Comentario 31/07/2023
¿CAMBIO
EN EL MODELO ECONÓMICO, POLÍTICO Y SOCIAL?
Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/
Durante
la historia de la humanidad han existido diferentes modelos de organización de
las comunidades alrededor de una serie de ideas de tipo económico, político y
social que han sido el sustento y el
soporte de sus respectivas constituciones y leyes, así como de sus formas de
gobierno, desde los jefes de las tribus en la edad antigua, hasta las
monarquías, los emperadores y los reyes, las dictaduras, los gobiernos
colectivos, pasando por estados democráticos o por de tipo totalitario, con
toda una gama de matices y tendencias de diversos “colores”, que se han
identificado con distintas tendencias políticas, quienes han abrigado como
suyas esas convicciones políticas, económicas o sociales.
Una
de esas corrientes políticas es la democracia liberal, una forma de gobierno
que surgió en el siglo XVIII como una alternativa al radicalismo del
absolutismo monárquico y del mercantilismo económico. Se basa en las ideas del
liberalismo político y económico, que defienden la soberanía popular, el
gobierno representativo, el constitucionalismo, el Estado limitado, el libre
comercio y la propiedad privada. La democracia liberal se ha extendido por gran
parte del mundo y ha adoptado diversas formas constitucionales, como los
modelos parlamentarios o los sistemas presidencialistas. En consecuencia, la
democracia liberal es una forma de gobierno que consiste en una democracia
representativa y se caracteriza por elecciones de los ciudadanos entre
múltiples candidatos de diferentes partidos políticos, una separación de
poderes en ramas del gobierno complementarias está sujeta al Estado de derecho
a una economía de mercado con propiedad privada y, además, con la protección
equitativa de los derechos humanos. Normalmente es modelada por una
constitución que la regula en cuanto a la protección de los derechos, la
exigencia de los deberes y las libertades individuales y colectivas.
Los
derechos y las libertades que son garantizados por las constituciones de las
democracias liberales son variados, pero normalmente incluyen gran parte de los
siguientes: a un debido proceso, a la intimidad, a la propiedad privada y a la
igualdad ante la ley, así como las libertades de expresión, asociación y culto.
En estas democracias esos derechos (conocidos como "derechos
fundamentales") suelen estar bien regulados constitucionalmente o mediante
leyes de obligatorio cumplimiento para todos. Además, generalmente, existen
instituciones con la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.
Las
democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo
político, donde las ideas sociales y políticas diferentes, incluso las más
extremas, pueden coexistir y competir por el poder político siempre sobre una
base democrática. Estas democracias celebran periódicamente elecciones donde
los distintos grupos políticos compiten para alcanzar el poder. El término
"liberal" dentro de la expresión "democracia liberal" no
implica que el gobierno de una democracia de este tipo deba seguir
estrictamente la ideología política del liberalismo, si bien el concepto puro
de "democracia liberal" nace en su origen de la corriente del
liberalismo político.
La
democracia liberal es contraria al conocido dirigismo político. Este es un concepto
político-económico usado para designar un sistema en el cual el gobierno
ejercita una fuerte influencia por la vía de la intervención directa o de la
estatización de sectores, servicios o actividades sensibles, las cuales se
caracterizan por generarle al Estado no sólo influencia económica sino también
política. Los servicios públicos, por ejemplo, son un caso favorito de control
de los gobiernos, por su sensibilidad para todos los ciudadanos y por la
dependencia que se genera en favor de los respectivos gobernantes.
Lamentablemente, en muchas regiones y países la experiencia de la prestación de
servicios por el Estado suele ser ineficiente, costosa, corrupta y
clientelista. De ahí que se han privatizado, como solución alternativa en favor
de los ciudadanos, como sucede con servicios como la energía, las
comunicaciones, el suministro de agua, los servicios de la salud o de las
pensiones donde suelen participar los sectores públicos y el privado.
En
sentido contrario, un movimiento político o económico que es opuesto a la
democracia liberal es aquel que rechaza los principios y valores de la libertad
individual, el pluralismo político, el Estado de derecho, la separación de
poderes, la economía de mercado y la protección de los derechos humanos.
Algunos ejemplos de movimientos que se han opuesto a la democracia liberal son
el marxismo-leninismo, la monarquía absoluta, el fascismo y la teocracia. Estos
movimientos suelen defender formas de gobierno autoritarias, centralizadas,
elitistas o totalitarias que limitan o suprimen las libertades y los derechos
de los ciudadanos.
Colombia
ha sido históricamente una democracia liberal sin dirigismo político, sin
embargo, en el gobierno de Gustavo Petro, se han presentado actos de dirigismo
o intervención en sectores, actividades o leyes, que nos desvían de la vía
correcta de la democracia liberal. Veamos ejemplos:
- Tarifas de servicios públicos con intervención dirigista en los precios, como ha sido la intención del manejo político de los precios de la energía.
- La estructura de subsidios a la población vulnerable en muchas formas no es una actuación meramente altruista o de justicia y equidad, también ejerce una subyugación política de quienes lo reciben para quien lo concede.
- El gobierno de Petro quiere ser controlante de servicios como la salud, la educación o las pensiones, separando al sector privado de su eficiente realización en estos campos, situación demostrada a través de muchos años de buenos servicios privados.
- El centralismo es un vicio inveterado de la cultura colombiana, a pesar de que la constitución consagra en su Artículo 1. que “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales”. Pues, en el gobierno de Petro esta característica ha sido más radical, todo depende de las decisiones que él tome, a quien todo hay que consultarle.
- La agenda de gobierno trata de ser una imposición de su pensamiento ideológico (en lo económico, lo político, lo social y lo ambiental), muy alejada a las buenas prácticas de una gestión de Estado equilibrada y para todos los colombianos.
- La atrevida intervención, con fines de imposición en aspectos de gobierno corporativo en gremios y asociaciones.
- Su espíritu de caudillismo invitando a las calles a realizar manifestaciones públicas para presionar a los otros poderes del Estado (Poder Judicial y Congreso) y a los organismos de control (Fiscalía y Procuraduría) son un sinónimo de su autocracia y autoritarismo.
- Para no alargar, digamos, etc.
Es
evidente que el curso de los acontecimientos que ha atravesado el país con el
gobierno de Gustavo Petro es hacia un cambio del modelo económico, político y
social, lo cual nos alejaría de los valores de la democracia liberal y
representativa y de la positiva y competitiva intervención de los particulares
en temas del crecimiento y el desarrollo nacionales.