domingo, 25 de mayo de 2025

EL RIESGO PAÍS

 Comentario 26/05/2025

 

EL RIESGO PAÍS

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Todos los países, en mayor o menor grado, tienen riesgo, dependiendo de su estabilidad económica, política e institucional. El riesgo país es un indicador financiero que mide la probabilidad de que un país no pueda cumplir con sus obligaciones económicas. Esto, a su vez, influye en la confianza de los inversionistas y en el costo de financiamiento de la deuda pública. Cuanto más alto es el riesgo país, más difícil y costosa es la financiación.

Este riesgo se calcula comparando el rendimiento de los bonos soberanos de un país con los bonos de referencia considerados seguros, como los de Estados Unidos o Alemania, por ejemplo. Factores como la estabilidad política, el crecimiento económico, la inflación y el nivel de deuda pública afectan el riesgo país.

En diciembre de 2021, antes del inicio de la campaña electoral en la que fue elegido Gustavo Petro, el riesgo país de Colombia se valoraba en 250 puntos. Sin embargo, para abril de 2025, ese mismo índice ya marcaba 396 puntos, un aumento considerable de 146 puntos, es decir, un 58% más en el lapso de cuatro años. Para la misma fecha, el índice de riesgo país en países comparables era: México 304, Brasil 224, Perú 162 y Chile 126. Este último, prácticamente, la tercera parte del de Colombia. ¿Cómo se explica el alto valor de Colombia?

No es correcto afirmar, como lo hacen los funcionarios públicos, que el alto costo de la deuda pública es la causa del déficit fiscal. Es, de hecho, todo lo contrario: el alto déficit fiscal es el que induce nuevos niveles de deuda, cada vez más altos, y esto presiona las tasas de interés al alza. Por supuesto, el abultado déficit fiscal y el endeudamiento público desbordado inciden en el índice de riesgo país, lo cual a su vez influye en el costo del endeudamiento, ya que a más riesgo, mayor tasa de financiación. Es un círculo vicioso: mientras más déficit y más endeudamiento, más riesgo país y más alto costo del financiamiento. La tasa de los títulos de endeudamiento (TES) la fija el mercado, de acuerdo con el nivel de riesgo del país.

No es difícil deducir que la tasa de intervención del Banco de la República, hoy situada en el 9.25%, además de tener que ver con la evolución de la inflación, también se ve afectada por el riesgo país. El presidente Petro le reclama al Banco Central una disminución más acelerada de la tasa de intervención; sin embargo, las decisiones del Banco de la República son extremadamente cautelosas y técnicas, no políticas.

Como afirma el exministro de Hacienda José Antonio Ocampo, uno de los economistas más reputados en Latinoamérica: “Las tasas de interés tan altas de la deuda pública, en el fondo, son por los problemas fiscales del país. Normalmente las tasas de interés de los TES o de la deuda pública externa no tienen nada que ver con la tasa del Banco de la República. El mayor problema es el déficit primario, que refleja un gasto excesivo antes del pago de intereses, por lo que se debe empezar por ajustar el gasto de financiamiento”. (Portafolio, mayo 7 de 2025).

La presión de los gobiernos a los Bancos Centrales, al señalarlos como culpables del alto costo de la deuda, no es nueva en los países. Muchos gobiernos lo hacen, utilizando argumentos similares para justificar el gasto público y presionar a sus bancos centrales a bajar artificialmente sus tasas de intervención. El resultado, en casos como Argentina o Turquía, para citar algunos ejemplos, ha sido inflación, fuga de capitales y pérdida de la autonomía monetaria. Sus monedas locales han perdido todo valor y credibilidad, y el público se desplaza a emplear otras monedas, preferentemente el dólar o el euro.

Para el exministro de Hacienda José Manuel Restrepo, actual rector de la Universidad EIA: “El presidente Petro está confundiendo causas con consecuencias. Las tasas del endeudamiento público no suben porque el Banco Central lo imponga, suben porque el país ha perdido credibilidad, en buena parte por el gasto excesivo y la falta de señales claras de ajuste”. También advierte que insinuar la subordinación del Emisor a la política fiscal es una línea roja y que cuando eso pasa, el país entra en una espiral peligrosa. Si el Banco Central pierde independencia, los mercados se asustan, el dólar sube, los TES se encarecen aún más y la inflación se descontrola, como se vio con los Kirchner en Argentina. (Portafolio, mayo 7 de 2025).

Estamos avisados sobre lo que pretende el gobierno Petro: someter al Banco Central al manejo de la política fiscal y que le haga el juego con sus políticas de gasto público y endeudamiento desbordados. Y sabemos también sus consecuencias, por las claras manifestaciones de los doctores Ocampo y Restrepo, y por los evidentes ejemplos cercanos que nos ha tocado vivir en Latinoamérica con fenómenos semejantes frente al gasto público, la inflación y las tasas de intervención de los Bancos Centrales.

Pero, “guerra avisada no mata soldado” como dice el refranero popular. El Banco de la República de Colombia ha dado muestras indiscutibles de seriedad, rigor técnico, independencia y no contaminación con la política de ningún partido o gobierno. El elevado riesgo país que hoy atravesamos y sus consecuencias en las altas tasas de interés que debemos pagar por el endeudamiento público tienen un solo origen: el desorden en las finanzas públicas creado por el presidente Gustavo Petro y su malhadado gobierno. Desde el inicio de la campaña electoral del año 2022, el riesgo país se viene elevando en Colombia y su tendencia es creciente. ¿Para dónde vamos con el riesgo país y sus consecuencias?

lunes, 19 de mayo de 2025

LA VIGENCIA DE LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

 Comentario 19/05/2025

 

LA VIGENCIA DE LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

Los países pueden tener diferentes tipos de gobierno, dependiendo de cómo se organiza el poder político y cómo se toman las decisiones. Algunas formas de gobierno son[1]:

 

1. La democracia: El poder reside en el pueblo, que elige a sus representantes mediante elecciones democráticas. Ejemplo: Estados Unidos o Colombia.

2. La monarquía: El jefe de Estado es un monarca, que puede ser constitucional (con poderes limitados, como en España) o absoluto (con poder total, como en Arabia Saudita).

3. La dictadura: El poder está concentrado en una sola persona o grupo, sin elecciones libres ni participación ciudadana. Ejemplo: Corea del Norte.

4. La teocracia: El gobierno está basado en principios religiosos, y los líderes políticos suelen ser también líderes religiosos. Ejemplo: Irán.

5. El autoritarismo: Aunque puede haber elecciones, el poder está controlado por un líder o partido dominante, con poca libertad política. Ejemplo: Rusia.

Pero, independientemente del tipo de gobierno del respectivo país, complementariamente están sus ideologías, que pueden ser de izquierda, de derecha o de centro. Veamos:

En Colombia, los movimientos de izquierda y derecha tienen diferencias marcadas en sus enfoques políticos, económicos y sociales. Así:

La izquierda pretende, según su ideario:

* Busca la igualdad material mediante políticas redistributivas, como impuestos progresivos y programas sociales. Esto incluye subsidios y asistencia estatal.

* Promueve la intervención estatal en la economía, con medidas como el proteccionismo y la regulación laboral.

* Aboga por la inclusión y las reivindicaciones políticas, defendiendo derechos de grupos históricamente marginados.

Ejemplos de partidos de izquierda son Colombia Humana y el Polo Democrático, que apoyan el acuerdo de paz, si bien sus concesiones amplias en favor de la guerrilla, y tienen una base electoral fuerte en Bogotá y las costas.

La derecha pretende, según su ideario:

* Favorece el libre mercado, la inversión privada y la reducción del tamaño del Estado.

* Defiende valores tradicionales y, en algunos casos, se opone a cambios sociales progresistas.

* Tiende a priorizar la seguridad y el orden como pilares de su discurso político.

Ejemplos de partidos de derecha son el Centro Democrático y el Partido Conservador, quienes suelen tener posturas más críticas hacia acuerdos como el de paz, por no considerar que hayan sido equilibrados en las concesiones en favor de la guerrilla.

Ambos movimientos han evolucionado en respuesta a los desafíos políticos y sociales del país, y su interacción define gran parte del panorama político colombiano.

Por el contrario, la tercera vía o el centro político es una corriente que busca un equilibrio entre las posturas tradicionales de izquierda y de derecha. Se enfoca en combinar elementos del libre mercado con políticas sociales que promuevan la justicia y la equidad. Este enfoque intenta evitar los extremos ideológicos, proponiendo soluciones esencialmente pragmáticas, adaptadas a las necesidades del país en cada momento.

En Colombia, la tercera vía ha sido asociada con figuras como Juan Manuel Santos, quien promovió esta idea durante su gobierno. Inspirada en el sociólogo británico Anthony Giddens, esta corriente propone un Estado eficiente que no sea ni excesivamente intervencionista ni completamente ausente, sino que actúe donde sea necesario para garantizar el bienestar general.

El centro político tiene una importancia clave en la democracia, especialmente en contextos de fuerte polarización como el de Colombia. Este enfoque busca ofrecer soluciones pragmáticas y moderadas que pueden atraer a ciudadanos que no se sienten representados por los extremos.

En Colombia, el centro político ha sido visto como una alternativa para construir consensos y promover el diálogo inclusivo, lo cual es esencial en un país con una historia de conflicto armado y divisiones profundas. Además, puede desempeñar un papel fundamental en la estabilidad económica y política, al combinar justicia social con crecimiento económico. Durante las últimas décadas, representantes del centro político han sido claves en la construcción de acuerdos como el proceso de paz con las FARC, liderado por figuras que adoptaron posturas moderadas. Los detractores de este modelo de centro suponen que la ausencia de posiciones reales de izquierda o derecha lo vuelven un modelo inestable y poco eficaz.

El próximo año, en 2026, tendremos las elecciones congresionales y presidenciales. Es hora de revisar nuestras ideas para ir definiendo en qué color o sector político queremos estar y, más adelante, a qué candidato o candidatos quisiéramos ver en cada uno de estos órganos de representación política.



[1] Varias de las definiciones de esta publicación son tomados de la IA Copilot.

domingo, 11 de mayo de 2025

LA JUGADA

 Comentario 12/05/2025

 

LA JUGADA

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Ante la carencia de realizaciones eficientes y eficaces que demuestren las bondades de su gobierno, Gustavo Petro, en el último año de su mandato, ha urdido una jugada maestra a través de la llamada consulta popular. Vamos por partes:

La no aprobación de la reforma laboral en el Congreso ha servido como disculpa para aducir que fue rechazada sin discusión, cuando se realizaron ocho audiencias públicas a lo largo y ancho del país y tres mesas técnicas en las cuales no participó el gobierno. El Congreso hundió la reforma por inconveniente, desfinanciada y con impacto negativo frente a la informalidad y el desempleo; de hecho, se afirma por organismos independientes como ANIF, Fedesarrollo y el Banco de la República que la reforma, de ser tramitada, conduciría a la pérdida de cerca de 500.000 puestos de trabajo. La mayor crítica es que la reforma genera reivindicaciones laborales de mejores reconocimientos económicos, pero no enfrenta los agudos problemas de la informalidad y el desempleo. En vez de buscar fórmulas de concertación a través de los partidos tradicionales empeñados en rescatar los dos pilares fundamentales de jornada laboral y pago dominical, que en un nuevo proyecto fue presentada por el Partido Liberal, la respuesta del gobierno fue negar esa posibilidad y amenazar con la consulta popular.

La consulta popular es un mecanismo autorizado por la Constitución de la República donde se indaga al elector primario por determinados temas de interés nacional. En este caso, se pregunta por los aspectos contemplados en el proyecto hundido de la reforma laboral, con la instrumentación de 12 preguntas diseñadas para que todo votante vote afirmativamente en todas y cada una, dado que se trata de la consagración de beneficios sin mediar explicación sobre su alcance, consecuencias, financiación e impactos. Son respuestas emocionales y aspiracionales; por ejemplo, si se le pregunta al ciudadano, trabajador o no: ¿Está de acuerdo con que se pague un recargo del 100% por el trabajo los días de descanso dominical o festivo?, con seguridad, aspiracionalmente se votará que sí, más cuando el pago actual es un recargo del 75%.

Es decir, en la práctica será difícil que las votaciones negativas sean las que primen; la votación favorable puede ser abrumadora con el solo enunciado de las preguntas y con la previsible divulgación favorable que haga el gobierno ante la comunidad de votantes potenciales, que, como está visto, será abrumadora. Sin embargo, el camino no es sencillo, porque la consulta debe ser votada por cerca de 13.6 millones de electores para que sea aceptada y, de ellos, entre los que voten, las preguntas favorables, por el sí, deberán tener el 50% + 1 de los votos emitidos. Estos umbrales son difíciles de conseguir, pero no imposibles, y el gobierno sabe que con el tono preafirmativo de las preguntas, será casi imposible votar no; muchos ciudadanos se verán tentados a ir a votar sí.

El escollo más difícil puede estar en el Congreso, quien tiene treinta días, después de radicada la consulta popular por el propio presidente de la República, para que los congresistas avalen o nieguen su realización. Es su derecho constitucional votar sí o votar no, por las razones que tenga a bien el honorable Congreso. Se dice, por los analistas políticos, que las fuerzas están divididas y que será una votación definida por unos pocos votos.

El gobierno de Petro ya enfiló todas sus baterías para amedrentar al Congreso y a sus congresistas, que si votan negativamente a la realización de la consulta popular estarán de espaldas al pueblo y que no serán reelegidos en unas futuras votaciones, que serán “revocados” porque nadie votará por ellos. Se refiere a las elecciones congresionales del 2026. La intimidación al Congreso y a las Cortes es un hecho frecuente en el gobierno de Gustavo Petro, ya que, si actúan en forma contraria a sus intereses, él afirma que le están dando un “golpe blando”.

Ahora, la jugada maestra del gobierno tiene tres caras: la primera es la agitación política preelectoral a las votaciones presidenciales del 2026, so pretexto de defender los derechos de los trabajadores. Petro ya está en campaña electoral y toda la propaganda que, con el presupuesto público, haga en favor de la consulta, para su votación favorable, y en contra de la oposición al Congreso y a los partidos políticos que pretendan un voto negativo, serán argumentos en favor del petrismo y sus partidarios, y de aquellos que finalmente sean sus candidatos a la presidencia. Vamos a tener propaganda favorable al petrismo a manos llenas y agravios y amenazas sin ton ni son para los opositores.

La segunda cara de esta jugada maestra es que, cualquiera sea la decisión del Congreso a favor o en contra de la consulta popular, el gobierno tendrá argumentos para, si el voto es negativo, atacar a la oligarquía, la clase política y el Congreso por oponerse a los derechos del pueblo trabajador. Si el voto es positivo, tendrá toda la argumentación para decir que su gobierno, como defensor del pueblo trabajador, es quien defiende los derechos de los trabajadores frente a los ricos, que el Congreso hizo un simple trámite y que no podía estar de espaldas al pueblo. Los méritos, en todo caso, serán para el gobierno de Gustavo Petro y así está planeado.

Ahora, ¿qué ocurre si la consulta se realiza y el voto, como es de esperar, es favorable y los umbrales se superan? De nuevo, el gobierno de Petro dirá que es fruto de su encomiable gestión y promoción de la consulta. El único caso desfavorable es que no se logre cumplir con los umbrales de la consulta o que, hipotéticamente, cumpliéndose, la consulta resultara negativa, hipótesis no verosímil por el contenido y tono de las 12 preguntas. Esto último, por supuesto, es un escenario lejano y el gobierno Petro así lo tiene calculado. Como siempre, con Petro, sus jugadas tienen múltiples consecuencias.

domingo, 4 de mayo de 2025

¿EL PESO UNA MONEDA FUERTE?

 Comentario 05/05/2025

¿EL PESO UNA MONEDA FUERTE?

 

Por: Carlos Alberto Mejía C.
Ingeniero Industrial y Administrativo.
https://reflexiones-de-cam.blogspot.com/

 

Después de haber llegado a una cotización del dólar de $5.061 pesos el 6 de noviembre de 2022, la tendencia de la moneda colombiana con respecto al dólar americano ha sido oscilar en una franja entre $4.200 y $4.400 pesos por dólar aproximadamente en los últimos meses de los años 2024 y 2025, lo que en la práctica representa una revaluación del 13% al 17% con relación a esa fecha de referencia. Vamos por partes y expliquemos algunos de los términos para no confundir las interpretaciones.

Todas las monedas se devalúan (pierden valor) o se revalúan (ganan valor) con relación a la moneda que tienen como referencia, generalmente el dólar americano. Cuando una moneda se devalúa, es decir, pierde valor, lo hace porque su moneda de referencia está ganando valor en el mercado mundial o porque las circunstancias del país originario de la moneda local presionan una pérdida de valor. Al contrario, si una moneda se revalúa, es decir, gana valor frente a su moneda de referencia, lo hace porque esta última se ha desvalorizado en el mercado mundial o porque las circunstancias del país han favorecido la ganancia de valor de su unidad monetaria.

En la práctica, las monedas presentan en el corto plazo circunstancias de devaluación y revaluación intermitentes y cambiantes por cortos períodos de tiempo, pero lo verdaderamente importante es la tendencia a largo plazo, como las cifras presentadas más arriba para el peso colombiano en el lapso de dos años.

¿Cuáles son las razones externas que explican a su vez una devaluación o una revaluación de la moneda de referencia, la cual también está sometida a vaivenes por condiciones de mercado (oferta y demanda de divisas) o por presiones devaluacionistas o revaluacionistas originadas en las tasas de interés internas del respectivo país, por ejemplo, o por la certidumbre o incertidumbre que en algún caso tengan los agentes del mercado cambiario sobre lo que se espera con la respectiva moneda? A veces, mercados muy “nerviosos” influyen en presiones al alza de la moneda, independientemente de la oferta y la demanda de la unidad monetaria.

En Colombia, en sentido contrario a lo que cabría esperar de una fuerte devaluación del peso, lo que ha ocurrido es una revaluación muy significativa. ¿Por qué era de esperar una devaluación? Tres causas fundamentales: razones macroeconómicas, sociopolíticas o de riesgo e incertidumbre. Expliquemos cada una de ellas, ya que son adversas al fortalecimiento del peso frente al dólar:

Macroeconómicas: Como es bien sabido, en el comportamiento de la economía de un país influyen el sector privado, el sector público y el sector externo (relación con el resto del mundo). En el caso colombiano, la situación del sector público es demasiado delicada, tanto como para configurar un escenario de perturbación en las distintas variables de la macroeconomía y en la moneda misma. Tenemos un déficit fiscal cercano al 7% del PIB y un endeudamiento público superior al 65% del PIB, ambos indicadores lejanos de sus patrones de conducta históricos, los cuales son muy inferiores, a tal punto que estamos al borde de generar una crisis fiscal en el país. De hecho, el gobierno atraviesa por un problema grande de caja y aún no ha querido tomar las decisiones para corregirlo, como son la revisión a la baja del presupuesto y la reducción del gasto. La época preelectoral tampoco facilita estas decisiones. Algunas de las variables macroeconómicas, como las tasas de interés elevadas o la inflación aún alta, presionan hacia la devaluación de la moneda; sin embargo, como ya se ha visto, en Colombia ha ocurrido una revaluación.

Sociopolíticas: En los últimos tres años, la polarización y la confrontación políticas se han exacerbado. Muchas promesas de campaña del gobierno de Gustavo Petro se han vuelto palabras vacías, y el trámite de sus reformas sociales se ha convertido en un escenario de confrontación política aguda y pugnaz. Se ha fomentado, por parte del gobierno, un ambiente de lucha de clases y de rechazo al sector privado, todo lo cual alimenta las tensiones y crea más rivalidad. Este ambiente es poco propicio para la estabilidad de su moneda, pues presionaría una devaluación.

El riesgo y la incertidumbre: No sería lógico esperar un entorno de sosiego y certidumbre dadas las conductas de las dos anteriores variables (macroeconómica y sociopolítica), pero a esto se ha sumado un aumento considerable en el riesgo país, que ha crecido de forma significativa en los últimos meses. Aunque este es un riesgo financiero que encarece el costo de la financiación, por otro lado, está la incertidumbre y el temor real que sienten los ciudadanos al ver que muchas zonas del país acusan signos de fuerte violencia narcoguerrillera y que el proceso de la paz total no ha llegado a puerto seguro.

Aunque es un hecho externo e incontrolable, se suma a los anteriores factores internos que explican la conducta del peso frente al dólar el ambiente político y comercial actual con la guerra arancelaria planteada por el presidente de EE. UU., Donald Trump, que es como una gigantesca ola de un maremoto que crece y se extiende por todos los rincones del mundo como una alteración en los precios y en el abastecimiento de los bienes y servicios. También como una perturbación en los organismos multilaterales, en las relaciones entre los países y en las cadenas de comercio e inversión a nivel mundial. Aunque Colombia tiene muy poco peso en el comercio mundial y en el comercio con EE. UU. tiene una balanza deficitaria, directa o indirectamente se verá impactada, y más si esta condición de guerra comercial y de aranceles se prolonga para todos o algunos productos y para todos o algunos países. Como consecuencia, el dólar se está debilitando a nivel mundial (¿hasta cuándo?), lo cual favorece la fortaleza del peso colombiano frente a esa divisa.

Aunque todos los factores llevarían a esperar una fuerte devaluación del peso frente al dólar, lo cierto es que está ocurriendo lo contrario. ¿Será que el peso es una moneda fuerte y el dólar una moneda débil? No sería sensato concluir de esa manera, contrario a la evidencia del dólar como moneda de referencia y refugio en el mundo, en todas las épocas y más en tiempos cargados de incertidumbre y de riesgos.

ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO

  Comentario 07/07/2025   ECONOMÍA RESILIENTE Y MAL GOBIERNO   Por: Carlos Alberto Mejía C. Ingeniero Industrial y Administrativo. ...