Comentario 01/03/2021
EL
FASCISMO[1]
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Para
hablar desde su origen, el fascismo es un movimiento político y social el cual
nació en Italia de la mano de Benito Mussolini tras la finalización de la
Primera Guerra Mundial. Se trata de un movimiento totalitario y nacionalista,
cuya doctrina, y las similares que se desarrollaron en otros países, reciben el
nombre de fascistas.
Desde
1922 hasta 1943 el citado dictador italiano se convirtió en el primer ministro
de su país. Fecha aquella última en la que fue depuesto y posteriormente
encarcelado, aunque en prisión estuvo muy poco tiempo pues recibió la ayuda de
la Alemania nazi para escapar de dicho lugar. No obstante, dos años después, en
1945, finalmente moriría tras ser ejecutado. Además del régimen de Mussolini en
Italia, se califican como fascistas de esa misma época a la Alemania de Adolf
Hitler y a la España de Francisco Franco.
El
fascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del
pueblo. La población no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que
está en manos de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad
veladamente con dádivas y halagos, pero frecuentemente, en condiciones de mayor
represión, a través de la violencia, la coacción, el miedo y la propaganda,
principalmente pero no únicamente a través de la manipulación del sistema
educativo.
El
líder fascista es un caudillo que aparece por encima de los hombres comunes.
Mussolini, por ejemplo, se autodenominaba como “il Duce”, que deriva del latín
Dux («General»). Se trata de liderazgos mesiánicos y autoritarios, con un poder
que se ejerce de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta popular
previa. Además de todo ello hay que resaltar el hecho de que el Fascismo en
Italia y en otros países condujo a que se desarrollaran y promulgaran las que
se dieran en llamar “leyes raciales”. Estas eran un compendio de medidas de
discriminación y de persecución hacia todas aquellas personas que fueran
contradictoras del gobierno fascista o tuvieran relación con el pueblo judío de
cualquier origen. Dicha legislación dio lugar no sólo a que se llegara a hablar
de una raza italiana o alemana “puras”, por ejemplo, sino también a que se
abrieran campos de concentración donde los judíos eran recluidos, sometidos a
trabajos forzados, objetivos de todo tipo de torturas y abusos, e incluso
millones de ellos fueron también asesinados.
En
Alemania el fascismo estaba asociado al nazismo. Este movimiento tuvo un fuerte
componente racial, que promulgaba la superioridad de la raza aria y buscaba el
exterminio de otras colectividades, como los judíos ya mencionados, o los
gitanos y los negros. En este sentido, hay que subrayar que el nazismo propagó
en el año 1935 las conocidas Leyes de Nuremberg mediante las cuales no sólo se
les privaba a los judíos de sus derechos como ciudadanos, sino que también se
les obligaba a portar una identificación como tal y a evitar relacionarse con
los llamados ciudadanos arios. Pero ese sólo fue el punto de partida de una
persecución indiscriminada y atroz contra las personas de origen judío que
fueron víctimas de torturas y asesinatos por parte de la conocida como SS,
policía nazi.
Pues
quién lo creyera que esas filosofías autocráticas, autoritarias,
discriminatorias, sectarias y segregacionistas, con gran culto por la
personalidad de su líder, también existen hoy, encarnadas en filosofías de
socialismo de estado o comunismo, pero con una conducta de verdadero fascismo.
Baste mirar en el vecindario en los años contemporáneos, en cuanto lo que han
representado los hermanos Castro en Cuba, Chaves y Maduro en Venezuela, Daniel
Ortega en Nicaragua, por citar sólo algunos casos y, lo que fueron en los años
del siglo anterior, las dictaduras de todo tipo y los gobiernos militares de
algunos países.
En
realidad, son lobos con piel de oveja, que se aprovechan de condiciones de
debilidad en las democracias o abusos de poder de algunos de sus gobernantes,
para ser sustituidas por otros líderes que son aún más radicales. Sus
argumentos exaltan el nacionalismo, la autenticidad de los valores y rasgos de
un pueblo y los subliman para utilizar esos sentimientos en su propio
beneficio, por supuesto, con todo tipo de incautos que “compran” tan singulares
propuestas y las sienten como las grandes soluciones para sus problemas y/o la
cristalización de algunos de sus “sueños”, pasando por encima de toda la
comunidad y desatando corrientes de odio y persecución, contra otros
conciudadanos, a quienes señalan como la causa de sus dificultades, con un
marcado odio de clases.
En
los tiempos modernos aparecen en ciertos países y épocas movimientos del tipo
neofascismo y del neonazismo, los cuales repiten actitudes de los movimientos
originarios (violencia, autoritarismo y discriminación), mientras ocultan o
minimizan los crímenes cometidos por esos grupos a lo largo del siglo XX, con
un negacionismo a ultranza. En Colombia se avecina un nuevo período electoral
y, duele decirlo, algunos pre-candidatos exhiben rasgos y tendencias de corte
fuertemente populista y en algunas formas, también fascistas.