muy grato ver cómo cada vez más los conductores de vehículos ceden el paso a los peatones en las esquinas, para facilitar su cruce, así como en el cumplimiento de las normas de tránsito sobre parqueo de autos, zonas de circulación prohibidas, límites de velocidad, etc. De nuevo, especialmente las motos, son grandes ausentes en el cumplimiento de las normas, no es raro ver, día a día, muchos accidentes de motos, por sus excesos de velocidad o su incumplimiento de las reglas de tránsito. Cabe decir que los medios de transporte alternativos igualmente deben someterse al cumplimiento de las normas de movilidad y señalización.

·         Apoyar al visitante.
Colombia se ha vuelto un país turístico por razones de conocimiento, diversión, comercio, salud o educación, con lo cual vemos más y más visitantes cada día, quienes requieren de orientación y buena atención. Sería importante incorporar a la cultura de hospitalidad de los colombianos, la conciencia de ayuda y apoyo al visitante. Ellos lo agradecerán y la ciudad progresará.

PARA MAL

·         Las hordas de motos y su forma de conducción.
Si bien alabamos las motos como solución de transporte económico, versátil y de gran utilidad, debemos censurar la conducta de los conductores que cada vez más aparecen como “rápidos y furiosos”, creando situaciones de peligro para todos los conductores y peatones, y para ellos mismos. ¿Será posible contar con conductores motorizados con conciencia ciudadana, con respeto y prudencia por los demás, y no como bólidos desesperados, sin ninguna consideración por los otros?

·         El arrojar basuras al piso.
Aunque cada vez hay mayor conciencia de mantener las ciudades limpias y aseadas, en lo cual ayudan muchísimo las amas de casa, los negocios formalizados y los propios ciudadanos apoyados por las empresas de aseo y de recolección de basuras, que bueno sería acabar de ganar la conducta de mantener un suelo limpio, sin papeles u objetos arrojados en lugares públicos, con basuras depositadas en cualquier sitio y escombros arrumados en las vías.

·         El sonido en volúmenes perturbadores.
Los pitos de los vehículos, los parlantes en las casas, las bocinas con alto volumen de los vendedores ambulantes, la música en las calles, en los sitios de comercio y en los restaurantes con alto volumen, los cuales perturban la tranquilidad pública. En esto hay mucho por hacer, pero se puede, es cuestión de ser conscientes de nuestro entorno y los derechos de los demás.

·         El abuso del espacio público.
Este sí que es un problema mayúsculo, muchas personas con el ánimo del “rebusque” convierten cualquier lugar del espacio público en los más inverosímiles puntos de comercio: empanadas, arepa de huevo, de chócolo, de mote, jugos y frutas, tamales, “guanabanol”, “bolis”, vive 100, todo a mil, loterías y concursos, colectas, ventas de variedades, carretas con frutas, puestos de relojería, zapatería, mecánica, “segundazos”, oferta de servicios o de promociones comerciales, “gaminismo”, mendicidad, etc., etc., etc. El espacio público en zonas de alto flujo de personas se ha vuelto un caos, ni hablar de los semáforos, hoy llenos de venezolanos-colombianos pidiendo una moneda y cada vez más agresivos. Es claro que obedece en parte a los niveles de pobreza nuestros y al éxodo venezolano (a quienes debemos apoyar con solidaridad, pero en forma organizada), pero también, los hay que son verdaderas empresas informales, de explotación de personas, con empresario a bordo y toda una organización para aprovecharse del espacio público y abusar explotando los más débiles.

Esta situación es bien difícil para las autoridades, pero algo se debe hacer: lugares habilitados, zonas demarcadas, “carnetización”, sitios especializados, educación y apoyo, promoción de normas y regulaciones, supervisión por sistemas de adaptación y trabajadores sociales y en último término por medidas policivas (sanciones y arrestos), que en algún momento también son necesarias.

En fin, un lugar más ciudadano y con una mejor municipalidad es una aspiración justa y necesaria para cualquier comunidad.

miércoles, 14 de agosto de 2019

ASÍ ES MUY FÁCIL


Comentario día 14/08/2019
ASÍ ES MUY FÁCIL
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.

Bajo el título de “DEJAR LA PAZ EN PAZ” el ex presidente y nobel Juan Manuel Santos (JMS) publicó en el diario El País de España un comentario en el que se refiere, de nuevo, al proceso de paz en Colombia y su implementación por el Presidente Iván Duque, en los siguientes términos:

“Siempre se ha dicho que para lograr la paz se requieren dos fases: la primera es hacer la paz, hacer las paces, dejar de matarse. La segunda es construir la paz, lograr una verdadera reconciliación, dejar de odiarse. La segunda fase es más difícil y toma mucho más tiempo”.
Califica a su vez, que la primera fase la cumplió su gobierno con éxito después de seis años de negociación con las FARC para tener un acuerdo y que la segunda le toca al nuevo gobierno. Parece muy simple la afirmación y la manifestación que el ex presidente emite sobre las dos fases y el amplio despliegue  sobre los logros de su gobierno, sin embargo veamos algunos comentarios sobre sus realizaciones:

El acuerdo de paz con las FARC:

Firmado en diciembre del 2016, contiene las pretensiones de la solución de  grandes problemas del país, en seis temas puntuales:

·         Trasformación del campo: relacionado con la reforma rural integral.
·         Apertura democrática para construir la paz: sobre la participación política y las garantías a la oposición.
·         Verdad, justicia, reparación y garantía de no repetición: sobre la reparación a las víctimas y la justicia transicional (JEP).
·         Economías ilegales asociadas y el consumo de sustancias sicotrópicas: relacionado con la erradicación de los cultivos ilícitos.
·         Cese al fuego y dejación de armas: para afianzar el fin del conflicto.
·         Acompañamiento: para la implementación, verificación y refrendación.

El acuerdo ha sido alabado por diferentes países para los cuales es un logro ejemplar para todo el mundo, dado que después de 50 años de conflicto armado se logró su firma. También, muchas corrientes de opinión ciudadana lo han calificado como un acierto, sin embargo, un porcentaje muy alto de colombianos lo ha rechazado por conducir a situaciones de premio, privilegio e impunidad para los miembros de las FARC si bien sus delitos de lesa humanidad, el narcotráfico, el lavado de activos, los delitos sexuales, de secuestro y de reclutamiento de menores, con una amplio etc. de otros delitos. Especialmente se considera sesgado e inapropiado en el tratamiento favorable que han tenido en su elegibilidad política sin pagar ninguna pena y la protección que en todo momento ha tenido con ellos la Justicia Especial para la PAZ (JEP), la cual fue creada y constituida por miembros con marcada favorabilidad por la causa de la guerrilla, la cual aplicará penas llamadas restaurativas, que aún el país no sabe cuáles son, pero lo que sí se conoce es que no serán privativas de la libertad. Especialmente las partes del acuerdo presentadas en negrilla en el texto anterior han sido objeto de duros cuestionamientos en su conveniencia y/o en su viabilidad.

Además de la impunidad y los problemas de justicia, verdad, no repetición (seguimos en combates en muchos lugares,  por las llamadas disidencias)  y reparación, específicamente, la mayor objeción está en que el acuerdo se firmó sin consideración alguna sobre los recursos necesarios para llevarlo a cabo y la capacidad real del Estado (el país) para ponerlo en marcha a partir de sus desbalanceadas finanzas públicas, caracterizadas por un persistente déficit fiscal y un significativo endeudamiento público interno y externo.

Las estimaciones sobre su puesta en marcha y ejecución hablan de cifras cercanas a los 125 billones de pesos, en los próximos quince años, lo cual, por supuesto, no fue presupuestado por el Gobierno de Juan Manuel Santos. Apenas ahora se incluyeron estos compromisos como parte del plan de desarrollo del gobierno Duque, el cual ya, por sí mismo, estaba carente de una completa financiación y ni hablar al incluir las cifras de la paz.

En otras palabras en el acuerdo de paz se “ensilló sin traer las bestias”, es decir, sin contar con los recursos. Para Juan Manuel Santos lo importante era firmarlo, a como diera lugar, era necesario para su nobel de paz, pero al país se le comprometió en cifras inalcanzables, no financiadas. El gobierno Duque ahora tiene que ejecutarlo (la parte más difícil, según el mimo JMS) y no hay de dónde. Los solos gastos corrientes del Estado Colombiano en su funcionamiento y sus compromisos con la salud, la educación, las pensiones, el agro, la inversión pública en infraestructura y en el bienestar ciudadano, desbordan las finanzas del Estado.

Por supuesto, la paz como norma de convivencia y garantía para la estabilidad y el progreso económico y social, es un postulado en el cual toda la ciudadanía está de acuerdo, pero el ciudadano no es consciente de dónde saldrán los recursos. Además, no puede pensarse que se saque parte de los presupuestos para la salud, las pensiones, el agro o la educación, por ejemplo, para financiar las necesidades de la paz en cuanto a proyectos productivos, reinserción de combatientes, indemnización a las víctimas (lo que no ha hecho las FARC), capacitación e inversión social, vías terciarias y de infraestructura en las zonas de conflicto, muchas de ellas apartadas o de difícil atención. Todos gastos e inversiones convenientes y necesarias, por supuesto.

Todo esto es un gran dilema para el Gobierno Nacional, ¿cuáles son su prioridades ante una escasez manifiesta de recursos para el funcionamiento del país y  ahora para el desarrollo del proceso de paz? Fue muy fácil para Juan Manuel Santos firmar el acuerdo, sabiendo que no le tocaría la segunda fase de la paz: su puesta en marcha y su funcionamiento. Así es muy fácil ganarse un premio nobel y ser reconocido en todo el mundo.

martes, 6 de agosto de 2019

¿ES MALO CRECER AL 3.1%?


Comentario día 06/08/2019.

¿ES MALO CRECER AL 3.1%?
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.


Con motivo del cumplimiento del primer año de gobierno del Presidente Duque se ha desatado una ola de evaluaciones sobre lo favorable y lo desfavorable de su mandato. Entre los puntos negativos se ha ubicado, por parte de algunos, el crecimiento económico del PIB del 3.1% esperado para este año, después de la revisión hecha por el propio gobierno y las agencias nacionales y extranjeras de investigación económica, el cual se situaba, a finales del año pasado, en una expectativa del 3.5%. El propio Banco de la República de Colombia hizo recientemente la misma revisión.

Lo primero que hay que decir es que el entorno económico mundial se ha ido enrareciendo cada vez más en los últimos años, hasta llegar a un punto crítico el en estos momentos, dado el pobre desempeño de la economía mundial con crecimiento esperado de cerca del 1% o inferior. No más en Latinoamérica son candidatos a un muy bajo crecimiento México (casi en recesión), Argentina, Brasil, Venezuela y algunos países centroamericanos. Se salvan muy pocos, cuyo crecimiento puede considerarse notable dadas las circunstancias que se atraviesan en la economía mundial. Se destacan Chile, Perú y Costa Rica como los de mejor desempeño, superior al 4% anual y a renglón seguido Colombia.

¿A cuáles circunstancias adversas nos referimos en la economía mundial? Nada más y nada menos que a la guerra comercial entre USA y China, los dos grandes gigantes de la economía, la inversión y el comercio mundial. Eso, por supuesto, creará una ola de distorsiones en el comercio de todos los países, algunos saldrán muy mal librados y, otros, curiosamente, beneficiados, por no depender tanto su economía del frente externo. Hay otros fenómenos como el Brexit (salida del reino Unido de la Unión Europea) o las presiones políticas y de guerra en varios lugares del mundo, las cuales están al orden del día. La geopolítica mundial está, de nuevo, en una situación de olla de presión: una guerra fría creciente entre las potencias, los fenómenos de migración desde países pobres hacia economías desarrolladas, las retaliaciones comerciales, el desmoronamiento de los acuerdo mundiales por la posición de USA de retirarse de ellos, el fenómeno del proteccionismo y grandes corrientes de nacionalismo, todo lo cual pone un piso a la baja dinámica económica mundial.

Entre los beneficiados está el caso de Colombia cuyo crecimiento se fundamenta más en la demanda interna que en la externa. Esto, que parece un factor positivo, esconde la cruda realidad de Colombia como país exportador, prácticamente nuestras exportaciones se circunscriben a productos de minería (hidrocarburos) y algo del campo (flores, café, frutas), lo demás es muy poco, denotando la liviandad y la falta de competitividad de la industria colombiana en el contexto mundial. Sin embargo el turismo y el uso de servicios profesionales, especialmente en el campo médico, utilizados por parte de persona extranjeras que prefieren los de Colombia, hoy nos ayudan mucho a que el déficit de las cuentas externa del país no sea superior.

¿Entonces, Colombia por qué crece al 3.1%?, por su mercado interno el cual ha sido dinámico y creciente, conformado especialmente por cerca de 23 millones de ciudadanos que forman su clase media, con familias educadas y con visión de futuro, para creer en el país y en sus posibilidades, a pesar de su problemas, que no son menores como el desempleo y la desigualdad. Para el 2018, en Colombia todos los renglones de su economía estaban creciendo, algunos poco como el sector agropecuario con sólo el 0.3%, pero otros en forma muy dinámica como las actividades profesionales y técnicas que crecían al 5%. El año pasado el único sector que decreció en 0.8% fue la minería, sometida a los vaivenes de los precios de las materias primas y los productos primarios (comodities), es decir, sin valor agregado.

Colombia logró remontar el mal desempeño del Gobierno Santos quien para el año 2011 tenía un crecimiento del PIB del 6.7% y lo entregó en el 2017 en sólo el 1.4%, para llegar en el 2018 al 2.7%. No puede ser tan mal mirado, entonces, un crecimiento esperado del 3.1% para la economía colombiana durante este año. Sí lo logramos, será un éxito, en medio de las adversidades de la economía mundial y de las nuestras, como los paros, el cambio climático, el narcotráfico, el proceso de paz, el cierre de la vía a llano, los déficit fiscal y externo heredados del anterior gobierno y la férrea polarización política, entre otras muchas cosas que invitan al pesimismo exagerado. Nos levanta el ánimo el éxito de nuestros deportistas y la voluntad de sacar al país adelante.

Por supuesto el crecimiento del 3.1% del PIB, esperado para el año 2019, no es un desempeño suficiente para apoyar el logro de mayores realizaciones en nuevas inversiones, en empleo, en progreso y en menor pobreza, a través del mayor crecimiento que es quien finalmente crea nuevas oportunidades. Colombia debe y puede crecer más, a ritmos cercanos al 4 o 5% para lograr esos objetivos. La motivación que surge del convencernos de nuestra capacidades, potencialidades y posibilidades es necesaria para evitar el derrotismo que parece ser el único pensamiento de algunos dirigentes, de políticos y de empresarios dependientes e independientes que demandan soluciones y subsidios de la “teta” del Estado sin hacer primero la tarea de sus retos ante el país. ¿Por qué será que los inversionistas extranjeros creen tanto en Colombia y los colombianos no? Hay mucho por hacer, pero, se puede hacer, con voluntad y convicción, creyendo en Colombia.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...