Comentario 07/11/2023
LA
EXPLOSIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Un
partido político está conformado por un grupo significativo de ciudadanos que
comparten visiones, criterios, valores y posiciones comunes sobre temas
relacionados con la sociedad, con el gobierno (internacional, nacional o
regional) y con las instituciones que conforman las autoridades del Estado en
el cual quieren influir con su participación democrática en elecciones
populares, para ejercer cargos de dirección o de gobierno, los cuales influyen
en la opinión pública a nivel nacional o internacional.
Los
partidos políticos son inherentes, entonces, a los modelos de Estados
democráticos y participativos. No se concibe un país democrático sin partidos y
sus dirigentes y militantes, por supuesto, representan e interpretan el interés
de la comunidad. Los partidos políticos, en consecuencia, son fundamentales
para la democracia, ya que permiten expresar la pluralidad de opiniones,
canalizar las demandas sociales y controlar el ejercicio del poder público.
En
cada país existen culturas y tendencia políticas que suelen aglutinarse en
varias (de dos a cuatro partidos diferentes y en ocasiones uno que otro más),
los cuales representan todo el espectro ideológico, desde la izquierda hasta la
derecha, o dicho de otra manera desde modelos socialistas, pasando por los
socialdemócratas, los partidos políticos liberales y los conservadores, hasta
llegar conceptos extremos de tipo capitalista. No mencionamos partidos
políticos de gobiernos totalitarios de derecha o de izquierda, donde suele
haber un solo partido, el del gobierno, y donde normalmente se menosprecia la
oposición. Los partidos políticos en democracia, por consiguiente, se
caracterizan por tener una estructura formal, una ideología definida, una
militancia voluntaria, un financiamiento público y privado, un reconocimiento
legal y participan activamente en los diversos procesos electorales.
Ahora,
¿qué ocurre si en el país hay 36 partidos políticos, como sucede actualmente en
Colombia? Es una historia para el anecdotario mundial, parece increíble y una
situación como para Ripley. Resulta que a partir de la constitución de 1991 y
con el fin de democratizar la política y darle cabida a otros grupos de
pensamiento político diferentes del bipartidismo tradicional
(liberales-conservadores), así como a movimientos insurgentes que entraron a
formar parte de la vida civil, se modificaron las normas electorales y de los
partidos políticos y con ello se abrió la puerta a que, con muy bajos
requisitos, un grupo de ciudadanos calificara como movimiento político y optara
a un reconocimiento de tal naturaleza, facultándolo las autoridades electorales
a obrar como tal.
Así
ocurrió, en efecto, y el resultado son 36 partidos actuales más muchos grupos
significativos de movimiento ciudadanos y no se sabe cuántos más hacia el
futuro, ya que podrían aparecer nuevos con las normas electorales vigentes para
la regulación de estos movimientos. Por supuesto que algunos pueden desaparecer
por su baja representación política ya que deben acreditar un mínimo de 3% de
los votos en elecciones populares para seguir siendo reconocidos. El partido
Comunes, por ejemplo, que representa el interés de los excombatientes de las
FARC, de acuerdo con el proceso de paz FARC-Santos del 2016, deberá
desaparecer, ya que, en las elecciones del 2022, sólo obtuvo 0.15% del umbral
electoral, es decir, cerca de 25.000 votos solamente, y, sin embargo, hoy
reciben todos los beneficios que el acuerdo de paz les concedió y la ley
electoral también, y mantienen, por ahora, su representación en el Congreso de
la República, ocupando varias curules.
Resulta
ser, entonces, que le abrimos la puerta a que todos los grupos de ciudadanos,
movimientos étnicos, grupos de asociación y colectivos sociales, de cualquier
naturaleza, puedan aglutinarse para indicar que disponen de un pensamiento
político y que por lo tanto merecen ser partido político y recibir todo tipo de
beneficios, inclusive la financiación del Estado.
Muchas
son las consecuencias, especialmente negativas, porque muchos de esos partidos
políticos tienden a ser entonces maquinarias electorales fundamentalmente, las
cuales se “aceitan” para avalar candidatos en los períodos de elección popular
y buscar curules, diputaciones, concejalías, cargos públicos, cargos
diplomáticos, alcaldías, gobernaciones, ministerios, cargos de gobierno, etc.,
etc., etc. con el pago y en contraprestación con el recibo de favores
electorales. Además, la nitidez ideológica de los partidos actuales se perdió,
su ideario, su liderazgo frente a causas ciudadanas, a temas de trascendencia
nacional o internacional son muy pobres, todo lo cual los desfigura como serios
e idóneos representantes de grupos amplios de opinión pública.
También,
es difícil verlos como verdaderos partidos de gobierno o de oposición, a veces
sí y a veces no, un poco dependerá de las gabelas y beneficios que obtengan
para ellos y sus grupos de interés. Aquí se fomentan todos los vicios de la
política como el clientelismo, el populismo, el nepotismo, y de allí, a un
pasito corto, llegar a la corrupción, no solo electoral sino también con el
presupuesto público y con su injerencia en el gobierno y en las demás ramas del
poder público. Ahora, sin partidos fuertes, se afecta la gobernabilidad y se
fomenta la “mermelada”, como forma de favorecer determinadas decisiones o
actuaciones políticas de interés para el gobierno de turno.
De
hecho, según diferentes encuestas de opinión, la credibilidad, aceptación y
afinidad de los ciudadanos con los partidos políticos es actualmente muy
desfavorable, ya poco se cree en ellos, y ahora no despiertan el fervor y la
pasión ideológica de antes, a muchos se les ve como clientelistas, corruptos y
por supuesto, politiqueros. Politiquero es un calificativo que se usa para
describir a una persona que se dedica a la política de forma oportunista o
demagógica, sin tener en cuenta el bien común o los principios éticos. Un
politiquero es alguien que busca el poder por el poder, que manipula a la
opinión pública con falsas promesas, que se aprovecha de los recursos públicos
para beneficio propio o de su grupo, que no respeta las leyes ni las
instituciones democráticas, y que no tiene una ideología definida, sino que
cambia según las mayores conveniencias. Con 36 partidos políticos en Colombia,
podemos esperar cada vez más politiqueros y cada vez menos hombres de Estado
íntegros y al servicio de ideales nobles para la comunidad.
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