Comentario 12/11/2019
LOS CAMBIOS SOCIALES Y
POLÍTICOS
Por: Carlos Alberto
Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y
Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
La política mundial parece un reverbero, de un momento a
otro “centellea y hay llamas” por algún lado, con todo tipo de conflictos de
poder, políticos, religiosos, militares, territoriales, étnicos, de corrupción,
de delincuencia, de ideologías contrarias, de presiones económicas, de
desplazamientos humanos, de conflictos regionales, y aún de cambios climáticos
y sus consecuencias. Incluido en todo esto la distorsión o el refuerzo de la
verdad y la objetividad que las redes sociales y las avanzadas tecnologías
crean como oportunidad o como desafío.
Lo mismo está sucediendo en Latinoamérica: llega AMLO con
un gobierno con más promesas que realidades en materias económicas y de
seguridad, ahogado por el narcotráfico y afectado por el “muro” anti-inmigrante de
USA, cae Evo en forma estrepitosa en Bolivia luego de la evidencia de fraude en
las elecciones, aparece la formula Fernández – Kirchner en Argentina para
cambiar el modelo económico y político impulsado con gran dificultad por Macri,
Bolsonaro, con una fuerte orientación de derecha, enfrenta de nuevo a Lula en
las calles de Brasil, Lenin Moreno soporta graves demandas de los pueblos
indígenas con alta influencia del ex mandatario Correa, Perú con un gobierno
interino, en crisis de gobernabilidad y también ahogado en corrupción, Uruguay
con eventual cambio de orientación política, Chile en medio de demandas
sociales y políticas impensables tres meses atrás y en Colombia con un frontal
ataque de la oposición para deslegitimar al gobierno de Duque que sigue sin
confirmar sus bondades con contundencia. Caso aparte son, también, los hechos
oprobiosos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, los cuales son un verdadero atentado
contra las más básicas libertades democráticas y en algunos casos cohonestando
con el narcotráfico y el delito transnacional.
De hecho, en Latinoamérica, estamos afrontando tres tipos
de demandas, las cuales son diferentes en su contenido y orientación, veamos:
Cambios con alto
contenido social
Se trata de verdaderas reivindicaciones de carácter social en
materia de soluciones básicas de vivienda, salud, educación, pensiones y
bienestar. Dependiendo de las características de cada país, la gravedad y
complejidad de los problemas es diferente. Por ejemplo, en Colombia se ha
logrado una razonable cobertura y calidad en la salud y la educación, pero una
muy pobre cobertura en las pensiones. En Chile la cobertura en pensiones es
notable pero el porcentaje de restitución, es decir, lo que recibe quien se
jubila es tan bajo que no ofrece respaldo para una vida digna. Así podrían mencionarse
caso a caso todos los países y tendrían, unos más otros menos, pero todos por
igual, significativas necesidades en materia social. Aquí las protestas son argumentadas
y deberían merecer todo el respaldo de la comunidad, siempre que se hagan por
los cauces legales y por las vías pacíficas. El límite en cada país está en su
capacidad económica, su menor o mayor corrupción y la eficiencia de su gasto
público.
Cambios con alto
contenido político
Otro tipo de demandas son las de cambios políticos de
gobierno o cambios constitucionales, que en los últimos años, por las vías
electorales y según las propias constituciones y reglamentos se han hecho para
elegir nuevos gobernantes democrática y electoralmente o para modificar
aspectos relacionados con la constitución política del respectivo país. Se ha
acudido a referendos, plebiscitos o asambleas constituyentes como fórmulas de
cambio, todas las cuales en el maco institucional y en forma democrática, civilizada
y pacífica. Cada país es dueño de decidir su destino en términos de la
constitución que lo rija y el gobierno que lo represente. Estos cambios, por
supuesto, deberían ser respetados y acatados en forma pacífica.
Cambios con contenido
subversivo y anárquico
Lo que no puede ser, y se ha vuelto un hecho frecuente, es
presionar cambios de tipo político, social, constitucional o institucional a
partir de la violencia y el anarquismo. Los grupos de encapuchados que en forma
arbitraria atentan contra los intereses de los propios marchantes, los comerciantes,
los empleados, los estudiantes, los pequeños negocios, los servicios de transporte,
los bancarios, los de salud, los de recreación, es decir, atentan contra el funcionamiento
de la comunidad y los derechos de los demás, son simplemente un anarquismo de
carácter subversivo y totalitario, que vulnera la constitución, las leyes y los
intereses de los demás ciudadanos, imponiendo, bajo agendas ocultas
(encapuchados) lo que les viene en gana, con grandes costos económicos,
políticos y sociales. Se afecta la estabilidad, la credibilidad, la confianza y
el prestigio de una nación. Estos movimientos deben ser rechazados y
sancionados por toda la comunidad y con toda la fuerza de la ley.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario