lunes, 29 de noviembre de 2021

DEMOCRACIA Y EQUIDAD

 Comentario 29/11/2021

 

DEMOCRACIA Y EQUIDAD

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

La democracia surge de un acuerdo social de los ciudadanos a partir del cual se atribuye la titularidad del poder a todos los habitantes, quienes son considerados como libres e iguales, para definir la organización de sus instituciones en su propio Estado. Para ello se emplean mecanismos de participación directa, es decir, los ciudadanos votan por sí mismos, o indirecta, nombrando sus representantes, lo cual les confiere legitimidad para sus decisiones. Unos u otros definen el contrato social, o sea los deberes y derechos de la población y además la forma de organización del propio Estado, con el fin de asegurar la libertad y la convivencia pacíficas, todo lo cual se plasma en su constitución política o en sus leyes y reglamentos. La esencia de la democracia es, por lo tanto, el control de sus representantes y sus decisiones por parte de los propios ciudadanos, quienes los eligen, o por sus órganos de justicia creados para tal fin, los cuales se espera sean impolutos y transparentes.

Pues bien, la democracia como concepto y realidad está perdiendo cada vez más legitimidad y vigencia en la mente especialmente de la población joven, ya que, en general, manifiestan un desencanto con la misma, expresado en su muy poca voluntad en participar en eventos democráticos de sus respectivas naciones (elecciones o votaciones de corporaciones, gobernantes y representantes, referendos y plebiscitos, etc.), como también por el muy bajo interés en los asuntos públicos y políticos de sus países.

En diferentes encuestas recientes, hechas en diversos países, el apoyo a la democracia se desdibuja para llegar a niveles de favorabilidad descendientes frente a otros sistemas, con cifras aún por debajo del 50% de preferencia entre los participantes en las encuestas, y con crecimiento en otras formas de organización y representación social, de tipo esencialmente autoritario y totalitario, lentamente crecientes, hasta casi el 20% de los encuestados. Además, con un extraño, pero significativo, “da lo mismo”, cercano al 30%. Es decir, entre los que no sienten apego por el modelo democrático y los que les da lo mismo, son tantos como los que sí lo reconocen. (Ver, por ejemplo, la encuesta Latinobarómetro de Chile hecha recientemente en 18 países de Latinoamérica a más de 20.000 entrevistados).

Las razones de este desencanto, si bien no son completamente explícitas, giran en torno a temas como los siguientes:

Pérdida de credibilidad en la clase política.

En este tema quedan considerados los partidos políticos y los propios gobernantes, los cuales se han desdibujado en la mente de los ciudadanos para considerarlos como poco o nada representativos, en muchos casos, o con débil representatividad, en general. A todo lo cual no han ayudado los malos gobiernos, los populistas y demagógicos y los corruptos y clientelistas, los cuales parecen ser un mal común en muchos de nuestros países.

Desencanto por la corrupción.

Para muchos de los ciudadanos los gobernantes no son transparentes y honestos y llegan al poder sólo para beneficiarse de los recursos públicos, privilegiar a sus camarillas políticas o ejercer actos de nepotismo, con grandes beneficios para familiares y amigos.

Poco reconocimiento a las instituciones.

Las instituciones, tanto como los propios elegidos como representantes de estas, según muchas opiniones, están poco comprometidos con la real solución de los problemas nacionales. Durante las campañas, grandes promesas, durante su gobierno, enormes desencantos. Hay amplios y graves rechazos a la democracia porque se identifica con el populismo, la demagogia y, en ocasiones, con nacionalismos perniciosos, que no son auténticos, son consignas de campaña, nada más.

Falta de oportunidades.

Esta es una de las críticas más comunes, la democracia no está generando nuevas posibilidades, hay demasiadas afirmaciones sobre la concentración de la riqueza y la poca generación de nuevas oportunidades, asociadas con el concepto democracia en la mente de muchas personas. Desafortunadamente la pandemia del Covid, agudizó estas percepciones.

Desigualdad e inequidad.

Este es uno de los aspectos de mayor preocupación, se le está asociando a la democracia el problema de la inequidad, lo cual conduce a diferentes individuos a una desilusión con los postulados democráticos sobre la igualdad de derechos para todos. En sí misma la democracia no conduce a la desigualdad, sin embargo, una aplicación de la democracia con fuerte corrupción o privilegios para unos pocos sí refuerza esta idea y esta realidad.

Muy preocupante que exista tanto desencanto y tan poco fervor por el modelo democrático, y que los gobernantes y las instituciones, con sus actuaciones alejadas de sus compromisos por solucionar los problemas de la comunidad, conduzcan a agudizar este pensamiento. En mi opinión, el problema no está en el modelo democrático, pero sí en el abuso de ella por los líderes y dirigentes, en la clase política especialmente. Además, en la falta de sanción eficaz de los abusos de los gobernantes no probos, por medio de la justicia, por un lado, pero por medio de la sanción social con los pocos votos, por el otro.

Quienes no han vivido gobiernos totalitarios o autoritarios, no se han dado cuenta que los factores que les causan preocupación con la democracia o desgano por este modelo de contrato social, se agudizan y se profundizan aún más, mientras menos democráticos y más totalitarios son los países. Sepamos ejercer con el voto y con conciencia de la defensa de la democracia, la sanción a las clases dirigente y política que no le permiten florecer como modelo ideal del contrato social.

domingo, 21 de noviembre de 2021

ECONOMÍA SANA CON CRECIMIENTO Y DESARROLLO

 Comentario 22/11/2021


ECONOMÍA SANA CON CRECIMIENTO Y DESARROLLO

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/ 

Si la producción y el consumo actuales de la humanidad están causando el deterioro del medio ambiente y el agotamiento de recursos no renovables, como la evidencia científica indica, en los estudios sobre el cambio climático, sobre el medio ambiente y en el cada vez mayor número de especies animales y vegetales en vía de extinción, así como de muchos minerales, deberíamos modificar nuestro modelo de consumo de bienes o servicios, el de crecimiento y el de desarrollo actuales por un sustituto que no produzca estos dañinos efectos. Esto que parece enunciarse tan simplemente, es un problema de alto costo, complejidad y dificultad, veamos:

Puede afirmarse que prácticamente casi toda la producción y el consumo del hombre de bienes o de servicios se ve cruzada por el empleo en su generación de productos contaminantes del medio ambiente con afectación a la huella de carbono, como sucede con el uso del carbón o del petróleo y sus respectivos derivados y la utilización de algunos gases combustibles o calóricos, y, en ocasiones, por químicos o agroquímicos de otros orígenes, pero también contaminantes del medio ambiente o destructores de recursos no renovables, comenzando por el empleo de energías cuyo origen es, precisamente, el carbón o el petróleo, en la gran mayoría de los países. Esto significa que hay que ampliar el consumo de energías no contaminantes como las eólicas, las solares o las de combustión de hidrógeno, entre otras, por ejemplo. Sin embargo, aún no es posible esta solución de energías limpias a gran escala para sustituir las fuentes actuales de energía contaminantes, es demasiado costoso, complejo y requiere de avanzados conocimientos científicos. Estas soluciones, como son hoy, se volverían inaccesibles para el público en general y para muchos países en particular.

Lo cual significa que estamos en una verdadera encrucijada, sabemos el daño que a la vida y al medio ambiente le hace el consumo de las energías o productos contaminantes, sin embargo, no tenemos por ahora y por muchos años una solución alternativa eficiente, y de costo accesible para las comunidades. Es decir, sabemos el daño que hacemos, y a pesar de eso, no podemos remediarlo fácil o rápidamente. Igual podríamos afirmar en el caso de otras producciones y consumos corrientes para la vida humana, pero en la misma forma contaminantes. 

La COP 26, o sea la conferencia sobre el cambio climático, celebrada en Glasgow en los pasados días, ahondó en el examen de estos problemas, encontrando compromiso de los países en algunas soluciones parciales, las cuales serán lentas y de efectos quizás tardíos, como afirman muchos ambientalistas. Demasiados “cabos” sobre el cambio climático y la destrucción de recursos no renovables quedaron sueltos, todavía y pendientes de decisión política y financiación apropiada, como ayuda especialmente para los países pobres en su propio proceso de cambio climático. Hay que decir también que los legítimos intereses ambientales y de preservación de la vida se ven fuertemente impedidos en su accionar por influencias parcializadas de poderes económicos o políticos contrarios, con mucha fuerza y capacidad, tanto de gobiernos y partidos políticos, como de empresas y sectores de opinión.

Ahora, el uso de energías limpias o productos y servicios no contaminantes o no destructores de la naturaleza significaría modificar todos los sistemas de producción y consumo adoptados por la humanidad a través de varios siglos, cosa realmente difícil e impensable en sus consecuencias. Aparentemente sería como dar un salto atrás en el desarrollo, el modo de vida, el consumo y el progreso de las comunidades, es, figurativamente, como volver al consumo de sólo lo que la naturaleza nos brinde como nos lo brinde, sin causarle ninguna transformación, como si fuéramos recolectores en el campo en la antigüedad, cosa que no nos cabría en nuestra mente. 

Pensemos que deseáramos, por ejemplo, emplear sólo vehículos de transporte no contaminantes, con lo cual habría que reconvertir o sustituir todos los actuales que usan combustibles contaminantes a su versión no contaminante, la humanidad no tendría el dinero, el conocimiento y la capacidad suficiente para hacer esto en breve término. Tendría que surgir una ingeniería reversa muy potente, accesible y eficaz, que hoy no existe, para lograr transformar los vehículos actuales contaminantes en no contaminantes, para no tener que destruir todo el parque de transporte actual, hecho también imposible de pensar. En la conferencia de Glasgow, lo más que se pudo acordar es el compromiso inicial de algunos gobiernos de dejar de producir vehículos de transporte contaminantes a partir de unos años más tarde, 2035 a 2040 y en adelante, aproximadamente. Y esta decisión no es de todos los países ni de todos los productores de vehículos terrestres, fluviales y aéreos. ¿Cuándo y en qué forma sería una decisión y aplicación universal?

Piense cada lector en cuántos obstáculos habrá que superar para convencer a toda la humanidad, con sus empresas, gobiernos e instituciones de volcarse hacia economías limpias (producción y consumo de bienes y/o servicios), es un proceso demasiado complicado y posiblemente un camino lleno de “espinas y abrojos”. Ahora, sin la voluntad política, empresarial y ciudadana mancomunadas, este objetivo estará muy lejano. 

Además, estas ingenierías reversas aplicables a todo tipo de producción, servicios y consumos actuales para que no sean contaminantes, por ahora no existen en el mundo, por lo cual estamos abocados a un proceso de corrección gradual y paulatino a través de muchos años para poder pellizcar siquiera el tamaño del reto de esta solución de tener un mundo sin contaminación, pero sí con crecimiento y desarrollo suficientes para generar progreso y bienestar para toda la humanidad. Sin embargo, como afirma la sabiduría milenaria china, “hasta el camino más largo comienza con el primer paso”. Comencemos a poner nuestro granito de arena con una conciencia más decidida y actuante concentrada en la protección del medio ambiente y de la naturaleza más que en privilegiar nuestro estándar de vida actual, lleno de contaminación y destrucción, del único hábitat que tenemos, la tierra donde vivimos.


sábado, 13 de noviembre de 2021

DIVIDE Y VENCERÁS

 Comentario 16/11/2021

 

DIVIDE Y VENCERÁS

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

En el Evangelio se recuerda lo que dijo Jesús a sus apóstoles: “Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá subsistir” (Mt 12, 25). A su vez, se afirma que este concepto, enunciado como “divide y vencerás” se atribuye en su aplicación militar y estratégica a Julio César, un prestigioso político romano nacido en el año 100 A.C.

El origen de la frase se halla en el hecho de que los romanos, cuando conquistaban algún territorio, no oprimían a los vencidos, para evitar que éstos se revelarán y formarán un frente común. Sin embargo, para conseguir esto iban más lejos todavía, ya que, además, firmaban los tratados con cada pueblo de manera individual, nunca en conjunto, otorgando derechos distintos y más cantidad de ellos a unos pueblos que a otros, con lo que provocaban la existencia de envidias y, por tanto, la imposibilidad de que llegaran a unirse entre ellos.

Como se deduce fácilmente, la frase permite entender que, si tu enemigo te encuentra dividido en vez de unido, será mucho más fácil controlarte y vencerte. De hecho, es una estrategia militar aplicada en muchas guerras a través de la historia, con eficaces resultados para vencer al opositor, por supuesto. Para ello se han utilizado, entre muchas y diversas formas, la compra de conciencias, el sabotaje, la corrupción, los dobles agentes, las llamadas quintas columnas, los “caballos de troya”, etc., todos los cuales buscaban crear estrategias y tácticas para infiltrar y dividir al rival.

Para las elecciones del próximo año en Colombia para el Congreso y la Presidencia, desafortunadamente, la explosión de candidatos que hoy tenemos conduce a un “reino dividido”, al cual, comúnmente, el refranero popular se refiere como: “reino dividido, reino perdido”. En el caso de la Presidencia de Colombia, efectivamente, más de 50 candidatos aspiran o dicen aspirar por firmas o por partidos políticos a ser elegidos presidentes.  Esto es un verdadero absurdo y un exabrupto político, porque indica el grado de atomización política a la cual hemos llegado, precisamente por ausencia de partidos políticos fuertes, organizados, reconocidos, con ideario definido y con alternativas de gobierno. No es extraño que los partidos políticos hoy sean repudiados por la ciudadanía, con una opinión desfavorable en las encuestas de opinión de más del 80%. Muy grave para el país la desfiguración del verdadero significado de los partidos y su reconocimiento actualmente como centros de “avales” a posibles precandidatos dentro de sus listas para los diferentes cargos de elección popular.

Si miramos el escenario actual de la política colombiana están en juego dos modelos económicos, políticos y sociales diferentes: los llamados movimientos de derecha y los de izquierda. Algunos afirman estar en el centro, pero en realidad, al tomar decisiones frente al país deberán situarse en uno u otro lado, sin hablar en esta discusión de los llamados extremos, calificados como fascistas, por un lado, o radicales, por el otro.

Los movimientos de derecha defienden primero que todo el estado de derecho, la separación de poderes y la democracia, además, el régimen de libertades individuales y el libre mercado y circunscriben la intervención del Estado a los asuntos sociales, infraestructura, servicios del Estado y seguridad. La estabilidad macroeconómica y la defensa de la moneda sana son criterios directores en su enfoque económico, con impacto social a partir del desarrollo y el crecimiento económicos como motor y generador de oportunidades para todos.

En este modelo se defienden la inversión extranjera y los tratados de libre comercio como medio para acrecentar la inversión y acercarse a las nuevas y modernas tecnologías que se desarrollan en los países de mayor avance económico y tecnológico. Hasta ahora, hay gobiernos ejemplares en este modelo como lo son el propio Colombia, Costa Rica, Panamá, Uruguay, Paraguay y Chile, entre muchos otros más. En el caso de Chile habrá que esperar cómo concluye su nueva constitución.

Los movimientos de izquierda suelen ser estatistas, es decir le conceden al estado un poder director e interventor en la economía, en las libertades individuales, en el mercado y en el uso del presupuesto público que insuflan con emisión monetaria para fomentar el llamado gasto social, sin precautelar el daño que le hacen a la economía y principalmente a los más pobres con la inflación que crean. Pretenden controlar la inflación interviniendo los precios del mercado para congelarlos, lo cual trae como consecuencia la destrucción de los sectores productivos. Este modelo desincentiva la inversión extranjera ante la inestabilidad jurídica que crean y, con un falso nacionalismo y populismo, dicen defender la producción nacional, pero la alejan de las corrientes de inversión y modernización.

La experiencia demuestra que se vuelven gobiernos autocráticos (concentran todos los poderes aún fuera de la constitución) y de camarillas. Además, fomentan la lucha de clases y persiguen las clases sociales adineradas, quienes en muchas ocasiones tienen que emigrar para proteger su vida o sus bienes o ambos, dejando a los países huérfanos de inversiones provechosas. Muchos gobiernos latinoamericanos de izquierda como los de Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y ahora el Perú o México tienen esta inclinación. Y los hay totalmente radicales como los tres primeros mencionados, con la versión de ser totalitarios y de eternizarse en el poder. No hay quien los remueva del gobierno una vez que se apoderan de él, con supuestos visos de democracia.

En Colombia estamos dando todos los pasos para el divide y vencerás y en forma astuta el señor Petro debe estar feliz viendo la cola interminable de candidatos buscando un espacio para lanzarse a la Presidencia. Desde su punto de vista, mientras más se divida el voto, más ventajas tiene para ganar. Aunque las encuestas de opinión no le asignan un margen de favorabilidad creciente, los demás participantes tienen porcentajes muy inferiores y hay un volumen de más 50% de ciudadanos indecisos, además, de un 15% que prefieren el voto en blanco. El candidato de la izquierda radical Gustavo Petro, en estas condiciones, sí podría ser el presidente de Colombia en el próximo período presidencial.

lunes, 8 de noviembre de 2021

LOS MÍNIMOS NECESARIOS

 Comentario 08/11/2021

 

LOS MÍNIMOS NECESARIOS

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Las elecciones que se avizoran para el próximo año, las cuales empiezan a producir agitación política, exigen de la reflexión de los ciudadanos para afinar sus convicciones y creencias con el fin de acertar en la elección de los candidatos que merecen sus votos. Desafortunadamente, la explosión de candidatos que hoy tenemos está sumergida en un absurdo juego de ubicaciones de izquierda, derecha y centro con todos sus intermedios y combinaciones posibles, donde lo que se analiza no son sus principios y sus programas sino su localización en ese extraño eje de los llamados extremos políticos de pensamientos democráticos hasta los radicales y totalitarios.

Diferenciemos entre principios y programas, para tratar los primeros en este comentario y los segundos en otro momento. Por principios entendemos el pensamiento director de la acción y por programas la acción misma. Sin un orden preconcebido o jerárquico, los que a mi entender deberían ser los principios que los candidatos expusieran son los que se plantean a continuación, sin ser ellos exhaustivos, entendiendo que algunos permiten matices de grado, pero no de dirección:

  1. La democracia y la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) son principios esenciales e indeclinables del funcionamiento del Estado.
  2. La ley, la justicia y sus órganos jerárquicos deben ser confiables, éticos y eficientes. (Actualmente tienen una desaprobación superior al 80% en las encuestas de opinión). La justicia debe ser pronta y cumplida para todos los ciudadanos, sin privilegios para nadie.
  3. El congreso, la clase y los partidos políticos deben ser también confiables y éticos (Actualmente igualmente tienen una desaprobación superior al 80% en las encuestas de opinión).
  4. A más del cumplimiento de la ley, los actos y decisiones públicas deben estar rodeados de un principio ético, que genere confianza en la comunidad.
  5. Todos los sectores público, privado y social deben trabajar bajo el principio del desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente y la neutralidad en la huella de carbono para evitar el cambio climático.
  6. Sin verdad ni seguridad no hay justicia. La reparación de las víctimas por los victimarios y la no repetición de los delitos son parte esencial e integral de la justicia.
  7. La familia es el centro nuclear de la sociedad y requiere una defensa prioritaria por todos los estamentos de la comunidad.
  8. La no reelección debe ser una norma para el sector público, en caso necesario, sólo se permitirá por una vez. No puede haber funcionarios ni cargos “eternos”.
  9. Combate frontal contra la corrupción y el narcotráfico, sin miramientos ni condiciones.
  10. La economía de mercado, la libertad de empresa y la iniciativa privada son inviolables, como concepto, sin perjuicio de la moderación de los excesos del mercado por parte del Estado, pero sin ejercer un intervencionismo o dirigismo que inhiba la libertad empresarial. El Estado, a su vez, debe concentrar su actividad a las labores de tipo social (educación, salud, pensiones, bienestar social, etc.), las de desarrollo, las de los servicios del propio Estado a la comunidad, las de seguridad y las de infraestructura, sin invadir campos que corresponden al sector privado ni tratar de ser un empresario más.
  11. La propiedad privada, tanto como la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos son una condición para la convivencia y una prioridad en su preservación por parte del Estado y de toda la comunidad.
  12. “Vive y deja vivir” pensamiento de Frederich Von Schiller -escritor, filósofo e historiador alemán nacido en 1759- es una máxima de conducta para toda la sociedad, dado que “Mis derechos tienen como límite la ley y los derechos de los demás”, como norma también de buena cultura y norma ciudadana.
  13. La vida privada es decisión de cada uno, siempre que no afecte los derechos ni la vida privada de los demás. Nunca debe ser una decisión del Estado, de ningún gobierno o de ninguna otra organización, por más importante que sean.
  14. Política y religión juntas, son una mezcla explosiva y altamente peligrosa.
  15. La mayor equidad está en la educación y en el acceso a las oportunidades productivas sin restricción de sexo, raza, religión, condición social o política.

Qué bueno sería y que gran aporte a la sociedad que los diferentes candidatos hablen de los principios en que se apoya su pensamiento político a más de sus programas, y que los sustenten, como lo hacía, por ejemplo, el gran hombre de estado Alvaro Gómez Hurtado[1], asesinado vilmente por la defensa de sus principios, muchos de los cuales están reflejados en los comentarios antes dichos.



[1] Álvaro Gómez Hurtado (Bogotá, 8 de mayo de 1919, 2 de noviembre de 1995) fue un abogado, político, periodista, pintor, catedrático, escritor y pensador colombiano. Considerado como uno de los hombres más influyentes de Colombia en el siglo XX y en toda su historia.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...