Comentario 30/09/2024
PETRO
CONTRA COLOMBIA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Con
todo tipo de diatribas y epítetos altisonantes, el presidente Petro ha venido
descalificando, desconociendo o menospreciando la importancia de determinados
sectores, instituciones o personajes del país, como parte de su campaña para
crearles una opinión pública desfavorable y, en contraste, resaltar los
supuestos logros de su gobierno. De tal manera que, por comparación, brillen
los segundos y se opaquen los primeros, sin sustentar con pruebas, cifras,
hechos y realidades las bondades de sus políticas o realizaciones. Veamos
algunos ejemplos, sin pretender agotar su larga lista de menciones y
mencionados:
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A la clase política tradicional la descalifica diciendo que siempre ha hecho
trampa y le ha mentido al país, siendo él mismo un curtido político con más de
treinta años de vida pública, sobre el cual la evidencia demuestra que su
mitomanía es desbordada. Miente en sus alocuciones y discursos, imaginando
verdades que no existen y hechos que no son. Están a la vista, por ejemplo, las
innumerables acusaciones por delitos cometidos en su campaña política, tales
como la violación de las normas electorales, hoy investigadas por el Consejo
Nacional Electoral y que el presidente Petro niega. También niega la
responsabilidad de su gobierno en los chanchullos y actos de corrupción
descubiertos en diferentes frentes de su administración, como son el lío de los
carrotanques en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, y los
delitos de fraude, coimas y dineros corruptos para comprar favores en el
Congreso con el fin de pasar sus iniciativas, citando el ejemplo más
reconocido, ya que compromete a funcionarios del más alto nivel de su gobierno.
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Frente a los órganos de la justicia y sus integrantes, tales como jueces y
magistrados, a quienes descalifica cada vez que sus conceptos o fallos no lo
favorecen y a quienes, también, trata de presionar con manifestaciones, marchas
y arengas en contra de su independencia y majestad. La más reciente pelea es
contra las Cortes, específicamente en este momento frente a la Corte
Constitucional, de la cual se espera un fallo de constitucionalidad sobre la
recién aprobada reforma pensional, que adolece de serios vicios de trámite.
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De otro lado, la descalificación del Consejo Nacional Electoral en cuanto a su
competencia para investigar las cuentas de la campaña de Gustavo Petro o la
desautorización anticipada de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de
Representantes del Congreso, en su facultad para investigarlo a él
directamente, no sólo a su campaña. Siempre aduce que lo quieren tumbar y dar
un golpe blando y que él tiene un fuero especial e integral que lo aleja de
cualquier acusación e investigación en su calidad de presidente, lo cual no es
cierto. Petro puede ser investigado y acusado como cualquier otro ciudadano por
los organismos competentes, siguiendo los procedimientos de ley.
-
En el mismo sentido, se refiere a los miembros del Congreso, en tanto y en
cuanto sus reformas e iniciativas se encuentran “varadas” algunas, no aprobadas
otras, no gozan de buena aceptación o se pretenden modificar con relación a lo
presentado por el gobierno. Casi que el pensamiento del gobierno Petro es
“quien no está conmigo, está contra mí”, con lo cual descalifica y agrede a los
miembros de corrientes opositoras o contrarias a sus tesis e iniciativas en el
Congreso.
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La última pelea casada con el Congreso es por la aprobación de un mega
presupuesto ($523 billones), desfinanciado y mal estructurado, y por la nueva
reforma tributaria, a la que llama, eufemísticamente, la ley de financiamiento
para cuñar faltantes del presupuesto. Si no es como él solicita, el Congreso no
está haciendo bien su labor. Ya el Congreso, por cierto, rechazó el monto del
presupuesto presentado.
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Para los medios de comunicación que no le rinden pleitesía, diciendo la verdad
de los hechos, no faltan los insultos y ofensas de todo tipo, diciéndoles que
están vendidos a las oligarquías y a la clase política corrupta. Habla del
periodismo “Mossad” (central de inteligencia israelí) o a las periodistas las
llama “las muñecas de la mafia” contratadas a sueldo y al servicio de poderes
oscuros. Casi todos los días descalifica a un medio o periodista, quienes, en
su opinión, deben seguir en forma sumisa y con aplausos la política, la gestión
y la divulgación del gobierno. No admite la libertad de prensa y la crítica de
los periodistas y columnistas independientes, cuando lo corrigen o cuestionan.
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A los empresarios los rechaza y los trata de élite codiciosa, los menosprecia
en su labor y en sus realizaciones, no se integra con ellos para buscar
sinergias porque lo único que quiere es imponer su pensamiento y voluntad, no
es amigo, por lo tanto, de los consensos. Sin embargo, tanto con los
empresarios como con la clase política, si bien los descalifica, pretende hacer
con ellos un acuerdo nacional de voluntades para avanzar en el progreso del
país. Palo y garrote continuamente, pero para apuntalar sus planes de gobierno
sí son necesarios.
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A quienes gritan “fuera Petro”, los llama asesinos, evidenciando su falta de
tolerancia a la crítica de los que no aprecian como convenientes para el país
su estilo y las realizaciones de gobierno.
Ese
es el presidente Petro, autocrático, impositivo, imperativo y casi dictatorial,
es él contra el resto de las instituciones de Colombia, con lo cual acrecienta
la incertidumbre y la desconfianza en ciudadanos y empresarios. ¿En qué manos y
mente estamos?
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