lunes, 13 de julio de 2020

¿EN QUÉ NOS EQUIVOCAMOS?

Comentario 13/07/2020

¿EN QUÉ NOS EQUIVOCAMOS?

 

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

 

Dos variables se han vuelto críticas y agobiantes durante el transcurso de la pandemia del Covid 19: la salud de la población y la salud de la economía. Examinemos un poco estas conductas en el caso colombiano:

La salud de la población debido a la pandemia:

La evolución de la pandemia ha sido diferente para los distintos países por condiciones médicas, de normas y protocolos de cuidado, de cuarentena, de capacidad económica, de la composición de la pirámide poblacional, de la infraestructura de unidades de cuidado intensivo, de políticas de las autoridades y de la cultura de autocuidado de las personas, entre otras razones. Veamos las cifras:


Estos datos, como es obvio, cambian todos los días, sin embargo, de ellos podemos extraer algunas conclusiones:

·         Dado el tamaño de su población, a Colombia le ha ido bien, hasta ahora, en el número de afectados, al no encontrase entre los diez primeros casos en el mundo.

·         La tasa de mortalidad en Colombia ha sido del 3.5% de los contagiados, si bien en el promedio de los Top 10 de los más afectados, es del 4.7%.

·         Miradas estas dos situaciones, tenemos que afirmar que se ha hecho una buena labor gubernamental y ciudadana en términos de la pandemia, aunque en Colombia, todavía no se ha llegado al pico, según la opinión de los exertos.

La salud de la economía debido a la pandemia:

Es innegable que todas las economías del mundo se han visto afectadas por la pandemia, tanto en el sector privado, como en el sector oficial, generando problemas tales como altos endeudamientos, grandes déficits ficales, comerciales y de balanza de pagos, mayor número personas de la población en situación de pobreza, cierre de muchos negocios y mayores tasas de desempleo.

Referidos a esta última cifra, el desempleo, la situación de Colombia es muy perturbadora en su comparación con otros países, como lo muestra el siguiente gráfico, publicado en el periódico Portafolio del día 7 de Julio 2020:


Es claro deducir del gráfico que la peor parte en términos de empleo la está soportando Colombia, pues su tasa de desocupación, que venía creciendo lentamente desde el último año, se disparó en el momento de la pandemia a niveles insospechados, sin contar con lo que puede estar ocurriendo en la actividad productiva informal, donde la situación de falta de ocupación también está creciendo por la ausencia de oportunidades y de falta de dinámica económica. La comparación nos deja muy mal parados aún con vecinos semejantes en Latinoamérica, ni hablar con EEUU y la Unión Europea.

Recordemos, además, que cerca del 60 % de la población ocupada en Colombia es informal. Hay conceptos tan desfavorables como los de la OCDE (organización para la cooperación económica y el desarrollo), el llamado club de las buenas prácticas, donde se estima que uno de los países vinculados peor afectados con la desocupación es Colombia, debido a la fragilidad de su estructura productiva.

Surge entonces la pregunta, ¿qué nos pasó?, o ¿qué nos está pasando?, ¿se nos fue la mano en el cuidado de la salud en razón de la pandemia?, cuya curva de crecimiento no ha cesado y cuyo pico se prevé para el mes de agosto. Nos está costando más caro de la cuenta el coronavirus, ¿por qué? En mi opinión, y con base en esta experiencia, no es posible para nuestro país un cierre prolongado y general de la economía, sólo puede hacerse de manera focalizada y sectorial, con las debidas normas en materia de protocolos y conducta ciudadana, social, comunitaria y empresarial.


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