viernes, 15 de octubre de 2021

EL ORIGEN DEL SOCIALISMO

 Comentario 19/10/2021

 

EL ORIGEN DEL SOCIALISMO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Nota: los hechos históricos narrados en este documento han sido tomados de diferentes fuentes disponibles en la web.

Tradicionalmente, el socialismo es un sistema que, desde la antigüedad, exige la sustitución de la propiedad privada por la colectiva en los medios de producción y distribución, así como propende por la distribución igualitaria de la riqueza y la eliminación de las clases sociales, por lo cual, en la actualidad, se asocia con pensamientos políticos de extrema izquierda.

Los antecedentes del socialismo son tan antiguos como la propia historia de la humanidad, pero el término “socialismo” fue acuñado a principios del siglo XIX. De hecho, en las aportaciones de los socialistas utópicos (Robert Owen) y, sobre todo, en los escritos de Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) se hallan los antecedentes más inmediatos del pensamiento socialista moderno. Tanto para Marx como para Engels el socialismo es un estadio intermedio entre el capitalismo y el comunismo, un tipo de transformación que le sucederá al capitalismo, del mismo modo que éste sucedió al feudalismo. Según la interpretación marxista, el capitalismo será derrotado y el socialismo surgirá como consecuencia de la lucha de clases y las consiguientes revoluciones proletarias que las contradicciones internas del propio sistema capitalista generan.

Es más, para ambos autores, el fin del socialismo es satisfacer las necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros, atendiendo al desarrollo de manera planificada de la economía nacional e incrementando la productividad del trabajo social, donde cada uno aporta según su capacidad y su conocimiento para beneficio de todos.  Supuestamente, el socialismo al satisfacer esas necesidades elimina las clases sociales, pero no las diferencias entre los ciudadanos. Bajo esta perspectiva, la economía socialista se apoya en la propiedad estatal, que pertenece al pueblo a través del Estado, quien representa la colectividad. Es decir, en general, las empresas tales como las relacionadas con la industria, el transporte, las comunicaciones, el comercio y la agricultura deberían ser estatales, dejando a los particulares el consumo, así muchos productos en su producción y comercialización son exclusivos del Estado.

El modo de producción socialista, en otras palabras, hace referencia a un sistema de producción en el que los medios de fabricación se basan en la propiedad social y no la privada. Es decir, para Marx, los medios de producción en una sociedad capitalista están en manos de una clase dominante que explota al proletariado. Así, el modo de producción socialista sucede al modo de producción capitalista, dotando a los trabajadores de los medios para generar sociedades más justas y enfocadas al beneficio social y colectivo. Para Marx, además, el modo de producción socialista será el modo de producción alcanzado por aquellas sociedades más desarrolladas y avanzadas.

Este modo de producción, en el que se basa el sistema socialista, destaca entre sus características la abolición de la propiedad privada. No obstante, además de esta característica, su teoría incluye otra serie de propiedades que mencionamos a continuación y supone principios aplicados tales como: propiedad colectiva, sistemas igualitarios, igualdad económica, social y política de los individuos, supresión de la competencia privada por una economía planificada, fijación de precios, control económico total y absoluto del Estado, trabajo y salario en función de las necesidades de las familias en todos los modos de producción. La desaparición del modo de producción capitalista derivaría en la supresión de la lucha de clases. En este sentido, los trabajadores poseerían los medios de producción a través del Estado, impidiendo que la clase dominante generase plusvalías mediante la llamada “explotación” de la fuerza laboral. Por tanto, Marx consideraba la economía socialista como una fase más avanzada que la economía capitalista.

Entre las críticas más comunes al concepto podemos destacar varios temas muy relevantes, por ejemplo: la falta de incentivos en el trabajo, al estar hablando de sistemas igualitarios, también la pérdida de libertad económica, pues hablamos de sistemas en los que no existe la libertad para la iniciativa privada y la concentración del poder en manos del Estado. Ahora, ¿quién es el Estado o por quién está representado?, en los gobiernos socialistas y comunistas no hay partidos políticos, el partido es único y su comité central también es único y todopoderoso (son verdaderas camarillas), lo cual lo hace más lejano al poder real de los trabajadores.

Muchas críticas, adicionales, se centran en ese poder del Estado que pierde la sociedad, tales como: la inadecuada asignación de los recursos (politiquería y corrupción) por parte del Estado, como se ha demostrado en muchos países de corte comunista. Además, la incapacidad del Estado para controlar los precios de todos los recursos, de los bienes y de los servicios en un mercado que se caracteriza por ofertas y demandas variables a través del tiempo y de los ciclos de producción, expansión y depresión.

Entre los países más reconocidos en el mundo de corte socialista está la experiencia de China con su modelo híbrido de partido único de tipo comunista, pero con libertad de empresas y mercados, donde se han producido un gran desarrollo económico y un progreso social y científico notables, aunque hay grandes masas en la pobreza todavía, como sucede también en las economías capitalistas quienes tampoco han logrado solucionar los niveles de pobreza en forma realmente notable, con algunas excepciones como en los países nórdicos de economía de mercado (Suecia, Noruega, Dinamarca, por ejemplo).

Las demás experiencias cercanas o las más conocidas como las de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Argentina, han constituido un desafortunado experimento. Se destaca Corea del Norte por su desarrollo militar, pero la más absoluta pobreza en su población. El caso de Rusia y sus antiguos aliados en la URSS demuestran avances notables, tanto económicos como militares, pero con grandes carencias sociales y pérdida de libertades individuales.

En todos estos países, además, con gran conflicto político por el modelo estatista que privilegia a las camarillas de gobierno y concentra el poder y los recursos económicos. En nuestra opinión no son realmente ejemplos para copiar. Como decía Winston Churcill: “el socialismo es la filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia y la prédica de la envidia, que tiene como única virtud inherente la distribución igualitaria de la miseria”.

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