Comentario 12/05/2025
LA
JUGADA
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Ante
la carencia de realizaciones eficientes y eficaces que demuestren las bondades
de su gobierno, Gustavo Petro, en el último año de su mandato, ha urdido una
jugada maestra a través de la llamada consulta popular. Vamos por partes:
La
no aprobación de la reforma laboral en el Congreso ha servido como disculpa
para aducir que fue rechazada sin discusión, cuando se realizaron ocho
audiencias públicas a lo largo y ancho del país y tres mesas técnicas en las
cuales no participó el gobierno. El Congreso hundió la reforma por
inconveniente, desfinanciada y con impacto negativo frente a la informalidad y
el desempleo; de hecho, se afirma por organismos independientes como ANIF,
Fedesarrollo y el Banco de la República que la reforma, de ser tramitada,
conduciría a la pérdida de cerca de 500.000 puestos de trabajo. La mayor
crítica es que la reforma genera reivindicaciones laborales de mejores
reconocimientos económicos, pero no enfrenta los agudos problemas de la
informalidad y el desempleo. En vez de buscar fórmulas de concertación a través
de los partidos tradicionales empeñados en rescatar los dos pilares
fundamentales de jornada laboral y pago dominical, que en un nuevo proyecto fue
presentada por el Partido Liberal, la respuesta del gobierno fue negar esa
posibilidad y amenazar con la consulta popular.
La
consulta popular es un mecanismo autorizado por la Constitución de la República
donde se indaga al elector primario por determinados temas de interés nacional.
En este caso, se pregunta por los aspectos contemplados en el proyecto hundido
de la reforma laboral, con la instrumentación de 12 preguntas diseñadas para
que todo votante vote afirmativamente en todas y cada una, dado que se trata de
la consagración de beneficios sin mediar explicación sobre su alcance,
consecuencias, financiación e impactos. Son respuestas emocionales y
aspiracionales; por ejemplo, si se le pregunta al ciudadano, trabajador o no:
¿Está de acuerdo con que se pague un recargo del 100% por el trabajo los días
de descanso dominical o festivo?, con seguridad, aspiracionalmente se votará
que sí, más cuando el pago actual es un recargo del 75%.
Es
decir, en la práctica será difícil que las votaciones negativas sean las que
primen; la votación favorable puede ser abrumadora con el solo enunciado de las
preguntas y con la previsible divulgación favorable que haga el gobierno ante
la comunidad de votantes potenciales, que, como está visto, será abrumadora.
Sin embargo, el camino no es sencillo, porque la consulta debe ser votada por
cerca de 13.6 millones de electores para que sea aceptada y, de ellos, entre
los que voten, las preguntas favorables, por el sí, deberán tener el 50% + 1 de
los votos emitidos. Estos umbrales son difíciles de conseguir, pero no
imposibles, y el gobierno sabe que con el tono preafirmativo de las preguntas,
será casi imposible votar no; muchos ciudadanos se verán tentados a ir a votar
sí.
El
escollo más difícil puede estar en el Congreso, quien tiene treinta días,
después de radicada la consulta popular por el propio presidente de la
República, para que los congresistas avalen o nieguen su realización. Es su
derecho constitucional votar sí o votar no, por las razones que tenga a bien el
honorable Congreso. Se dice, por los analistas políticos, que las fuerzas están
divididas y que será una votación definida por unos pocos votos.
El
gobierno de Petro ya enfiló todas sus baterías para amedrentar al Congreso y a
sus congresistas, que si votan negativamente a la realización de la consulta
popular estarán de espaldas al pueblo y que no serán reelegidos en unas futuras
votaciones, que serán “revocados” porque nadie votará por ellos. Se refiere a
las elecciones congresionales del 2026. La intimidación al Congreso y a las
Cortes es un hecho frecuente en el gobierno de Gustavo Petro, ya que, si actúan
en forma contraria a sus intereses, él afirma que le están dando un “golpe
blando”.
Ahora,
la jugada maestra del gobierno tiene tres caras: la primera es la agitación
política preelectoral a las votaciones presidenciales del 2026, so pretexto de
defender los derechos de los trabajadores. Petro ya está en campaña electoral y
toda la propaganda que, con el presupuesto público, haga en favor de la
consulta, para su votación favorable, y en contra de la oposición al Congreso y
a los partidos políticos que pretendan un voto negativo, serán argumentos en
favor del petrismo y sus partidarios, y de aquellos que finalmente sean sus
candidatos a la presidencia. Vamos a tener propaganda favorable al petrismo a
manos llenas y agravios y amenazas sin ton ni son para los opositores.
La
segunda cara de esta jugada maestra es que, cualquiera sea la decisión del
Congreso a favor o en contra de la consulta popular, el gobierno tendrá
argumentos para, si el voto es negativo, atacar a la oligarquía, la clase
política y el Congreso por oponerse a los derechos del pueblo trabajador. Si el
voto es positivo, tendrá toda la argumentación para decir que su gobierno, como
defensor del pueblo trabajador, es quien defiende los derechos de los
trabajadores frente a los ricos, que el Congreso hizo un simple trámite y que
no podía estar de espaldas al pueblo. Los méritos, en todo caso, serán para el
gobierno de Gustavo Petro y así está planeado.
Ahora,
¿qué ocurre si la consulta se realiza y el voto, como es de esperar, es
favorable y los umbrales se superan? De nuevo, el gobierno de Petro dirá que es
fruto de su encomiable gestión y promoción de la consulta. El único caso
desfavorable es que no se logre cumplir con los umbrales de la consulta o que,
hipotéticamente, cumpliéndose, la consulta resultara negativa, hipótesis no
verosímil por el contenido y tono de las 12 preguntas. Esto último, por
supuesto, es un escenario lejano y el gobierno Petro así lo tiene calculado.
Como siempre, con Petro, sus jugadas tienen múltiples consecuencias.
No hay comentarios.:
No se permiten comentarios nuevos.