Comentario 02/09/2024
LA
PETROEMISIÓN
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
En
una nueva solicitud de emisión de dinero circulante para financiar necesidades
de su gobierno, en esta ocasión el presidente Gustavo Petro se dirigió al Banco
de la República para solicitar: “Es necesario emitir dinero por parte del Banco
de la República, en efectivo o bonos, para dirigirse al largo listado de
víctimas de la violencia en Colombia”.
En
efecto, estimaciones de la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo y la
Contraloría avisan de la necesidad de $334 billones de pesos para cubrir los
requerimientos de esta naturaleza. El presidente aduce que destinando 2
billones del presupuesto general de la república anualmente, se tardaría más de
30 años en satisfacer esta imperiosa necesidad de los 8 millones de víctimas
que se estima han sido directamente afectadas por el conflicto armado en el
territorio colombiano.
Varias
consideraciones sobre esta situación:
El
punto de vista del Banco de la República y la emisión de dinero.
De
acuerdo con la constitución política del país, el Banco de la República es
quien está facultado y tiene la responsabilidad de emitir los billetes y
monedas necesarios para el buen funcionamiento de la economía, de acuerdo a las
necesidades que la dinámica económica plantea año por año y a la reposición de
billetes que salen de circulación por deterioro y son reemplazados por nuevas
emisiones de billetes de diferentes denominaciones.
En
efecto, el Banco de la República es el único autorizado para emitir las monedas
y billetes utilizados en el país, decisión que corresponde a su Junta Directiva
dentro de sus funciones ordinarias. No puede, por lo tanto, el presidente
ordenarle al Banco de la República emitir circulante y, si lo hiciere,
chocaría, en consecuencia, con la decisión autónoma e independiente de su Junta
Directiva.
El
control de la moneda es una de las funciones más importantes del Banco de la
República, quien tiene la obligación fundamental de la preservación del poder
adquisitivo del dinero para evitar erosiones inflacionarias que acaben con el
poder de compra y ahorro de los ciudadanos colombianos. Así:
1.
El Banco de la República tiene como objetivo preservar la capacidad adquisitiva
de la moneda. Para ello, adopta medidas para regular la liquidez de la economía
y garantizar la estabilidad del valor de la moneda.
2.
Su función es mantener la tasa de inflación baja y estable, en coordinación con
la política económica general.
Es
clásico en economía reconocer cómo países que desbordaron la emisión monetaria
para financiar gasto público acabaron con el poder adquisitivo de su moneda y
terminaron en hiperinflaciones, como el caso cercano de Venezuela y Argentina
en sus gobiernos actuales (Maduro en Venezuela) o recientes (los Kirchner en
Argentina) de corte socialista, misma orientación que profesa Gustavo Petro.
La
solicitud de Petro no procede entonces, desde el punto de vista del control de
la inflación y el poder adquisitivo de los colombianos y según el rol del Banco
de la República. Y menos pensar en emitir para entregarle al gobierno el dinero
con el fin de que, a través de subsidios, como los que ya hace y sabe hacer,
financie la reparación de las víctimas del conflicto. Eso sería financiar con
más “petroemisión”, es decir, más gasto público de Petro con mayor déficit
fiscal y endeudamiento público. Esto sería, además, más populismo y demagogia
de la cual ya tenemos bastante.
El
punto de vista de las víctimas
Es
ciertamente muy lamentable y merece toda la solidaridad de los colombianos
superar el deterioro y la afectación que han tenido las víctimas en su vida o
en sus bienes con motivo del conflicto armado. Merecen, por supuesto, todo el
apoyo del Estado. Simplemente, un conflicto que ha dejado víctimas durante más
de cincuenta años no se puede reparar en un corto período de tiempo; se
requiere planificación del gasto público para aplicar partidas año por año a
esta prioridad, en forma programada y eficaz.
Paulatinamente,
con esta aplicación más los demás subsidios que otorga el Estado, las víctimas
restablecerán su mejor condición de vida y sentirán la reparación progresiva de
su situación. No es descabellado, por lo tanto, pensar que en treinta años o más,
y con cargo al presupuesto público, poco a poco se reparen las víctimas,
asignando las partidas necesarias y los programas correspondientes para ser
ejecutados con todo el rigor, por el gobierno actual y los gobiernos
subsiguientes como una política de Estado y no sólo de gobierno.
En
consecuencia, la idea de emitir billetes por parte del Banco de la República
para que el gobierno entregue como subsidios en el corto plazo no sólo es
descabellada, sino inconveniente, por las consecuencias inflacionarias y por la
generación de nuevas dependencias por los subsidios del Estado, los cuales
forman parte integral de la receta Petro y del progresismo que él y el Pacto
Histórico lideran. Por esta vía, cualquier gobierno, por diferentes razones,
podría solicitar emitir dinero para sufragar gasto público, destruyendo el
valor de la moneda y afectando a todos los ciudadanos.
Lo
mejor que puede hacer el gobierno Petro es crear las condiciones y los
mecanismos para, poco a poco, pero en forma consistente y programada, realizar
inversiones y programas de educación y bienestar, de desarrollo y producción en
las zonas primordialmente afectadas por el conflicto, para no “dar el pez para
el alimento de hoy sino entregar la caña de pescar para garantizar el alimento
de toda la vida”.
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