lunes, 25 de mayo de 2020

LA CAPACIDAD DEL ESTADO

Comentario 25/05/2020 

LA CAPACIDAD DEL ESTADO

                                                                                   Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

“No olvidemos nunca esta verdad fundamental: el Estado no tiene más dinero que el que las personas ganan por sí mismas y para sí mismas. Si el Estado quiere gastar más dinero, sólo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos. No es correcto pensar que “alguien” lo pagará. Ese alguien eres tú. No hay “dinero” público, sólo hay dinero de los contribuyentes”. Margaret Thatcher[1].

Es claro que el momento actual con sus necesidades en todos los frentes tales como: la salud (las habituales más las originadas en la pandemia),  los auxilios para las poblaciones vulnerables y para el sector empresarial para preservar el empleo, la vivienda social, la educación, las pensiones, el funcionamiento del Estado, la infraestructura, la defensa, el proceso de paz, las relaciones exteriores e interiores, los pleitos de los cuales tiene que defenderse todos los días por demandas que le llegan de todas partes, etc., desbordan las finanzas públicas. Además, también es evidente que necesariamente el Gobierno nacional debe acudir a líneas de endeudamiento diversas para poder financiar sus necesidades y para cubrir las obligaciones originadas en los déficit de vigencias pasadas y en el endeudamiento público ya incurrido.

Desafortunadamente, la parálisis de la economía por el coronavirus ha deteriorado aún más los ingresos públicos actuales y a futuro, el detrimento económico de los ciudadanos, en los ingresos derivados de sus ocupaciones, negocios y rendimiento de sus patrimonios afectarán aún más las finanzas públicas y quizás por muchos años. La presión por los recursos es y será inmensa.

Los recursos del Estado ya eran de por sí, en sus finanzas normales, insuficientes. De hecho ya soportábamos un endeudamiento público del 50.2% del PIB para el 2019,  y era considerado elevado, dado que un estándar internacional es del 45% aproximadamente. Pues bien, la expectativa este año, con sus nuevas urgencias,  es llegar al 60% del PIB, según afirmó el propio ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla. En el caso del déficit fiscal se esperaba para este año un registro no mayor del 2.25% del PIB, el cual a la atura de lo que llevamos ya se proyecta en más del 6.1% del PIB. La presión por la caja en las finanzas públicas es y será por varios años “tremenda”. Esta situación es causada por los estragos del coronavirus en la economía mundial y local, lo cual es una situación excepcional que esperemos sea transitoria, pero sus consecuencias económicas si pueden ser más duraderas, ¿cuánto durarán, nadie los sabe?, pero tampoco nadie discute que pueden permanecer por varios años.

Afortunadamente, Colombia tiene y ha gozado de una buena calificación crediticia internacional y posiblemente no le será “imposible” financiar el déficit fiscal y el mayor endeudamiento, pero hacia el futuro, sí tendremos una calificación deteriorada, si no hay una recuperación sensible de las finanzas públicas, las cuales dependerán de la recuperación de las finanzas privadas, como afirma la señora Thatcher en su incuestionable aserto del inicio de este comentario.

Ante situaciones de falta de dinero, gobiernos irresponsables, buscan como solución la emisión de dinero, es decir, utilizar papel moneda emitido sin respaldo alguno, o financiarse con emisiones de bonos o empréstitos sin ningún respaldo ni capacidad de pago, como ha sucedido con gobiernos de corte populista en varios países de Latinoamérica. 

Baste mencionar como ejemplo el caso de Argentina con los bonos emitidos para financiar su abultado déficit fiscal y su excesivo gasto público, lleno de subsidios irresponsables, con los cuales los ciudadanos Argentinos pensaban que iban a “vivir” del Estado, con poco trabajo y esfuerzo. Estos bonos ya son considerados por los inversionistas y financistas como bonos basura, es decir, sin ningún o muy poco valor, si bien cuando se emitieron tenían un valor considerable.  La imagen de este país se ha deteriorado tanto en el mundo financiero que ya nadie quiere invertir o financiar el gasto público o las obras del Estado, con lo cual se pude producir una verdadera parálisis de la administración pública, un proceso grave de hiperinflación y una desbandada de dólares hacia el exterior (ya está ocurriendo), tomados como refugio por los propios ciudadanos ante la poca credibilidad en su peso argentino. De hecho la devaluación de la moneda argentina ha sido considerable. Lamentablemente su nuevo gobierno también es de corte populista y está encontrando muchas dificultades para acceder a financiamiento internacional. 

Lo que venía sucediendo con las finanzas deficitarias de muchos de los países y como consecuencia del coronavirus va a “desquiciar” las capacidades de los Estados en general,  y sólo aquellos con una alta disciplina fiscal y consciencia ciudadana podrán atender, a través de varios años, estas contingencias en sus aspectos económicos. Va ser hora del famoso “todos ponen” de juego de la pirinola, es decir, evitar la elusión y la evasión, la subfacturación, realizar el cumplido pago de todos los impuestos a cargo, evitar el contrabando, el lavado de activos y otras maromas por el estilo, a las cuales están acostumbrados buena parte de los ciudadanos.

Frente a situaciones impositivas, ha sido frecuente en el país el que se afirme que paguen los “ricos”, sin embargo, en estas circunstancias esa afirmación se vuelve una justificación que no es sustentable ni presentable desde un punto de vista de responsabilidad y solidaridad.

Hoy más que nunca hay que esculcar los bolsillos y pensar en que todos nos necesitamos, y cada uno desde su “trinchera” aportar lo que sea posible, para el pronto restablecimiento de las finanzas públicas y del bienestar de todos sus ciudadanos. Como afirmaba la señora Thatcher: “No es correcto pensar que “alguien” lo pagará. Ese alguien eres tú. No hay “dinero” público, sólo hay dinero de los contribuyentes.



[1] Margaret Hilda Thatcher​ fue una política británica que ejerció como primera ministra del Reino Unido desde 1979 a 1990, siendo la persona en ese cargo por mayor tiempo durante el siglo XX y la primera mujer que ocupó este puesto en su país. Su firmeza para dirigir los asuntos de Estado, su estricto dominio sobre los ministros de su gabinete y su fuerte política monetarista le valieron el sobrenombre de la Dama de Hierro.


lunes, 18 de mayo de 2020

LA IDEOLOGÍA POLÍTICA DEL COVID 19

Comentario 18/05/2020

LA IDEOLOGÍA POLÍTICA DEL COVID 19

                                                                                   Por: Carlos Alberto Mejía Cañas

Ingeniero Industrial y Administrativo

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Continúa la pandemia del Covid 19 haciendo estragos por todo tipo de países grandes o pequeños, desarrollados o poco avanzados, con altos PIB per cápita o con niveles insuficientes de este indicador, del norte o del sur, de todos los continentes, afectando severamente las personas, sus trabajos, sus instituciones, sus economías y sus sistemas de salud, sin distinción de credo político, raza, edad, religión, género o status social.

Sin embargo, algunos representantes de corrientes de pensamiento que forman parte de partidos políticos genéricamente catalogados como de izquierda e inclusive representantes de instituciones multilaterales, vienen promoviendo la idea de que el Covid 19 demuestra la invalidez del capitalismo democrático, de la globalización o del liberalismo económico.

Voy a mencionar tres comentarios recientes, para sustentar la anterior afirmación, sin que puedan considerarse como únicos, la revisión semanal de diferentes publicaciones permitirá apreciar otras posiciones semejantes:

Thomas Piketty, connotado economista francés, afirma:

“La desigualdad imperante no responde a casusas económicas, sino políticas o ideológicas que la reafirman, que el Covid 19, no hizo más que exponer la violencia de la desigualdad. La pandemia actual podría acelerar la transición hacia otro modelo económico, hacia una organización más equitativa, más sustentable de nuestro sistema económico internacional”. Tomado de El Tiempo, 17 de mayo de 2020.

Por su parte Alicia Barcena, directora de la Cepal, al examinar las consecuencias del Covid 19 en Latinoamérica, concluye que:

Llegó en un momento en que la economía mundial se estaba desacelerando. Los niveles de deuda eran históricamente altos, y los salarios y la productividad se habían estancado en muchos países en desarrollo y desarrollados. La crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la fragilidad del sistema globalizado”. El Colombiano,  16 de Abril de 2020.

A su vez, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, afirma sobre el coronavirus:

Está mostrando que la vulnerabilidad o la mortalidad humanas no son democráticas, sino que dependen del estatus social. La muerte no es democrática. La Covid 19 no ha cambiado nada al respecto. La muerte nunca ha sido democrática. La pandemia, en particular, pone de relieve los problemas sociales, los fallos, y las diferencias de cada sociedad”. Tomado de El Tiempo, 17 de mayo de 2020.

Para estos líderes los problemas originados en la pandemia se deben a los enfoques económicos, políticos o sociales de algunos países, más que por la propia enfermedad y su peligrosidad. Estos líderes abogan por un replanteamiento de los principios del liberalismo económico, e inclusive, algunos han llegado a hablar del “fin del capitalismo”, con su libre comercio y su globalización. Deben percatarse, además, que los países de economías socialistas también padecen la pandemia.

Francamente, en mi opinión, lo único que el Covid 19 demuestra es la fragilidad de toda la humanidad ante los fenómenos naturales, como una pandemia, o una catástrofe de magnitudes considerables como las que pueden desprenderse de aspectos geológicos, interestelares o climáticos.

Por supuesto coincidimos con estos pensadores que hay una gran desigualdad y que es necesario cada vez más y en mejor forma avanzar en mayores niveles de igualdad y oportunidad para todos, sin embargo esto sólo lo consigue la libertad empresarial y el desarrollo económico que se crea tras de unas economías dinámicas, abiertas y modernas.  No son las restricciones, las ataduras, los gravámenes los que pueden solucionar las problemáticas, quienes pueden lograrlo son precisamente las ideas científicas y las empresariales que se logran con libertad empresarial. Es la iniciativa humana la que podrá crear soluciones económicas y sociales verdaderamente transformadoras. De hecho, muchos de los países con menores desigualdades socioeconómicas son de corte capitalista democrático y gozan de una gran libertad empresarial.

Es cierto que se requieren además Estados y Gobiernos con buen liderazgo y proyección para impulsar las soluciones con acciones el progreso económico y crear condiciones de mayor equidad social, pero sin restringir o suprimir la iniciativa privada o cercenar los proyectos e inversiones con ánimo de lucro, éstos, en la medida en que crecen y se desarrollan, generan más progreso también para  los públicos relacionados y, por supuesto, para toda la comunidad.

No es por el Covid 19 que nos hemos dado cuenta de nuestras fragilidades sociales y económicas, ya estas estaban antes de manifestarse la pandemia y, es entendible y claramente defensable, que la prioridad de las autoridades en el momento actual se dirija a crear mecanismos de apoyo y subsidio a las clases menos favorecidas y las poblaciones más vulnerables, pero sin constreñir las iniciativas de los empresarios privados.

Con la pandemia todos estamos perdiendo, unos más que otros, pero todos. Algunos, inclusive, no serán capaces de restablecer sus actividades productivas o su ocupaciones habituales, una vez se controle medicamente y científicamente la morbilidad y la letalidad de este peligroso virus, con el cual parece que viviremos por un buen tiempo más. Los daños patrimoniales, sociales, institucionales, anímicos y de salud, se sentirán en todos los estratos sociales, en todas las geografías y en todas economías del mundo.

No es cambiando la estructura socioeconómica desde la economía de corte liberal y privado hacia una economía estatizada y centralmente controlada que en ésta o en otras crisis humanas, económicas o sociales, de cualquier tamaño y condición, los países superarán mejor las desigualdades, la falta de oportunidades o la carencia de desarrollo económico y social.


lunes, 11 de mayo de 2020

DE LO BUENO A LO MEJOR


Comentario 11/05/2020

DE LO BUENO A LO MEJOR

                                                                                   Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
http:/reflexiones-de-cam.blogspot.com

Es un decir popular que “lo mejor es enemigo de lo bueno”, esta frase es atribuida a Voltaire[1], y con ella se quiere significar que si se puede lograr una buena solución frente a un problema, debe tomarse esa alternativa, dado que la experiencia demuestra que, en la generalidad de los casos, si se busca una solución perfecta (lo mejor) antes de lograr su realización, se abandona por su complejidad, su costo o su tardanza en realizarse. Salvo el caso en que exista una mejor solución la cual, precisamente, es apreciada de esta forma por su tiempo, costo, oportunidad y eficacia en la superación del problema, situación que se puede considerar como un “evento raro”, ya que pocas veces sucede. Esta es una forma pragmática de enfocar los problemas y su solución, para lograr disponer de una realización con el tiempo y costo razonable, tal que permita una aceptable superación del (de los) problema(s) en cuestión.

Pues bien, con las circunstancias que están surgiendo en el mundo entero originadas en la pandemia del coronavirus, lo cual se ha traducido en verdaderas crisis de salud, económicas, de parálisis en todo tipo de actividades, de extra costos de operación, de falta de actividades comerciales internas y externas, de ausencia de flujos de inversión, de severas limitaciones al desplazamiento de las personas y los medios de transporte, de suspensión de actividades en instituciones de todas las naturalezas, etc. Sin contar, adicionalmente, con los problemas emocionales de las familias por la incertidumbre frente a sus ocupaciones, en sus ingresos/gastos/ahorros/créditos, sus actividades educativas, laborales, ocupacionales, etc., los cuales están causando fenómenos de ansiedad, depresión o demencia, inclusive. Basta mirar no más “las distancias” para relacionarnos con los demás, el perjuicio y la sensación de desasosiego que causan.

Y estas son las consecuencias conocidas hasta ahora, no sabemos qué consecuencias tengamos hacia el futuro y con qué o con cuál duración e intensidad. De hecho, la humanidad parece que va a tener que convivir con este virus, igual que con muchos otros, y aprender a mitigar y disminuir sus consecuencias. Es posible que se llegue a la solución de una vacuna, lo cual sería el “ábrete sésamo” del asunto, pero mientras se vuelve operativa y es eficaz en todas las regiones y con todas las personas del mundo, tiempo pasará, no cabe duda. Las últimas noticias, inclusive, son aún muy desalentadoras sobre las mutaciones del virus y su propia resiliencia, para soportar todos los contras que aparezcan en su existencia.

Hoy, la humanidad en todo tipo de actividades y aún en la relación de los humanos con otros de su especie, con las especies animales y vegetales, con su propio entorno, están pasando por un escenario de total incertidumbre que el hombre, posiblemente en su existencia sobre la tierra, jamás había tenido, con la circunstancia de no avizorar una pronta recuperación, lo cual realza más la incertidumbre. Aquí llegamos al planteamiento de Voltaire, busquemos lo bueno o al menos lo posible, no exijamos lo mejor o nos vamos a enredar más de lo que estamos. Hay que ser muy pragmáticos y tener un juicio equilibrado, bajo la pregunta de qué es lo que conviene y requiere la comunidad en su recuperación y no pensar en los intereses individuales o particulares de “mi situación o la de los que me rodean cercanamente”.

A lo largo y ancho del país vemos a todo tipo de personas e instituciones demandando el apoyo privado y principalmente del Estado para salir de su situación, “disparando” en todos los frentes. Sería deseable poder apoyar los diferentes frentes y sus necesidades, esto sería lo mejor, por supuesto. Pero, así será imposible concebir unas soluciones que nos acerquen a una paulatina recuperación, ya que en todos los caminos o alternativas elegibles, siempre tendremos un gran número de damnificados que no van a tener una solución próxima o, definitivamente, no tienen ninguna solución. Serán las bajas del “combate” contra el coronavirus, un ser diminuto y desconocido que nos cambió el pensamiento, las vivencias, las relaciones, las prioridades, las emociones y las expectativas.

Sin embargo, el camino está muy “empedrado”, ya que cada uno entiende como prioritario lo suyo, con algún espíritu solidario está dispuesto a entender que haya soluciones para los más débiles, pero siempre que concurrentemente estén también las suyas. Todo lo cual es imposible, no sólo por las limitadas capacidades y la insuficiencia de recursos del Estado, sino y, particularmente, por la complejidad de la ejecución paralela en todos los frentes. Habrá que elegir lo prioritario, o la solución que se considera la mejor se terminará abandonando por su complejidad e incapacidad de financiación o ejecución, como Voltaire reflexionó. Hay momentos en que lo bueno es lo que se puede y esto es lo que debe hacerse, olvidándonos de lo mejor. En este caso, lo bueno es lo mejor.

No es tarea fácil la definición de las prioridades, pero ante recursos limitados, de todo tipo, siempre habrá que establecer los criterios para la selección de las alternativas posibles y la adjudicación de los recursos escasos, como son las que mencionamos a continuación, y creemos que implícitamente el Gobierno Nacional, con el apoyo de los mandatarios locales, vienen realizando. En nuestra opinión, las prioridades se definen por la ponderación de las siguientes variables:

·         La salud, la alimentación y las necesidades de vivienda social.
·         La ocupación productiva.
·         Las personas con mayor fragilidad.
·         La oportunidad en la ejecución de la solución.
·         La simplicidad en puesta en marcha.
·         La equidad en cuanto el número de personas que se beneficien de ellas.

Es una tarea de alta complejidad, enormes presiones, muchos lamentos, quejas y críticas, un sin número de opositores a cualquier solución, ya que creen tener una mejor alternativa, y un camino lleno de sinsabores, sin embargo, un buen liderazgo acompañado por un excelente criterio lo pueden lograr.


[1] François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés, que perteneció a la masonería y figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana y de la ciencia en detrimento de la religión. La Ilustración fue un movimiento cultural e intelectual, primordialmente europeo,​ que nació a mediados del siglo XVIII y duró hasta los primeros años del siglo XIX.

lunes, 4 de mayo de 2020

HAY QUE CREAR MÁS EMPRESARIOS


Comentario 04/05/2020

HAY QUE CREAR MÁS EMPRESARIOS[1]

                                                                  Por: Carlos Alberto Mejía Cañas
Ingeniero Industrial y Administrativo
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Paulatinamente y en muchos casos, las nuevas tecnologías van desplazando oficios tradicionales en algunas profesiones, y en otras, los van transformando, creando con ello la necesidad de generar nuevos conocimientos y habilidades para poder desempeñarse. Simultáneamente, las empresas buscan optimizar sus resultados ante la alta competitividad de los mercados nacionales y extranjeros, lo cual las lleva a demandar menos empleados y a automatizar o tercerizar más sus procesos no críticos o no estratégicos, usando para ello firmas externas conocidas como empresas de outsourcing.

Si a lo anterior sumamos momentos económicos de poco dinamismo o gran incertidumbre, las “olas” de inversión, crecimiento y desarrollo de las empresas son cada vez menos “elevadas” y menos permanentes.

Existen también cambios culturales y generacionales donde los valores de antaño no son los mismos del presente, por ejemplo, un empleo estable y con condiciones económicas y emocionales apropiadas era el gran objetivo de las personas que egresaban de los centros de educación para desempeñarse en su carrera profesional. Esto no es necesariamente un valor para los jóvenes actuales.

Como consecuencia de todo lo anterior hoy se ven mayores corrientes de ocupación independiente, de asociaciones para el trabajo (coworking) y de trabajo virtual o a distancia. Cada vez más, las personas trabajan, simultáneamente, no para uno sino para varios contratantes, prestando sus servicios, con contenidos distintos, desde lugares diferentes, en horarios disímiles y frecuentemente a distancia del lugar donde se usa el producido del trabajo.

La lección es muy simple, hay una revolución del trabajo en marcha, desde trabajos que eran estables y duraderos hasta trabajos que son variables, inciertos y cambiantes. Esto exigirá el desarrollo de nuevos pensamientos y habilidades, tanto en los empleadores, como en los empleados. Hoy las personas requerimos una mayor formación como empresarios que como empleados, es decir, debemos aprender a ser y hacer nuestro propio empresarismo, porque la creación y el mantenimiento de empleos estables cada vez será menor. Si no lo hacemos, vamos a tener más desempleo formal y más actividad u ocupación informal en los años por venir, con una mayor precariedad en las soluciones económicas y sociales para las personas y sus familias. Sin disponer de soluciones de empleo satisfactorias, la alterativa es el empresarismo, y es claro para todos que es mejor ser empresario que desempleado.

Por supuesto existen muchos planes privados y en especial oficiales para favorecer la generación de empleo. Entre otros, la escogencia de sectores líderes como la construcción de vivienda en general, el desarrollo de la infraestructura, la agroindustria o las exportaciones de productos con valor agregado, para realizar programas agresivos de inversión y de crecimiento. También son frecuentes los estímulos tributarios, las facilidades de crédito de fomento, los programas de apoyo empresariales, etc. Sin embargo, creo que esto no será suficiente. Y la falta de empleo, crea una situación de desaliento.

Creemos que todos los esfuerzos por generar empleo se requieren en el momento actual, pero, además, es necesario hacer o formar nuevos empresarios y defender los que existen. ¿Qué quiero decir con esto? Ser empresario no es tarea fácil, se necesita mucha devoción, gran dedicación, cualidades especiales, alguna habilidad particular desarrollada tal que permite concebir el negocio, un poco de capital y una pizca de suerte. Pero todo esto se puede lograr, se puede formar.

Negocios que fueron prósperos en el pasado, pueden de un momento a otro fracasar, dadas las condiciones prevalecientes. Con ellos, se cancelan el empleo y muchas esperanzas, por supuesto, pero lo más preocupante, desaparece el empresario, el visionario, el hombre emprendedor que mira con decisión el futuro y decide correr con la aventura de ser empresario, la persona capaz de enfrentar riesgos, que es quien puede volver a crear empleo. Es cierto, entonces, que hacer empresa no es una tarea fácil, muchos negocios en sus inicios pueden fracasar, pero los que continúan son una esperanza para el porvenir del país, el empresario, sus empleados y todas las partes relacionadas.

Con frecuencia se observan profesionales jóvenes, competentes, preparados, con gran desconcierto, por salir de las empresas por situaciones desfavorables de la economía, los mercados o de las propias empresas. Todos salen con la pretensión de emplearse de nuevo, buscan infructuosamente un empleo que, en las condiciones actuales, difícilmente encontrarán. Alternativamente, ¿por qué no pensar en volverlos empresarios?

Además, de los presupuestos que se destinan a la generación de empleo, en mi opinión, también deberían dedicarse a la generación de nuevos empresarios, capaces de enfrentar situaciones difíciles. Es cierto que existen algunas agencias gubernamentales y privadas que favorecen la generación de microempresas, pero no hay una real promoción del empresariado y de las condiciones para ser empresario.

Las universidades, los gremios, las empresas constituidas, el gobierno, es decir, todos a una, deberíamos rescatar el valor del empresario y entusiasmar a profesionales jóvenes o aún a los más experimentados a volverse empresarios. De esta manera, además, habrá más iniciativas de negocios, más compañías y más generación de ocupación productiva. También, se crearán condiciones para una más favorable distribución del ingreso, el conocimiento y la riqueza.

El país debiera trazarse dos prioridades a nivel empresarial:

La primera es el defender las empresas que ya existen, son el patrimonio de la nación y de la comunidad. Salvo por malos manejos o incapacidad de competir, las empresas existentes hay que defenderlas. Crear una nueva empresa en ocasiones es incierto y costoso, pero defender las que existen, y las que hoy atraviesan dificultades, puede ser un “excelente negocio”. Esta es una responsabilidad para todos: los empresarios, los clientes, los proveedores, los acreedores, la comunidad, las autoridades y toda la sociedad. En segundo lugar, hay que cambiar la mentalidad de “empleomanía” de muchos de nuestros profesionales. La creación de nuevas empresas, el trabajo independiente y aún el trabajo no formal son oportunidades económicas que valen la pena. ¡Ánimo empresarios¡


[1] En este artículo entenderemos el empresario como la persona que desarrolla un una actividad productiva o de servicios, con fines de lucro, sea propietario o no de los bienes de producción. Se incluyen las personas que ejercen las llamadas profesiones liberales, tales como el derecho, la contaduría, la medicina, la arquitectura, entre otras, cuando no existe subordinación laboral y por lo tanto sus ingresos son considerados como honorarios o comisiones.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...