lunes, 28 de octubre de 2019

LAS DEMANDAS SOCIALES


Comentario 28/10/2019
LAS DEMANDAS SOCIALES

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
            http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

En los últimos meses se han presentado un conjunto de demandas sociales en diferentes países del continente para mejorar las condiciones de vida de sus comunidades, y elevar sus niveles de bienestar y buscar la superación de escenarios de pobreza. Esto ha ocurrido en diferentes países, con marchas y manifestaciones públicas, en muchos casos pacíficas y en otros, lamentablemente, han terminado con gran violencia, originada probablemente en agitadores con otros intereses.

El detonante de las demandas sociales han sido problemas de incrementos tarifarios en diferentes servicios públicos, sin embargo, en el trasfondo hay algo más que una tarifa, hay un escenario de desigualdad y falta de oportunidad. El caso de Chile, por ejemplo, es muy diciente, lo que se solicita es un país más justo, con mayor bienestar para todos. En esencia, en todos los países  latinoamericanos se manifiesta un problema de concentración de la riqueza, de desigualdad y de falta de oportunidades.

Estos problemas son de difícil solución en el corto plazo, requieren diferentes esfuerzos, decisiones y ajustes en políticas macroeconómicas, sociales y en disposiciones tributarias y jurídicas. Pero el problema más complejo es el enfoque económico de la solución, para lo cual hay diferentes aproximaciones, con sus matices alternativos, sobre cómo mejorar la distribución de la riqueza y disponer de oportunidades para todos, con lo cual se conduciría a mayores niveles de bienestar y de equidad, como examinamos a continuación.

En términos del progreso y el desarrollo de los pueblos, en general, hay formadas dos grandes corrientes de opinión con consecuencias diferentes en su interpretación y alcance: por un lado, están los teóricos del crecimiento económico y por el otro, están los predicadores de la distribución de la riqueza. Expliquemos cada uno para poder entendernos.

Los postulantes del crecimiento económico, como la solución para generar desarrollo y progreso en las comunidades, lo que afirman es que el fomento al crecimiento de la oferta y la demanda agregadas en la economía, generará una diversidad de oportunidades tales que mejorarán la posición relativa de todos los sectores sociales, es decir, a partir de un buen crecimiento económico se crearán más alternativas de generación de empleo, de educación, de salud, de servicios comunitarios, de vivienda, de ocupación productiva, etc. La mayor demanda agregada de los consumidores se cruzará con una oferta fuerte y vigorosa que conducirá, por un lado, a mayor crecimiento económico y, por el otro, a más bienestar en toda la comunidad. Se afirma que hoy vivimos mejor que ayer porque hemos generado crecimiento económico y con ello, oportunidades de mayor bienestar económico y social.

En este sentido se podría esperar que el crecimiento económico genere más oportunidades de ocupación productiva, dependientes o independientes, y con esto se creen mejores condiciones de bienestar, así, el progreso surge de la actividad individual y/o colectiva más que de la intervención del Estado, quien también es parte de la demanda agregada, pero que en este caso tomaría un papel menos importante que el sector privado o el externo de la economía.

Los defensores de este esquema piensan que el papel de Estado, en un esquema de fomento al crecimiento económico, es favorecer el desarrollo de la actividad económica privada, con apoyos directos o indirectos: menores impuestos, líneas de crédito de fomento, misiones comerciales internacionales, fomento a la educación técnica, tecnológica y profesional, fuerte desarrollo de la infraestructura del país (vías, puertos, aeropuertos, energía, servicios comunitarios, etc.) y condiciones empresariales de seguridad jurídica y libertad empresarial, para favorecer su competitividad frente a los países con los cuales se tengan acuerdos de comercio, entre otras muchas actividades de impulso a la iniciativa privada. Sin perjuicio de que el Estado continué con su labor de ser el supervisor del “juego limpio” entre los ciudadanos, las empresas y sus empresarios, unos y otros entre sí.

También, el Estado debe actuar en temas tan propios como la seguridad y el bienestar comunitario en los campos donde el sector privado, por falta de interés u oportunidad económica, no actúe o cuando se trate de poblaciones vulnerables que requieren de su apoyo y protección. Además, el Estado debe ser fuente de programas sociales tales que mitiguen los errores de la economía pura y apoyen sectores poblacionales débiles o con bajo acceso a las oportunidades, en salud, ocupación, educación, vivienda y bienestar. La gran mayoría de los llamados países con democracia liberal y economía capitalista tienen como fundamento de su economía el crecimiento y este esquema de ordenamiento: USA, Inglaterra, Francia, Chile, Taiwán, Singapur, etc.

La otra corriente de pensamiento, quienes favorecen la distribución de la riqueza como modelo económico, apoyan su tesis en que esto permitirá que más personas accedan a las oportunidades económicas y de desarrollo, evitando los problemas de concentración de la riqueza y favoreciendo la mayor equidad social, lo cual es, en su opinión, lo que conduce a que las personas tengan oportunidades.

Su principio es que el sólo crecimiento no redistribuye la riqueza, se requiere que, por medios diversos, los que más tienen apoyen a los que menos tienen para que estos progresen. De ahí, los mecanismos variados de creación de impuestos, contribuciones y exacciones a los ingresos, a los patrimonios, a las valorizaciones por beneficio general o particular, a las utilidades y a los dividendos, las plusvalías, los impoconsumos o el IVA a los gastos y las compras, los pagos por los servicios y trámites con el Estado, etc. En algunos países, en casos extremos, inclusive, llegando hasta la expropiación de bienes de los particulares para que el Estado los “multiplique”, supuestamente en favor de los más pobres.

En consecuencia con este modelo, se requiere, entonces, de un Estado fuerte y con gran capacidad persuasiva e inquisitiva para obtener del sector privado y de todas sus actividades económicas los recursos que van dirigidos a la generación de oportunidades a los más débiles, a través de subsidios directos e indirectos, programas dirigidos (Familias en acción, por ejemplo, en el caso Colombiano) y proyectos de desarrollo en las zonas de mayores niveles de pobreza o de menor acceso a las oportunidades.

El Estado, en este caso, podrá conceder auxilios, beneficios, exoneraciones de contribuciones e impuestos e inclusive subsidios a sectores privados de bajo desarrollo o de difícil inversión, para estimular a los privados a realizar mayores inversiones, pero siempre con ayudas cuya vigencia debería ser temporal. Su preocupación no será el mayor crecimiento sino la mayor redistribución de la riqueza.

Los países con economías fundamentadas en el socialismo de Estado, con pensamiento igualitario de tipo comunitario, suelen ser los mayores agentes del modelo de distribución de la riqueza. En este escenario podríamos situar a varias de los países que formaban la antigua Unión Soviética, y, más cerca a nosotros, a Cuba, Venezuela o Nicaragua, por ejemplo. Estas economías, por lo general, han crecido poco, su fuerte no ha sido una economía floreciente y de alto crecimiento económico, sino la igualdad entre los ciudadanos.

La mayor excepción es China, quien, siendo una economía de corte socialista y gobierno comunista, ha sabido llevar con éxito, a través de los años, un modelo de economía liberal, con defensa de la inversión privada y el comercio exterior abierto al intercambio comercial mundial, logrando un notorio crecimiento económico también. Es muy interesante y destacable este logro. Sin embargo, en este caso, además, es el crecimiento económico el que genera las mayores oportunidades para toda la comunidad,  más que la redistribución de la riqueza, “no importa el color del gato, siempre que cace ratones”, era la famosa frase del líder reformista chino Deng Xiaoping, post Mao, quien impulso el modelo de economía abierta para solucionar los problemas sociales y de desarrollo de su país, en lo cual han tenido un éxito progresivo y notable.

lunes, 21 de octubre de 2019

LOS CANDIDATOS REGIONALES


Comentario 21/10/2019
LOS CANDIDATOS REGIONALES

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Estamos en plena campaña para la elección de las autoridades regionales, las cuales tendrán su real valoración en las urnas el próximo 27 de octubre. Tuvimos la oportunidad de asistir al foro de candidatos programado por la Universidad Pontificia Bolivariana y hemos visto por los medios de comunicación varios programas relacionados con los candidatos para Antioquia y Medellín.

Por supuesto no vamos a referirnos a ninguno de ellos en particular ni a los movimientos y partidos que representan, simplemente surgen algunos comentarios de interés a propósito de esta elección, subrayando que los hacemos de una manera general y no con una impresión o precisión individual, en la cual podrían mencionarse matices o énfasis diferentes. También, precisamos, que nos referimos sólo a los candidatos de Antioquia y Medellín a gobernación y alcaldía, respectivamente.

Lo primero que salta a la vista es que la mayoría de ellos se presentan por firmas o movimientos locales y pocos por partidos nacionales, si bien en el transcurso de las campañas han recibido adhesiones de distintos partidos. ¿Cómo interpretar este fenómeno?, cuando años atrás el candidato que no tenía el aval de un partido político, prácticamente poca figuración lograba. En nuestra opinión esto habla claramente de la pérdida de relevancia de los partidos políticos tradicionales en Colombia, debido a sus malas experiencias con los gobiernos que han prohijado, a sus problemas de corrupción y a la falta de identidad ideológica que los viene caracterizando en los últimos años.

La gloriosa filosofía de partido que tantos caudillos y conflictos creo, inclusive llegando a la violencia política, parece que se ha desdibujado en los últimos años y se ha cambiado por la polarización sobre hechos nacionales o la preferencia por personas que se destacan y generan credibilidad y confianza en torno a sus ideas, más que por los partidos o grupos que representan. Prueba de ello, es, además, que algunos candidatos, de los mencionados, han recibido adhesiones de partidos que dicen ser opositores políticos, lo cual habla más de conveniencias partidistas que de ideologías programáticas.

Al hablar de los candidatos, a la gobernación de Antioquia y a la alcaldía de Medellín, nos surgen varios comentarios que considerar:

·         Nos parecieron profesionales serios y estructurados, con preparación y conocimiento, no están improvisando, se les ve la profundidad del conocimiento sobre los temas tratados regionales o locales, en los más diversos tópicos: seguridad, educación, infraestructura, desarrollo regional, prioridades, salud, instituciones y gobierno, finanzas públicas, narcotráfico y bandas criminales, etc.

·         Hay diferencias significativas en la interpretación de los hechos del pasado ocurridos en la ciudad o la región, relacionados con la clase política, los gobiernos, los partidos, las razones, las explicaciones, los alcances y las interpretaciones. Seguramente cada uno defiende las posiciones e interpretaciones que más le convencen o que más le convienen.

·         Hay claras coincidencias, con algunos matices, sobre la visión de futuro para la ciudad de Medellin y la región de Antioquia. Por ejemplo, para todos es claro la importancia de Urabá como motor del desarrollo y las enormes oportunidades comerciales, turísticas, agropecuarias y agroindustriales y ante la oportunidad de la salida cercana al mar con las obras de infraestructura recientemente hechas (túneles) y la conexión con las vías 4G.

·         Son lugares comunes temas como la educación y la salud (con preocupaciones y oportunidades al examinar el caso de Savia Salud) en cuanto su importancia para el Departamento.

·         La seguridad sigue siendo una tremenda preocupación por la incidencia del narcotráfico de origen guerrillero y de las bandas criminales, con su poder de corrupción y su violencia. Especial preocupación por la subregión del nordeste de Antioquia y la vía a la Costa Atlántica.

·         Diferencias de opinión en cuanto al modelo de administración y de gobierno (Secretarías y número de cargos) y algunos señalamientos a gobiernos anteriores por decisiones administrativas o comerciales de la región (venta de la fábrica de licores de Antioquia (FLA), como una idea potencial).

·         Casi todos los candidatos rodean a EPM, aún con las contingencias y circunstancias de Hidroituango y resaltan su significación e importancia a nivel regional, sin embargo algunos advierten sobre las consecuencias que tendrá en las finanzas regionales la debilidad financiera transitoria de EPM, dada esta situación.

·         Parques del Rio, es una realidad que pesa, una obra demasiado costosa, desfinanciada y sin capacidad de terminarse. Aquí, quienes actuaron en el pasado en la estructuración y puesta en marcha de esta obra, la defienden, los demás, la cuestionan.

·         La movilidad sigue siendo una prioridad y una complejidad para la ciudad y soluciones como el tranvía de la 80 o el uso de trenes regionales se ven como prioritarios, contando con el apoyo del gobierno nacional. El camino es el transporte público y con energéticos no contaminantes. La bicicleta será un realidad cada vez más importante para la ciudad

·         Por último, el medio ambiente y la contaminación, son una preocupación colectiva la cual requiere toda la atención y la generación de nueva cultura y costumbres ciudadanas, algunas de las cuales pueden ser “dolorosas” (restricciones).

Para no alargar, diríamos que estamos al frente de una buena plana de candidatos regionales y locales, tanto para la alcaldía de Medellín como para la gobernación de Antioquia, sin embargo, hay que decidir por quien votar y eso le corresponde a cada uno, ejerciendo su deber ciudadano ante la democracia y la comunidad.

martes, 15 de octubre de 2019

EL EFECTO QUITO


Comentario 14/10/2019
EL EFECTO QUITO
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

En las últimas semanas el mundo vio con horror, sorpresa y temor las agresivas movilizaciones sociales en la ciudad de Quito, Ecuador, ciudad tradicionalmente pacífica, tranquila, histórica y aún, por su altura, un poco melancólica, donde sus ciudadanos son trabajadores amables y muy hospitalarios.

Una verdadera horda, esencialmente de indígenas provenientes de sus sierras y sus selvas amazónicas, invadieron la ciudad para reclamar demandas sociales, exigiendo la derogación de un decreto de supresión de subsidios a la gasolina que por muchos años había “favorecido a la población”, con costos inmensos para las finanzas públicas. La intención del presidente Lenin Moreno era dedicar los recursos de esos subsidios al combustible a necesidades prioritarias de los sectores sociales, incluido el campo, ante la insuficiencia del país en recursos por su alto déficit fiscal y su endeudamiento externo. El pago de la gasolina sin subsidios ayudaría a las finanzas del Estado e impediría que sectores pudientes se beneficiaran de los mismos, pero, por supuesto, con sacrificio de toda la población por las alzas que se derivan del incremento en el costo del transporte. Todo esto sucede en el marco de un acuerdo de apoyo del FMI a Ecuador, llamado por los manifestantes el “paquetazo”.

Independientemente de las razones económicas, sociales y de país que hayan movido al Presidente Moreno y su Gobierno a tomar dichas decisiones y a revocarlas finalmente, al juzgamiento que se haga del alza de la gasolina como exagerada e inoportuna, lo que llama la atención son tres cosas:

1.    La inmediata, organizada, beligerante y masiva reacción de las poblaciones indígenas, con la consigna que “ellos logran lo que se proponen y que ya han tumbado muchos Presidentes”. Más de 50.000 indígenas, se dice, que llegaron a Quito, con armas arrojadizas y de contusión de todo tipo. Las invasiones, quemas, toma de predios, daños a instalaciones, afectación a edificios e infraestructura públicos, a la Fiscalía, a la Contraloría, a la Asamblea Nacional, a los parques, a los vecindarios, etc., son de tal virulencia y destrucción que parecían hordas de aguerridos, coordinados y entrenados guerreros en medio de un combate contra todo y contra todos. Los manifestantes agredieron también a los ciudadanos que no los respaldaban y que solicitaban su tranquilidad para buscar el diálogo y la solución pacífica y por las vías institucionales.
2.    La violencia destructora de las marchas indígenas, bajo el argumento de la represión oficial, realizó actos verdaderamente vandálicos contra las instalaciones públicas y contra el centro histórico de Quito, una verdadera joya de la historia y la cultura. Los daños son incalculables y la destrucción, tal como si fuera un campo de batalla. Ver a Quito ardiendo en diversas zonas de la ciudad durante el día y la noche ha sido una escena absolutamente sobrecogedora. La aceptación para sentarse a una mesa de diálogo con el Gobierno se produjo sólo una semana después de los incidentes de violencia y de la represión de las autoridades quiteñas. Según se vio en la sesión inicial de estas conversaciones, el tono y el mensaje de los demandantes, especialmente los indígenas, era verdaderamente altisonante, no indicado para favorecer un examen reposado y constructivo.
3.    Rápidamente las protestas derivaron el rechazo a la figura de Moreno como Presidente, a la solicitud de nuevas elecciones anticipadas y a la clara manifestación del anterior Presidente, Rafael Correa, indicando su disposición de regresar a la Presidencia del País, “si fuera necesario”. Es claro que los “correistas (seguidores de Rafael Correa)” de Ecuador han sido fuertes opositores al Gobierno de Lenin Moreno y que la oposición es enconada y dura, por las demandas de éste último no sólo de tipo político, sino también penal al expresidente Correa, quien se encuentra refugiado en Bruselas.

Mientras todo esto sucede en Quito, desde Venezuela, Diosdado Cabello, el segundo al mando de ese país, manifestaba: “lo que está pasando en Ecuador, va para Colombia, Dios me oiga, amén, va para Colombia”. Simultáneamente se realizaban en ese también vecino país diversas reuniones entre autoridades venezolano-cubanas con miembros del grupo correista del Ecuador, incluido Rafael Correa, quien se dice asesor de Maduro y consultor de su gobierno, según la publicación de El Mundo de España.

No hay que ser tremendamente suspicaz ni perspicaz, para entender que todo esto es un plan orquestado, bien organizado, financiado y coordinado desde Venezuela y Cuba para desestabilizar a Ecuador y tumbar a su gobierno, favoreciendo la constitución de un nuevo gobierno autocrático y de corte socialista, para implantar en ese país otro enclave del socialismo siglo XXI al estilo cubano y venezolano.

Con esto se cerraría el círculo externo sobre Colombia también, la cual quedaría en medio de la influencia socialista y chavista de Venezuela, Ecuador y Cuba (seguramente y además de Nicaragua y Bolivia). Pero esta amenaza no es sólo externa, también está en el interior del país, pues los recientes acontecimientos políticos derivados del acuerdo de paz (plenos derechos, sin juzgamiento ni castigo, a más de grandes privilegios para las FARC), la estrategia de los movimientos de izquierda, inteligentemente bien diseñada, calculada y aplicada, para ganar posiciones o influencia en los organismos del sector público (Cortes, Congreso, organismos de control, etc.), de los estamentos públicos regionales (Asambleas y Consejos), de las gobernaciones y alcaldías, van mostrando una tenaza de presión socialista para inducir también el cambio de modelo económico, político y social en Colombia.

Las acciones de violentos, verdaderos vándalos, en las que han terminado las últimas marchas sociales en Colombia y su afectación a la propiedad privada y pública, ¿no se les parecen en algo a las de Quito? y ¿sus efectos no van en la misma dirección? Debemos alejarnos rápidamente del Efecto Quito, para defender nuestros valores, instituciones, modelos económico y político, nuestra democracia y libertades. Abramos los ojos, estamos avisados de estas maquinaciones contra el país, reaccionemos a tiempo.



lunes, 7 de octubre de 2019

EL POPULISMO


Comentario 07/10/2019
EL POPULISMO
Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Empleando muchas consignas electorales los partidos políticos y los candidatos independientes buscan el convencimiento o la inclinación de los ciudadanos con sus postulaciones a los diferentes órganos y cargos de gobierno. Es la época de los “cantos de sirena”, donde todo suena diferente a lo que ha sido la realidad política de los incumplimientos de los programas y propuestas y el posterior aprovechamiento burocrático o presupuestal que en la mayoría de ellos han sido costumbres cuando están en el gobierno.

Frases llenas de palabras “melódicas” invaden el escenario político nacional, donde se promete “el oro y el moro”, sin ningún asidero con la realidad o sin ninguna fórmula que consulte las verdaderas capacidades y posibilidades del país. Para estos candidatos el Estado es el trompo de poner y el que debe y tiene la solución de todos los problemas ciudadanos. Nada más ajeno a la verdad, el Estado, tiene muchas ataduras, limitaciones y restricciones, razón por la cual las promesas electoreras se quedan allí, en el vacío.

Comencemos por decir que la acción del Estado depende de, por un lado, los presupuestos públicos, su destinación y su aprobación, y, por el otro, la voluntad, la eficiencia y la eficacia de la administración para llevarlos a cabo. Si, por ejemplo el presupuesto público establece que hay una destinación para la educación del 35% del aforo disponible, estos recursos no pueden dedicarse al agro, aunque este último también sea una prioridad nacional. En la práctica, salud, pensiones, educación, deuda pública, servicio de la deuda y gastos de funcionamiento incluido el de defensa, comprometen el presupuesto público de una manera casi que inflexible.

Además, lo que caracteriza a los gobiernos, desafortunadamente, es la politiquería y la corrupción, dos enemigos malos de la eficiencia del sector público, los cuales se convierten en gastos desbordados, burocracia, despilfarro, ineficacia en la ejecución de las obras, mal gobierno, compromisos con los partidos y no con los ciudadanos, y, por supuesto, en buena medida corrupción. La Procuraduría estima la corrupción en Colombia en cerca de 50 billones anuales de un presupuesto nacional de cerca de 250 billones, es decir, el 20% se puede perder por este concepto, con una probabilidad de recuperación, según afirma el nuevo Contralor de sólo el 0,4% de esa suma, o sea, nada, y con una capacidad de sanción, casi nula, ya que parte de la corrupción inicia y termina en la justicia, pasando por todos los organismos de poder, como el Congreso y el Ejecutivo.

Así las cosas, un buen gobierno se caracterizará por la adecuada, eficiente y proba ejecución del presupuesto público, ya que su inflexibilidad no deja margen de maniobra. De hecho, Colombia ya posee un déficit fiscal con un valor en el rango de 2,7% - 3% del Producto Interno Bruto (PIB) y un elevado endeudamiento externo e interno, equivalente a 54% del PIB en el Gobierno Nacional Central, según cifras de la Contraloría General de la República.

Frente al total nacional, hay diferencias significativas a nivel regional y municipal, pero las regiones en Colombia, salvo pocas y notorias excepciones, como Medellín, por ejemplo, no han estado exentas de un manejo fiscal y de endeudamiento público desordenado, irresponsable, politiquero y corrupto. Los ejemplos, lamentablemente, están al orden del día por donde se mire.

Frente a estas duras realidades, escuchar tantas voces electoreras y promeseras que no se podrán cumplir, es un ejercicio político lleno de engaños para las personas poco avisadas, lo cual, en general, es la cultura de nuestra población. Los oídos se dejan halagar fácilmente con esas mágicas soluciones, las cuales cautivan votos incautos, mal informados o con esperanzas infundadas, si bien, elección tras elección, de nuevo se quedan en el vacío.

Todo esto conforma el llamado populismo, prometer lo que no tiene asidero, ni financiero, ni legal, ni funcional, ni posibilidad de ejecución. Latinoamérica está llena de ejemplos del cáncer del populismo en los últimos años: los Kitchner en Argentina, Maduro en Venezuela, Lula en Brasil, Correa en Ecuador, y así por muchos lugares. El populismo no es una característica de la derecha o de la de la izquierda, puede existir en cualquier tipo de ideología política, de hecho el gobierno de Trump en USA es también populista, prometiendo soluciones que tienen efectos benéficos en el corto plazo, pero perniciosos a futuro. Desvincular a EEUU de los organismos multilaterales del mundo, puede sonar como algo todopoderoso, sin embargo es una fuente de perturbaciones políticas y económicas mundiales, que todos pagamos en algún momento, incluido el pueblo norteamericano y los colombianos también.

Los populismos frecuentemente se acompañan de nacionalismos, es decir, se explota el sentimiento nacional para encubrir los daños populistas cuando estos ya son inevitables, además, en ocasiones se invoca también el enemigo externo como el causante de los males, como ocurre en Venezuela frente a Colombia, donde se afirma que los colombianos somos la causa de los reveses del pueblo venezolano, que horror y que malévola afirmación, pero así se cacarea continuamente.  Ahora, si se juntan el populismo, la politiquería, el nacionalismo malsano y la corrupción, estamos al frente de la catástrofe total de un país, su economía, sus instituciones, su desarrollo social y el progreso de sus comunidades.

martes, 1 de octubre de 2019

UNA APROXIMACIÓN A LA SITUACIÓN POLÍTICA GLOBAL


Comentario 01/10/2019

UNA APROXIMACIÓN A LA SITUACIÓN POLÍTICA GLOBAL

Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
                http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

La situación política mundial se debate entre grandes extremos, unos con enfoque democrático liberal, con iniciativa privada, pero actualmente en algunas regiones con un fuerte carácter nacionalista y en ocasiones populista, como está ocurriendo en este momento en los Estados Unidos o en Brasil, o, por otro lado, esquemas de carácter autocrático y con marcada tendencia socialista y en algunos casos comunista, centrados en el Estado como gestor de la Economía, algunos también bastante populistas, como ocurre en países como Korea del Norte o Cuba y Venezuela, para ver casos cercanos. Entre estos extremos se mueven diferentes corrientes de opinión de izquierdas y derechas o de centros moderados, con muchos matices entre ellos.

Sin embargo la política en todas partes se ha vuelto más pragmática que ideológica, al ritmo más de los acontecimientos que de la defensa a ultranza de los principios filosóficos partidistas. De allí que resulten extrañas alianzas y combinaciones al momento elegirse o al de acceder al poder, para formar el gobierno que rija los destinos de los respectivos países.

Además, se avizoran conductas políticas radicales como está ocurriendo en varios países Europeos, por ejemplo España, Italia, el Reino Unido o Grecia, o también recientemente en Israel, entre otros, donde es cada vez más difícil formar gobierno. Las elecciones se suceden unas a otras con la esperanza de que las urnas resuelvan lo que los partidos y sus representantes no logran acordar.

Como consecuencia de todo esto, los partidos políticos están perdiendo importancia como centro o eje del pensamiento político de los ciudadanos del común, y lo ganan las figuras, personajes que individualmente concitan más la opinión que los propios partidos, por su carisma personal, su experiencia, su tradición o su ascendencia.

A todo lo anterior ha contribuido la enorme corrupción que ha invadido las esferas de los diferentes esquemas de gobierno  y de los partidos políticos en los más diversos países, esta parece que es una epidemia mundial, acompañada de una falta manifiesta de justicia eficaz y de conductas éticas que permitan volver una cultura lo público como bien comunitario, y para el beneficio de todos, y no como coto de caza para unos cuantos malandrines y saqueadores del poder y del erario público.

La ausencia de transparencia en los asuntos públicos ha contribuido también a acelerar el desprestigio de los partidos y sus representantes, como los instrumentos idóneos para llegar al poder. De allí que surjan cada vez más movimientos independientes y líderes noveles para buscar aglutinar la opinión de los ciudadanos, desafortunadamente, son fácilmente desanimados por las maquinarias de los partidos o los gobiernos tradicionales, a veces consuetudinarios.

Ahora, las nuevas generaciones parecen ver en la política al “enemigo malo”, puesto que no le creen a sus líderes o a sus ideas, ven tanta corrupción, privilegios, componendas y conductas desviadas y poco éticas que prefieren alejarse de ello. Lamentablemente, con esta actitud, no forman sus propias “armas” en el entendimiento, la discusión, la reflexión y el acompañamiento de las causas políticas, gubernamentales o nacionales. Sólo toman algún interés por causas de carácter ciudadano, las cuales apoyan con verdadero fervor.

En el caso colombiano los fenómenos de convicción política o participación partidista, además, están viciados por la profunda polarización que se creó con el proceso de paz, el plebiscito, el acuerdo celebrado con las FARC, los organismos creados por el acuerdo como la Justicia Especial para la Paz, la comisión de la verdad, las zonas de rehabilitación de los combatientes, la aplicación del acuerdo en las regiones, la presencia del Estado y las disidencias. El fenómeno Colombiano está también acompañado por las posiciones que se asumen frente al narcotráfico, que ha sido “compañero y amigo” del conflicto armado. No todo el narcotráfico es causado por el conflicto, pero sí en gran parte orquestado por grupos paramilitares, de un lado, o por la guerrilla y sus disidencias, del otro.

Esta polarización en Colombia se ha profundizado en los últimos años, lamentablemente, como una rivalidad entre izquierdas y derechas, agregándole grados de mayor intensidad a la agresividad en la interpretación y argumentación frente a los fenómenos políticos y aún frente a los más corrientes temas ciudadanos.

Por ejemplo, el transporte público es un tema comunitario, que se ha vuelto de controversia política. En varias ciudades, las soluciones alternativas de transporte no se valoran con los lentes de la técnica, la oportunidad, la capacidad y la conveniencia, sino con ópticas de la derecha o de la izquierda, lo cual, por supuesto, le suma gran dificultad al análisis objetivo, sereno y ponderado que el tema requiere, para plantear y ejecutar la solución óptima de carácter ciudadano y no la fuente de votos o adhesiones partidistas.

La política es, por supuesto, convencimiento, contraste, controversia, posiciones, apreciaciones, e inclusive pasiones, sin embargo, debería ejercerse con la suficiente madurez para evitar que la agresión o la “destrucción” del otro se convierta en el objetivo principal, evitando el enfoque sobre lo fundamental de la política: la solución de los problemas de la comunidad, con eficiencia, oportunidad, legalidad y equidad.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

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