lunes, 31 de enero de 2022

EL CAMBIO SOY YO

 Comentario 31/01/2022

 

EL CAMBIO SOY YO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Continúan enfrascados la gran mayoría de contendores políticos para la presidencia de la república en un destructivo e insulso ir y venir de carácter electoral, por posiciones, ubicaciones, principalías, alianzas, coaliciones, tiras y encoges, etc., las cuales poco o nada ayudan al elector a establecer las verdaderas convicciones y soluciones que le proponen al país para mejorar las condiciones de vida y de bienestar de toda la comunidad en el corto y en el largo plazo.

Su papel parece más enderezado a evadir respuestas, criticar al otro o “pescar para adentro”, en un extraño yo con yo y yo contra mis opositores, que en el abordaje y el planteamiento de soluciones a los problemas del país. Por supuesto, el problema no es que no mencionen los temas, todos los mencionan, por ejemplo, el narcotráfico, la corrupción, el gasto público, la pobreza, los impuestos, los aspectos de bienestar y progreso como la salud, la educación, la vivienda, las pensiones, la infraestructura, las relaciones internacionales, la inalcanzada paz, entre muchos otros.

Se requieren, como es obvio, planteamientos claros sobre cómo, cuándo, con quién y con qué recursos van a afrontar las soluciones de esos problemas, pero estos conceptos brillan por su ausencia. Como si darse por enterado de su existencia o enunciarlos simplemente, por sí sólo, resolviera el problema. Son problemas complejos, que pueden tardar muchos años en su solución, pero que requieren una hoja de ruta para resolverlos.

Además, las soluciones de un a país pasan por el expediente de las fuentes de recursos y los roles del sector público o del sector privado o del intercambio con otras economías y países, todo lo cual es connatural a la propia solución, pero afecta el interés público o el privado, en forma individual o colectiva.

También, las soluciones deben ser verosímiles, tener una factibilidad razonable en su ejecución y en su potencial éxito, de lo contrario son palabras vacías, populistas y demagógicas. Nadie puede afirmar, por ejemplo, que de un tajo se acabará con la economía dependiente de los hidrocarburos por razones de medio ambiente, para ser sustituida por una economía agrícola o de servicios, como alternativa de generación de estos o mayores ingresos para el Estado o para la comunidad. Una transición de esa naturaleza es un proceso complejo que tomaría años y miles de recursos de inversión, decisión y realización para poder lograrlo.

Para citar otro ejemplo, tampoco se puede pensar que el gasto público se financiará con emisión monetaria, pues es sabido y probado, que este tipo de solución acaba con el valor de la moneda de los países, conduciendo a fenómenos inflacionarios y a la ruina económica, especialmente de las personas con menos recursos. Los ejemplos de estos fenómenos los tenemos a la vuelta de la esquina como en el caso de Venezuela donde su moneda no tiene un valor de cambio real y sus ciudadanos tienen que recurrir a divisas extranjeras, como el peso colombiano, el dólar estadounidense o el euro europeo para sus actividades, aun las más cotidianas. Lo mismo le ocurrió años atrás a Ecuador, quien también tuvo que dolarizar su economía pues la credibilidad en su propia moneda ya era ninguna.

Se requieren planteamientos serios, que consulten la realidad de la economía del país y sus verdaderas capacidades. Prometer educación gratuita para todos o salario mínimo para los más pobres, son planteamientos que halagan el oído de todas las personas, ¿quién puede decir que no sería deseable?, pero ¿quién racionalmente y con números en la mano puede pensar que si es posible? Además, detrás de argumentos de esta naturaleza, se lanzan voces como que “los ricos paguen más”, con lo cual ahuyentarán los capitales privados que hoy están invertidos en el país, por un lado, y crearán un odio de clases que no tiene por qué existir, ni tiene justificación histórica, sociodemográfica o política en el desenvolvimiento contemporáneo del país.

La última “perla” es la frase del cambio, todos afirman que el país necesita un cambio y que ellos son los llamados a conducir el cambio que el país requiere, sin indicar en qué consiste o cómo se construye ese cambio y qué consecuencias tiene. Estas son, también, expresiones demagógicas, tanto como lo es el manido cuestionamiento a la clase política tradicional, cuando ellos mismos han sido funcionarios, gobernantes o políticos en algún momento de la historia, tratan de crear una supremacía moral sobre los demás candidatos o sobre la propia ciudadanía, que en realidad no tiene fundamento. Nuevos “cantos de sirena”.

Hablar de que el cambio soy yo o que la transparencia y la equidad son mis mejores virtudes, son afirmaciones, generalmente, huecas, que no encuentran sustento en la realidad, salvo escasas excepciones. La ciudadanía debería estar alerta ante estos tipos de propuestas, slogans, lemas de campaña, propaganda o mensajes engañosos.

Exijamos a los candidatos respuestas, propuestas, planteamientos, pensamientos y motivaciones ciertas, fundamentadas, financiadas, posibles y realizables para que el país y sus ciudadanos pueden progresar, lo cual es el fundamento esencial de toda acción política, de la buena política, el bienestar y el progreso de toda la comunidad, no el interés personal o partidista o de un grupo a nivel individual.

domingo, 23 de enero de 2022

¿Y DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS QUÉ ESPERAMOS?

 Comentario 24/01/2022

 

¿Y DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS QUÉ ESPERAMOS?

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Cada día más próximos a las respectivas elecciones de congreso y presidencia, hemos visto el desconcertante movimiento de los “jugadores” políticos y de sus respectivos partidos o grupos en los últimos meses. Como en el juego callejero “¿dónde está la bolita?, la pregunta ahora es dónde andan los principios medulares de los partidos y sus candidatos, solo se ven aliados y alianzas de vinculados no reconciliables en el pasado y ahora “sólidos” copartidarios, y de partidos políticos, especialmente los tradicionales, fuertemente desdibujados de su propia ortodoxia ideológica.

Ahora, parece que el “todo vale” es la consigna para muchos de ellos y la posición en el espectro político de derecha, centro o izquierda es lo que tiene significado para otros, sin importar la ideología de sus copartidarios. Muchos de los aliados, poco representativos como candidatos potenciales, sólo están interesados en arroparse bajo los votos de otros, quienes sí son reconocidos y potencialmente bien votados en las elecciones respectivas. Hay más personalismos que propuestas y más intereses individuales que de partido o de comunidad ideológica o de visión y construcción compartida de país.

Ver, por ejemplo, a Jorge Enrique Robledo en alianza con Humberto de la Calle y Juan Fernando Cristo, que antes fueron sus contradictores, aglutinando un movimiento de centro con Sergio Fajardo y al ex rector de la U. de los Andes, Alejandro Gaviaría, quien se originó en el partido liberal, causa una verdadera inquietud, lo único que en realidad los integra es el antiUribismo y la oposición al presidente Duque. De otra parte, están los hermanos Galán, que son y no son, para aceptar candidatos y listas comunes, por su reciente reconocimiento como partido político, el Nuevo Liberalismo, quienes, ya formaron una disidencia y ahora no necesitan el” aval”, ya lo tienen: Lo mismo sucedió con Ingrid Betancur, quien ya es la candidata del partido Verde Oxigeno. Este grupo dice “no ser de aquí de la derecha ni ser de allá de la izquierda”, aunque su pensamiento político es una mezcla de muchos sabores, solo los aglutina el alejarse de los llamados extremos y especialmente el menos favorito de todos, el Uribismo.

Ver a Roy Barrera, Luis Fernando Velasco y Armando Benedetti defendiendo las ideas populistas, demagógicas, autoritarias y totalitarias de Petro, cuando toda la vida fueron miembros muy activos y representativos de los partidos tradicionales, y aún del propio Uribismo, también es otra de las causas de este comentario.

Otros tradicionales Uribistas, con principios de democracia, vigencia de la constitución, independencia de poderes, economía privada y libertad individual, como Enrique Peñalosa, David Barguil, Alex Char y Federico Gutiérrez, por ejemplo, armaron tolda aparte como grupo de centro derecha, pero rechazando la presencia de Oscar Iván Zuluaga en su movimiento, como si ser Uribista fuera un estigma debajo de la piel, muy difícil de quitar, pero que se debe ocultar. El pensamiento es que hay que alejarse de lo que suene a Uribe, haciendo caso omiso a los méritos de la retoma del país frente a las FARC que lo tenían acorralado en la época en que, precisamente, el Expresidente Uribe los combatió, y de los beneficios de la seguridad democrática en restablecer las instituciones, la seguridad y la economía del país.

En la izquierda de Petro se mezclan contenidos de carácter socialista, pero también, comunistas radicales y movimientos guerrilleros, anti-estado democrático y anti sector privado, con fuertes divisiones ideológicas para a ser aglutinadas por el caudillismo de su líder populista y demagogo Gustavo Petro, quien profesa admiración por los más fracasados experimentos latinoamericanos de ese corte, como los de Venezuela o Argentina, por ejemplo.

No está fácil, tampoco, lo que le ocurre al Centro Democrático, ya que actualmente no se interpreta como un movimiento político idóneo sino como un grupo de Uribistas arrodillados ante el Expresidente. También allí hay divisiones sobre el candidato elegido para representar esas banderas, Oscar Iván Zuluaga, quien, aunque limpió sus acusaciones fabricadas en la campaña de Santos donde le endilgaron “pecados” que no cometió, ahora arrastra el pesado fardo que diversos sectores del país le han cargado al Uribismo.

Todavía nos falta ver más alianzas y/o más divisiones, que, con seguridad, veremos. La resultante de todo lo anterior es que los partidos políticos tradicionales se desdibujaron para dejar aflorar las alianzas, las junturas y los “nuevos mejores amigos”, aún entre los más inverosímiles e irreconciliables personajes, otrora opositores ideológicos, pues de planteamientos políticos, “pocón, pocón”, o sea, muy poco. Todo es por pura conveniencia. Como afirma Thierry Ways, analista político, en El Tiempo de 16 de enero 2022: “Mientras el elector, ingenuamente, piensa que el político defiende un conjunto de ideas o principios, el político obedece, en realidad, a una cruda compulsión por el poder. Las ideas y las propuestas son simplemente el medio para alcanzarlo”.

Y, como consecuencia, tenemos en la palestra todavía cerca de 20 candidatos de todos los colores y sabores, muchos de ellos por firmas, es decir, sin el aval de partido alguno, como quien dice, que ellos mismos no creen en los partidos porque los ven convertidos en cuotas burocráticas, clientelismo, fábricas de avales y vieja política. Algunos de los vinculados a diferentes grupos de estos nuevos aliados se decantarán en marzo con las consultas, pero, de todas maneras, el resultado será ver muchos candidatos a la presidencia, con votos agrupados en múltiples partes y sin suficiente representatividad ciudadana, o, por el contrario, apalancados en ellos para realizar nuevas alianzas a cambio de privilegios en el que suponen el futuro gobierno.

En los últimos años el país ha estado dividido y polarizado por muchas herencias del pasado, las cuales, lamentablemente, se proyectan aún hacia el futuro, y se mezclan con momentos difíciles por el fenómeno de la pandemia, la inflación creciente, el deterioro del comercio a nivel mundial, y la falta de ocupación de muchos ciudadanos, cóctel que, si no se maneja bien, puede exacerbar la pobreza y la polarización política. Si los candidatos hablarán más de ideas, de propuestas, de soluciones a determinados problemas, de esquemas de gobierno, etc., más que de coaliciones, habría más claridad, para que los ciudadanos fijen su posición, a partir de su comprensión del gobierno y del país que debemos colectivamente construir en los próximos cuatro años.

sábado, 15 de enero de 2022

EL EXPERIMENTO BORIC CON CONSTITUYENTE A BORDO

 Comentario 17/01/2022

 

EL EXPERIMENTO BORIC CON CONSTITUYENTE A BORDO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/


En un corto período de tiempo, dada su juventud, Gabriel Boric ha ganado la presidencia de Chile e inicia su mandato en el presente año. La sociedad chilena, sin embargo, no quedó exenta de una fuerte polarización entre los llamados votantes de la derecha, cerca del 45%, y los de la izquierda, acompañados por movimientos comunistas radicales, los cuales sumaron un 55% aproximadamente. Boric ganó con una sensible moderación en su discurso político inicial, el cual al comienzo de la campaña fue bastante radical. Este fenómeno de la polarización política y social, sin duda, será el primer reto del nuevo presidente, integrar a una sociedad que ha quedado “herida” luego de una dura batalla electoral, donde se tocaron fibras muy sensibles de los valores, principios y conductas de ambos pensamientos de la sociedad. Su segundo gran reto, es ganar el reconocimiento como hombre de Estado, con competencia, profesionalismo y convicción como estadista, dada su muy insuficiente experiencia gubernativa, según el concepto de propios y extraños.

Ahora, sus exigencias van más allá de las dos mencionadas, donde algunos éxitos y ganancias tempranas de su gobierno, con ejecuciones que merezcan reconocimiento, le ayudarán muchísimo a superar los sesgos negativos de la polarización y la falta de experiencia. Sin embargo, sus mayores retos, en mi opinión, están en la implantación exitosa de su propuesta de gobierno, la cual vamos a examinar brevemente en este comentario.

Comencemos por decir que Chile, luego del gobierno del General Augusto Pinochet, sucesor a presión de anteriores gobiernos de izquierda de carácter socialista, introdujo reformas económicas, sociales y políticas tan significativas las cuales permitieron surgir a Chile como modelo de desarrollo económico y social para el resto de países de Latinoamérica, hecho reconocido por los más diversos públicos y medios calificados del mundo entero. Los indicadores de progreso mejoraron sucesivamente entre los años, para conformar un verdadero cuadro digno de emulación por parte de otros gobiernos. Baste decir que el PIB per cápita de chile es de US$25.000 dólares por habitante cuando en Colombia no llega a US$ 8.000.

Sin embargo, algo no estuvo bien, había un malestar creciente entre la población que terminó en serias manifestaciones y protestas ciudadanas y finalmente en la citación a una asamblea Constituyente con plenos poderes, la cual mayoritariamente quedó conformada por ciudadanos, un poco desconocidos, por un lado, pero con fuerte convicciones de izquierda, por el otro. Dicha constituyente está en marcha y debe producir resultados en el presente año. O sea que Boric, en el fondo, quedará supeditado al modelo económico, político y social que la constituyente proponga, si bien se exige que esa propuesta pase un referendo ciudadano para poder reemplazar la constitución vigente. Igualmente, todos los órganos de gobierno y funcionarios que nombre Boric o que constitucionalmente existen en Chile, estarán, sub júdice, o sea pendientes de la resolución judicial de todo el proceso constituyente, hasta tener una nueva constitución.

Volvamos a Boric, quien en esencia lo que ha dicho se resumen en las siguientes propuestas y pensamientos:

  1. El deseo profundo por cambiar la manera tradicional de conducir la política y la economía, devolviendo la “dignidad” al pueblo chileno. Hasta donde conozco, la palabra dignidad ha hecho carrera en esa sociedad desde el inicio de los movimientos estudiantiles de los últimos años, sin que se afirme, a ciencia cierta, en qué consiste y cómo se logra tal dignidad, presumiblemente, al parecer, corresponde al cambio en la política y la economía que espera el nuevo gobierno.
  2. La igualdad social y de género, promoviendo oportunidades y equidad para todos. La igualdad social se concibe en un esquema de redistribución de la riqueza bajo supuestos a principio de equidad. Esto exigirá una carga impositiva muy fuerte para las personas y sociedades más acomodadas, lo cual está promoviendo desde ahora la fuga de capitales y el espanto de la inversión extranjera y de las instituciones financieras internacionales y el financiamiento del país. Además, hay inquietudes sobre los acuerdos de libre comercio (TLC), en los cuales Chile ha sido un verdadero líder, al disponer de cerca de 20 de ellos con las más diversas economías, con noticias de excelentes resultados.
  3. Mejores pensiones, educación de calidad y accesible y salud universal y eficiente. Especialmente hay un ataque frontal contra el modelo de los Fondos de Pensiones privados, por no ser lo suficientemente retributivos, lo cual probablemente los haga desaparecer por no poder ser rentables, en un ambiente totalmente hostil. Esto conducirá a la dura competencia del Estado por las pensiones, experimento ya fracasado en muchos países. La salud universal siempre es deseable, pero no es costeable, basta mirar los déficits del sector salud en Colombia, donde orgullosamente hablamos de la cobertura universal, pero finalmente a cargo del Estado, para subsanar dichos déficits. No cabe duda, también, que la educación de calidad es un propósito loable y bienvenido, pero su argumento de que no dependa del tamaño del bolsillo de estudiante y su familia, de nuevo lo vuelve un asunto a financiar por el Estado. Todo esto suena muy bien dicho, pero es muy difícil volverlo un hecho sin desbaratar las finanzas públicas y por esa vía la salud de la economía.
  4. Un principio básico de Boric es que la expansión de los derechos sociales se hará con responsabilidad fiscal y cuidando la macroeconomía, lo “haremos bien, sin que haya que retrocede en el futuro”, afirma. Con lo narrado en el punto 3, quedan las dudas. Si, además, afecta la estabilidad macroeconómica con emisión monetaria para pagar gasto público terminará por acabar con la moneda sana y la inflación se encargará de los presupuestos familiares.

En síntesis, el gran reto para el nuevo gobierno y su muy novel mandatario es equilibrar el bienestar social, con paz social, crecimiento económico, desarrollo productivo, con apertura económica y sin destruir las finanzas del Estado ni de los particulares. Como dice el dicho “amanecerá y vemos” sobre la constituyente chilena y su presidente Boric.


viernes, 7 de enero de 2022

A DEFENDER EL MODELO

 Comentario 10/01/2022

 

A DEFENDER EL MODELO

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

El año 2022 en Colombia luce bastante despejado desde el punto de vista macroeconómico y social por tres razones fundamentales:

1. Pandemia.

El proceso de atención de la pandemia ha sido, en general, exitoso y la población vacunada es cada vez mayor, aunque la conciencia ciudadana se ha relajado con las fiestas de fin de año, una parte de la cultura de la prevención sigue viva en la mente de las personas y las autoridades hacen ingentes esfuerzos para reposicionar la buena costumbre de las medidas higiénicas y de distanciamiento. No estamos exentos de las nuevas amenazas y variedades de este singular “bicho” del covid 19, que ya parecería lejano al iniciar el 2022, pero Colombia ha demostrado un comportamiento destacado y sobresaliente en la adaptación de la comunidad y del sector productivo, comercial y de servicios a los efectos de la pandemia. Se avecinan nuevas medicinas y tratamientos anti-covid que alientan a la población a avizorar o, al menos, esperar un panorama más despejado hacia el futuro.

2. Recuperación de la economía.

La economía colombiana se ha recuperado en forma notoria, tanto es así que el crecimiento del PIB este año (cerca del 10%) se ha calificado como el más alto en los últimos 100 años. Esto no es consecuencia de sólo el rebote luego del decrecimiento del 2020, ocasionado por el paro y la pandemia. Es mucho más que eso, es un crecimiento vigoroso y robusto en prácticamente todos los sectores de la economía, los cuales, unos más que otros, pero sin duda en su mayoría con registros positivos. Notorio el incremento de consumo de bienes durables como vivienda, vehículos y electrodomésticos. Por supuesto, hay nubarrones como las altas inflación y devaluación, en parte consecuencia del desabastecimiento interno debido a los fenómenos descritos, como también al problema del abastecimiento mundial y la llamada crisis de los contenedores.

De hecho, el crecimiento y los índices de recuperación del país son destacados por los propios gremios y los organismos internacionales, así como por las agencias calificadoras de riesgo y las publicaciones económicas mundiales de gran prestigio. En este escenario, notable ha sido la conducta de los empresarios en enfrentar la crisis con “pecho y espalda”, sin dejarse agobiar por las dificultades y con gran consciencia del país y sus necesidades. Con buena disposición favorecieron la última reforma tributaria del ministro José Manuel Restrepo para la preservación y el incremento del gasto social en las condiciones de vulnerabilidad que afrontaba un amplio sector de la población, especialmente la más pobre del país y alguna parte significativa de la clase media que se había “rodado” a niveles cercanos a la pobreza, en las complejas circunstancias que atravesaba el país, era la única fórmula segura para mitigar la situación.

3. Apoyos a lo social.

El gobierno nacional, liderado por el presidente Iván Duque, ha hecho esfuerzos increíbles en ayudar a paliar las contingencias del paro, la pandemia y el descenso de la economía, como consecuencia híbrida de esos mismos fenómenos y de algunas circunstancias mundiales como la crisis de los contenedores que ha afectado negativamente las cadenas de abastecimiento.  A pesar de ello y del deteriorado presupuesto público, con su déficit fiscal y su alto endeudamiento, ha canalizado más de 23 billones de pesos adicionales a los presupuestos ordinarios para ayudas sociales a la población especialmente vulnerable, con subsidios a través del ingreso solidario, a la nómina, a la educación, a la vacunación masiva, a los adultos mayores, entre otros, y, en general, a evitar la continuidad de la pobreza multidimensional que se exacerbó durante la pandemia.  De hecho, los índices de desempleo ya han bajado a niveles comparables a los de antes de la pandemia (cercano al 10%) y la pobreza ha disminuido, dado que muchas actividades formales e informales se han recuperado paulatinamente y ven con optimismo el año 2022. Ahora, el aumento del salario mínimo en un 10% sí que realza el esfuerzo de empresarios y gobierno en buscar mayor bienestar y mejor equidad, es todo un espaldarazo para las familias de menores ingresos.

 

Sin embargo, el período electoral nos trae grandes amenazas a nuestro modelo económico, político y social, el cual se caracteriza, entre otras, por las siguientes cualidades y ventajas:

  1. Somos un Estado social de derecho, con democracia, con constitución aprobada, con independencia de poderes, con igualdad de derechos y deberes para todos los ciudadanos.
  2. Tenemos libertad de mercados, de inversión y de iniciativa privada. Sin pretender que el Estado controle los mercados o sea el sumo director de la actividad económica y de la propiedad de los medios de producción.
  3. Disponemos de propiedad privada y libertad individual.
  4. Administramos con cuidado la macroeconomía y la preservación de la moneda sana, como conductas prioritarias del Banco de la República, para evitar la emisión de dinero por el Estado y el gasto monetario sin producción correlativa que lo justifique, sería más inflación.
  5. Los impuestos en niveles que no ahuyenten la inversión nacional y extranjera.
  6. Fomento al crecimiento económico por la confluencia de la actividad mancomunada del sector privado, del público y del externo.
  7. Preservamos las relaciones internacionales con otros países para el desarrollo de mercados externos y el intercambio de tecnología, recursos calificados y capital extranjero.
  8. Disponemos de elecciones libres y democráticas, con pluralismo ideológico y de partidos políticos, con órgano electoral independiente.
  9. Existe libertad de opinión y de movilización, así como en las actividades educativa, religiosa, privada y productiva, sin dirigismos del Estado ni de los gobiernos de turno.
  10. Se rechazan los gobiernos autocráticos y autoritarios, la existencia de camarillas, la sociedad vigila los gobiernos y los partidos políticos, con la libertad de crítica y oposición.

Toda la anterior recuperación económica y social, frente a la pandemia, durante el paro y en la crisis de abastecimientos, así como sobrellevar las dificultades del presupuesto público, ha sido posible por el marco económico, político y social que nos rige, como se ha descrito. Es posible, además, por el compromiso ciudadano con la democracia, pero sería impensable en gobiernos de extrema izquierda, de carácter socialista radical, autoritarios, populistas, demagogos y aún con tendencias procomunistas. “Ojo con el 22”, afirmaba el Expresidente Uribe, para defender lo que somos y lo que tenemos, lo que hemos construido con el sacrificio de muchas generaciones, no lo tiremos por la borda con unas elecciones equivocadas, defendamos el modelo actual, no improvisemos en nuevos modelos políticos, exóticos a nuestra cultura e inconvenientes a nuestro bienestar económico y social, con afectación para toda la población.

Lo que acabamos de ver con la recuperación del país es democracia, gobierno, ciudadanos y empresarios en acción, todos a una, para el mejor estar de vida de toda la población, aunque tengamos mucho aún por lograr en términos de superar problemas de inequidad y pobreza. Esto se superará paulatinamente y, cada vez, mejor con el modelo actual y no con modelos que han demostrado su fracaso en otras naciones Latinoamericanas muy cercanas a Colombia.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...