Comentario 22/06/2020
LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y
Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
Los 4 Jinetes del Apocalipsis son los
caballeros que se describen en la primera parte del capítulo sexto del Apocalipsis[1], los cuales montan en
sendos caballos blanco, bermejo, negro y amarillo. Aunque no hay acuerdo
sobre lo que significan, y existen diversas teorías, algunos postulan que
representan o son alegorías del anticristo (el
mal), la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente. En la
teología y escatología cristianas, el nombre de Anticristo se
refiere a una figura que cumpliría con las profecías bíblicas concernientes al
antagonista de Cristo.
Pues pareciera que la época que estamos viviendo tuviera que
ver con estas revelaciones, y aún más si pensamos en los desajustes de todo
tipo que el coronavirus está produciendo y podrá seguir generando, dado que es
un mal con el cual la humanidad parece que va a tener que convivir, con
tratamientos y vacunas, sí, pero con contagiados, hospitalizados, recuperados y
muertos, también.
Están
sucediendo tantas cosas a nivel de la geopolítica mundial y en el orden
nacional que el momento invita a una reflexión en varios sentidos:
Los
principios morales, éticos y las buenas costumbres han sido sustituidos por
mares de corrupción, contrabando, narcotráfico, bandas criminales, hurtos,
robos, violaciones, secuestros, trata de blancas, rapto de menores,
drogadicción, egoísmo, idolatría, enviada, etc., es decir, todos los Anticristos
posibles. Difícil encontrar comunidades tranquilas, virtuosas, con apego a la
ley y a los buenos principios en forma colectiva e individual. Esto es válido
para todas las creencias, razas, edades y sociedades. ¡Qué tristeza, pero el
bien parece ser un elemento exótico!
Por
otro lado, la llamada comunidad internacional se ha ido desmoronando como
consecuencia de problemas políticos, religiosos, comerciales y de salud. En la
práctica los países se están cerrando y sus economías pierden el carácter de
globales para encerrarse más en sí mismas y participar menos en la comunidad
internacional, bien en los organismos multilaterales, como también en los
acuerdos de comercio o en las uniones económicas y comerciales, así como el poco
apoyo a los proyectos relacionados con la solidaridad y el desarrollo.
Baste
mencionar, como ejemplos, los conflictos políticos y comerciales Chino-norteamericanos,
los profundos desajustes en la Eurozona donde van caminado hacia el “sálvese
quien pueda”, los problemas políticos frente a Maduro y su falta de democracia con
una descarada cleptocracia, los conflictos arabo-israelí, que son un polvorín
en continuo trance de estallar, los de India y Pakistán, los de Corea del Norte
con toda la región de la cuenca del pacífico norte, etc.
Vemos
problemas de refugiados en muchos lugares de la geografía: en el norte de
África, en palestina con el fuerte expansionismo de Israel, en Venezuela con su
éxodo y retorno, en Centroamérica aun buscando el sueño “americano”, en los
países del Asia menor, etc.
Y
por supuesto, el hambre asecha por todas partes, se estima que más de 700
millones de personas pasan el día con hambre y total desesperanza. Nada bueno
si miramos los estragos que en la economía y la salud está causando el
coronavirus que conducirá, inevitablemente a engrosar esas filas de falta de
alimentos y miseria, con graves problemas y secuelas de índole social, de
crecimiento y de desarrollo.
No
han faltado, además, los oportunistas, especialmente de las izquierdas y de los
movimientos más radicales, de atribuir lo que está pasando al modelo liberal
capitalista de economía privada y a los estados democráticos, insinuando que
gobiernos autoritarios, autocráticos, no democráticos, represivos y con
economía totalitaria centrada en el Estado, serían la mejor solución. ¡Abrase
visto¡ El mundo ya ha probado estas fórmulas, como para saber muy bien que
conducen al privilegio de unos pocos y a la destrucción de las bases sociales,
económicas e institucionales de los países. Con todos sus defectos, la
democracia liberal con economía privada es lo mejor que podemos tener,
suavizando, con una buena legislación y control por parte del Estado, los
excesos de los particulares.
A
lo anterior se suman los problemas de distanciamiento social, comenzando por la
cancelación de vuelos y el cierre de las fronteras marítimas, fluviales y
terrestres, hasta llegar al distanciamiento en los grupos sociales cercanos.
Estas situaciones han sido originadas también por el problema de la pandemia
del coronavirus, pero no solamente en ella. Detrás de esos cierres también se
están incubando sentimientos nacionalistas, xenofóbicos, de protección de las
industrias nacionales, esto último es transitoriamente razonable, sin embargo,
con consecuencias negativas de largo plazo.
Después
de la segunda guerra mundial, el mundo ha recorrido un largo camino para
construir unas bases de relación fundamentadas en organismos multilaterales
comunes, acuerdos de comercio globales o regionales, economías globalizadas,
con intercambio de bienes, servicios, personas y capitales. Estamos desandando
los pasos que durante muchos años recorrimos, con grandes esfuerzos y
sacrificios, y largo tiempo tardará el volverlos a retomar, si es que
reflexionamos y regresamos a ellos. Como dice un proverbio chino “hasta el
camino más largo comienza con el primer paso”, comencemos ahora para llegar más
pronto y poder alejar así los 4 jinetes del apocalipsis.
[1] Los cuatro jinetes del Apocalipsis están
descritos en el capítulo 6, versículos 1-8, del último libro del Nuevo
Testamento. Estos cuatro jinetes son descripciones simbólicas de
diferentes eventos que tendrán lugar durante el período de la gran tribulación,
por eso se le conoce como apocalipsis.
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