Comentario 17/08/2020
¿LLEGARON
PARA QUEDARSE?
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
Http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
El refranero popular nos ha
enseñado que “VACA LADRONA NO OLVIDA EL PORTILLO”, cuyo significado más
aceptado es que quien comete algo atrevido en forma premeditada, tiene la
tendencia cometerlo de nuevo. Por supuesto hay muchos otros significados que se
han dado a través de los usos en diferentes países o lugares, como en los
sitios de ordeño, por ejemplo, donde se aprecia que la vaca a la que se le ha
acabado su cuido, pasa su cabeza para el cuido de su vecina a ver si puede
comer más. O, en otros países, se interpreta como que lo que ha sucedido
repetidas veces, tiende a volver a repetirse. Este último es el significado con
el cual lo usaremos en este comentario.
Surge la pregunta de si
algunos hechos acontecidos en razón a la pandemia del Covid 19 permanecerán o
continuarán hacia el futuro, transformándose en una nueva forma de conducta de
la comunidad, las empresas y las familias.
Frente a esa pregunta están las tres concebidas respuestas de: claro que
continuará, probablemente o tal vez sí y la última, vaca ladrona no olvida el
portillo, es decir, que todo volverá a la normalidad una vez superada la
pandemia.
Lo primero que hay que decir
es que la superación de la pandemia es un hecho incierto y la “clarividencia”
de los científicos, los hombres políticos y los simples ciudadanos no logran
avizorar cuándo y cómo sucederá este feliz suceso. Hay indicios, rasgos,
tendencias, pero también posiciones como que conviviremos con el virus por varios
años o que, poco a poco, con vacunas, tratamientos y prevención sanitaria se
irá extinguiendo. En la medida en que el virus se perpetúe, algunas nuevas
conductas como los cuidados higiénicos, el distanciamiento social y el uso de
geles desinfectantes, jabones, alcoholes, lavado de manos y tapabocas, se
volverán parte de la cultura y costumbres de una manera permanente o, al menos,
existirán por años.
Sin embargo, existen otros
cambios significativos, algunos de los cuales tendrán un singular y profundo impacto
en las conductas, en las costumbres y unos imprevisibles impactos económicos de
muchas magnitudes y en muy diferentes direcciones. Mencionemos algunos de esos
hechos, sin pretender una lista exhaustiva o total de los mimos y avizorar cuál
puede ser el impacto económico de su continuidad:
1. Nuevo
modelo de economía empresarial: con la pandemia y sus consecuencias, entre las
empresas, unas emergieron y se reinventaron, las demás, no sobrevivieron y ya
no estarán. La enseñanza es clara, las empresas hacia el futuro tendrán que
adquirir competencias y capacidades que las hagan resilientes[1] y flexibles ante cambios
intempestivos en su mercado o sus condiciones de desenvolvimiento.
2. La relación
cliente - proveedor va a cambiar significativamente, desde una alta densidad de
ventas presenciales a ventas virtuales. El valor de lo virtual, a distancia y a
domicilio sobrepasará los beneficios de la compra en sitio.
3. El modelo
de teletrabajo llegó para quedarse, con un alto impacto en el trabajador y su adaptación
sicológica, familiar y funcional a este tipo de prestación de servicios, tanto
como las implicaciones empresariales en espacios ocupados, equipamiento, tecnologías,
comunicaciones, seguridades y en su relación con los empleados.
4. El autocuidado
en la salud, en lo personal, familiar y comunitario y sus consecuencias, son acciones
que también llegaron para quedarse, seguramente la prevención y protección
serán de mayor preocupación para todas las edades y condiciones.
5. Durante
la pandemia hemos experimentado un menor consumo de casi todo, no sólo por la
parálisis, sino por una conciencia diferente sobre lo que realmente usamos y necesitamos,
salvo los días sin IVA, cuya finalidad es rescatar la actividad económica y
para el público una oportunidad, hoy consumimos menos. El impacto en los
consumos, los sistemas de financiación y pago y la actividad económica se hará
sentir. ¿Bueno o malo?, se verá a medida que el tiempo decante las circunstancias
y veamos cómo quedamos realmente.
6. Las relaciones
cercanas con familiares, amigos y relacionados, podrán llegar a afectarse hacia
el futuro y probablemente podrán ser ni tan cercanas ni tan lejanas, pero, con
seguridad, serán diferentes.
7. Los criterios
y conceptos en aspectos políticos y sociales serán distintos, mucho se ha visto
en términos de desempleo, desigualdades, transformación de los oficios,
replanteamiento de las empresas y en las propias conductas sociales, como para
pensar lo mismo, ¿cómo cambiaremos?, también está por verse.
8. Además,
la conciencia sobre los problemas sociales, de distribución de la riqueza y de
la generación de oportunidades, tendrán un impacto sobre las prioridades y la
asignación de los recursos a nivel de los gobiernos locales, regionales y
nacionales. Si ésto afianzara también la cultura anticorrupción, qué gran logro
sería. Evitar la corrupción es una gran fuente de generación de recursos para
otras prioridades.
9. La cultura
del distanciamiento social para la protección común, el “yo me cuido, tú te
cuidas y así, todos nos cuidamos” puede ser una cultura que trascienda a muchos
ámbitos y se cumpla en muchas situaciones.
10. Finalmente,
el rol de los gobiernos tendrá que considerar la sostenibilidad, tanto como el
crecimiento, como criterios de economía social, a veces freno y a veces
acelerador, pero con mayor equilibrio, guardar en vacas gordas, porque pueden
llegar momentos de vacas flacas y ya vemos que vaca ladrona no olvida el
portillo.
Estas son sólo unas cortas reflexiones,
con seguridad en cada lugar de la geografía habrá muchas más, según las
particulares condiciones que han atravesado.
[1] La palabra resiliencia se refiere a la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse, luego de experimentar
alguna situación inusual e inesperada
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