Comentario 25/04/2022
“LA
VERDAD OS HARÁ LIBRES”
Nuevo
testamento, Evangelio de San Juan 8:32.
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
No
hay mayor insatisfacción en las personas que el percibir que conscientemente
les dicen mentiras, como si fueran tontos, ingenuos o brutos, como está
ocurriendo con Gustavo Petro y su equivocada interpretación de las realidades
del país o su acomodada argumentación para justificar sus propuestas, muchas de
ellas populistas, demagógicas o mentirosas. Casi que no hay tema que trate el
precandidato donde no incluya elementos engañosos o melifluos para justificar
sus afirmaciones, las que, además, pregona con voz desafiante y descalificadora
de sus opositores o contradictores sean estos políticos o simples ciudadanos.
Como
por ejemplo lo hizo al hablar de las pensiones privadas al calificarlas como
ahorro público, susceptible de expropiarlas para financiar el gasto social, y
luego corrige, diciendo que no es expropiar sino democratizar. Y a todas estas,
¿cómo interpretar la palabra democratizar en este precandidato y en este
particular? Por definición la democratización es hacer posible que una cosa sea
accesible a un gran número de personas, o sea, ¿significaría transformar las
pensiones privadas en democratizadas?, lo cual implicaría distribuirlas a
terceros con cualquier criterio populista y politiquero, disfrazado de equidad
social. Es decir, repartir la propiedad privada y el ahorro de muchos
colombianos para su pensión. ¿A qué se referirá entonces, con el cambio de palabra?,
¿otra forma de mentir o engañar?
O,
citando otro ejemplo, al hablar del cierre de la economía para supuestamente
proteger la industria y el agro nacionales, omite decir que nunca había crecido
tanto el país como después de la apertura económica, la cual liberalizó el
comercio de bienes, servicios, capitales, inversión, conocimiento y aporte
científico al país. El cierre de la economía produciría un retraso inimaginable
al país, aunque transitoriamente parecería lo contrario. Hoy ya pertenecemos a
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) donde están los
países de mayor progreso y avance en todos los campos científicos, comerciales,
industriales, de servicios y sociales, es allí donde debemos estar y no estar
cerrados frente a ellos.
Y
así sucesivamente, con muchos otros ejemplos, entre la multitud de opiniones o
propuestas impropias o inconsultas con las que el candidato Petro quiere
destacarse como líder de la opinión política o engolosinar el oído de personas
incautas para conquistar su favorable votación el 29 de mayo en la primera
vuelta presidencial y luego en la segunda vuelta el 19 de junio. Lo malo es que
los petristas pura sangre le creen, no evalúan sus argumentos en su veracidad,
viabilidad, fiabilidad, pertinencia y conveniencia, y en su financiación (¿de
dónde saldrán los recursos para tanta promesa?) Solo le creen, no importa lo
que diga, haga, haya hecho o hará. Como es de fácil decir para después
justificar el no hacer. Precisamente Simón Bolívar afirmaba: “Nada es mejor
que la exactitud de las promesas del gobierno. La mejor política es la
honradez”. No son muy honradas, la verdad, las afirmaciones de Petro.
Escandalizarían al propio Bolívar, Simón el libertador, por supuesto, no a su
áulico Gustavo Bolívar, senador de la república por su movimiento.
En
los años de Donald Trump, quien ejerció como el 45.º presidente de los Estados
Unidos de América desde el 20 de enero de 2017 hasta el 20 de enero de 2021, y
ante su infinidad de mentiras al pueblo norteamericano para justificarse, con
lo cual creó divisiones y de nuevo verdaderos muros de comunicación, comercio y
relaciones entre los países. Al referirse a la conducta de Trump, la connotada
ex canciller de Alemania, Angela Merkel, les decía a unos estudiantes graduados
de la Universidad de Harvard:
“No
aceptemos mentiras como verdades, ni tratemos la verdad como mentira. ¿Se han
preguntado, estimados graduados, que les puede estropear el camino que ahora
comienzan? Nuevamente son muros lo que pueden hacerlo. Muros en la cabeza
construidos por la ignorancia y la estrechez de pensamiento. Los muros separan
familias de la misma forma que aíslan grupos sociales, colores de piel,
pueblos, religiones. Lo que más deseo es que derribemos esos muros que una y
otra vez nos impiden entender el mundo, entendernos sobre el mundo en el que
vivimos en conjunto”.
Y
más recientemente, Monseñor Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá y presidente
de la Conferencia Episcopal, al referirse a los candidatos de la campaña
presidencial, durante la semana santa, les decía en uno de sus apartes: “tengamos
argumentos, pensemos distinto, pero no nos agredamos y no permitamos que la
mentira acompañe los procesos electorales, porque la mentira hiere, ofende y
divide”.
¿Será
que el país no recapacita y rechaza con vehemencia la conducta de Petro y sus
aliados, de mentirle al país con sus propuestas y argumentos? Pero aún nos
falta lo peor en la conducta actual y esperada de Petro: en las votaciones del
13 de marzo para el Congreso, como le aparecieron votos a su favor, entre el
preconteo y el escrutinio preliminar, fue el único partido que no protestó por
las irregularidades en esos procesos electorales, rápidamente su escudero Roy
Barerras salió a aprobarlos y defenderos. ¿Qué más habrá detrás?
Además,
como también afirma la exfiscal Viviane Morales en El Tiempo del 10 de abril,
en su artículo “Señora Procuradora: suspenda al Registrador”: “Para nadie es
un secreto que Gustavo Petro viene acomodando su estrategia de desconocer los
resultados si le son contrarios. De ninguna manera Petro va a reconocer la
derrota”.
Ya
se habla que las huestes de Petro se preparan con las primeras líneas para
agitar el país, creando caos y terrorismo, para no reconocer los resultados.
¿Será esto lo que nos espera de Gustavo Petro? Estamos avisados, el lobo tiene
dientes y garras afiladas, para “comerte” mejor Colombia.
No hay comentarios.:
No se permiten comentarios nuevos.