lunes, 30 de marzo de 2020

LA PREVISIÓN Y LA RECUPERACIÓN


Comentario 30/03/2020

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
            http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
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En un simpático poema llamado “La Perrilla”, más conocido como “Los Cazadores y la Perrilla”, Jose Manuel Marroquín, su autor, comienza por enunciar la siguiente verdad que es de carácter universal y que día a día cada uno de nosotros podemos comprobar: “Es flaca sobre manera toda humana previsión, pues en más de una ocasión sale lo que no se espera”[1]. Y así le está ocurriendo al mundo entero con lo que está sucediendo, algo no previsto, que nos está conduciendo a lo que no se esperaba, situación que seis meses, o, inclusive, tres meses atrás era perfectamente impensable e imprevisible. Sin embargo, las noticias de finales del año anterior sobre el contagio humano con un virus, llamado coronavirus, por su características, y Covid19, por su “nombre comercial”, empezaron a abrirse camino, para, finalmente, determinar la situación actual, condicionando toda la vida de las personas, las regiones, las ciudades, las empresas, los gobiernos, las instituciones, y en fin, de toda la humanidad, quien, realmente, está en jaque, sin distinción de credo, raza, religión, edad, sexo, ubicación geográfica, tendencia política, capacidad económica, etc., veamos ¿por qué?:

En efecto, el mundo atraviesa por un momento de angustia e incertidumbre como un fenómeno no visto en muchos años de la historia de la humanidad, parece que todos los “astros” se alinearon en forma negativa para producir este escenario de dificultad, mencionemos algunos de los fenómenos que se están presentando:

·         Los precios de petróleo han descendido al 50% o menos de su valor promedio histórico y el de muchas de las materias primas ha caído también.
·         Descenso en las bolsas de valores y en los fondos de inversión con pérdidas estrepitosas.
·         Disminución en la demanda de todo tipo de productos primarios, transformados, tecnológicos, materiales e inmateriales, sólo se salvan de esta caída de precios algunos metales preciosos como el oro.
·         Parálisis del comercio mundial entre países, regiones y municipios.
·         Fenómenos de escasez y acaparamiento y en ocasiones con guerras de precios, altos o bajos, según el caso, tanto en el comercio interno como en el externo.
·         Aplazamiento de inversiones y proyectos.
·         Bajo crecimiento económico en todos los países, con una clara manifestación de recesión y eventualmente de depresión económica.
·         Pérdida de puestos de trabajos formales e informales.
·         Incremento en los niveles de riesgo de los países y por consiguiente de diversos sectores económicos.

Estos momentos de incertidumbre mundial se originan, fundamentalmente, en los fenómenos creados por la combinación de varios factores, así: La crisis de la salud (coronavirus) + petróleo (caída de precios y sobreoferta mundial) + geopolítica (conflictos regionales territoriales, políticos y religiosos) + menor crecimiento económico (ya el FMI y el Banco Mundial venían hablando de desaceleración de la economía mundial y especialmente de algunas regiones).

Todo lo cual ha creado un escenario de parálisis de las economías que trae como consecuencia la afectación en la liquidez, entre otras desafortunadas consecuencias macroeconómicas, microeconómicas y sociales. Lamentablemente esta situación puede conducir también a menor capacidad de pago de los deudores (países, sectores, empresas, personas, organizaciones, etc.), creando una crisis de pagos y por esa vía, eventualmente, una crisis financiera donde los bancos no crecen, tienen poca liquidez y acumulan grandes riesgos, con lo cual, quienes entre ellos no sean muy sólidos y solventes, pueden fracasar.

Antes de la aparición del coronavirus ya existían incertidumbre y preocupación por la desaceleración económica, pero el fenómeno de amenaza a la salud agudiza las consecuencias tanto en la propia salud como en la economía mundial. Este hecho se volvió indefinible e indescifrable pues nadie sabe hasta dónde llegará y el daño que producirá, por la expansión del virus a velocidades alarmantes. Estamos al frente de un escenario no conocido por la humanidad, el cual fue calificado por la Canciller Ángela Merkel de Alemania como más grave aún que la segunda guerra mundial, evento donde  se estima que murieron 40 millones de personas y que pueblos enteros fueron arrasados y quedaron en la ruina económica, emocional, institucional y humana.

¿Qué va a pasar, qué puede suceder, cada sector y persona cómo se va a afectar, el estado cómo podrá sostenerse y reaccionar, puede el presupuesto público atender tantos frentes de necesidad? Decimos esto nivel de cada país, pero igual debe preguntarse para la comunidad internacional y sus instituciones multilaterales. Es evidente que la parálisis de la producción, el consumo, la liquidez y el comercio mundial ocasionarán una grave recesión, donde unos países están más preparados que otros, aunque a todos los afectará, por el lado de la oferta, de la demanda, de la devaluación, de las tasas de interés, de la falta de inversión nacional o extranjera, de la crisis bancaria, de la debilidad de los propios Estados, de la falta de crédito, de la parálisis en los proyectos, en fin, de mil formas, una o varias simultáneamente.

Los países emergentes, especialmente, verán además cerradas o limitadas sus fuentes de financiamiento externo, lo cual, con la parálisis del comercio exterior, ocasionará fuertes devaluaciones y déficit de cuenta corriente, ya que los inversionistas y las instituciones financieras de todo el mundo buscarán refugio en inversiones y financiaciones más seguras y de menor riesgo, como los bonos del tesoro norteamericano, así considerados, o querrán estar en los países mejor calificados por las agencias calificadoras de riesgo. En muchos casos, este escenario de los países emergentes se acompañará también por debilidades internas como el déficit fiscal, el alto endeudamiento público, altas tasas de interés y el aceleramiento de la inflación.

En consecuencia, tendremos una fuerte recesión por el encerramiento decretado para paliar el temible coronavirus y por las condiciones de la macroeconomía y la geopolítica mundial, quien afectará toda la microeconomía formal o informal. Pasaremos unos meses de grave deterioro económico, pero luego habrá que apropiar los recursos de liquidez, las ayudas, los apoyos, los subsidios y las orientaciones de los gobiernos y de los sectores privados más capaces para restablecer la actividad económica, política, comercial y social. Nos demoraremos varios años, sin duda, en retomar la normalidad, porque la profundidad y la duración de la recesión mundial y local traerán diversos efectos negativos económicos, políticos, comerciales y sociales. El mundo no va a ser el mismo después de la pareja coronavirus- recesión y muchas cosas podrán cambiar o cambiarán, cuáles, no sabemos, aún es temprano para saberlo.

Colombia, al igual que todos los países, tendrá que “sacar” lo mejor de sus capacidades, liderazgo, dirigencia, solidaridad y visión de futuro para recuperarse también, con la integración de esfuerzos desde todos los generadores de los mismos, sean públicos, privados, sociales o provengan de apoyos internacionales. Esperemos que estemos más preparados para llevar la recuperación en forma exitosa y acelerada y que no nos coja sin ninguna previsión, como ha sido con la pandemia. Desde ahora hay que hacer los mejores planes y estructurar su ejecución exitosa para la recuperación pronta del país.


[1] José Manuel Marroquín Ricaurte fue un escritor y estadista colombiano, quien ejercería la presidencia del país entre 1900 y 1904. Durante su gobierno se firmó el tratado sobre Panamá, se organizó un sistema educativo a nivel nacional y se fundó la Academia Colombiana de Historia.


lunes, 16 de marzo de 2020

EL PROBLEMA DE LAS PENSIONES


Comentario 16/03/2020


Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
            http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Como la gran mayoría de los países en desarrollo, Colombia aún no tiene resuelto el problema de sus pensiones para los adultos mayores, longevos y centenarios que cada vez forman una parte más importante de su población, dada la mayor expectativa de vida (77-78 años) y teniendo en consideración también las condiciones de mejoramiento notables en la calidad vida de los colombianos en las últimas décadas. Viejitos con más duración y más vitalidad física e intelectual, quienes requerirán de una pensión para sobrellevar los gastos corrientes y extraordinarios que esta etapa de vida demanda, especialmente en el campo de la salud. De hecho las pensiones, igual que la salud para los mayores, son como dos caras de la misma moneda.

Colombia ha hecho grandes mejoramientos en la cobertura y atención en el campo de la salud y es considerada modelo frente a otros países dada la relativa calidad y completud de sus servicios médicos, realidad, por el contrario, totalmente insuficiente en el campo de las pensiones.

En el país, sólo el 23% de los mayores actuales de 60 años tiene facilidad de pensión, aunque sus montos pueden ser insuficientes para la cobertura de sus necesidades, sin embargo, al menos eso tienen. Pero más del 80% de las personas con alguna cobertura de pensión hacia el futuro no alcanzarán los requisitos de una pensión, ni para un salario mínimo. Y cuántos son los ciudadanos que ni siquiera tienen alguna contribución a la formación de su pensión, por estar en la informalidad o en la desocupación, cuando en Colombia el 65% de las personas con actividad productiva están en economía informal.

El tamaño del problema es mayúsculo y su solución de de muy largo plazo. Algunos, en forma ilusoria o simplista lo que afirman es que “simplemente el Estado debe hacerse cargo de las pensiones de las clases menos favorecidas” sin considerar lo que significa el costo fiscal de esta prestación y las fuentes de donde provendrá su cumplida y solvente financiación. Buena parte del déficit fiscal del país hoy, se origina en el pago de contribuciones a pensiones por parte del Estado a través de Colpensiones u otros mecanismos especializados como el caso de las fuerza militares o programas para la vejez, por ejemplo. Se trata de no más de 2 millones de personas que están a cargo del Estado en sus pensiones actualmente, después de cumplir sus requisitos de pensión en Colpensiones, y ya es una carga muy pesada, qué diremos con la cobertura de todos los ciudadanos de menores recursos que cumplan requisitos de pensión ahora y hacia el futuro.

Por definición la pensión es un ahorro para el futuro, para apoyar a las personas cuando su vida laborar termine y su condición de capacidad y salud disminuyan, es decir, cuando sean viejos. Esta es en esencia un previsión necesaria, pues es irremplazable y además una precaución indispensable ante momentos de vida de mayor dificultad, inseguridad e indefensión.

Sin embargo, cuando somos jóvenes, no pensamos en los momentos de vejez, y las contribuciones o los ahorros para la pensión nos parecen una “carga” innecesaria. No tenemos en realidad cultura de pensión ni conciencia sobre nuestra vejez.

Lo primero que hay que entender es que la formación de una pensión (independientemente de si se accede a un sistema de pensión privado o público[1]) se forma a través de la vida. Se requiere un período de ahorro muy largo, estimado entre 25 y 30 años, con un porcentaje del ingreso retenido para al pensión de entre el 18% al 30%, para gozar de una pensión de más o menos el 75% al 80% del ingreso de la persona al retirase de su vida laboral. Este ahorro debería ser sistemático y continuo, no debería ser intermitente u ocasional, y esto es parte de lo más difícil de lograr ante la alta tasa de informalidad y de desempleo que el país demuestra. Hacia el futuro, con los nuevos modelos de contratación laboral (outsourcing ocasional) será aún más difícil.

Todos debemos saber que una pensión se forma con los siguientes elementos más o menos conocidos:

1.     El porcentaje del ingreso que se ahorre o se contribuya, es evidente decir que mientras más se aporte, mayor será la pensión. Esta es una decisión que debe consultar la capacidad de ahorro, tanto como la conveniencia de precaver un futuro mejor. Debemos pensar que la expectativa de vida de las personas es cada vez mayor y por lo tanto se requerirá una partida más grande de ahorro para poder cubrirla.
2.     La edad de jubilación o lo que es lo mismo el período durante el cual se ahorre o contribuya, hasta adquirir el derecho de ser jubilado. Justamente, por la mayor expectativa de vida, las edades de jubilación tienden a crecer tanto para hombres como para mujeres en todos los países. Ya hay países que requieren edades de 65 o 70 años para poder acumular una pensión en los años laborados.
3.     La tasa de remplazo, o sea, qué porcentaje del último ingreso (a veces el promedio de ingresos de los últimos años) se seguirá recibiendo como pensión, lo cual dependerá, como es obvio, de los dos ítems anteriores.
4.     Las retenciones y contribuciones que los gobiernos hacen con fines de sistemas de solidaridad pensional para las clases de menores ingresos. Si se “carga” la mano del Estado en estas retenciones, el monto de la pensión individual se verá cada vez más disminuido.
5.     Un punto crítico es justamente la expectativa de vida, no es lo mismo una protección en pensión para diez años que para treinta, y menos si a cargo de la misma pensión hay una continuidad por sobrevivencia (el o la cónyuge), lo cual existe todavía en algunos sistemas, generalmente públicos.
6.     Los aspectos tributarios relacionados con las pensiones pueden ser decisivos tanto en el período de acumulación como en el período de utilización de la pensión.
7.     Las tasas de interés en el mercado. En este punto encontramos dos diferencias: los sistemas de ahorro de pensiones privados que invierten en títulos de diferente índole lo ahorrado por los afiliados, buscando acumular para el pago de la pensión entre lo ahorrado y su rendimiento neto la mayor pensión posible, y tanto como haya ahorrado el interesado. Si las tasas de interés son altas, los acumulados son mayores, pero esto nos es lo que corrientemente ocurre porque toda economía busca tener una tasa de interés moderada o baja para que haya desarrollo e inversión. En el otro extremo, en Colombia, existe Colpensiones, como ya se dijo, cuyo sistema de pensión depende de las semanas cotizadas, tiene unas exigencias mínimas de monto de cotización y semanas, pero el pago de la pensión, si bien depende de lo ahorrado, no está asociado con la tasa de interés del mercado, de tal forma que en el caso de pensiones bajas o de pensiones insuficientes porque las finanzas de Colpensiones no fueron buenas, es el presupuesto público el que se encarga de cubrir los déficits.
8.     La apreciación general es que en Colombia la pensión obtenida con Colpensiones es mayor a la obtenida con los fondos privados de pensiones, en condiciones de ahorro comparables. Y, en general, los afiliados esperan una tasa de reemplazo mayor que la que efectivamente reciben con su ahorro pensional en los fondos de ahorro individual (esquema diferente al caso de Colpensiones en Colombia), lo cual también ha sucedido en Chile y en Perú que han tenido esquemas similares con sistemas de ahorro individual.

Lamentablemente en Colombia, los ingresos disponibles, generalmente bajos, recibidos por la gran mayoría de trabajadores dependientes e independientes, se acompañan por una pobre cultura de ahorro pensional. Como si nunca nos fuera a llegar la vejez. Bien haríamos en las familias, las empresas y los grupos de opinión en apoyar la creación de una cultura de ahorro de largo plazo como uno de los pilares de la buena salud financiera de las personas para su futuro.


[1] Los sistemas en Colombia son diferentes, el privado se forma con el ahorro individual y sus rendimientos y el público, con el ahorro individual y la solidaridad de otros contribuyentes, según informes recientes se requieren hasta 7 contribuyentes para sufragar una pensión del sistema púbico, caso contrario el Estado la subsidia. Ver la República 5 marzo de 2020

lunes, 9 de marzo de 2020

LA INSONDABLE JEP


Comentario 9/03/2020
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
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La Paz no es la ausencia de guerra, es la búsqueda incesante de la justicia”, Baruch Spinoza, filósofo Holandés

No parce ser el anterior el pensamiento que acompaña las acciones del tribunal de Justicia Transicional del acuerdo de paz Santos-FARC, conocido como JEP, quien recientemente ha producido nuevos y sorprendentes fallos que generan un total desconcierto en el país y confirman aún más los temores que muchos ciudadanos teníamos sobre su vocación por la impunidad y su misión de borrar los delitos de las FARC.

Esta convicción surgió desde el momento de su constitución y luego de ver arbitrariedades como el origen de los responsables de la elección de los magistrados de la JEP, quienes fueron ciudadanos extranjeros vinculados a la izquierda radical de Argentina, Perú y España, lo cual y, por sí mismo, mostraba un sesgo y una inclinación marcadamente favorable a las FARC.

El modelo de justicia de la JEP, llamada restaurativa, se fundamenta en la sanción y no la prisión para delitos que según los códigos ordinarios serían de prisiones prolongadas. Se usarán penas alternativas, que por no saber cuáles son, más parecerían ser premios que penas, dado que allí se producen amnistías por hechos de extrema gravedad o se minimiza la gravedad de los hechos. Baste no más mirar que acusados de todo tipo (congresistas, políticos, militares, particulares, ex guerrilleros) quieren ser acogidos por la JEP, para contar “su verdad”, la cual no es necesariamente la verdad, y gozar de libertad inmediata, mientras se les juzga y llega el muy esperanzador castigo restaurativo con condenas cortas, libres de prisión, no sabemos con cuáles sanciones y con el juzgamiento de los delitos por temas, no por responsables, o sea, una clara impunidad.

Nos acordamos frecuentemente de Santrich a quien le permitieron la libertad y posesionarse como padre de la patria en el Congreso de la República, como otra de las diez curules regaladas a las FARC, según el acuerdo y luego que las autoridades lo tenían a buen recaudo y las pruebas lo comprometían totalmente con delitos de narcotráfico cometidos después del acuerdo. Prueba de ello fue que se voló y ahora delinque en el monte como guerrillero y narcotraficante.

Pero los mayores desafueros y desatinos de la JEP se presentan en las siguientes interpretaciones:

1.    Los atentados de las FARC están dentro del Derecho Internacional Humanitario y son legítimos dentro de su rebelión contra el Estado, así los 24 cadetes de la Escuela superior de guerra o los atentados del Nogal o las tomas a las poblaciones civiles, Bojaya, etc., con victimas militares y civiles y en forma indiscriminada, son amnistiables, como le acaban de conceder a la Mata Hari de las FARC Marilú Ramírez quien es responsable de muchos actos criminales, entre ellos la bomba de la Escuela Superior de Guerra. Por otro lado, se condena al Club el Nogal como culpable por ser un blanco obvio para la guerrilla.
2.    Los secuestros son sólo retenciones que pueden presentarse en caso de guerra. Ya se ve la airada y dura reclamación que hacen los secuestrados sobrevivientes de las FARC, entre ellos Ingrid Betancur, por que se reconozca el delito como secuestro, con la sanción correspondiente y se construya la verdad verdadera para el país y su memoria histórica.
3.    Están admitiendo como testimonio de los guerrilleros que ejecutaron los secuestros que los encerramientos en jaulas, las cadenas al cuello y las privaciones de libertad de movimiento con grilletes eran precauciones para proteger a los detenidos de los peligros de la selva, … que cinismo.
4.    Delitos graves como el reclutamiento de niños, la violaciones (recordar la Corporación Rosa Blanca de las niñas violadas), las extorsiones, las muertes de los Diputados del Valle, entre muchos otros atroces delitos, son parte de la guerra y por lo tanto no serán sancionados. Eso sí, será el Estado el que tendrá que pagar todo tipo de indemnizaciones, porque el dinero de ellos o no aparece o no se puede monetizar.
5.    El narcotráfico se les consideró a los miembros de las FARC como delito conexo con la actividad guerrillera, y por lo tanto ya llegamos a 212.000 hectáreas de cultivos, cuando partimos de 50.000. Todo lo cual también es fomentado por el acuerdo FARC-Santos y la actuación de su gobierno de suspender la aspersión aérea y de considerar el glifosato como dañino para el medio ambiente, cuando se emplea para todo tipo de cultivos.
Entre el acuerdo FARC-Santos y las actuaciones de la JEP, qué lejos estamos de la verdadera paz de que habla Spinoza, cada vez se ve más remota la búsqueda incesante de la justicia.


[1]Se suelen emplear dos interpretaciones para la palabra insondable, así: 1. Que es tan profundo, que no se puede alcanzar su fondo. 2. Que no puede ser conocido o comprendido por ser misterioso, difícil o impenetrable. ¿Cuál de estas interpretaciones o las dos corresponderán a la JEP?



lunes, 2 de marzo de 2020

EL CAMBIO GENERACIONAL


Comentario 2/03/2020
EL CAMBIO GENERACIONAL
Ingeniero Industrial y Administrativo
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La transformación de la vida del hombre en su duración, desde sus inicios en la prehistoria hasta la vida contemporánea es extraordinaria. En la época prehistórica la duración media del hombre era muy corta, apenas unos veinte años, pues las condiciones de vida, de alimentación, las plagas, la amenaza continua de las fieras carnívoras y los fenómenos naturales catastróficos les permitían pocos años de sobrevivencia.

La civilización griega y las diversas civilizaciones orientales desarrollaron conocimientos médicos y científicos para la preparación de curas y antídotos, tales que permitían la recuperación de las personas de sus enfermedades en vida o de las heridas de guerra. Además, las corrientes de comercio trajeron diferentes especias y frutas que enriquecieron la dieta alimentaria de las civilizaciones de la época del imperio romano. Así que la vida promedio en ese entonces llegó más o menos a los treinta años.

Así mismo, y a pesar del oscurantismo y la persecución religiosa, durante la edad media y durante el renacimiento también avanzaron los conocimientos médicos, químicos y biológicos y el estudio del cuerpo humano, con su morbilidad y mortalidad, para lograr mayor longevidad, la cual se prologaba ya a los cuarenta o cincuenta años, y en algunos pocos casos hasta los sesenta años.

Para la edad moderna y contemporánea, los avances en los tratamientos médicos, las medicaciones y las ayudas diagnósticas, más los avances en otras ciencias naturales permitieron una mejor alimentación, mayor prevención y una notable calidad de vida, hasta llegar a edades promedio en alguna civilizaciones entre los setenta y ochenta años. De hecho, ya tenemos unas nuevas categorías poblacional, los mayores longevos y centenarios, personas de avanzada edad, que han logrado una calidad de salud y de vida superiores, tanto físicas como mentales. En conclusión la población de adultos mayores, viejos, longevos y centenarios, cada vez es mayor en la composición poblacional de los países.

En el lado contrario, el pensamiento de vida ha cambiado notablemente, las familias de la antigüedad querían ser numerosas y tener hijos para la guerra, la labranza o la actividad manufacturera. De hecho, por ejemplo, en Antioquia hubo una época en que el registro de familias con 12 o 15 o más hijos, no era un hecho notable. Todo lo contrario a lo que sucede hoy en el mundo, donde las familias o no quieren tener hijos o muy pocos, si los tienen.

Como resultado, la pirámide poblacional está cambiando, cada vez hay menos jóvenes en proporción a la cada vez mayor población de adultos de edad prolongada, con lo cual la base de la pirámide se achica y la cúspide se amplía. Esto plantea unos retos generacionales y poblacionales enormes, algunos de los cuales los comentaremos brevemente:

·         Tendremos mejor calidad de vida y esto conducirá a un impacto significativo en el costo de los sistemas de salud y de pensiones por la mayor duración de las personas y la necesidad de períodos de cuidado más amplios. Se espera que Colombia tenga unos 16 millones de adultos mayores en unos años más.
·         Habrá más duración de los viejos y esto ocasionará un impacto en los sitios necesarios para su cuidado y bienestar.
·         No hay reposición suficiente de la población y sus curvas de crecimiento se reversarán. De hecho para Colombia se asume que llegaremos a unos 56 millones de habitantes para el año 2050 y de allí en adelante la población dejará de crecer y eventualmente se producirán disminuciones significativas muchos años adelante.
·         Los oficios para jóvenes no habrá quien los ocupe y los para viejos, tendrán más viejos trabajando hasta avanzada edad.
·         La ciencia y la tecnología están cambiando el contenido de los oficios, cada vez con mayor inteligencia artificial trabajando y menos labor humana física o intelectual actuando. Si los viejos duran más y trabajan más años, los jóvenes difícilmente van a encontrar empleo en la estructura laboral tradicional. Habrá que crear nuevas formas de relación laboral y nuevos oficios, acordes con el cambio tecnológico. El trabajo por cuenta propia y los oficios creativos (economía naranja) tendrán que crecer.
·         Se continuará presentando un cambio generacional muy grande ente los jóvenes de hoy (millennials y centennials) y los jóvenes de ayer (viejos de hoy), los baby boomers (surgidos después de la segunda guerra mundial hasta los sesentas).
·         Habrá también un cambio cultural muy grande, desde las familias integradas a las familias disgregadas y desde las personas en grupo hacia las personas en soledad, fruto de los cambios culturales, generacionales y tecnológicos.
·         Se prevén crisis de cambio climático que afectarán el abastecimiento de alimentos y de agua hacia el futuro, lo cual influirá decididamente en las condiciones de vida y bienestar de las sociedades, algunas de las cuales están amenazadas, tanto por problemas alimentarios, como por los generacionales.

Estos son sólo unos comentarios sobre los cambios generacionales que nos esperan, los cuales debemos anticipar  y no sólo esperar a que nos lleguen, con todas sus consecuencias positivas o negativas. ¿Qué haremos para acompañar y cuidar a tantos viejos y para apoyar productivamente y provechosamente a los jóvenes?

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...