Comentario 26/07/2021
EL
IDEARIO DE PEDRO CASTILLO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
En
una cerrada votación, llena de impugnaciones de fraude por parte de sus
opositores, Pedro Catillo[1] ha sido nombrado
presidente electo del Perú, quien el 28 de Julio recibirá la banda presidencial
y tomará su juramento, luego de un período de tumultuosos años de gobiernos
acusados de corrupción, incluidas las famosas coimas de Odebrecht, y la
fatídica muerte de Alan García, quien prefirió suicidarse antes de ser
detenido. Perú ha sido víctima de fuertes confrontaciones políticas entre el
ejecutivo y el legislativo en las últimas vigencias presidenciales y de una
confrontación partidista enconada y polarizante.
De
hecho, Perú está dividido en dos mitades políticas de acuerdo con esta última
elección y según los votos válidos escrutados, los cuales arrojaron un
resultado de casi el 50% de la votación a las corrientes de centro y de derecha
representadas por Keiko Fujimori y a la corriente de izquierda más radical del
maestro Castillo.
Pues
bien, es útil reflexionar sobre el pensamiento general que acompaña al señor
Castillo y las bases de su ideario político, según el cual Perú debe realizar
una Asamblea Constituyente que modifique la constitución actual, adoptada en el
año 1993, durante el gobierno de Alberto Fujimori, padre de Keiko.
Los
fundamentos de Castillo son de corte nacionalista, fuertemente populista y con
un modelo económico de carácter estatista. De acuerdo con su ideario, en Perú:
- El Estado debe tener plenas facultades para intervenir en la economía y no de una manera subsidiaria a lo no realizado por el sector privado.
- Los recursos naturales deben ser estatizados y administrados por el Estado y no por los particulares.
- Debe fomentarse la inversión nacional por encima de la extranjera, al punto que el mercado podría ser intervenido por el Estado para dar preferencia al consumo nacional.
- La libertad de mercado y de iniciativa privada está condicionada al interés nacional que el gobierno definirá.
- El rol del Estado es ser un competidor al mismo nivel que las empresas privadas.
- Las empresas extranjeras estarán sujetas a elevados impuestos.
- El banco central podrá emitir dinero para financiar gasto público, sin restricción ni limitación y sin tener como contrapartida el elevamiento de la producción nacional, sólo más gasto, el cual inevitablemente se volverá una espiral inflacionaria como ya ha ocurrido en todos los países del mundo donde esto se ha hecho.
- La educación pública debe ser gratuita y pagada por el Estado. No sería raro una dosis de adoctrinamiento político detrás de esta iniciativa, como sucede en los países de corte socialista.
- Los principios de constitución, instituciones, democracia y libre inversión, han quedado en suspenso con su orientación estatista y de corte autocrático.
No
se diga más, que con esto es suficiente para reflexionar que el Perú ha caído
en las manos de un pensamiento semejante al de Maduro en Venezuela, los Castro
(Diaz Canel) en Cuba, Daniel Ortega en Nicaragua y Alberto Fernández en
Argentina, por ejemplo, de acento populista, nacionalista y autocrático. Y se
habla de un “eje” político conformado por estos mandatarios.
No
es sorprendente registrar el gran éxodo de capitales peruanos a otros países
latinoamericanos o a los Estado Unidos y Europa respectivamente, se mencionan
cifras de cerca de US$15.000 millones de dólares que han sido extraídos de la
economía peruana, en busca de mejores destinos y de refugios seguros. La
amenaza es muy grande como para no reaccionar. No es nada raro que la inversión
extranjera se paralice y aún la inversión nacional, de un régimen de libre mercado
se quiere llegar a un intervencionismo de estado autocrático, de un marcado
corte de izquierda radical, grave y preocupante. Habrá que esperar, además, la
reacción del congreso peruano, donde Castillo no tiene mayoría y encuentra
fuerte oposición.
De
nada servirá la cacareada afirmación de Pedro Castillo sobre que él no es
comunista y de su mano extendida para decir que será un gobierno de todos y
para todos. Su ideario político de “Perú libre” ha sido redactado en
colaboración del médico Vladimir Cerrón Rojas, con una marcada tendencia
procubana, país donde se educó. Sin embargo, Castillo repite: “Rechazo
rotundamente que vamos a traer modelos de otros países. No somos chavistas, no
somos comunistas, no somos extremistas, menos somos terroristas”, palabras que
pronunció de nuevo al recibir las credenciales presidenciales.
Veremos
en los próximos años cuál es la realidad del gobierno de Pedro Castillo y si
Perú terminará siendo un país mejor, con más progreso y bienestar para todos o,
por el contrario, caminará la senda de sus vecinos latinoamericanos, ya
mencionados, o inclusive con una radicalización política socialista que no
tenga vuelta atrás en muchos años.
[1]
José Pedro Castillo Terrones (Chota, Cajamarca; 19 de octubre de 1969) es un
profesor, rondero (vigilante comunitario), dirigente sindical y político
peruano, actual presidente electo del Perú. Fue rondero durante su juventud e
incluso llegó a ser dirigente nacional de la Organización de Rondas Campesinas.
Como docente de primaria y presidente del Comité de Lucha de las bases
regionales del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del Perú, se
hizo conocido a nivel nacional por ser el principal dirigente en la huelga
magisterial de 2017. En política, fue miembro del comité regional de Cajamarca
de Perú Posible, partido por el cual postuló a la alcaldía de Anguía (sin
conseguir el cargo) en 2002. En 2021 se postuló a la presidencia de la
República por el partido político Perú Libre, logrando el primer lugar en la
primera vuelta con el 18.92% de votos y superando en el balotaje a la lideresa
de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, con el 50.12% de votos. https://es.wikipedia.org/wiki/Pedro_Castillo
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