Comentario 28/03/2022
DE LA
POLARIZACIÓN A LA RADICALIZACIÓN
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Después
de la votación del pasado 13 de marzo por las tres coaliciones que se formaron
en el país alrededor de las llamadas ideas de izquierda con el Pacto Histórico,
liderado en la votación por Gustavo Petro, las autodenominadas de centro,
lideradas por Sergio Fajardo, y las clasificadas como de derecha, del llamado
Equipo por Colombia, lideradas por Federico Gutiérrez, entra en la recta final
la elección presidencial, con la presencia, además, de candidatos
independientes tales como, entre otros, Rodolfo Hernández, calificado como de
derecha, e Ingrid Betancourt ubicada en el centro, aunque separada de ese
grupo.
La
votación por Sergio Fajardo fue tan pobre, aún por sus coterráneos de
Antioquia, que se da por descontado que su opción de llegar a la segunda vuelta
es ninguna. Los votos de su grupo político, una mezcla rara de matices de
muchos colores políticos, algunos bastante radicales o con pasados
comprometedores con las derechas o las izquierdas, terminarán alinderándose de
esa manera y buscarán cobijo entre los seguidores de Gutiérrez o de Petro,
respectivamente, sin que se sepa aún cuántos de ellos para cada bando.
Tampoco
es dable pensar que Hernández y Betancourt, aunque sigan en la carrera
presidencial, pasarán a segunda vuelta, no tienen la fuerza o la organización
política de los otros dos, para levantar el vuelo de los votantes, ya decididos
por una de las dos figuras de Fico y Petro, o de los que no participaron en
esta consulta y que lo harán en la primera o segunda vuelta. La suerte parece
estar echada en favor de la derecha y de la izquierda y los votantes tendrán
que replantear su posición para reafirmarla en favor de alguno de los dos
últimos o para decidirse si aún no tenían en la mente una decisión formada, un
voto en blanco o un no voto. En fin, todo parece indicar que se aproxima una
dura batalla por las fuerzas de la izquierda y las de la derecha por conquistar
el favor de los votantes y de esta manera imponerse en la primera o en la
segunda vuelta, esta última como la más probable para esa decisión. Es decir,
no es previsible tampoco que alguien gane en la primera vuelta más del 50% de
los votos válidos para proclamarse como presidente. Esto se irá a la segunda
vuelta, en forma casi completamente segura.
Según
los conteos iniciales, si nos basamos en la composición del Senado, los escaños
de la izquierda sumarían cerca de 40, incluidos los cinco votos de los Comunes
que por el acuerdo de paz tienen gratuitamente derecho a esas curules. Los
votos de la derecha parecen ser hasta ahora alrededor de 50, incluidos el
Partido Conservador, el Centro Democrático, Cambio Radical, la U, la Coalición
Mira y Colombia Justa y Libre. De acuerdo con los anteriores resultados, en
principio, el país estuvo más de acuerdo con la tradición democrática y de
libertad individual y de empresa de la derecha, que con la autocracia y el
autoritarismo estatal al estilo petrista. Falta ver qué camino toma el partido
liberal con 15 curules, después de la ofensa de Francia Márquez al expresidente
Cesar Gaviria, aunque, muy probablemente no se irán en bloque para uno u otro
sector, de derecha o de izquierda, habrá de los unos y de los otros, por sus
respectivas orientaciones. Aun siendo liberales, le juegan más a la
institucionalidad democrática que al totalitarismo. Claro que en materia
política todo está por verse, todo se negocia y todo se compra o se vende,
según los intereses y las prebendas, como generalmente lo hemos visto.
Ojalá
la campaña y las “contiendas” electorales que siguen sean de altura, con
argumentos viables, posibles y convenientes para el país y no con promesas
vacías, mentiras o engaños, con palabras milagrosas como la democratización en
contrario sentido de la expropiación de los bienes y derechos de los
ciudadanos, para favorecer supuestamente a simpatizantes políticos con
simulados argumentos tales como la equidad, la justicia o la igualdad.
Lamentablemente,
tememos pensar que será una campaña llena de polarización, la misma que viene
desde el gobierno Santos con los acuerdos de paz. Y aún más enconada y radical
con relación a los modelos económico, político y social que cada candidato
defiende y representa. Veremos posiciones tajantes, no negociables, de
principios políticos de derecha y de izquierda. Nada está escrito en términos
de la orientación final de los votantes. Hay cansancio con los gobiernos de
derecha, por su insuficiente solución de los problemas nacionales de los
últimos años, aún en medio de las vicisitudes como la pandemia, pero hay
evidente temor por los extremos de un gobierno de izquierda, luego de oír los
exabruptos que Petro propone, cuál de ellos más descabellado y alejado de la realidad:
¿el de cesar la economía petrolera, cerrar la economía del país, apropiarse de
las pensiones privadas, más gasto asistencialista con incremento de impuestos,
expropiaciones de los bienes de capital o de las propiedades raíces, etc.?. No
es sino mirar los ejemplos de Venezuela, Nicaragua y Argentina y el camino que
parece ha tomado Chile, donde el éxodo de capitales hacia el exterior ya llega
a US$50.000 millones de dólares, según los medios de la banca internacional y
las calificadoras de riesgo, y este último gobierno apenas comienza.
Si
alguien aún está indeciso, con las anteriores razones, lo invitemos a ejercer
un voto útil por la democracia, las instituciones, la división de poderes, la
libertad de inversión privada, la propiedad individual y los derechos de los
ciudadanos. Vuelva su voto para la primera y segunda vuelta una defensa de esos
valores. Rechace el autoritarismo, el estatismo, la expropiación y la
restricción a las libertades privadas que pregona la izquierda petrista.