Comentario 28/10/2019
LAS DEMANDAS SOCIALES
Por: Carlos Alberto
Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y
Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com
En los últimos meses se han presentado un conjunto de
demandas sociales en diferentes países del continente para mejorar las
condiciones de vida de sus comunidades, y elevar sus niveles de bienestar y
buscar la superación de escenarios de pobreza. Esto ha ocurrido en diferentes
países, con marchas y manifestaciones públicas, en muchos casos pacíficas y en
otros, lamentablemente, han terminado con gran violencia, originada
probablemente en agitadores con otros intereses.
El detonante de las demandas sociales han sido problemas de
incrementos tarifarios en diferentes servicios públicos, sin embargo, en el
trasfondo hay algo más que una tarifa, hay un escenario de desigualdad y falta
de oportunidad. El caso de Chile, por ejemplo, es muy diciente, lo que se
solicita es un país más justo, con mayor bienestar para todos. En esencia, en
todos los países latinoamericanos se
manifiesta un problema de concentración de la riqueza, de desigualdad y de
falta de oportunidades.
Estos problemas son de difícil solución en el corto plazo,
requieren diferentes esfuerzos, decisiones y ajustes en políticas macroeconómicas,
sociales y en disposiciones tributarias y jurídicas. Pero el problema más
complejo es el enfoque económico de la solución, para lo cual hay diferentes aproximaciones,
con sus matices alternativos, sobre cómo mejorar la distribución de la riqueza
y disponer de oportunidades para todos, con lo cual se conduciría a mayores
niveles de bienestar y de equidad, como examinamos a continuación.
En términos del progreso y el desarrollo de los pueblos, en
general, hay formadas dos grandes corrientes de opinión con consecuencias
diferentes en su interpretación y alcance: por un lado, están los teóricos del
crecimiento económico y por el otro, están los predicadores de la distribución
de la riqueza. Expliquemos cada uno para poder entendernos.
Los postulantes del crecimiento económico, como la solución
para generar desarrollo y progreso en las comunidades, lo que afirman es que el
fomento al crecimiento de la oferta y la demanda agregadas en la economía, generará
una diversidad de oportunidades tales que mejorarán la posición relativa de
todos los sectores sociales, es decir, a partir de un buen crecimiento
económico se crearán más alternativas de generación de empleo, de educación, de
salud, de servicios comunitarios, de vivienda, de ocupación productiva, etc. La
mayor demanda agregada de los consumidores se cruzará con una oferta fuerte y
vigorosa que conducirá, por un lado, a mayor crecimiento económico y, por el
otro, a más bienestar en toda la comunidad. Se afirma que hoy vivimos mejor que
ayer porque hemos generado crecimiento económico y con ello, oportunidades de
mayor bienestar económico y social.
En este sentido se podría esperar que el crecimiento
económico genere más oportunidades de ocupación productiva, dependientes o
independientes, y con esto se creen mejores condiciones de bienestar, así, el
progreso surge de la actividad individual y/o colectiva más que de la intervención
del Estado, quien también es parte de la demanda agregada, pero que en este
caso tomaría un papel menos importante que el sector privado o el externo de la
economía.
Los defensores de este esquema piensan que el papel de
Estado, en un esquema de fomento al crecimiento económico, es favorecer el
desarrollo de la actividad económica privada, con apoyos directos o indirectos:
menores impuestos, líneas de crédito de fomento, misiones comerciales
internacionales, fomento a la educación técnica, tecnológica y profesional,
fuerte desarrollo de la infraestructura del país (vías, puertos, aeropuertos, energía,
servicios comunitarios, etc.) y condiciones empresariales de seguridad jurídica
y libertad empresarial, para favorecer su competitividad frente a los países
con los cuales se tengan acuerdos de comercio, entre otras muchas actividades
de impulso a la iniciativa privada. Sin perjuicio de que el Estado continué con
su labor de ser el supervisor del “juego limpio” entre los ciudadanos, las
empresas y sus empresarios, unos y otros entre sí.
También, el Estado debe actuar en temas tan propios como la
seguridad y el bienestar comunitario en los campos donde el sector privado, por
falta de interés u oportunidad económica, no actúe o cuando se trate de
poblaciones vulnerables que requieren de su apoyo y protección. Además, el
Estado debe ser fuente de programas sociales tales que mitiguen los errores de
la economía pura y apoyen sectores poblacionales débiles o con bajo acceso a
las oportunidades, en salud, ocupación, educación, vivienda y bienestar. La
gran mayoría de los llamados países con democracia liberal y economía
capitalista tienen como fundamento de su economía el crecimiento y este esquema
de ordenamiento: USA, Inglaterra, Francia, Chile, Taiwán, Singapur, etc.
La otra corriente de pensamiento, quienes favorecen la
distribución de la riqueza como modelo económico, apoyan su tesis en que esto
permitirá que más personas accedan a las oportunidades económicas y de
desarrollo, evitando los problemas de concentración de la riqueza y favoreciendo
la mayor equidad social, lo cual es, en su opinión, lo que conduce a que las
personas tengan oportunidades.
Su principio es que el sólo crecimiento no redistribuye la
riqueza, se requiere que, por medios diversos, los que más tienen apoyen a los
que menos tienen para que estos progresen. De ahí, los mecanismos variados de
creación de impuestos, contribuciones y exacciones a los ingresos, a los patrimonios,
a las valorizaciones por beneficio general o particular, a las utilidades y a
los dividendos, las plusvalías, los impoconsumos o el IVA a los gastos y las
compras, los pagos por los servicios y trámites con el Estado, etc. En algunos
países, en casos extremos, inclusive, llegando hasta la expropiación de bienes
de los particulares para que el Estado los “multiplique”, supuestamente en
favor de los más pobres.
En consecuencia con este modelo, se requiere, entonces, de
un Estado fuerte y con gran capacidad persuasiva e inquisitiva para obtener del
sector privado y de todas sus actividades económicas los recursos que van
dirigidos a la generación de oportunidades a los más débiles, a través de subsidios
directos e indirectos, programas dirigidos (Familias en acción, por ejemplo, en
el caso Colombiano) y proyectos de desarrollo en las zonas de mayores niveles
de pobreza o de menor acceso a las oportunidades.
El Estado, en este caso, podrá conceder auxilios,
beneficios, exoneraciones de contribuciones e impuestos e inclusive subsidios a
sectores privados de bajo desarrollo o de difícil inversión, para estimular a
los privados a realizar mayores inversiones, pero siempre con ayudas cuya vigencia
debería ser temporal. Su preocupación no será el mayor crecimiento sino la
mayor redistribución de la riqueza.
Los países con economías fundamentadas en el socialismo de
Estado, con pensamiento igualitario de tipo comunitario, suelen ser los mayores
agentes del modelo de distribución de la riqueza. En este escenario podríamos
situar a varias de los países que formaban la antigua Unión Soviética, y, más
cerca a nosotros, a Cuba, Venezuela o Nicaragua, por ejemplo. Estas economías,
por lo general, han crecido poco, su fuerte no ha sido una economía floreciente
y de alto crecimiento económico, sino la igualdad entre los ciudadanos.
La mayor excepción es China, quien, siendo una economía de
corte socialista y gobierno comunista, ha sabido llevar con éxito, a través de
los años, un modelo de economía liberal, con defensa de la inversión privada y el
comercio exterior abierto al intercambio comercial mundial, logrando un notorio
crecimiento económico también. Es muy interesante y destacable este logro. Sin
embargo, en este caso, además, es el crecimiento económico el que genera las
mayores oportunidades para toda la comunidad, más que la redistribución de la riqueza, “no
importa el color del gato, siempre que cace ratones”, era la famosa frase del
líder reformista chino Deng Xiaoping, post Mao, quien impulso el modelo de
economía abierta para solucionar los problemas sociales y de desarrollo de su
país, en lo cual han tenido un éxito progresivo y notable.