domingo, 24 de abril de 2022

“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”

 Comentario 25/04/2022

 

“LA VERDAD OS HARÁ LIBRES”

Nuevo testamento, Evangelio de San Juan 8:32.

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

No hay mayor insatisfacción en las personas que el percibir que conscientemente les dicen mentiras, como si fueran tontos, ingenuos o brutos, como está ocurriendo con Gustavo Petro y su equivocada interpretación de las realidades del país o su acomodada argumentación para justificar sus propuestas, muchas de ellas populistas, demagógicas o mentirosas. Casi que no hay tema que trate el precandidato donde no incluya elementos engañosos o melifluos para justificar sus afirmaciones, las que, además, pregona con voz desafiante y descalificadora de sus opositores o contradictores sean estos políticos o simples ciudadanos.

Como por ejemplo lo hizo al hablar de las pensiones privadas al calificarlas como ahorro público, susceptible de expropiarlas para financiar el gasto social, y luego corrige, diciendo que no es expropiar sino democratizar. Y a todas estas, ¿cómo interpretar la palabra democratizar en este precandidato y en este particular? Por definición la democratización es hacer posible que una cosa sea accesible a un gran número de personas, o sea, ¿significaría transformar las pensiones privadas en democratizadas?, lo cual implicaría distribuirlas a terceros con cualquier criterio populista y politiquero, disfrazado de equidad social. Es decir, repartir la propiedad privada y el ahorro de muchos colombianos para su pensión. ¿A qué se referirá entonces, con el cambio de palabra?, ¿otra forma de mentir o engañar?

O, citando otro ejemplo, al hablar del cierre de la economía para supuestamente proteger la industria y el agro nacionales, omite decir que nunca había crecido tanto el país como después de la apertura económica, la cual liberalizó el comercio de bienes, servicios, capitales, inversión, conocimiento y aporte científico al país. El cierre de la economía produciría un retraso inimaginable al país, aunque transitoriamente parecería lo contrario. Hoy ya pertenecemos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) donde están los países de mayor progreso y avance en todos los campos científicos, comerciales, industriales, de servicios y sociales, es allí donde debemos estar y no estar cerrados frente a ellos.

Y así sucesivamente, con muchos otros ejemplos, entre la multitud de opiniones o propuestas impropias o inconsultas con las que el candidato Petro quiere destacarse como líder de la opinión política o engolosinar el oído de personas incautas para conquistar su favorable votación el 29 de mayo en la primera vuelta presidencial y luego en la segunda vuelta el 19 de junio. Lo malo es que los petristas pura sangre le creen, no evalúan sus argumentos en su veracidad, viabilidad, fiabilidad, pertinencia y conveniencia, y en su financiación (¿de dónde saldrán los recursos para tanta promesa?) Solo le creen, no importa lo que diga, haga, haya hecho o hará. Como es de fácil decir para después justificar el no hacer. Precisamente Simón Bolívar afirmaba: “Nada es mejor que la exactitud de las promesas del gobierno. La mejor política es la honradez”. No son muy honradas, la verdad, las afirmaciones de Petro. Escandalizarían al propio Bolívar, Simón el libertador, por supuesto, no a su áulico Gustavo Bolívar, senador de la república por su movimiento.

En los años de Donald Trump, quien ejerció como el 45.º presidente de los Estados Unidos de América desde el 20 de enero de 2017 hasta el 20 de enero de 2021, y ante su infinidad de mentiras al pueblo norteamericano para justificarse, con lo cual creó divisiones y de nuevo verdaderos muros de comunicación, comercio y relaciones entre los países. Al referirse a la conducta de Trump, la connotada ex canciller de Alemania, Angela Merkel, les decía a unos estudiantes graduados de la Universidad de Harvard:

“No aceptemos mentiras como verdades, ni tratemos la verdad como mentira. ¿Se han preguntado, estimados graduados, que les puede estropear el camino que ahora comienzan? Nuevamente son muros lo que pueden hacerlo. Muros en la cabeza construidos por la ignorancia y la estrechez de pensamiento. Los muros separan familias de la misma forma que aíslan grupos sociales, colores de piel, pueblos, religiones. Lo que más deseo es que derribemos esos muros que una y otra vez nos impiden entender el mundo, entendernos sobre el mundo en el que vivimos en conjunto”.

Y más recientemente, Monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, al referirse a los candidatos de la campaña presidencial, durante la semana santa, les decía en uno de sus apartes: “tengamos argumentos, pensemos distinto, pero no nos agredamos y no permitamos que la mentira acompañe los procesos electorales, porque la mentira hiere, ofende y divide”.

¿Será que el país no recapacita y rechaza con vehemencia la conducta de Petro y sus aliados, de mentirle al país con sus propuestas y argumentos? Pero aún nos falta lo peor en la conducta actual y esperada de Petro: en las votaciones del 13 de marzo para el Congreso, como le aparecieron votos a su favor, entre el preconteo y el escrutinio preliminar, fue el único partido que no protestó por las irregularidades en esos procesos electorales, rápidamente su escudero Roy Barerras salió a aprobarlos y defenderos. ¿Qué más habrá detrás?

Además, como también afirma la exfiscal Viviane Morales en El Tiempo del 10 de abril, en su artículo “Señora Procuradora: suspenda al Registrador”: “Para nadie es un secreto que Gustavo Petro viene acomodando su estrategia de desconocer los resultados si le son contrarios. De ninguna manera Petro va a reconocer la derrota”.

Ya se habla que las huestes de Petro se preparan con las primeras líneas para agitar el país, creando caos y terrorismo, para no reconocer los resultados. ¿Será esto lo que nos espera de Gustavo Petro? Estamos avisados, el lobo tiene dientes y garras afiladas, para “comerte” mejor Colombia.

domingo, 10 de abril de 2022

¿CENTRALISMO O FEDERALISMO?

 Comentario 18/04/2022

 

¿CENTRALISMO O FEDERALISMO?

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

El artículo primero de la Constitución Política de Colombia, indica:

Artículo 1°. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general. Es decir, somos a la vez una República unitaria, pero descentralizada, y con autonomía de las entidades territoriales, bajo el principio de “Centralización política con descentralización administrativa”. ¿Esto qué significa? Analicemos un poco estos contenidos a partir de algunas definiciones universales sobre los llamados temas de: República, Estado Unitario, Federalismo y Centralismo, los cuales son modelos políticos y administrativos de las Naciones, que rigen en diferentes países, según su constitución política, comprendiendo primero qué es y en qué consiste cada uno de ellos y dónde están sus diferencias.

República: La República es un sistema organizativo del Estado donde el ejercicio del gobierno recae sobre una o varias personas, elegidas mediante voto popular o parlamentario, por periodos de tiempo limitados, para representar los intereses de los ciudadanos. La palabra proviene del latín res publica, que significa 'la cosa pública', es decir, lo que es común. El sistema republicano nace como expresión alternativa al de tipo monárquico en el cual todo el poder es ejercido por una persona, generalmente el rey, de manera indefinida y hereditaria. Sin embargo, actualmente existen regímenes de monarquías parlamentarias, como es el caso de España, donde el rey cumple esencialmente un papel representativo y simbólico como jefe de Estado, pero el resto de los cargos gubernamentales son de elección popular y temporalidad limitada. En la modernidad, el modelo republicano delinea más claramente el perfil que aplicamos actualmente en Colombia, con la separación de los poderes entre el ejecutivo, el legislativo y el judicial, el cual procura un equilibrio, tal que asegure la estabilidad del Estado, la libertad, la justicia y la igualdad. Las primeras repúblicas modernas en Latinoamérica surgen durante el período de la independencia, dado que las colonias españolas inician en el siglo XIX una serie de guerras cuyo objetivo era desvincularse de la corona española para instaurar nuevos sistemas republicanos. Así nacen:  Ecuador, Venezuela, Argentina, Colombia, México, Chile, Uruguay, Paraguay, Perú, Panamá y Bolivia.

Estado Unitario: El Estado unitario supone el principio de la centralización política, que se traduce en unidad de mando supremo, unidad en todos los ramos de la legislación, unidad en la administración de justicia y, en general, unidad en las decisiones de carácter político que tienen vigencia para todo el espacio geográfico nacional. La centralización política no es otra cosa que una jerarquía constitucional reconocida dentro de la organización jurídica del Estado. Pero esa centralización política no es incompatible con la descentralización administrativa, ni con la autonomía de las entidades regionales. Por el contrario, la tendencia en los Estados unitarios en el mundo contemporáneo ha sido la de vigorizar tal autonomía. La descentralización se ha entendido como la facultad que se le atribuye a determinadas entidades públicas regionales para gobernarse por sí mismas, mediante el otorgamiento de funciones específicas que son ejercidas autónomamente.

El federalismo: La república federal, también denominada Estado Federal, federativo o, simplemente, federación, es un sistema de organización del Estado conformado por entidades sociales, territoriales y políticas, conocidas también como estados, cantones, regiones o provincias, que se asocian y subordinan bajo un esquema de gobierno federal y gozan de un amplio nivel de autonomía en lo tocante a su gobierno y legislación. Los sistemas federales generalmente poseen dos niveles de gobierno, uno federal y otro local, que se coordinan y complementan en lo relativo a sus atribuciones, facultades y funciones. Todo ello se encuentra expresado en el marco jurídico de un texto constitucional común, que recoge los principios legales de los Estados que conforman la federación.

La autonomía inherente a la federalización, supone la gestión propia de sus intereses, es decir, la particular regulación de lo específico de cada localidad, pero siempre dentro de los parámetros de un orden unificado por la voluntad general bajo la forma de Constitución o Ley de la Nación. O sea, la normatividad propia está en armonía con la ley general del Estado, ya que la parte se ordena al todo, así como lo específico está comprendido dentro de lo genérico. La autonomía no implica, jurídicamente hablando, total soberanía, siempre la autonomía hace relación a la coherencia con un género superior, mientras que la soberanía hace que el ente soberano sea considerado como un todo, y no como parte de ese todo. Ejemplos de repúblicas federales abundan en el mundo, como EE. UU. o muchos de los países europeos. En Latinoamérica, por ejemplo, encontramos los casos de: México, conformado como una federación de 31 estados y un distrito federal; Argentina, con 23 provincias y una ciudad autónoma; o Brasil, constituido por 26 estados y un distrito federal.

El centralismo: Se denomina república centralista al sistema de organización del Estado donde la acción gubernamental emana y se conduce desde el núcleo de poder central, generalmente ubicado en la capital del país. Es un modelo diametralmente opuesto al federal debido a que todas las entidades que constituyen el Estado responden a una autoridad central, a la cual se encuentran subordinadas política y administrativamente. Se trata entonces de una situación en la que se les confiere una limitada autonomía a las colectividades regionales para el manejo de sus propios asuntos, ésta debe ser comprendida desde un aspecto administrativo y financiero. En la actualidad son ejemplos de Estado con modelos centralistas países tales como: Colombia, Chile, Dinamarca, Francia, Perú y Suecia. Chile es centralista, hasta que su nueva constitución indique lo contrario.

Desde hace muchos años en Colombia han existido movimientos en favor de transformar nuestro modelo de centralista a federalista, ante la complejidad y concentración de decisiones a nivel central, las cuales no consultan suficientemente las características y condiciones específicas de las regiones, por estar lejos de ellas, por un lado, y, por el otro, por corresponder a intereses políticos no necesariamente coincidentes con los regionales. De hecho, muchos podemos recordar algunos movimientos ciudadanos, muy fuertes en algunas regiones del país, en los años 70 y 80 orientados en esa dirección. Todo ello no es extraño a nuestra historia, Antioquia, por ejemplo, y para citar sólo un caso, ya en algún momento fue un Estado. Durante la primera independencia de Colombia (la denominada Patria Boba), la provincia que lleva hoy el nombre de Antioquia ya se había declarado Estado soberano e independiente, estableciendo también como su capital a la ciudad de Santa Fe de Antioquia. Este municipio mantendría la condición de capital de la provincia hasta el año de 1826, cuando fue trasladada a Medellín. Su territorio correspondía en su mayor parte con el que luego sería llamado Estado Soberano de Antioquia, quien fue integrante de la Gran Colombia y posteriormente formó parte de la República de la Nueva Granada.

Aciertan muy bien Federico (Fico) Gutiérrez Zuluaga y su fórmula Rodrigo Lara Sánchez en concebir su modelo de país como un gobierno desde las regiones, en un modelo más de tendencia federalista que centralista. Fico y Rodrigo, como exalcaldes que fueron, conocen muy bien la complejidad del desarrollo regional, más con la dependencia de decisiones centralizadas, muchas veces tardías, sin el alcance necesario, sin los recursos apropiados y frecuentemente contagiados de la politiquería en los cargos, los contratos, los contratantes y los contratados, las coimas, la corrupción, las prebendas y los beneficios en favor de algunos, poco transparentes pero abusadores de los presupuestos públicos. Durante la campaña electoral y luego en su gobierno, este debe ser un tema central, el modelo de desarrollo del país con énfasis en: “Centralización política con descentralización administrativa”, eficaz, efectiva y no corrupta.

Nota: Los hechos históricos narrados en este comentario son tomados de páginas web.

sábado, 2 de abril de 2022

LA CUESTIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

 Comentario 04/04/2022

 

LA CUESTIÓN DE LA PROPIEDAD PRIVADA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Para los socialistas la propiedad de los medios de producción es o debe ser colectiva y para los comunistas es o debe ser del Estado, ambos fomentan, además, las decisiones centralizadas y estatizadas de lo relativo al funcionamiento de los mercados. Dichos modelos políticos y económicos consideran al capitalismo como un sistema injusto en el que el poder y la riqueza recaen supuestamente en una minoría, dado que el capitalismo, que defiende a la propiedad privada de los medios de producción, permite las decisiones individuales en el mercado. De alguna manera los tres modelos dicen buscar o buscan el progreso y el bienestar de la comunidad donde actúan, a través de programas de tipo social (educación, salud, vivienda, bienestar, seguridad, vejez, recreación y cultura, por ejemplo), si bien en todas las geografías donde actúan existen niveles de pobreza o desigualdad. Algunos teóricos políticos consideran el socialismo como una etapa previa al comunismo, bajo consideraciones tales como las contradicciones entre la burguesía (clase dueña de los medios de producción) y el proletariado (clase obrera y campesina dueños de la fuerza de trabajo), es decir, la lucha de clases.

Los países comunistas benefician a camarillas políticas de sus partidos únicos y a los magnates con influencia en los gobiernos por su poder económico, de alguna manera tienen castas y privilegios para quienes ejercen el poder, tal es el caso de Rusia, China, Corea del Norte, por ejemplo, si bien algunos de ellos han tenido apertura a la inversión privada y extranjera. En los países socialistas debemos distinguir las figuras más socialdemócratas que defienden la democracia, las libertades individuales y la propiedad privada, pero propenden activamente por condiciones de mayor equidad a través de programas de bienestar financiados por el Estado, como ocurre, por ejemplo, en algunos países del norte de Europa, tales como Noruega, Suecia o Dinamarca. Existen otros países más de tipo totalitario y antidemocrático, que limitan las condiciones de bienestar individuales y afectan las libertades privadas, entre ellos: Cuba, Nicaragua o Venezuela. En el último capítulo, el del capitalismo, tenemos las sociedades democráticas capitalistas como Canadá, USA, Francia, Alemania, España, Inglaterra, Colombia, etc.

El socialismo pretende que todos los ciudadanos, supuestamente, se involucren en la administración de los medios de producción, mediante la representación del Estado. El comunismo no permite la participación ciudadana ni las opiniones disidentes. Y el capitalismo, indica con claridad que los medios de producción pueden ser de propiedad individual, con la existencia de la libre competencia y con la regulación natural de la oferta y la demanda para la fijación de los precios en el mercado, o con la intervención estatal, cuando se requiere, para evitar abuso de poderes dominantes, que afecten el interés colectivo.

Ahora, el problema entre estos modelos socioeconómicos y políticos es mayúsculo cuando introducimos el concepto de propiedad privada de los medios de producción o de los bienes o valores de propiedad individual, más allá de los corrientes necesarios para la vida normal de las familias. Veamos:

En el socialismo puro y el comunismo se contempla que todas las personas son iguales, con la necesidad de acceder a los mismos bienes y recursos naturales de un país. Por eso proponen que el control social sea la base para la prosperidad y para garantizar la igualdad y la libertad. La sociedad es igualitaria. En el sistema socialista la riqueza, supuestamente, es distribuida de manera igualitaria entre los ciudadanos para que no recaiga en manos de una minoría. De esta manera, pretende desintegrar las clases sociales y equiparar el acceso a los bienes y servicios para toda la sociedad. En estos países se pretende que no exista la competencia dado que el Estado es el único emprendedor y quien controla los precios. No existe la elección libre del consumidor, solo puede comprar lo que el Estado provee o permite. Este tipo de intervención, teóricamente, pretende evitar la explotación laboral y el monopolio del mercado. En las sociedades capitalistas, por el contrario, cada persona puede competir por la propiedad de los medios de producción y decidir sobre los bienes para su vida, con libertad e iniciativa individual y también puede poseer dichos medios como fruto de su inventiva, esfuerzo y trabajo.

Visto desde la perspectiva histórica, la caída de la Unión Soviética y de muchos otros experimentos del tipo comunista, que condujeron a situaciones de extrema pobreza y verdaderas hambrunas, cuestiona, desde la raíz, el modelo económico, político y social del socialismo o el comunismo puros. Sociedades como China y muchas exrepúblicas socialistas soviéticas adoptaron un modelo híbrido entre la injerencia del Estado y la apertura a la inversión y la propiedad privada de los medios de producción. “No importa que el gato sea blanco o sea negro. Mientras cace ratones, es un buen gato.", decía Deng Xiao Ping al ascender al poder en 1978. El ya anciano Deng, ridiculizó el eslogan promovido por la Revolución Cultural de los años 60 que señalaba que “es mejor ser pobres bajo el socialismo, que ricos bajo el capitalismo”. Por su parte, él señaló de una manera clara y directa que “la pobreza no es socialismo”. Es parte de la historia que Deng Xiao Ping lideró la transformación de la China agraria y atrasada, casi feudal, hacia la economía de mercado y a la creación de empresas de corte capitalista. En la década de los 90, las reformas económicas ya habían logrado que millones de campesinos salieran de la pobreza. Sin embargo, el líder chino continuó con el control político de la sociedad china por parte del partido comunista, como sigue siendo hoy.

Es hora de que aprendamos estas lecciones para Colombia, ahora que en el período electoral hay candidatos, como Gustavo Petro y Francia Márquez, reconocidos socialistas radicales, que hablan de expropiar dinero de los particulares, reformas tributarias más progresivas y sin beneficios para los ricos, acabar con la economía petrolera, con el sistema de las EPS, dar trabajo a todo el mundo por cuenta del estado, pensiones por cuenta del mismo estado, etc. Todo lo cual, como está visto, no es posible y acarrearía un profundo daño económico, político y social, aunque parezcan, cuando se oyen, cantos melodiosos y, como dice, Francia Márquez, Colombia debe “Vivir sabroso”, sí, pero no así.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...