lunes, 31 de mayo de 2021

HABLEMOS DE LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

 

Comentario 31/05/2021

 

HABLEMOS DE LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

El desconcertante paro nacional que todos los ciudadanos de Colombia estamos padeciendo, inesperado, inopinado e inconsciente, contrario a lo que se proponía de buscar mejores condiciones de vida para la población, es todo lo contrario, está causando graves consecuencias a la economía, ha radicalizado más la polarización que desde el proceso de paz padece el país, así como también la profundización en los niveles de desconfianza en las instituciones, en la desigualdad, en la desesperanza y en la pobreza.

En efecto, absurdamente, el paro se acumula a las difíciles consecuencias de la pandemia y del debilitamiento de las finanzas públicas y privadas por la parálisis de las actividades productivas, para traer como resultado desabastecimiento, acaparamiento, carestía, más desempleo, saqueos y violencia vandálica o terrorista y, por supuesto, más pobreza por falta de oportunidades. Si los negocios, las vías de comunicación, los medios de transporte, lo sitios de acopio y distribución y las ciudades en general no pueden operar, ¿de dónde creen los líderes del paro que van a salir nuevas, mejores o mayores oportunidades de empleo, de empresarismo, de educación, de desarrollo de competencias o de decisiones de inversión, expansión, crecimiento o desarrollo? Lo que tendremos es un mar de desilusión, destrucción y menor confianza con el país y sus instituciones.




Además, es curioso cómo los marchantes y/o los líderes de esas manifestaciones le reclaman y esperan que el Gobierno subsane todas las carencias, necesidades, anhelos o promesas incumplidas históricamente o las no ejecutadas por la abrumadora corrupción que se ha encargado de “desviar y desaparecer” los recursos. El Estado, como toda institución, tiene unas capacidades limitadas y más allá de ellas, por falta de dinero o de ejecución, no podrá extender su mano bondadosa a todos los “necesitados”. Además, los recursos públicos dependen de los impuestos recaudados y si no los hay en forma correlativa a los gastos, simplemente no puede haber más gastos. Nadie da lo que no tiene, así de simple.

Bien ha hecho el gobierno actual en crear una serie de subsidios, beneficios, exoneraciones transitorias, y programas para favorecer las poblaciones vulnerables, la educación, la salud, incluida la pandemia, y el bienestar de algunas zonas y sectores prioritarios. Asimismo, bien han hecho los empresarios en proponerle al Gobierno el desmonte de deducciones y exoneraciones tributarias para que se pueden recaudar más impuestos, a falta de otras reformas tributarias necesarias y prudentes, las cuales tardarán en su trámite y en su oportunidad.

Ahora, lo que no puede hacer carrera en el país es el cantar de voces irresponsables que declaran que lo que hay que hacer es una distribución de los ingresos mediante la exacción a los más pudientes para repartirlo a los más pobres, como si los primeros tuvieran la obligación de entregar lo suyo más allá de los impuestos racionales aprobados por ley, y los segundos, el derecho a recibir lo de los demás, por el sólo hecho de ser pobres o no estar ocupados. Este es el pensamiento socialista llano y simple, con el cual se han destruido sociedades y economías en nombre de los pobres, para generar riqueza en los gobernantes de una camarilla privilegiada (Ver no más algunos países de la región como ejemplo) y más pobreza en las clases menos favorecidas. La propiedad privada es, por definición, privada y no de todos o de algunos que consideran que también es de ellos, por el hecho de ser ciudadanos también. Muy grave el mensaje que se presenta en la foto siguiente del paro, remarcado en cuadrícula roja: “Si la clase obrera todo lo produce, a ella todo le pertenece”, con este pensamiento socializamos la propiedad privada.

Además, una sociedad no puede funcionar en forma adecuada, justa y equilibrada, si los ciudadanos tienen que pensar en que el fruto de su trabajo se debe repartir también con los que no trabajen y que estos últimos pueden reclamar como suyo, lo que no es fruto de su esfuerzo. Los impuestos son el elemento institucional de distribución de la riqueza desde los que contribuyen con sus rentas, hacia los que necesitan por ser vulnerables, por un lado, o hacia toda la comunidad como beneficio para su progreso y bienestar, por el otro, para lo cual el gobierno hace sus realizaciones en desarrollo y bienestar, las cuales están determinadas en la constitución. Por supuesto, hay que combatir en forma radical la cultura de la evasión, de la elusión de los impuestos y de la corrupción que es como el “deporte nacional”. En Colombia muy pocos pagamos impuestos.

Transitoriamente y debido a un estado de catástrofe sobreviniente o de circunstancias de adversidad económica y social intempestivas e insoslayables, se acude a la solidaridad de quienes más pueden para elevar moderadamente sus contribuciones impositivas con el fin de apoyar la recuperación de otros que han caído en desgracia, pero no para hacerse cargo de su vida y su manutención por siempre y para siempre. Conceptos como el de la renta básica solicitada por los marchantes del paro nacional, son inaceptables por ser imposibles de financiar por su monto y características, de una parte, y, además, de otra parte, si son recurrentes, es decir, permanentes, fomentan la holgazanería de quienes esperan el beneficio de la renta frente a los que salen a trabajar para proveérselo a ellos y a sus familias. ¿Qué pensaría quien trabaje todo el día, 48 horas por semana, para recibir un salario mínimo, si otras personas, sin ningún esfuerzo, simplemente también reciban del Gobierno el mismo salario mínimo? Hay que crear más oportunidades para todos, pero no bajo el expediente de repartir el ingreso de los demás. Este, de nuevo, es un concepto socialista: unos deben trabajar para que otros puedan vivir sin trabajar, dado que los primeros tienen que velar por los segundos.

Otro concepto que no puede hacer carrera con motivo de la situación de pobreza derivada de la pandemia, el paro y sus consecuencias, es que también hay que distribuir la riqueza, es decir el patrimonio acumulado por las personas a partir de su esfuerzo y su trabajo. De nuevo, es inaceptable el concepto socialista de que unos ganan y ahorran para que otros lo gasten. Creamos más oportunidades a partir de la educación, la inversión pública y privada, el empresarismo, el desarrollo de habilidades, la aplicación de tecnologías y la cultura del trabajo duro para poder progresar y tener bienestar, con el apoyo de todos en la sociedad, pero alejados de la idea de que unos tienen que hacer lo que los demás no hacen, para que todos puedan vivir.

sábado, 22 de mayo de 2021

ESTAS SON LAS PETICIONES

 Comentario 25/05/2021

 

ESTAS SON LAS PETICIONES

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

“Con trabajo vivimos, con paro no”, ciudadano de la calle en entrevista por radio.

El asunto comenzó supuestamente por la solicitud de retiro del proyecto de reforma tributaria, necesario sí, pero inoportuno y demasiado ambicioso en su pretensión de recaudo, en la situación de parálisis económica que atravesamos. Las finanzas públicas están “desfondadas” precisamente por atender la pandemia y el gasto social (defensa del empleo, de las empresas, del adulto mayor, de los jóvenes, de la salud y la educación, etc.) por los beneficios, subsidios y subvenciones creados para combatirlas. Este proyecto efectivamente fue retirado y ya se prepara otro sustitutivo, pues es imperativo para las finanzas públicas y el gasto social una nueva reforma tributaria.

Sin embargo, el “lobo mostró sus garras”, el comité de paro presentó sus nuevas demandas de solución para ser atendidas por el gobierno, y el paro continuó, con toda la gravedad de sus consecuencias. Las demandas son por “el Oro y el Moro”, para negociación no para diálogo, según afirman.

Vamos a comentarlas a continuación, con la sola enunciación de los temas planteados por diferentes grupos dirigentes de los del paro, sin que haya tampoco una dirección central responsable de todo lo que está sucediendo, no ofreceremos ninguna explicación adicional ya que el espacio no lo permitiría. Al examinar toda esta impresionante lista, me pregunto si los marchantes pacíficos por el retiro de la reforma tributaria eran conscientes que se les estaba utilizando para un movimiento más político que reivindicativo, ya que muchas de las solicitudes tienen este carácter político y significan cambios en el modelo constitucional, el democrático, el político, el económico y el social que nos rigen. Veamos algunas de ellas:

1. Renta básica para 30 millones de personas por lo menos un salario mínimo legal mensual permanente, 2. Reorganización de las Fuerzas militares y desmilitarización del país (¿?), 3. Desmonte del ESMAD y depuración de la policía, 4. No reforma tributaria, 5. Derogar el holding financiero con el que se creó el Grupo Empresarial Bicentenario de propiedad del Estado, 6. Tumbar la circular 049 del Ministerio de Trabajo sobre estabilidad laboral, 7. No presentar la reforma pensional, 8. No presentar una reforma laboral y derogar los artículos 193, 198, 240 y 242 del Plan Nacional de Desarrollo, 9. No privatizar ni enajenar bienes públicos (¿ y las finanzas públicas sin reforma tributaria?), 10. Cumplimiento de acuerdos que surgieron de otros paros de estudiantes, indígenas, trabajadores y educadores del Estado, 11. Renegociar los Tratados de Libre Comercio para que se proteja la producción nacional, 12. Cumplimiento total de los acuerdos de paz firmados en La Habana con la ex guerrilla de las Farc, incluida la entrega de tierras (¿y el costo y los recursos?), 13. Aplicación de la Ley Anticorrupción, 14. Derogar el cobro de 4 pesos por kilovatio de energía en los estratos 4, 5, y 6 para financiar Electricaribe, 15. Suscribir el acuerdo de Escazú sobre el medio ambiente (que somete a control de organizaciones internacionales de izquierda la política nacional sobre este tema), 16. Ayudas a las mipymes (pequeñas y medianas empresas), 17. Matrícula cero para instituciones del estado a nivel superior en forma permanente, 18. Retirar el proyecto de ley de reforma a la salud, 19. No alternancia educativa, 20. No a la discriminación de género y derechos para población LGTBI, 21. Detener las erradicaciones forzadas y la aspersión con glifosato, 22. Derogar el decreto 1174 de 2020 que estableció que las personas con ingresos inferiores a un salario mínimo “deberán vincularse” al piso de protección social (PPS), 23. Eliminar peajes. 24. Fletes y carga garantizada para los transportadores, 25. Política de justicia y equidad prioritaria para las poblaciones vulnerables y ancestrales, 26. Negociación con el ELN garantizada, 27. Beneficios para los resguardos indígenas, etc., etc. Son demasiados los etcéteras.

Las anteriores son las principales, pues en total son 104 peticiones, todo un plan de gobierno para muchos años. Varios de los temas pueden ser bienvenidos socialmente, pero no consultan las realidades políticas, económicas y fiscales del país y del gobierno, por ejemplo, el caso de la renta básica es incosteable para el país, ¿dónde están los ciudadanos que puedan pagar esos impuestos para que otros ciudadanos, simplemente reciban esa renta? Y los que ya trabajan por un mínimo, dejarán de trabajar, para también recibir renta básica, ¿por qué a unos sí y a otros no?, el país sería inviable y no equitativo, por el contrario, totalmente socialista, injusto y confiscatorio. Otros temas no son convenientes, son inoportunos o inconstitucionales.

En qué estaría pensando el Ex-presidente Juan Manuel Santos cuando afirmaba a la W Radio esta semana: “Se están manifestando por razones válidas. Son peticiones relativamente baratas o gratis de atender” (¿? ...).

¿De dónde salió todo esto?, ¿desde cuándo esos autollamados directivos del paro representan a toda la comunidad para solicitar que con ellos se negocien esos temas, sin haber mediado un nombramiento democrático que los elija como tales, sólo utilizando el poder de la intimidación y el miedo por la fuerza, los bloqueos, el desabastecimiento, la carestía, la violencia y la obstaculización de la actividad productiva, la educativa y la institucional del país?

Es inaceptable el paro, sus consecuencias son desastrosas para el país, la pérdida de empleos y ocupaciones, de oportunidades, de empresas, de negocios, de organizaciones, de desarrollo y crecimiento serán irrecuperables y se suman a las ya muy graves consecuencias de la pandemia. Nos falta ver todavía cuántos son los nuevos contagiados de covid debido a las marchas y la total incapacidad del sistema de salud para atenderlos.  

El paro está infiltrado, organizado, orquestado y pagado por la izquierda radical y el narcotráfico. Para ellos el principio es que mientras más pobres son los ciudadanos, más fáciles de conquistar y de aceptar “caudillos” de izquierda, supuestamente “salvadores” de la pobreza y la desigualdad.

 

lunes, 17 de mayo de 2021

LA DESESPERANZA

 Comentario 17/05/2021

LA DESESPERANZA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

La temeraria “aventura” del paro nacional realizado en el momento de mayor fragilidad de la economía nacional (muchas personas y empresas en situaciones de quiebra o con gran debilidad), con las finanzas del gobierno exhaustas, el desempleo formal e informal en crecimiento, la más grave crisis de salud de la historia del país por la pandemia, entre muchas otras razones, está trayendo como resultado más pobreza, mayor desesperanza y agravamiento de la parálisis económica, con consecuencias incalculables para el proceso de recuperación económica y social, para la generación de empleo u ocupación y para el bienestar de vida de las familias.

En mi opinión, en vez de mejorar, las cosas se han empeorado en forma grave y en algunos casos irrecuperable. Válida, además, la protesta legítima por las malas condiciones de vida, pero no se trata sólo marchas pacíficas lo que ha ocurrido, son bloqueos y atentados que causan severos perjuicios a toda la comunidad. Una ciudad bloqueada, intimidada y desabastecida, en la práctica, está secuestrada. Además, con graves problemas de violencia, deterioro del orden público, confrontación entre grupos de las comunidades, muchos de ellos con intereses desestabilizadores de la institucionalidad y con generación de odio de clases. En vez de crear oportunidades, las están destruyendo, agravando cada día más los problemas y complejizando sus soluciones.

De acuerdo con las estimaciones de diversos analistas, el país pierde aproximadamente 500.000 millones por día de parálisis en los distintos sectores productivos, sin contar con los daños a la infraestructura urbana pública y privada por los destrozos a los sistemas de transporte (estaciones y buses), a los establecimientos de comercio, a los monumentos históricos, al amoblamiento de tránsito, urbano y de vigilancia. En una palabra, están destruyendo elementos básicos para el funcionamiento de las comunidades, obligando al pueblo simple y llanamente a pasar grandes dificultades y a tener más pobreza. Con el paro de transporte o los bloqueos a vías, además de desabastecimiento de alimentos, suministros diversos y drogas, se han paralizado grandes zonas de producción agropecuaria, con el agravante de que muchos de esos productos por ser perecederos se pierden y el daño económico del campo se suma a las cifras de pobreza.

Este movimiento, después de los meses de pandemia con -encierro, falta de actividad económica, parálisis de la inversión productiva, mayor desempleo, especialmente jóvenes y mujeres, ingentes gastos en adecuación de camas UCI, vacunas, logística de aplicación, y deterioro económico por cierre de muchos negocios o la debilidad de los que permanecen, la ninguna creación de empleo nuevo y la dificultad para realizar esfuerzos de empresarismo con iniciativas nuevas- se vuelve un desafío para la propia ciudadanía. Si alguna recuperación teníamos, con seguridad se aplazará o nunca vendrá, agravando más la situación de pobreza. El asunto comenzó supuestamente por la solicitud de retiro del proyecto de reforma tributaria, necesario sí, pero inoportuno y demasiado ambicioso en su pretensión de recaudo, en la situación de parálisis económica que atravesamos. Las finanzas públicas están “desfondadas” precisamente por atender la pandemia y el gasto social (defensa del empleo, de las empresas, del adulto mayor, de los jóvenes, de la salud y la educación, de la población vulnerable etc.) y por los beneficios, subsidios y subvenciones creados para combatirlas. Ya se prepara otro proyecto sustitutivo, pues es imperativo para las finanzas públicas y el gasto social una nueva reforma tributaria.

Los dirigentes del paro nacional en forma arrogante han ido acumulando más y más causas a sus peticiones, imposibles de cumplir la mayoría de ellas en forma simultánea por la carencia de recursos del Estado o por la incapacidad para ejecutarlas, sin descuidar, además, la administración de lo cotidiano. De hecho, dicen tener 104 peticiones, algunas tan inverosímiles como la renta básica permanente para 30 millones de personas, con un costo anual de 85 billones, la cuarta parte del presupuesto público de un año. ¿De dónde creen que saldrá el dinero para este sólo pago sin contar con las demás demandas o con los gastos ordinarios en salud, educación, pensiones, subsidios a poblaciones vulnerables o en situaciones de catástrofe como Providencia con el paso del huracán IOTA y demás gastos e inversiones del Gobierno?

Es notorio el esfuerzo del gobierno en facilitar mayores recursos para la educación y para conceder matrícula gratuita en establecimientos públicos a estudiantes de estratos 1, 2 y 3, más aún sin una reforma tributaria en ejecución.  Al fin y al cabo, la educación es el hecho transformador de la pobreza y el mayor generador de progreso de las personas y sus familias. Ahora, apenas comienza a diseñarse y tramitarse otra reforma tributaria que el país requiere urgentemente, precisamente para afianzar el gasto social, vamos a ver dónde para en época electoral. ¿Qué ausentes están los políticos y los congresistas en las soluciones de esta problemática nacional?, ¿no les parece que están pensando sólo en elecciones en el 2022?

Los líderes del paro dicen que, si hay dinero, poco les importa que el déficit fiscal haya llegado al 9% del PIB y el endeudamiento del gobierno ya sea del 65% del PIB, con riesgo para la continuidad del grado de inversión del país y con ellos el encarecimiento de los recursos o su dificultad para conseguirlos, con lo cual se multiplicaría el problema económico, el político y el social. Para el tamaño y características de las aspiraciones de los marchantes se requieren recursos recurrentes, no basta decir que se vendan activos de la nación, esto es sólo una fórmula puntual cuyo agotamiento será inmediato y ¿luego?, ¿de dónde sacará el gobierno para su continuidad? Pensar en créditos del Banco de la República, en venta de las reservas de divisas del país o cosas por el estilo, también son soluciones parciales y ocasionales, de nuevo y ¿luego? ¿Cómo y cuándo se pagarán esos créditos o se restablecerán las reservas necesarias para el comercio exterior de Colombia? Un país sin reservas, por ejemplo, se convierte en un pésimo deudor para sus acreedores internacionales y con perspectivas inciertas y negativas para los inversionistas. Todo eso significaría “pan para hoy y hambre para mañana”.

Creo que no cabe en una mente bien intencionada que un país pueda resolver todo sus problemas sociales o funcionales en un solo momento y como fruto de un paro, si fuera así, bastaría hacer paro cada vez que algo se declare como conveniente, y, como por arte de magia, lista la solución.

Es inaudito lo que nos está sucediendo, en realidad, en mi opinión, los líderes del paro lo que quieren tomarse el poder “arrodillando” al gobierno y a la comunidad, son las ambiciones totalitarias de la izquierda radical del país, apoyados internacionalmente por corrientes de opinión semejantes, y nacionalmente por dineros del narcotráfico, para cambiar el marco jurídico e institucional de Colombia. Hay que reaccionar, rechazando la coacción de hecho que le están haciendo a la comunidad, al gobierno, al modelo democrático, al estado de derecho y a las instituciones. Colombia no se puede rendir ante estos líderes de la izquierda radical nacional e internacional.

domingo, 9 de mayo de 2021

CREAR MÁS POBREZA NO GENERARÁ PROGRESO

Comentario 10/05/2021

 

CREAR MÁS POBREZA NO GENERARÁ PROGRESO

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

He seguido con interés y desconcierto el llamado paro nacional y las reacciones iniciales contra la reforma tributaria frente a la cual se puso el “grito en el cielo”, por parte de los líderes del paro, los de opinión y con especial dureza los partidos políticos, y, en general, muchas personas que han participado en las marchas. Rayos y centellas cayeron sobre esa “criaturita”, llamada, en forma breve, ley de solidaridad sostenible. Esta reforma fue retirada del Congreso para buscar una sustitutiva más razonable. Y digo sustitutiva porque el Gobierno, quizás como nunca, requiere de nuevos ingresos de carácter recurrente para financiar las ingentes necesidades de gasto social, balancear las propias finanzas públicas en la situación de déficit fiscal excesivo y endeudamiento público elevado, a más de las necesidades corrientes de funcionamiento y de los demás servicios y contribuciones que el Estado hace a poblaciones vulnerables o al desarrollo y crecimiento del país.

Sin embargo, a medida que el paro avanza, salen a relucir un sin número de otras llamadas causas deshilvanadas, de las más diversas naturalezas: salud, pensiones, educación, renta básica, peajes, proceso de paz, ESMAD, ejército y fuerza pública, carga y fletes para los transportadores, no fumigación aérea, no alternancia en las escuelas, precio de los servicios públicos, más trabajo y otro sin número de peticiones de subsidios, beneficios y aspiraciones de las más peculiares situaciones, algunas de ellas de carácter local y particular.

Es un “rosario” de nunca acabar, el cual, además se mezcla con paros, daño a bienes públicos, a la infraestructura de transporte público, al amoblamiento y la infraestructura de seguridad y tránsito urbanas, a los establecimiento de comercio tales como los de la banca y sus cajeros automáticos, los supermercados y tiendas y a toda la actividad productiva, impidiendo la movilización de personas, alimentos, cosechas, medicamentos, mercancías, materias primas, suministros, equipos, etc., etc., etc., todo lo cual agravará más la situación por desabastecimiento, el encarecimiento y la incapacidad de trabajar y producir, y por esta vía, recuperar la economía del país afectada, además, por la pandemia. Los famosos bloqueos generarán más pobreza, no más progreso y quién pagará los daños, la ciudadanía.

Es cierto, sí, que se requiere mayor austeridad fiscal, que se combata la corrupción, la evasión y la elusión tributaria, que se acabe el clientelismo, que se mejore la eficiencia del gasto público, entre otras cosas, pero pedirle al Gobierno que genere más soluciones sociales sin darle más recursos, es prácticamente imposible en este momento. Vamos a hacer algunas reflexiones sobre las necesidades y las realidades que hoy atravesamos, por supuesto, sin entrar en la ampliación de los detalles sobre su extenso contenido.

Empecemos por enunciar los principales hechos que nos caracterizan, algunos de ellos de vieja data y otros, ocasionados por la pandemia, como en todos los países, sin ser los únicos y sin entrar en excesivos datos y estadísticas:

  • Los niveles de pobreza en Colombia, con motivo de la pandemia, ya han llegado a más del 40% de la población, situación en la cual nos han repetido que muchas familias han tenido que “arrugar” su sistema de vida a niveles tales como dejar una comida de las tres diarias, y, en algunos casos, a tener una sola en todo el día. La clase media se ha visto especialmente afectada por la pandemia, en ocasiones, también entrando en escenarios de pobreza.
  • El desempleo formal no desciende de alrededor del 15% de la población con capacidad de trabajar, lo cual significa una carencia real de oportunidades y alternativas de un ingreso razonable para muchas personas, y, si se mira al futuro, difícil bajar este guarismo a menos del 10% en corto tiempo, al menos, como era antes de la pandemia.
  • La informalidad la vemos todos los días, en todos los lugares, en todas las calles y en todas las ciudades y poblaciones. La venta de “cualquier cosita” se ha convertido en el medio de vida y de sustento de miles de familias, ya que hoy se estima que la informalidad cobija al 60% de la población ocupada. El sin número de “callejeros” solicitando ayuda es cada vez mayor.
  • Colombia es un país con gran desigualdad en los ingresos y en la riqueza, como lo demuestran los índices que miden estas circunstancias y seguramente las personas de mejor condición económica deberían ser más solidarios en estas situaciones de pandemia, pero la verdadera redistribución de las oportunidades surge de la educación y el trabajo que son la mejor manera de salir de la pobreza, no de la distribución de la riqueza con impuestos excesivos a unos pocos.
  • Los impuestos en Colombia representan el 19.7% del PIB, mientras en países cercanos y comparables son 22.9%, es decir, una diferencia de 3,2%, esa diferencia son justamente los mayores subsidios que requiere la población en este momento. La reforma tributaria del gobierno Duque estaba planteando un recaudo cercano al 2.5% del PIB. Hay que observar que en Colombia, menos de 3.500.000 ciudadanos pagan impuestos (¿?).
  • Los problemas de deserción escolar por falta de recursos económicos se han agudizado en los últimos meses y la circunstancia de la educación virtual o el trabajo desde el hogar ha demostrado que muchas familias no disponen de internet, que sería el medio de mayor cobertura por su bajo costo, para el acceso al conocimiento, al entretenimiento y al trabajo o estudio a distancia.
  • Durante la pandemia el gobierno ha destinado cerca de 20 billones, adicionales al gasto social corriente, en los auxilios y subvenciones para las familias de menores ingresos y ha creado nuevos elementos de subsidio, como el ingreso solidario o el subsidio a la generación de empleo y al mantenimiento de las nóminas.
  • El gobierno debe hoy el 63% del PIB, desde el 42% que debía unos años atrás, y va para 69% el próximo año, y el déficit fiscal ya es cercano al 9% del PIB, nos aproximamos también a una situación de pérdida del grado de inversión y de la calificación de riesgo país, que nos pondrá en un escenario de gran incremento en el costo del crédito externo y con limitación para su acceso, lo cual acabará de empeorar más las cosas, es decir, la tormenta perfecta.
  • A todo lo anterior, se suman los graves problemas de violencia, corrupción, contrabando y narcotráfico que destruyen el medio ambiente o la economía nacional o los dos simultáneamente. Llegar a las regiones más apartadas y desfavorecidas para generar soluciones, es casi que imposible por la acción del narcotráfico.

Hay muchas otras razones, entonces, para el malestar y el descontento de los ciudadanos que afectan nuestro desenvolvimiento político, económico y social, para entender que el paro nacional con bloqueos y daños es inoportuno, ya que nos está conduciendo a agravar la parálisis, que de por sí es violencia, con afectación del interés de toda la comunidad. La intención de los promotores del paro violento se vuelve política más que social y puede terminar con la desinstitucionalización del país. Es el momento del “todos poner” para recuperar la economía, es la mejor solidaridad, cada cual, según su oficio, su capacidad y en forma continua, y, por esta vía, apoyar también la sostenibilidad del país, es la forma de comprar presente, futuro y estabilidad política, económica y social.


domingo, 2 de mayo de 2021

LLORAR POR VENEZUELA

 Comentario 03/05/2021

 

LLORAR POR VENEZUELA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Nota: Las gráficas a continuación son tomadas del periódico Portafolio de 26/04/2021.

 

Es famosa la canción “No llores por mí, Argentina”, una de cuyas estrofas más recordadas, atribuida a Evita Perón, si bien no compuesta por ella, es:

 

“No llores por mí, Argentina

Mi alma está contigo

Mi vida entera te la dedico

Mas no te alejes, te necesito”.

 

Parodiando esa canción, tenemos que decir que muchos venezolanos estarán llorando por ellos y por su país, en cualquier lugar del mundo donde se encuentren, viendo las realidades de la Venezuela de hoy, llena de pobreza, donde se afirma que algo más del 90% de los venezolanos está viviendo en condiciones de pobreza y muchos de ellos en condiciones de miseria.

Venezuela, otrora país lleno de riqueza, con desigualdades como todos sus vecinos y con los más típicos problemas de corrupción, nepotismo, ineficiencia del Estado y derroche en el gasto público, comunes en otras economías comparables, hoy es un país digno de la mayor condolencia por propios y ajenos.

 

Gráfico 1.



No es meramente casual que se estime un éxodo de venezolanos de alrededor de 8 millones de ciudadanos, de los 29 millones totales, quienes han ido al resto del mundo, especialmente a los países de Suramérica y muy particularmente a Colombia donde ya contamos con cerca de 2 millones de ellos, a los cuales hemos dado el beneficio del Estatuto de Protección Temporal para ayudar a mitigar su situación de indefensión, falta de ocupación, pobreza, salud, vivienda y educación.

 



Gráfico 2.

Veamos ahora algunos de sus problemas económicos más significativos:

 

·         Su tamaño, medido en términos del producto interno bruto (US $40.403 millones), hoy es menos del 12% del que tenía en el año 2011, es decir, una novena parte de lo que era antes.

·         El producto interno bruto por habitante ha descendido desde una histórica cifra de $10.568 dólares por habitante en el 2015 a la impresionante cifra de 1.542 dólares estimados para el año 2021, casi una séptima parte.

·         La inflación venezolana sigue siendo un récord en el mundo, con un valor estimado del 2.348 % para este año, pero habiendo pasado por años, como el 2018, con el 130.060 %. Significa una total destrucción del valor de su moneda y una impresionante pérdida de riqueza de sus ciudadanos con relación a su capacidad de ahorro, compra o inversión en terceros países y dentro del mismo país. Esto significa mayor pobreza.

·         No es raro ni difícil entender que, en estas circunstancias, el valor del Bolívar, su moneda de cambio haya desaparecido y que prácticamente la economía se tenga que dolarizar porque ya nadie le cree al Bolívar o recibirlo como medio de pago. Hoy el cambio oficial y callejero es más de un millón de bolívares por dólar y aumenta todos los días.

·         Se afirma que de las 150.000 empresas que el país tenía estructuradas y bien formadas antes del chavismo-madurismo, hoy no quedan ni 500, las demás han desaparecido o se han tenido que ir del país. De hecho, los empresarios han “huido” del país después de una serie de nacionalizaciones, persecuciones y expropiaciones hechas sin “piedad” ni respeto por la propiedad privada. Se perdió el conocimiento, la experiencia y la capacidad de inversión, ¿quién creará empleo de calidad hacia el futuro?

·         En Venezuela se perdió el valor y el respeto por la institucionalidad, al punto que muchos opinan que nada funciona, ni en el ejecutivo, ni el legislativo, ni el judicial, organismos que están cooptados por el mandatario Maduro y su camarilla, quienes no han respetado ni reconocido la oposición y la independencia de poderes.

·         Esa camarilla, además, tiende a perpetuarse en el poder con la pérdida de libertades democráticas.

·         En Venezuela hay una situación de narcotráfico, lavado de activos, contrabando, venta de sus recursos naturales y favorecimiento de terceros países con petróleo o divisas sin ninguna contraprestación para su pueblo, como ha sido el caso de los subsidios a Cuba, Nicaragua y Argentina, recursos que hoy más que nunca necesitan los venezolanos.

·         Sus relaciones exteriores hoy se centran en países con orientación socialista y muchos de ellos comunistas, con poco interés o respeto por el sector privado o las libertades democráticas.

 

Después de todos estos comentarios, los cuales invitan a la reflexión, tenemos que decir: “!Sí, lloro por ti Venezuela, ¡nuestra alma está contigo!”. No nos imaginamos, cuántas generaciones y cambios habrá que realizar para que Venezuela restablezca su posición económica y nos preguntamos, después de esta cercana y dramática experiencia, si Colombia necesita un Petro-Chavismo del mismo corte en su inmediato futuro.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...