Comentario 21/06/2022
EL
SOCIALISMO CAPITALISTA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Terminadas
las elecciones a la Presidencia de la República surgen una serie de lecciones,
reflexiones e inquietudes en las cuales vale la pena detenerse, vemos algunas:
1. La democracia tiene plena vigencia, con
cerca de 22.6 millones de votos, alrededor de un 58% del censo electoral,
demuestra, por un lado, su validez como modelo político y por el otro, que las
diferencias en los enfoques políticos sobre el Estado, sus instituciones, sus
leyes y sus ciudadanos pueden tramitarse dentro de la democracia, sin necesidad
de ejercer violencia, persecución o coacción a los demás ciudadanos que no
comparten las mismas opiniones. El cántico de los ganadores del día de ayer sobre
el “sí se pudo”, así lo demuestra.
2. La democracia debe traducirse en
libertad de acción y de opinión, sin sectarismos, odios, ni venganzas, como lo
pregonó el candidato y ahora próximo presidente, Gustavo Petro, con dos de sus
principales afirmaciones en el discurso de la victoria:
·
“A
partir de hoy, Colombia cambia, no es un cambio para vengarnos. El cambio
consiste en dejar los odios y el sectarismo atrás”.
·
“No
vamos a utilizar el poder para destruir al oponente. La oposición será siempre
bienvenida en el palacio de Nariño para dialogar sobre los problemas de
Colombia”
En
la práctica estaban en juego dos visiones de país con dos enfoques políticos
diferentes: El de la izquierda, liderado por Petro, quien representa un modelo
de gobierno estatista, totalitario, intervencionista frente a la economía
privada, asistencialista en la solución de los problemas sociales a partir del
criterio de redistribución de la riqueza, autocrático en la concentración de
mando y la decisión del Estado, es decir un modelo de socialista. El otro
enfoque es el de la derecha, liderado por Hernández, democrático y capitalista,
con libertad privada, fundamentalmente basado en la economía de mercado, la
inversión y la propiedad privadas, para la generación de las soluciones y
oportunidades sociales y económicas a partir del crecimiento y el desarrollo.
Tenemos
que reconocer también que las votaciones de ayer fueron una mezcla de
racionalidad como también de mucha de emocionalidad. Hubo tantos votos a favor
de…, de quienes estaban convencidos por un candidato y sus ideas, pero también
hubo demasiados votos en contra de…, de aquellos que primordialmente rechazaban
la otra opinión y el candidato, más que defender la suya propia. ¿Cuántos votos
son de cuáles?, nunca lo sabremos, pero esto es una realidad incontrovertible.
Vamos
a reflexionar ahora sobre los principales argumentos expuestos en su discurso
de la victoria por el nuevo presidente Gustavo Petro, algunos de los cuales
resultan contradictorios con los postulados que sostuvo durante su campaña,
veamos:
1. Lo primero es volver a Colombia una
potencia mundial de la vida y el amor: principios filosóficos los cuales
deseamos desarrollar, en mi opinión, todos los colombianos. Es la verdadera
condición para vivir con mayor plenitud (“sabroso”).
2. Tres principios básicos:
·
Unidad:
bajo la búsqueda de un gran acuerdo nacional para construir la paz y a las
reformas para vivir mejor. Habrá que ver cómo será esto, nos recuerda la famosa
propuesta del Doctor Álvaro Gómez Hurtado, asesinado vilmente, sobre el
“acuerdo sobre lo fundamental”, por encima de los partidos y las diferencias
sociales.
·
Justicia
social: en la búsqueda de mayor equidad e igualdad, creo que es una legítima
aspiración de toda la ciudadanía.
·
Justicia
ambiental: para proteger la naturaleza, evitando la economía extractivista,
fomentando el cuidado de los recursos naturales, especialmente la Amazonía, y
estimulando el uso de energías limpias y la producción agrícola. Colombia debe
ser líder mundial frente al cambio climático. Plantea relaciones con Estados
Unidos que consideran que ellos producen toneladas de CO2 y los países
amazónicos la absorben. Especial mención merece su rechazo a la economía
extractivista (petróleo y carbón), frente a las cuales suspenderá los procesos
de exploración y explotación hacia el futuro, especial rechazo al fracking.
3. Desarrollo económico capitalista:
advierte que, aunque no lo adora, es necesario primero crecer y producir para
poder redistribuir, y que esta consigna la debe entender todo el progresismo
latinoamericano. ¿Será un socialismo capitalista?
4. Sobre la producción agrícola, hará una
reforma agraria que permita redistribuir el uso de la tierra, buscando un
cambio estructural en el modelo económico, “democratizando la propiedad de la
tierra”, según afirma.
5. Sobre la oposición, espero que sea dura,
pero bienvenida si es para hablar sobre los problemas de Colombia. De hecho,
espera llamar al expresidente Uribe, quien para él representa la oposición.
6. Sobre la expropiación declaró que no
será así y que respetará la propiedad privada.
7. Sobre las relaciones con los demás
países indicó que no excluirá a nadie, es decir, que procurará mantener
relaciones con todo tipo de naciones. El delicado caso de Venezuela merecerá su
especial atención.
8. Sobre los procesos de paz, espera tener
una solución pacífica de los conflictos y que las armas vuelvan a ser sólo
propiedad del Estado.
El
tono del discurso es conciliador y propende por tender puentes para buscar
consensos, superando la polarización y las malas prácticas de la campaña política.
Frente a estos nuevos planteamientos, habrá que darle un compás de espera al
nuevo gobernante y a quienes sean sus funcionarios y ministros para ver la
realidad de su gobierno. Muchas de sus promesas asistencialistas,
presentadas durante la campaña, como son, por ejemplo, el empleo por cuenta del
Estado, pensiones para los mayores que no la alcancen, las rentas mínimas y los
demás subsidios en educación y pobreza, etc., son propuestas populistas, que
parten de una supuesta reforma tributaria pagada por las 4.000 personas más
ricas de Colombia para recaudar $ 50 billones adicionales por año, lo cual es
casi que imposible.
Muchas
de las reformas del programa de Petro requieren aprobación por el Congreso
donde no tiene mayorías y el establecimiento de acuerdos con la clase política
tradicional de los partidos de centro o derecha, está por verse, dadas las
diferencias ideológicas marcadas y lo “agreste” del trato a la oposición, a
quien se proponía destruir en la campaña.
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