Comentario 16/05/2022
LOS
DEL CENTRO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
En
las economías democráticas existen tradicionalmente dos grandes visiones
políticas sobre cómo desarrollar los países, hacer crecer las economías y
afrontar los problemas sociales para mejorar el bienestar y la equidad. Una
visión, la cual siempre se la ha llamado de derecha, propende por el
capitalismo democrático (liberalismo económico) como enfoque político,
económico y social, visión, según la cual, es el sector privado el llamado a
tener el liderazgo económico y mantener la iniciativa privada como el pilar del
desarrollo de los mercados, con el apoyo del Estado en lo que es de interés
nacional como son los temas de mayor trascendencia, tales como la salud,
la educación, la vivienda, la infraestructura, la seguridad, entre otros,
así como también en las relaciones exteriores o en el acompañamiento y atención
social a las poblaciones vulnerables. Por supuesto, ante todo se refiere a un
Estado democrático, con elecciones populares libres, separación de poderes
(ejecutivo, legislativo y judicial) y sujeción a la constitución, a las leyes y
a los tratados que nos obliguen internacionalmente.
En
el otro extremo, siempre se ha hablado de las corrientes de la izquierda, como
aquellas que propenden por la mayor o la total intervención del Estado en la
conducción de los asuntos de la economía para superar los problemas de equidad
en las oportunidades y en las circunstancias de la pobreza, relegando el papel
del sector privado al direccionamiento que el Estado establezca. Este modelo es
conocido como el del socialismo, que en algunos casos se desarrolla en
escenarios democráticos, bajo la figura de la socialdemocracia movimiento con
pensamiento social pero no estatista, pero, en otros casos, se convierten en
gobiernos autocráticos, con limitación a las libertades individuales, fuerte
intervencionismo estatal en la economía, partidos únicos y hegemonía en el
poder, bajo el llamado socialismo de estado. Y, ¿dónde queda el centro?
En
la práctica, es difícil saberlo, puesto que no existe una definición única y cada
uno que lo plantea parece tener una aproximación diferente, lo que algunos
llaman matices. En principio podríamos decir que no es el capitalismo
democrático puro o el socialismo de estado puro, es como una mezcla de ambos,
lo cual lo hace difícil de entender. De hecho, algunos autores dicen que “el
centro no existe” y quien trata de ir por el centro, no logra ni lo mejor de un
modelo ni lo mejor del otro y posiblemente se queda en el peor de los mundos.
Se dice entonces, que el centro propende por “tanto Estado como se requiera,
pero tanta libertad de mercados como sea posible”. Equilibrio difícil de lograr
pues, generalmente, se es lo uno o lo otro, pero no los dos a la vez, la
casuística del caso a caso para gobernar es un horror, a veces sí y a veces no,
¿entonces?
Es
claro que, para las elecciones presidenciales del 2022, estamos al frente de
tres grandes corrientes de opinión. Por un lado, los partidos con orientación
de defensa de las libertades y de la iniciativa privada, representados por
colectividades como el Centro Democrático, Cambio Radical, el partido
Conservador, el partido Liberal, para citar los más representativos y
genéricamente denominados como la derecha o la centroderecha. En el otro
extremo se aglutinan, alrededor de la Colombia Humana de Petro, la antigua
Unión Patriótica, el Polo Democrático, los Verdes y el partido Comunista, con
apoyos como el EPL y los comunes (FARC) y con los dos adeptos “nuevos” que
llegan allí después de estar en todo tipo de corrientes políticas, Roy Barreras
y Armando Benedetti, son veletas que “giran” con el viento.
¿Y
dónde queda el centro en Colombia? Pues bien, por algún motivo, en el país
varios movimientos y precandidatos han hablado del centro como su visión y su
posición política, para afrontar las nuevas elecciones. El llamado Centro
Esperanza, por ejemplo, conformado por figuras tales como Humberto de la
Calle, Sergio Fajardo, Angélica Lozano, Angela Robledo, Jorge Robledo, Juan
Fernando Cristo, Juan Manuel Galán, Iván Marulanda y otros. Curiosamente, de
entrada, todos parecen estar de acuerdo en el llamado centro, pero ninguno
acierta decir qué es o en qué consiste o cómo se diferencia de los partidos de
la derecha o de la izquierda, partidos estos últimos que son tratados por los
del centro como males para la sociedad. Pues bien, las diferencias
ideológicas e históricas entre los miembros de ese grupo autollamado de Centro
han sido marcadas y muchos de ellos se han comportado a través de los años como
grandes oponentes entre sí. Pero, la política es dinámica, según afirman los
propios políticos para justificarse. Algo no sorprendente es que el Centro
Esperanza en Colombia se ha ido diluyendo y poco a poco desaparecerá de esta
contienda política. El tal vez sí, tal vez no o sólo tal vez no ha convencido.
Aunque
las elecciones del 29 de mayo ya están cerca, se haría un gran bien al electorado,
por parte de todos los candidatos a la presidencia, diferenciar cuál es la
ideología que ellos quieren representar y cómo se contrasta con las demás
corrientes, además por qué es mejor o más conveniente para el país, con la
sustentación de sus programas de gobierno. Pero, como siempre, lo más
importante no es sólo que lo expongan con claridad, es que indiquen cómo lo van
a lograr y qué efectos va a producir en el progreso, el bienestar y en las
condiciones de paz, seguridad y convivencia de la nación. Los graves
problemas socioeconómicos del país requieren una visión clara sobre cómo y
dónde se quiere llegar, qué soluciones se van a implementar y cómo se van a
financiar. Este no es un asunto de coaliciones y grupos políticos
solamente, es un asunto de convicciones, programas y proyectos puestos en
acción.
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