Comentario 14/11/2022
LOS
DESAFIOS
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Aparte
de lo descoordinado y fuertemente desalineado discurso del presidente Petro y
sus ministros, los cuales se contradicen frecuentemente o afirman sí pero luego
dicen no, pero más tarde tal vez, todo lo cual crea una sensación de ausencia
de una clara orientación sobre cuáles son sus prioridades y sus criterios de
gobierno, su direccionamiento del país y el verdadero propósito de futuro que
lo acompaña. Lo planteado, hasta ahora, es un verdadero desafío a la
estabilidad macroeconómica y al progreso de sus empresas y ciudadanos.
El
país atraviesa por un escenario macroeconómico complejo, al igual que las
muchas de las economías mundiales, debido a la crisis de abastecimiento
alimentaria y de materias primas, al encarecimiento de los diversos
energéticos, la alta inflación, la depreciación de las monedas frente al dólar
y las altas tasas de interés, combinado con las confrontaciones geopolíticas,
todo lo cual en Colombia se suma a la incertidumbre que está creando el nuevo
gobierno con su estilo de administración, desordenado y errático, desconectado
de las realidades macroeconómicas del mundo y del propio país. Hasta el
presidente del Congreso, Roy Barreras, férreo defensor del programa de gobierno
de Petro, ha tenido que llamar la atención a los ministros para que ordenen sus
ideas y moderen su comunicación pública. Para el efecto, el ministro del
interior, Alfonso Prada, ha sido nombrado “comunicador” del equipo de gobierno,
para ver si de esa manera meten menos la pata.
Sin
embargo, el daño está hecho y ya no habrá forma de enderezarlo, salvo un
drástico cambio de decisiones y acciones del gobierno, no previsible en su
estilo autocrático. Veamos varias de sus posturas, promesas y anuncios:
- Su marcado acento social en el interés de apoyar a los pobres, lo ha llevado a plantear una lucha de clases de los ricos versus los pobres: “los ricos deben pagar para poder apoyar a los pobres”, con lo cual crea el concepto que los pobres están en su situación económica vulnerable como consecuencia de los ricos. Se ha olvidado además de la clase media, Colombia tiene cerca de 23 millones de habitantes considerados clase media, para los cuales parece no gobernar. El presidente lo es para todos los colombianos, no sólo para los de sus afectos.
- Las 3.000.000 de hectáreas, que negoció con Fedegan, ofrecidas a los campesinos, son una promesa para endulzar el oído, ya que no puede cumplir por carencia de recursos financieros y humanos para realizarlo, como lo reconoce su ministra de Agricultura, Cecilia López, difícilmente los recursos del presupuesto del país cumplirán con las metas del gasto social, lleno de subsidios, y lo necesario para el funcionamiento, el pago del servicio de la deuda, la inversión en infraestructura, a más de la calamidad por el invierno, y eso que estamos en un año virtuoso de recaudo de impuestos.
- Ha descalificado sectores económicos como el comercio o la banca de los cuales afirma que no le aportan a la economía. Sin embargo, para el pago de impuestos, al sector financiero le ha asignado una sobretasa del 5%, más el 35% por supuesto, parece que, en su concepto, este sector es para lo único que sirve, para el pago de enormes impuestos.
- Con las entidades gremiales como la ANDI, Fenalco o la Asobancaria, tiene una batalla ideológica permanente, son pensamientos de economías capitalistas con empresa y propiedad privadas y al gobierno sólo le interesa la economía socialista, con estatización de todo tipo de actividad económica. Estos gremios han censurado duramente la reforma tributaria por el momento económico que atraviesa el país y el cual se prevé empeorará en el próximo año, con lo que aseguran, se acrecentará el desempleo. Y nos falta el incremento del salario mínimo, con una gran dosis de populismo, seguramente.
- Ya hizo aprobar el tratado de Escazú, el tratado ambientalista, cuya protección ya estaba en la legislación colombiana, pero sin la injerencia internacional que este tratado promueve, la cual puede condicionar o limitar el desarrollo del país sin consultar sus necesidades y posibilidades.
- Del sector minero energético, es triste hablar, lo quiere acabar por posiciones ambientalistas radicales, para lo cual ha urdido una persecución fiscal y de controles insoportables. Por un lado, ha afirmado que no habrá nuevas exploraciones y explotaciones a futuro o que serán absolutamente limitadas y por el otro, un futuro insostenible de impuestos y contribuciones, permisos y restricciones. Esas empresas pasarán a tener tributos del 80% o más de sus ganancias, lo cual las volverá poco rentables y atractivas para los inversionistas, quienes, por supuesto, se sentirán desprotegidos y sin garantías jurídicas y fiscales en el país, y tocarán la retirada de sus nuevas inversiones o de las actuales. ¿Qué va a pasar en Colombia en 8 a 10 años que se nos acaban las reservas probadas de petróleo y de gas?
- Las empresas verán caer sus ganancias con el mínimo de contribución del 15% establecido en la ley tributaria, independientemente del escenario económico que estén atravesando.
- Las personas naturales de mayores ingresos o patrimonio van a ver una progresiva e incremental tributación por sus niveles de rentas o de activos patrimoniales, por las menores deducciones o con la determinación de las tarifas tributarias según el valor total de sus ingresos por todo concepto, excepto pensiones. Esto afianzará el riesgo fiscal de esos ciudadanos en Colombia, por lo cual buscarán generar rentas o contabilizar sus activos en países con normas tributarias más benignas. En vez de estimularlos a generar empleo, desarrollo o inversión en el país, por la carga fiscal podrán concluir que es mejor hacerlo en el exterior.
- De nuevo, el impuesto al patrimonio, que es un gravamen “antediluviano” se vuelve a establecer como permanente y creciente para ciertos rangos de patrimonio. Esto conduce también a esconder o sacar más que preservar en Colombia ahorros, negocios o inversiones.
- Por el lado de la paz total sólo se ve impunidad y beneficios a todo tipo de delincuentes, disidentes, reincidentes y renuentes. La justicia por ningún lado.
- Nos falta ver el engendro que van a imponer para el sector salud, con médicos itinerantes dependientes del gobierno nacional, lo cual afectará la estabilidad de las empresas del sector en el país, reconocido como uno de los mejores sistemas de salud por su cobertura y su calidad médica, por propios y ajenos. Puede volverse, además, un elemento de influencia política, como los famosos médicos cubanos que obran en varios países de Latinoamérica.
- El estilo del “pupitrazo” autoritario en el Congreso o en la aplicación imperativa de las decisiones del gobierno tampoco ayuda al interés de una Colombia democrática y pluralista. Habla más de totalitarismo, autocracia y estatismo.
En
fin, basten estos comentarios para decir que el daño está hecho, será un
verdadero desafío lograr un progreso económico creciente y generador de
oportunidades para todos, cuando quienes pueden crearlo son afectados o
perseguidos de esa manera. Con sólo las promesas del gobierno y mayores
impuestos y contribuciones el país no progresará.
Y
viene el 2023 cargado de negros nubarrones. Y nos falta ver también, cómo sigue
el dólar y su impacto en la canasta familiar…
No hay comentarios.:
No se permiten comentarios nuevos.