domingo, 23 de febrero de 2020

PRODUCTORES Y PARÁSITOS


Comentario 23/02/2020
PRODUCTORES Y PARÁSITOS
Ingeniero Industrial y Administrativo
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En muchas de las especies de los seres vivos existen seres productores y otros parásitos, los primeros, diseñan, laboran y construyen bienes, servicios o soluciones y los otros, los consumen o los destruyen, con razones motivadas o sin ellas. En este caso estaríamos hablando de que algunos individuos de una especie (parásitos) se aprovechan de los otros (productores) para su supervivencia y progreso, no en forma onerosa sino más bien con la explotación de la capacidad de producción del otro, decimos generalmente que “el pez grande se come al más chico”, para ejemplificar este hecho. Evidentemente, los seres productores se sienten agredidos e injustamente tratados por los seres parásitos, dado que estos últimos viven a costa de ellos.

Muchas situaciones de violencia se desencadenan entre productores y parásitos, los unos por defenderse de los otros y los “vividores” por sacar ventaja o provecho de los primeros y aún consumirlos o destruirlos, pero en ocasiones solo los explotan sistemáticamente sin acabar con ellos.

Sin embargo, en otro tipo de comunidades tan laboriosas como las abejas o las hormigas, por ejemplo, existen obreras que acumulan y procesan el polen o el alimento y otras de su misma especie, tienen por función, la defensa de sus colmenas o la procreación, como lo hacen la reina madre de las abejas o la de las hormigas, para la multiplicación de la especie y para su supervivencia y bienestar.

Entre los humanos ocurren situaciones parecidas, hay seres generadores de ideas, hacedores de realizaciones y alimentadores del progreso, son excelentes productores, cada cual en su campo, pero lo hacen con constancia, dedicación y convicción. Sin embargo todos los días se ven rodeados de parásitos, personas que buscan aprovecharse de los demás, envidian su progreso y afectan su bienestar. Estos últimos, en ocasiones terminan siendo maleantes, pero muchos otros, aún no cometiendo delitos, si tratan de vivir de los demás, en forma muelle y recostada. No son generadores de nuevas ideas, de progreso, de bienestar, de nuevas alternativas, sólo rumian lo que hacen los demás.

También, estos parásitos sociales, lamentablemente se la pasan criticando la actuación de sus productores benefactores, como si fuera poco tener que apoyarlos, y además soportar sus críticas, cuestionamientos y desafíos. Sin embargo así es el mundo y así somos los humanos.

Lo que decimos a nivel de los humanos, también ocurre en la vida empresarial, hay empleados destacados por su respuesta en el trabajo y otros, bastante mediocres, son verdaderos parásitos, frecuentemente también, fuente de maledicencia, cuestionamiento, crítica y mal ambiente laboral. Algunos de estos parásitos, son personas intrigantes e insidiosas que buscan la opinión favorable de sus superiores, aún con el detrimento de las capacidades, competencias y logros del otro, quien si es un real productor de soluciones y realizaciones dentro de la empresa

Ahora, apliquemos estas reflexiones a la vida política en cualquier país, a los personajes políticos y a sus partidos, lo mismo que con los funcionarios del Estado. Demasiados parásitos y pocos productores, muchos quieren vivir de la corrupción, del saqueo al presupuesto público o de los beneficios, recursos y privilegios del Estado, donde al final quienes pagamos los platos rotos somos todos los ciudadanos. Entre las llamadas ideologías políticas también hay grandes diferencias, algunas propugnan por la preponderancia del sector privado sobre el Estado y otras favorecen la actuación del Estado sobre el sector privado.

Los primeros son en general verdaderos productores, quienes actúan como las hormigas y/ o las abejas, cada cual desarrolla sus iniciativas y en conjunto favorecen el crecimiento y el progreso de sus sociedades y comunidades. Buscan que el Estado cree las reglas de juego y las condiciones para el libre ejercicio de la actividad privada y de la competencia en mercados abiertos, con economía liberal de carácter capitalista. Los segundos en general pretenden lograr que el Estado sea todopoderoso y un proveedor de subsidios por todo concepto, defienden la lucha de clases, según la cual hay que obtener impuestos, exacciones y contribuciones de los productores para darle a los “menos favorecidos”, muchos de los cuales son verdaderos parásitos.

Desde el punto de vista político, para estos últimos, el Estado, todos sus organismos y en todos los niveles del gobierno, nacionales, regionales o municipales, se deben proveer todo tipo de bienes y servicios en forma gratuita o subsidiada a las clases sociales de menores recursos, lo cual, si bien tiene un sentido social y humano, también conduce a situaciones de verdadero parasitismo social, ya que esperan que el Estado obre y no hacen ningún esfuerzo para desarrollar soluciones por su propia iniciativa.

Lo malo es que, como en la naturaleza las especies parásitas se habitúan a vivir del otro, los seres humanos con convicciones parásitas también asumen que el otro es el productor y ese es su deber, y que a ellos el Estado los debe mantener y soportar. Si bien cada ser humano tiene competencias y cualidades diferentes, todos estamos llamados a hacer una labor productiva, para nuestro propio provecho y el de la comunidad.

lunes, 17 de febrero de 2020

LA ESTRATEGIA DE COLOMBIA


Comentario 17/02/2020
LA ESTRATEGIA DE COLOMBIA

Ingeniero Industrial y Administrativo
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Los países, al igual que las empresas, pueden tener y definir una estrategia país para sacar el máximo provecho de sus recursos, capacidades y ventajas comparativas y, por consiguiente, para construir y lograr unos objetivos que les permitan una mejor calidad de vida, con mayor progreso y mejor distribución de sus oportunidades. Esto significa que cada país se puede forjar su propio destino, si es capaz de generar una visión compartida en sus ciudadanos sobre qué se propone lograr y cómo pretende alcanzarlo.

Lo descrito en palabras tan simples puede realizarse, pero es una tarea de gran complejidad, dado que los intereses de diversos grupos de ciudadanos y de diferentes regiones de un país pueden estar en posiciones contrapuertas y cada uno presionará por lo suyo como los más importante y digno de lograrse.

Vámonos al principio para entender mejor los anteriores asertos:

·        Determinar recursos, capacidades y ventajas comparativas.

Lo primero que tenemos que saber es cuáles son en realidad y verdaderamente nuestros recursos, capacidades y ventajas comparativas. Y, cuando hablamos de recursos, nos referimos a los de todo tipo: geográficos, naturales, recursos humanos, conocimientos técnicos y científicos, características ambientales, climas, infraestructura urbana, de transporte, de comunicaciones, financieros, etc.

Al referirnos a las capacidades, hacemos relación a lo que tenemos o podemos tener en forma destacada para producir bienes o servicios de calidad y precio razonables para los mercados internos y externos, en la práctica, es dar respuesta a qué sabemos o podemos hacer mejor que otros, qué es lo que constituye nuestra verdadera competencia: producir productos del campo, la minería, elaborar materia primas, transformar esas materias primas en bienes o servicios de mayor valor agregado, desarrollar servicios de alto contenido, como educación, salud, turismo, servicios financieros, de telecomunicaciones, creativos, etc..

En realidad, en los países, como en las empresas, se deben aprovechar su ventajas comparativas, es decir, aquello en lo cual pueden destacarse mejor que otros, dado que poseen cualidades, características o condiciones sin iguales para hacerlo. Cuando un país aprovecha sus ventajas comparativas, con relación a otros, toma mejor partido en su desarrollo tanto del mercado interno como del externo. En la práctica todos los países compiten con bienes o servicios producidos nacionalmente o importados internacionalmente, salvo en los bienes no transables, los cuales no son susceptibles de comercializarse. Cuando un país desarrolla y optimiza sus ventajas comparativas las puede volver, a su vez, en verdaderas ventajas competitivas, es decir, singulares y difícilmente repetibles por otros, lo cual le dará posiciones de avance en su desarrollo y en el concierto mundial. Hay países, inclusive, que transforman sus desventajas en verdaderas ventajas, cuando lo necesitan, con ciencia, investigación, desarrollo e inversión.

·         Construir y lograr unos objetivos que les permitan una mejor calidad de vida, con mayor progreso y mejor distribución de sus oportunidades

Al igual que sucede en las empresas al definir sus estrategias, hay que elegir entre alternativas, hay que priorizar y hay que decidir a qué decir sí y a qué definitivamente decir no, aunque sea muy atractivo. Puesto que los recursos son escasos, la priorización y la optimización de los mismos es necesaria a través de la definición de unos objetivos, alcanzables, verosímiles y que permitan construirse y lograse paulatinamente, pero persistentemente.

Las claves de la priorización son, precisamente, el análisis de los recursos, capacidades y ventajas comparativas, así como la determinación de cómo lograr una mejor calidad de vida, con mayor progreso y mejor distribución de sus oportunidades. Aquí, de nuevo, habrá que hacer renuncias para focalizarse en lo verdaderamente sensible, prioritario, estratégico y factible. Hay que alejarse de los idealismos y de los populismos, y volverse realista y pragmático para no extraviar el camino.

·         Generar una visión compartida en sus ciudadanos sobre qué se propone lograr y cómo se pretende alcanzarlo

Esta es, quizás, la parte más difícil, cómo lograr un convencimiento, una aceptación, una confianza y un compromiso de la mayoría de los ciudadanos y sus instituciones sobre la estrategia diseñada para el país, cuando existen tantos y tan diverso intereses creados y contrapuestos, de todas naturalezas, ideológicos, políticos, culturales o de intereses individuales o de pequeños grupos de interés. Se requiere de una gran dosis de liderazgo. Como afirmaba el profesor Peter Senge, experto en estrategia:


·         Condiciones indispensables para desarrollar una estrategia país

Sin embargo, para generar una estrategia país es indispensable contar con:
o   Condiciones políticas favorables interna y externamente, con buenas relaciones tanto al interior como al exterior del respectivo país.
o   Gobiernos fuertes, en su programa de gobierno, que generen una gran convicción y tengan una enorme capacidad de manejo y un respaldo popular indiscutible.

En el contexto de estas reflexiones cabe preguntarnos: ¿Cual es la estrategia país de Colombia?, ¿Estamos en condiciones de desarrollarla?, ¿Hay una visión compartida sobre ella? ¿Tenemos las instituciones para llevarla a cabo?

lunes, 10 de febrero de 2020

LA JUSTICIA SOCIAL Y LA EQUIDAD


Comentario 10/02/2020

LA JUSTICIA SOCIAL Y LA EQUIDAD

Ingeniero Industrial y Administrativo
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Las presiones sociales por la obtención de mejores condiciones de vida son continuas y crecientes en todos los países. Sin embargo, se afirma que hay dos condiciones que lo impiden: por un lado, la inequidad que se manifiestan a través de la concentración de la riqueza en unos pocos y, por el otro, la insuficiencia de las oportunidades de progreso reales para todos. En consecuencia, por diferentes medios, con diferentes argumentos y con modos pacíficos o violentos de solicitan mayores niveles de justicia social y de equidad.

Estos cambios deben comprometer la acción de los Estados, los Gobiernos, los partidos políticos, los gremios, los sindicatos y los representantes de diversos movimientos sociales representativos, así como otro tipo de instituciones, las iglesias y movimientos religiosos o las organizaciones civiles, por ejemplo. En consecuencia, lograr mayores niveles de justicia y equidad es una transformación que compromete a toda la comunidad. Examinemos un poco este contexto, sus causas, consecuencias y soluciones:

Tradicionalmente se han tenido dos aproximaciones a este tema: un enfoque socialista y uno capitalista. El primero, el socialista, concibe al Estado como el gran motor de la economía y por lo tanto el gran distribuidor de la riqueza a través de los subsidios y los bienes del Estado. El segundo, el capitalista, concede al sector privado la iniciativa económica y la generación de riqueza y de oportunidades a través de sus empresas y su infraestructura.

Sin embargo, la experiencia en el mundo es que la gran mayoría de países con enfoque socialista, terminan siendo dirigidos por camarillas privilegiadas las cuales concentran todo el poder y la riqueza para favorecer a quienes sean sus correligionarios ideológicos, con un marcado sesgo político, volviéndose claramente estatistas, nacionalistas, discriminatorios y autocráticos. Están muy cerca los casos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, por mencionar solo algunos. En estos esquemas de gobierno, se observan frecuentemente, además, fenómenos de corrupción y connivencia con delitos como el narcotráfico, el apoyo a las guerrillas, el tráfico de armas y personas, la minería ilegal, el contrabando, etc. ¿Se puede decir que esos países han logrado niveles superiores o notables de justicia y equidad?, claro que no.

Por el contrario, en los países con preponderancia de la iniciativa privada, de carácter democrático, los Estados crean las condiciones marco (las reglas de juego) para el desenvolvimiento del sector privado y sus empresarios, quienes con su libertad económica, el respeto por la propiedad privada y la iniciativa individual, realizan inversiones en diversos sectores empresariales para generar progreso, crecimiento y desarrollo, tales que se traducen en oportunidades y éstas en mayor justicia y equidad, generalmente en forma amplia para los miembros de la comunidad.

Sin embargo, las estructuras capitalistas aun siendo democráticas, tienden a concentrar la riqueza, lo cual es obvio, el empresario, generador de la iniciativa privada, aportante del capital de inversión y quién corre el riesgo del éxito o del fracaso de su iniciativa de negocios, tiene derecho a obtener los mayores beneficios y retornos. En el camino, con su inversión se han beneficiado también los empleados, los proveedores, las municipalidades y la sociedad en su conjunto, por el sólo hecho de elevar el progreso, generar crecimiento y propiciar desarrollo empresarial. Nadie tiene por qué llamarse a engaño con las ganancias que genera y acumula el empresario privado, si en su creación, se han generado, simultáneamente, un sin número de oportunidades de trabajo, progreso y bienestar para otros.

El problema no es que los ricos generen riqueza, el problema es que la reinviertan en la misma sociedad creando nuevas oportunidades para otros de los participantes de esa sociedad, bien a través del pago justo de impuestos o bien a través del crecimiento y desarrollo de sus actividades productivas y de nuevas oportunidades de negocios que generen a su vez una mayor demanda de capital humano con conocimientos, competencias y habilidades.

Pensar en que quienes han generado riqueza, la compartan con los demás que no la han creado, como lo pregonan los modelos socialistas y asistencialistas, es un absurdo y un contrasentido. Debemos generar oportunidades no distribuir la riqueza de aquellos que la han producido. Estos últimos, con sus impuestos y la reinversión de sus utilidades, son los que producen nuevas oportunidades y las personas, con su competencias y habilidades, son las que las capturan y aprovechan.

El propósito es generar progreso, crecimiento, desarrollo, nueva inversión, condiciones favorables para la inversión nacional y extranjera, volvernos atractivos, en términos de seguridad personal, seguridad jurídica y reglas de juego macroeconómicas y fiscales claras y estables, para que haya más inversión y con ella, más justicia y equidad.

La justicia social no es repartir el progreso, la riqueza y los bienes lo de los de más capacidad en favor de los de menor capacidad. Si queremos verdadera justicia social, eduquemos a las personas y creemos oportunidades que ellos puedan capitalizar con sus competencias y habilidades. No concibamos la sociedad colombiana como la lucha de clases (y la generación de odios y rechazos) entre los que tienen bienestar y los que no lo tienen.

lunes, 3 de febrero de 2020

TODOS A LA JEP


Comentario 3/02/2020

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
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Como parte del proceso de paz firmado por el gobierno Santos a nombre del Estado Colombiano y los miembros firmantes de las FARC, a nombre del grupo de milicianos que se acogieron al mismo, se crearon dos mecanismos paralelos, con funciones diferentes pero complementarias: la Jurisdicción Especial para la paz (JEP) y la Comisión de la verdad.

La primera, la JEP, con la idea de tener una justicia transicional, especializada y única que se encargara de resolver los problemas de justicia originados en delitos cometidos en razón del conflicto armado, por los participantes, es decir: guerrilleros, miembros del ejército, funcionarios del Estado y particulares, quienes, con ocasión del conflicto, hubieran tenido participación en él y se acogieran a este mecanismo de justicia restaurativa. El fundamento de estas valoraciones judiciales surge de contar la verdad y toda la verdad, para gozar de penas reducidas y alternativas, no privativas de la libertad, siempre que lo contado sí sea verosímil, con una tipificación de las sanciones por tipo de delitos y no en forma individual según su gravedad.

Para este efecto el país se doto de un costoso y complejo sistema de justicia, con salas, magistrados y auxiliares, que hoy opera (hace dos años), sin embargo desde su inicio ha sido sujeto de críticas diversas por su conformación, sus costos, sus privilegios, su supuesta parcialidad hacia los grupos guerrilleros y el sistema de justicia basado en un “borrón y cuenta nueva”, donde los implicados, prácticamente, y aún sin contar la verdad, sin recibir ninguna pena, sin ninguna restricción, continúan ejerciendo actividades políticas, comerciales y civiles, como cualquier otro ciudadano y rodeados de preferencias y seguridades en su protección.

La Comisión de la Verdad, como organismo independiente, pretende acercarse a la misma verdad aproximándose a ella por un medio diferente: la investigación, la indagación y la averiguación de los hechos en las zonas de conflicto para narrar la verdad del conflicto y reconstruir la memoria histórica del país, evitando con ello que éste episodio, trágico y sangriento, vuelva a repetirse.

Ambos, en esencia, se fundamentan en la verdad, anque, como van las cosas, cada uno de estos entes tendrá su propia verdad, irreconciliables entre sí, veamos, especialmente refiriéndonos a la JEP:

La JEP se ha vuelto “el refugio de todos los pecadores”, dado que los más diversos “interesados” han ingresado o han intentado ingresar a este mecanismo de justicia con el pretexto de tener “algo que ver” con el conflicto armado y prometer toda una serie de “revelaciones” que “cambiarán el curso de la historia de Colombia”, por el sólo hecho de que les “borren su pecados y les limpien su pasado”, sin penas privativas de la libertad y con mínimas reparaciones y duraciones. Es evidente que, en estas inverosímiles condiciones de favorabilidad de la ley transicional, cualquier delincuente se quiera postular como candidato a la JEP.

De hecho, a más de los vinculados por ser participantes, responsables y actuantes en el conflicto, para quienes fue generosamente creada, se han tratado de vincular a la JEP (y algunos lo han logrado), intervinientes o indiciados en los delitos del tipo:

·         El crimen de Jaime Garzón
·         El de Luis Carlos Galán
·         “Matanzas” de diferente índole en distintos sitios del país.
·         Los supuestos patrocinadores de la parapolítica.
·         Algunos vinculados con el cartel de la toga.
·         Salvatore Mancuso regresa al país luego de cumplirle a las autoridades Norteamericanas por sus delitos, y por supuesto buscará exculpar sus pecados en Colombia a través de la JEP
·         Los corruptos perpetradores de diversos delitos con el Estado (Odebrecht, entre ellos).
·         Y, no podía faltar, la clase política más corrupta, como es el caso que mencionaremos a continuación.

Por estos días ha sido noticia también la intención de personajes de la política nacional, tales como: Alberto Santofimio, Musa Besaile, Bernardo Noño Elías y Alvaro Ashton, pretendiendo o siendo admitidos en la JEP. Estos personajes en su gran mayoría están vinculados a grandes delitos por corrupción frente al Estado.

Al punto de que la fiscal encargada de la investigación de los delitos de Alvaro Ashton, por el cartel de la toga, completa 6 meses negándose a remitir el expediente solicitado por la JEP, quien le concedió la libertad, porque no existe vinculación en su delito son el conflicto armado. Como ella afirma: “en ningún momento los presuntos sobornos (atribuidos a Ashton) fueron cometidos con ocasión, por causa, en relación o motivados por el conflicto armado” (Tomado de El Tiempo 28 de Enero 2020). Ella misma solicita que la Corte Constitucional dirima esta situación, veamos que dice la Corte una vez conozcamos su fallo.

Pero, para “buen entendedor pocas palabras bastan”, la JEP, lamentablemente desde sus inicios es o se ha convertido en un organismo falto de credibilidad (basta recordar la indolencia con el caso Santrich a quien lo dejaron volar), que puede ser un rey de burlas para la verdad y la justicia reales en Colombia, con grave detrimento y credibilidad en su proceso de paz.

No cabe duda que la Justicia Transicional y la JEP derivadas del proceso de paz, con sus particulares condiciones de impunidad, forman parte esencial de la polarización del país. ¿Cómo se resolverá este profundo descuerdo o el país seguirá polarizado?

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...