Comentario 27/03/2023
EL TOTALITARISMO
DE PETRO
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
El
totalitarismo[1]
es un sistema de gobierno y una práctica política cuyo principio fundamental es
el ejercicio absoluto y sin restricciones del poder por parte del
Estado de una nación. Restringe severamente las libertades individuales y construye
un modelo de sociedad homogéneo, implacable y coercitivo. El totalitarismo
suele transformarse en verdaderas dictaduras. Puede entenderse como un método
de organización del Estado en el cual se administra de manera rigurosa sus
cuatro componentes: territorio, población, justicia y poderes públicos. En este
contexto, no existe oposición posible y absolutamente todo se somete a los
designios del partido gobernante. Obviamente, aunque se respete la elección
popular como sinónimo de democracia, es tal la coerción que el libre juego de
los partidos o de la oposición se vuelve un tema frecuentemente complejo.
El
término nació en el periodo de entreguerras en el seno de los fascismos para
definir el régimen político que querían construir en oposición al Estado
liberal, bajo el lema «Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada
contra el Estado», decía Benito Mussolini (1883-1945) cuando hablaba del Estado
totalitario; a su vez, el líder nazi Joseph Goebbels afirmó en 1933: «Nuestro
partido ha aspirado siempre al Estado totalitario... la meta de la revolución
[nacional-socialista] tiene que ser un Estado totalitario que penetre en todas
las esferas de la vida pública».
Pues
bien, el presidente Petro, a más de su ideología de izquierda radical, exhibe
un talante autoritario y dictatorial, bastante intervencionista e imperativo,
lo cual no favorece la concordia necesaria para el buen gobierno. De hecho,
debe recordarse que él ganó por un número pequeño de votos (50,4% Petro, 47,3%
Hernández), sin embargo, su compromiso debería ser gobernar para todos los
ciudadanos, sean de su color político o contrarios a sus motivaciones
ideológicas. Él fue elegido para gobernar y es lógico que lo haga con los
principios que defendió durante su campaña, entendiendo que su mandato no es de
grupo político sino de Estado y nación, donde deben ocupar un lugar todos los
colombianos.
Veamos
algunos de los eventos recientes de su actuación imperativa, cada vez más
cercana a volverse totalitaria bajo el principio acuñado por Benito Mussolini
sobre que el Estado lo es todo y bajo la idea de tener el mayor control
político de los asuntos económicos, políticos, sociales del país y el mayor
control de los recursos del Estado, impidiendo que el sector privado intervenga
en su manejo. Algunos de ellos son:
- Intervención en asuntos políticos o judiciales internos de otros países, como ha hecho con temas de Venezuela, Chile o Perú, por ejemplo, donde sus afirmaciones favorecen conductas ideológicas o políticas, sin respeto por la sagrada conducta de la no intervención en los asuntos internos de otros países.
- Imponer al mundo un cambio frente al combate al narcotráfico, como si el país fuera la verdad revelada en esta materia, sin considerar la complejidad de los problemas que causa y bajo la premisa de regularizar el uso de las drogas.
- Tratar de imponer en la ONU sus criterios como los únicos válidos y merecedores de reconocimiento y aplicación.
- Su intención es la de modificar sistemas de alto contenido social, con un criterio asistencialista, estatista y populista, con decisión y acción por parte del Estado y lejos del sector privado, como lo pretende hacer con las reformas a la salud y a las pensiones, las cuales hoy funcionan bastante bien y producen importantes beneficios a los ciudadanos, aunque sean susceptibles de mejoramiento, modernización o actualización.
- De hecho, sus anunciadas reformas, lo que pretenden, en el fondo, es la estatización de la decisión y la acción de muchos sectores y actividades de la economía para pasar a ser influenciados por su política autoritaria e intervencionista (totalitaria).
- En materia de exploración y explotación de hidrocarburos su posición consulta criterios ideológicos, pero va en contravía de los intereses y necesidades del país para lograr un tránsito apropiado hacia energías limpias, lo cual es una compleja solución que compromete tiempo e inversión.
- En el tema del medio ambiente tiene una obsesión por la defensa del entorno natural a ultranza, sin medir que la ciencia y la tecnología cada vez más permiten el uso de los recursos naturales, su protección y renovación, evitando su afectación permanente y el efecto invernadero que produce el cambio climático.
- La paz total es un concepto loable, por sí mismo no admite discusión como tema de interés nacional, sin embargo, la paz a cualquier costo (concesiones, prebendas, rebajas de penas y no calificación de delitos para las negociaciones) nunca será bienvenida, ni perdurable, y puede volverse la fuente de nuevas violencias. La negociación con grupos criminales para obtener su desarme, a partir de otorgarles beneficios jurídicos y la no aplicación de conductas penales o el no combatirlos por las fuerzas policiales y militares hará proliferar el concepto de “Ser pillo paga”.
- Cambiar las reglas de la extradición para buscar beneficios para el país con los dineros de los narcotraficantes tampoco es un principio sano, prácticamente es el famoso “interés, ¿cuánto valéis?”
- La intención de liberar los participantes en las manifestaciones sociales y a guerrilleros detenidos y condenados, acusados de graves afectaciones a los bienes públicos y privados, a los propios ciudadanos y a la economía, es una clara intromisión en el campo de la justicia.
- El nombramiento de personas no vinculadas con la carrera diplomática en cargos de esta especificación en el exterior parece más un pago de favores políticos que acciones de buen gobierno.
- Su influencia con el direccionamiento de políticas o con el señalamiento de sus dirigentes en gremios y asociaciones privadas del país es una clara injerencia del Estado en lo privado.
- Su tendencia al control de precios en sectores diversos de la economía tales como productos agrícolas, gasolina, energía y agua potable, etc., lo cual distorsiona los sistemas de producción y su continuidad futura, especialmente las nuevas inversiones privadas en los diferentes sectores por la sensación de falta de seguridad jurídica y el peligro de las estatizaciones.
- La creación de un registro nacional de ingresos para acceso a información de todas las personas.
- Para corroborar lo dicho, su propuesta del nuevo plan de desarrollo, así como en las reformas, contienen un sin número de solicitudes de facultades al presidente para tomar decisiones y acciones (legislar) por fuera del control político del Congreso o de la supervisión de las Cortes. Con ello, la presidencia se volvería un superpoder.
En
fin, en la forma en que vamos, tendremos un Petro con rasgos totalitarios, con
su talante dogmático, imperativo y dominante, para lo cual se ha armado de una
coalición de partidos políticos en el congreso, dispuestos a aprobar todo lo
que su gobierno pretende a cambio de la famosa “mermelada”, pasando por encima
de la opinión de los ciudadanos, el ordenamiento jurídico y el marco
institucional del país.
Aunque
el presidente Petro manifieste que su mandato durará cuatro años, lo que está
haciendo tendrá su influencia y la de su grupo político o sus aliados
“lentejistas” por muchos años. Pobre Colombia con el totalitarismo de Petro y
su obstinación para gobernar a todos los colombianos con su ideología de
izquierda radical y no con buen gobierno y políticas públicas convenientes para
todos los ciudadanos.
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