Comentario 16/06/2020
DEBER,
TENER Y PODER
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y
Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
Sin crecimiento económico no hay nuevas oportunidades y sin nuevas oportunidades, difícilmente generaremos ocupación productiva y bienestar económico y social para nuestras familias en el campo y en las ciudades.
Desafortunadamente, el rezago económico que nos dejará la pandemia del coronavirus es tan grande que el proceso de generar nuevo crecimiento, que amplié significativamente las posibilidades de diferente índole, será lento y tomará varios años. Colombia viene creciendo en promedio un 3% a 4% en su producto interno bruto durante los últimos años.
Para el año 2020, se esperaba un crecimiento de más o menos 3.5%, pero actualmente las firmas de análisis económico estiman que decreceremos cerca del 8%, es decir una diferencia de 11,5%, lo cual significa un promedio de 3 a 4 años de nuestro crecimiento histórico, para recuperar el decrecimiento, pero además debe darse un crecimiento normal que sería adicional, para compensar el “hueco” y dejar un saldo a favor para las necesidades corrientes de generación de nuevas oportunidades.
Así vistas las cosas, el camino es arduo pero posible, Colombia, a diferencia de otros países, ha presentado una constante de crecimiento histórico de su PIB en promedio del 3 % en sus últimos 50 años, con muy pocos años de decrecimiento significativo, debido a situaciones extremas de la economía mundial, tales como baja en los precio de las materia primas exportadas por el país, crisis financieras, deterioro económico mundial, situaciones de guerra o de conflictos o catástrofes naturales.
Lo importante es que el país, por sí mismo, constituye un mercado de cerca de 50 millones de habitantes, el cual, si se concentra en consumir la producción nacional, sería un buen demandante de productos y servicios, lo que posibilitaría el paulatino crecimiento del PIB, hasta su recuperación en los próximos años y aún a unos niveles que compensen el hueco de la pandemia y aseguren el nuevo crecimiento. De hecho, el ministro de hacienda en nombre del gobierno nacional, ha dado un mensaje de optimismo, pues espera crecimientos superiores al 4 % para el año 2021 y siguientes. Hay cuatro factores favorables:
· La demanda interna, como ya se explicó, puede ser paulatinamente creciente y de magnitudes importantes, lo cual dinamizaría toda la economía. El ingreso per cápita de los colombianos ha crecido persistentemente, si bien también ha crecido su población, en los últimos años. Por ejemplo, hay sectores intensivos en uso de mano de obra como la construcción, los cuales, si se reactivan, no solamente generarán crecimiento en lo económico sino ocupación en lo productivo, esto se constituye en un círculo virtuoso que puede retroalimentarse poco a poco y afianzar un crecimiento económico y un mejoramiento social significativos.
· La producción de alimentos, verduras, frutas, cárnicos, lácteos y sus procesados y la de cultivos medicinales, tales como la marihuana con aplicaciones médicas, por ejemplo, son oportunidades únicas para el país y en un mundo carente de alimentos suficientes y de medicinas apropiadas.
· La tercera gran oportunidad para el país es el turismo de todas las naturalezas, recreativo, cultural, científico, ecológico, médico, de congresos y eventos, de ferias y exposiciones, etc. Colombia, por su ubicación, las no estaciones, la variedad de climas y la diversidad de territorios es atractivo para muchos públicos, que encontrarían diversidad, precios y calidades apropiadas. Superados los rigores de la pandemia, el mundo entero deseará viajar de nuevo, descansar y divertirse, también.
· La cuarta oportunidad es el aprovechamiento de nuestros recursos hídricos, eólicos y de gas para la generación de energías más limpias que puedan emplearse en el consumo nacional o exportarse a países vecinos carentes de estas facilidades. Los vehículos eléctricos y a gas son un reto para el futuro, para sustituir la combustión de gasolina, altamente contaminante.
Nadie puede desconocer las complejidades y los efectos recesivos de la pandemia del Covid 19, sin embargo, debemos, tenemos y podemos, pensar y planear desde ya la recuperación y la toma de oportunidades. Con una buena sinergia nacional de gobierno, gremios y líderes regionales, puede proyectarse este escenario maravilloso.
La conducta, en general, del pueblo colombiano durante la pandemia, el cual ha demostrado convicción, disciplina, ilusión y esperanza, con los excelentes resultados de disminución en sus nocivos efectos, los cuales se han considerado ejemplares para el mundo, son el mejor caso de lo que una nación puede lograr, con la motivación adecuada y la orientación en una dirección común que aglutinen las convicciones y valores de sus ciudadanos, por la construcción conjunta de un futuro mejor, basado en sus oportunidades, como ya las describimos.
Naciones que han sufrido grandes tragedias y retrasos por situaciones de guerra, de catástrofes, de epidemias o de choques económicos y tecnológicos, han enfilado todos sus esfuerzos en torno a orientaciones y logros comunes, que las han transformado y llevado a sitiales de liderazgo, ¿por qué no lograrlo también en Colombia?
Los abuelos decían: “con el tiempo, un palito y
una pizca de suerte”, se pueden lograr muchas cosas. El tiempo se refiere a la
dedicación, el palito, la labor o el esfuerzo y, la pizca de suerte, la fe que
le ponían a la realización de las cosas. No será bueno poner en marcha este
consejo para hacer realidad lo que debemos,
tenemos y podemos.
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