Comentario 25/01/2021
EL SOCIALISMO CONSTITUCIONAL
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
En
un interesante artículo publicado en periódico El Colombiano del 3 de enero del
presente año, el Doctor Armando Estrada Villa realizó un atinado comentario
sobre la vigencia de la constitución de 1991, la cual ha sido sometida a un
gran número de reformas, 55 en total, al preguntarse si lo que hoy tenemos es
un sin número de disposiciones no articuladas, las cuales pueden no estar
consultando las realidades y necesidades del momento actual del pueblo
colombiano, pues, advierte, también que vienen en camino una serie de
modificaciones de muchas naturalezas que ya se están tramitando en el Congreso
de la República.
Entre muchos otros que están en trámite, en particular nos ha llamado la atención la mención que él hace sobre eventuales modificaciones para incluir en la constitución varios temas de carácter social, como los que cito a continuación para ser derechos permanentes:
- A no padecer hambre.
- A la canasta básica.
- A la pensión mínima.
- A la educación superior gratuita.
- A servicios de salud subsidiados.
- A la vivienda digna.
- A internet gratuito.
Impresiona
la descripción de los anteriores temas porque significaría que, durante la
existencia de la persona, el Estado, sin saber de dónde provendrían los
recursos, sería responsable por subsidiar toda la vida de cada individuo.
Este
es un pensamiento de tipo socialista, filosofía política que propone trasladar
al Estado la responsabilidad por generar un bienestar igualitario para todos
los ciudadanos, a partir del control de los medios de producción en forma
centralizada, en contrario sentido de la responsabilidad individual por el
progreso y el bienestar del individuo en cabeza de cada quien y de la propiedad
privada de los medios de producción.
Obviamente,
es entendible y defensable que en una sociedad no todos tienen iguales
oportunidades y por tanto los niveles de calidad de vida y de progreso no son
los mismos para todos los ciudadanos, en consecuencia, es necesario que el
Estado, a nombre de toda la comunidad, ya que el Estado es de todos, produzca
subsidios o beneficios ocasionales o temporales en favor de las algunas
personas y mientras estas estén en condición de vulnerabilidad.
Pero,
nadie entendería que una persona mantuviera durante toda su vida subsidios por
parte del Estado, o sea de los demás ciudadanos, independientemente de su condición,
esto crearía privilegios sin causa, que son, en términos prácticos, una
afectación a los recursos de toda la comunidad, sobre todo los que sí pagan
impuestos.
Increíble
pensar que vamos a llegar a una condición de socialismo por una velada modificación
sucesiva a la constitución sin que los demás ciudadanos sean conscientes. Esto,
sin lugar a duda, es populismo de la peor clase, que es muy cercano al
pensamiento de los grupos de izquierda que hay en Colombia, los cuales, cada
día más, demandan del Estado “reivindicaciones sociales”, que deberían pagar
los ciudadanos que ellos llaman los ricos y los oligarcas.
En
Colombia la gran mayoría de los ciudadanos no paga impuestos directos y sólo
contribuyen con el IVA cuando consumen productos gravados. En consecuencia,
unos cuantos ciudadanos se harán cargo de los demás de por vida, según esas
nuevas aspiraciones constitucionales.
A
mi manera de ver, se está instaurando un “socialismo constitucional” sin que el
público, en general, en todos sus “matices, colores y sabores” haya tenido
ocasión de opinar, analizar, rebatir y aprobar o improbar a conciencia lo que
se está haciendo por unas vertientes políticas llenas de “odio de clases” y de
populismo malsano.
Es
hora de reaccionar para que se respete el artículo primero de la Constitución
política de Colombia, el cual dice:
Artículo 1°. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general.
Estamos
a tiempo y advertidos.
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