Comentario 04/10/2021
LA
DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Una
de las discusiones más enconadas entre los partidos políticos, los gobiernos,
las ONG, las instituciones multilaterales, los empresarios y en general la
ciudadanía, es el tema de la distribución de la riqueza como método idóneo para
superar la pobreza. Los argumentos van y vienen, especialmente en las épocas
preelectorales, donde se agitan las banderas de la equidad, la igualdad y el
bien común, como necesidades urgentes e incuestionables en los respectivos
países. Vamos por partes:
Es
cierto que un problema de pobreza persistentemente alto crea condiciones de
desigualdad e inequidad insufribles, por lo cual todos los países hacen
ingentes esfuerzos para superarlos y conducirlos, al menos, a niveles más
razonables. Tanto por motivos de equidad con los pobres para generarles mejores
condiciones de vida y acceso a oportunidades productivas, como por conveniencia
para toda la comunidad, quien, de otra forma, deberá subsidiarlos y evitar que
se vuelvan cordones de miseria y potencial inseguridad.
Sin
embargo, siempre existirán personas más pobres y otras más adineradas,
inclusive, aunque nos parezca increíble, hay personas que prefieren ser pobres,
como está ocurriendo en los EE. UU., por ejemplo, donde los subsidios por la
pandemia han llevado a muchos ciudadanos a preferir vivir del subsidio que a
trabajar y tener un mejor ingreso y bienestar. En ese país, no hay muchas
personas desempleadas dispuestas a trabajar y multitud de empresas declaran
tener plazas de trabajo en las cuales pasan meses buscando proveerlas y no lo
logran, conduciendo a la contradicción de tener que verse obligados a
automatizar muchos procesos y oficios, dado que no se encuentran trabajadores
para realizarlos, con lo cual se agravará más el mundo de los desempleados y el
de la pobreza.
Es
una extraña mentalidad, pero así es, así ocurre y no tiene más explicación que
la vida muelle, la desidia, la pereza o el conformismo. Por eso es, entre
muchas otras razones, que USA quiere limitar la inmigración, para no tener más “cargas”
en la sociedad donde unos pocos trabajan y muchos pretenden vivir del trabajo
de los demás, dado que el pago de sus subsidios por pobreza o desempleo salen
del erario público quien se financia con recursos de impuestos de las personas
y empresas que sí tienen una actividad productiva y quienes sí aspiran a
mejorar su nivel y calidad de vida, realizar su sueños y lograr sus
aspiraciones para ellos, sus familias y relacionados y para toda la comunidad,
por supuesto. Lo mismo está ocurriendo en otros países.
Ahora,
distribuir la riqueza por razones de equidad es nivelar a todos en mayor
pobreza, dado que quienes pagan impuestos, cada vez tendrán que ser mayores en número
de contribuyentes y en el valor de sus contribuciones, para poder subsidiar a
las crecientes masas de desempleados, desocupados, vagos o a los realmente en
condición de pobreza o vulnerabilidad. Por esta vía se ahuyentará la
inversión y el deseo de permanecer en actividades productivas en un país, dado
que los impuestos de diferentes naturalezas gravan severamente los ingresos
familiares y/o los empresariales y afectan el interés y la decisión de tener
más, mejores o diversas actividades productivas
Ni
hablar de las empresas y sus empresarios, quienes son los verdaderos
generadores de empleo, de inversión, de adopción de tecnologías y de
mejoramiento de la eficiencia y la productividad, y buscan condiciones
competitivas en sus países para poder ser jugadores eficaces en un mundo
globalizado, y es claro, como la evidencia lo demuestra, que el mayor polo de
atracción de la inversión nacional o extranjera son los bajos impuestos y, en
sentido contrario, entre las causas de mayor desánimo de la inversión son los
altos impuestos, los altos salarios, la falta de seguridad jurídica o los elevados
índices de violencia. Hay que agregarle a esta reflexión que, generalmente,
buena parte de los impuestos terminan por caer en manos de malos gobiernos o
partidos avariciosos, grupos de corruptos y decisiones y acciones de
despilfarro o coimas para favorecer ciertos beneficios.
La
única alternativa viable, conveniente, posible y de menos contradicciones es
que la riqueza se reinvierta en el crecimiento y el desarrollo económico del
país y por esa vía muchas más personas tengan acceso a niveles de educación de
mejor calidad, a ocupaciones de mayor reto profesional, a mejor remuneración y
dispongan de acceso a la iniciativa e innovación del sector privado, con
beneficios para toda la comunidad. Por supuesto, más crecimiento económico
combinado con niveles de impuestos razonables, generará más recursos para los
gobiernos nacionales, departamentales o municipales, para apoyar el
mejoramiento del país, sus regiones y municipalidades y además para apoyar las
necesidades sociales, entre ellas, la pobreza, pero con generación de
oportunidades más que de nuevos o diversos subsidios o auxilios, los cuales,
como hemos dichos, terminan siendo perniciosos e inconvenientes.
En
esta época electoral que se avecina, se agitarán las ideas de la pobreza y el
cómo superarlas, con dos pensamientos contrarios, los movimientos de izquierda
exigirán la distribución de la riqueza como solución y los movimientos de
centro y derecha, solicitarán la fórmula del crecimiento y el desarrollo
económico, como la alternativa idónea frente a la pobreza. Cada ciudadano debe
tomar posición sobre qué es lo que prefiere para el gobierno y el desarrollo
del país y dónde se encuentran los mejores y mayores niveles de oportunidad,
equidad, bienestar, empleo, ocupación, progreso y mejoramiento de la calidad y
de los niveles de vida de todos sus ciudadanos.
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