domingo, 27 de agosto de 2023

LA BATALLA IDEOLÓGICA

 Comentario 28/08/2023

 

LA BATALLA IDEOLÓGICA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

No es buena la evolución del país en sus frentes económico y político: En lo primero, desafortunadamente, empezamos a atravesar un período de vientos contrarios en la economía, es decir, condiciones menos favorables para el crecimiento, el desarrollo, el empleo y el progreso, debido a una menor dinámica del consumo y la inversión. De hecho, el bajo crecimiento en la economía durante el segundo trimestre de este año (abril - junio) de sólo 0.3%, nos permite avizorar un desempeño que tiende al estancamiento o a la recesión.

Los estudios económicos de diferentes y calificados analistas avisan sobre una expectativa de muy bajo crecimiento, con sectores con crecimientos negativos tales como la industria, la construcción, el comercio, la agricultura y las actividades profesionales y otros, con bajo crecimiento, como son los sectores de actividades inmobiliarias, los servicios públicos y las comunicaciones. Sólo se destacan con crecimientos mejores, los sectores de administración pública (gobierno), actividades artísticas, minas y canteras, y actividades financieras (la mayoría de esto últimos inferiores al 3% de crecimiento). El problema surge cuando miramos que los sectores con crecimientos negativos son los que tienen, fundamentalmente, mayor peso en la economía y/o mayor generación de empleo, y así surge la expectativa de un panorama gris para el segundo semestre y aún para el año 2024.

Ahora, estábamos esperando que el crecimiento económico disminuyera, debido a una desaceleración generalizada de la economía mundial, por el retiro de los estímulos fiscales y monetarios que se originaron en todos los gobiernos para combatir la pandemia del Covid, así como sus secuelas en las propias economías y su crecimiento. Sin embargo, la caída subsecuente en Colombia es bastante drástica y preocupante. Economías como las de China, Estados Unidos, México, Portugal, España, Francia, por ejemplo, tienen crecimientos moderados (2%-3%) pero mucho mayores que el de Colombia para el mismo segundo trimestre del año. Algo diferente está ocurriendo en Colombia que explica tan importante caída, como lo examinaremos a continuación.

Es el momento en el cual el Gobierno de Petro, quien recogió importantes recursos ($20 Billones más o menos) con la reforma tributaria del año pasado, los invierta en la economía, oxigenando la liquidez, la dinámica económica y la inversión empresarial. La caída de la inversión en el primer semestre de cerca del 24% es una muy mala señal. Por su parte, la ejecución presupuestal del gobierno nacional del primer semestre es inferior al 30%, todo lo contrario, a lo que debería suceder en una economía con tendencia decreciente.

Hablemos un poco del tema político, para ver el panorama completo. La situación política del país está más enrarecida que nunca, hay aspectos de alarma, preocupación, pugnacidad y polarización en muchos frentes: Comencemos por decir que el gobierno de Gustavo Petro no se caracteriza precisamente por la conciliación, la búsqueda de consensos y la unidad nacional. A los partidos que lo apoyaron, les canceló la alianza que formó al comienzo de su gobierno y hoy la gran mayoría de los partidos están en la oposición o en la independencia. Los proyectos del gobierno en el congreso sufren de tropiezos, retardos y rechazos. Y muchas de las acciones del ejecutivo alrededor del proceso de paz pasan por un momento de desconcierto y falta de convencimiento de la comunidad sobre para dónde van y qué resultado van a lograr. El rechazo en la relación armónica con los gobernadores y los alcaldes y la desconexión entre las políticas nacionales y las necesidades locales es un abismo de irrealidad y distanciamiento, para el gobierno las cosas van bien, para los gobernadores, bastante mal y se sienten solos y sin respaldo, especialmente en seguridad. Las comunidades se quejan por abandono del gobierno y las circunstancias adversas por invierno, calamidades públicas o fenómenos naturales son dramáticas.

Vienen las elecciones regionales y se espera una manifestación de rechazo al gobierno y al Pacto Histórico, el movimiento político que lo respalda, no es casual que la falta de favorabilidad del presidente ya llega al 62%. Los continuos desplantes del presidente con gremios, autoridades regionales, comunidades, presidentes de otros países y organismos multilaterales, por cualquier causa que lo explique, si bien no lo justifique, son una prueba más de la desconexión del gobierno y sus funcionarios, es una falta de respeto, consideración y buenas maneras que raya con la incultura. Además, la falta de ejecución de los presupuestos públicos son otro capítulo de angustia para el progreso del país. Y, ni hablemos, de los problemas de corrupción originados en su hijo Nicolás Petro o con sus funcionarios Laura Sarabia y Armando Benedetti y las evidencias de dineros oscuros y la eventual violación de normas electorales durante la campaña política del año pasado.

¿Qué está sucediendo entonces?: Que estamos en medio de una batalla ideológica, en la cual el gobierno Petro, por un lado, se exculpa de todos sus pecados, culpando a otros, y, por el otro, con su talante autocrático y autoritario, quiere imponer su ideología de un Estado y un presidente todopoderoso e interventor en todos los asuntos de la economía privada, tanto como en la pública que es donde debe estar centrado y en la que poca gobernabilidad demuestra. Quiere intervenir y decidir sobre gremios, sectores, gobiernos locales, regionales y municipales, organizaciones sociales, diferentes actividades productivas, tarifas de servicios, sector de comercio, como también, la explotación minero-energética, por ejemplo. Todo lo que está pasando se traduce en desconcierto, incertidumbre, desconfianza y rechazo. Estas sensaciones se suman a los “miedos” que cada persona, familia, empresario, funcionario o líder pueden tener. En síntesis, incertidumbre es lo que se respira por todas partes. En la reciente Asamblea de la ANDI en Cartagena, la reflexión de los empresarios es que estamos atravesando el momento de mayor incertidumbre en toda la historia contemporánea del país.

Las personas, cuando se encuentran en una situación de incertidumbre se sienten nerviosas y las decisiones de progreso, inversión, crecimiento y desarrollo en este ambiente no “pelechan”. Petro, por imponer su pensamiento de izquierda radical, ha afectado las dinámicas del sector privado y de los particulares. Un buen gobierno no tiene que imponer ideología, solamente hacer buenas labores de gobierno: obras, realizaciones, progreso, bienestar, crecimiento, soluciones de problemas, contacto con las comunidades, salud, educación e infraestructura, etc. y, ante todo, seguridad y evitar la corrupción y el clientelismo, eso es buen gobierno, no importa cómo piense.

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